Psicodelia, doom y groove. Mucho. Letras
que no tienen sentido alguno. Canciones con
títulos como “Cosmic Magic From The Doomed Planet´s Below”. Alucinógenos abusados. El calidoscopio gira y las
tonalidades brillan. Idolatría por Cathedral, Orange Goblin y Entombed. Y Black
Sabbath, faltaría más. La carrera color Arco Iris con sabor setentas y olor a
verde da comienzo y el Kapitán Sol irradia su electricidad doom/stoner en “Rainbowride”.
Imposible resistírsele a riffs y ritmos como los de “Lovedemon” o “Invisible
Dragons” (¡esos títulos!). Las guitarras crujen, las zapadas son
frecuentes, Andy Wong expresa su amor por Lee Dorrian a grito canino limpio, y
la densidad del aire se espesa, sensual y voluptuosamente. Y todo suena como si
hubiese sido grabado treinta años atrás. Pero se trata del álbum debut
(precedido únicamente por el Ep “Trip To Vortex”) de un ignoto cuarteto
sueco, retratado en el arte de tapa al lomo de un Arco Iris... como debe ser. “Rainbowride”
no sólo resulta extraordinariamente entretenido, sino que obliga a apetecer una
continuación de forma inmediata. Kaptain Sun ofrece cero originalidad, sin
dudas, pero la cuestión es que el pie todavía se me sigue moviendo.
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