Mientras que en Estados Unidos el inconsciente colectivo cree haber descubierto la pólvora de la mano de Evanescence, Europa continúa expeliendo agrupaciones lideradas (visualmente, al menos) por una frontwoman a un ritmo frenético. Los suecos Amaran prometían destacarse en su debut “A World Depraved” (2002) y el reciente “Pristine In Bondage” lo cumple sin vueltas. La contundencia de Arch Enemy, el filo oscuro y desconcertante de Nevermore, las contexturas góticas de Lacuna Coil, y el vértigo de toda la movida de Gotenburgo coexisten dentro de una propuesta thrash/death/power ultra-ajustada (producción de primer nivel mediante) y predominantemente orientada hacia las incesantes guitarras gemelas de Kari Kainulainen y Ronnie Backlund. Por su parte, la garganta de Johanna DePierre combina atributos de Cristina Scabbia (Lacuna Coil, seducción y ternura), Agnete Kirkevaag (Madder Mortem, porte y gravedad) y Kimberly Goss (Sinergy, furia y agresión). El infeccioso tempo de las canciones muerde sin asco, deposita su veneno y rechaza el aburrimiento. “Atropine” bofetea donde el goce más duele, “Katharsis” sorprende con un efectivo contrapunto gutural masculino, y el estribillo de “Without Stains” termina de corroborar el considerable olfato del grupo a la hora de orquestar pasajes memorables. La ráfaga de harmonías/riffs/melodías es constante en Amaran, y “Pristine In Bondage” la estampa in your face de principio a fin. No hay sorpresas, pero tampoco desilusiones.
No comments:
Post a Comment