Ahora, “Now, Diabolical”.
Ahora, el regreso de un icono de la movida noruega.
Ahora, ¿el amanecer de una nueva era para el black
metal?
(reportaje originalmente publicado en Maelstrom #14 - Octubre 2006)
El
Culto Sigue Vivo
...y ahora, todo vuelve a ser diferente. Satyricon
edita “Now, Diabolical” (“Ahora, Diabólico”), su sexto larga duración
tras cuatro años de silencio, y los parámetros del metal negro se redefinen una
vez más en manos de uno de los pilares fundamentales de la música extrema
escandinava. Satyricon inició el apogeo del “black metal medieval” a comienzos
de la década pasada con su álbum “Dark Medieval Times”, desarrollando
posteriormente el concepto hasta su máximo esplendor en “The Shadowthrone”
y “Nemesis Divina” (dos obras claves de la historia del género) para
luego “actualizar” el estilo al removerlo de su barbarie primigenia y situarlo
en un contexto más urbano en “Rebel Extravaganza”. De los bosques
místicos a la insensibilidad de la metrópoli posmoderna, aquella que nunca
duerme y siempre está muriendo. Pero siempre rabiosos, siempre rebeldemente
extravagantes, siempre echando leña al fuego y con hambre voraz por los riffs
chirriantes y los bombos que nunca dejan de repiquetear. Y ahora, con “Now,
Diabolical”, Satyricon desmantela su usual furia hasta exponerla en toda su
azabache desnudez, sin vueltas, sin forzar la oscuridad sino simplemente
dejándola fluir de forma natural, sin castillos, sin espadas y sin maquillaje.
Tan sólo un compendio de riffs y tempos ultra puntiagudos que se repiten
incesantemente. La nueva negrura del metal negro, ya no tan épica ni
grandilocuente como antaño, pero sí acaso más pura. ““Now, Diabolical”
es una especie de “conclusión” de nuestra segunda etapa”, explica Satyr,
vocalista, multi-instrumentista y líder de esta siempre influyente y siempre
controversial agrupación. “La primera etapa de Satyricon comprendería los
tres primeros discos, hasta “Nemesis Divina”, y la segunda es la que se
inició con “Rebel Extravaganza”. Y cuando digo “conclusión” no quiero
decir que Satyricon como banda ya haya alcanzado su límite o su techo, porque
creo que todavía tenemos mucho para ofrecer; pero de alguna forma la primera
etapa fue más “progresiva” y estuvo orientada más hacia las atmósferas
medievales, los valores tradicionales del black metal noruego, y esas cosas,
mientras que lo que estamos haciendo ahora en esta segunda etapa tiene mucho
más en común con el sonido de los ´80, para serte honesto. Pero no somos una
banda que se proponga sonar “retro” o copiar a nadie. Si hiciéramos eso no
seríamos Satyricon ni estaríamos en la posición en la que estamos ahora. En
cambio, lo que quiero decir es que nuestro estilo de composición es ahora mucho
más directo y claro, más orientado hacia el rock, y eso tiene mucho más que ver
con bandas como Bathory o Celtic Frost que con el black noruego de los ´90,
que, repito, era mucho más progresivo. Si escuchás detenidamente discos como “Rebel
Extravaganza” vas a notar que, si bien el estilo tiene algo del sonido
progresivo de los tres discos anteriores, las canciones son mucho más oscuras y
certeras, como pasa en cosas como “Havoc Volture”, “Filthgrinder” o “Tied In
Bronze Chains”. En ese disco ya se empezaba a notar nuestra intención de sonar
más focalizados y directos, y ahora en “Now, Diabolical” creo que
logramos el epítome de ese rumbo que iniciamos tres discos atrás. Este disco es
bien oscuro, bien certero... y también es sumamente pegadizo. Y esto tiene
sentido porque yo crecí escuchando cosas como Venom y Bathory. Las canciones de
esas bandas eran siniestras y oscuras, pero también tenían estribillos bien
gancheros.”
- ¿O sea que el ingrediente “ganchero”
de este disco, que como vos decís es bien evidente, fue algo absolutamente
intencional?
- Sí, y en definitiva todo se reduce, al menos para
mí, al hacer la música que uno mismo quiera escuchar. Es la única manera de
hacer las cosas, en lugar de pensar y hacer lo que quieren los demás. Así que
yo me senté y dije “¿qué es lo que YO quiero escuchar?”. Y con Frost (baterista
y único miembro adicional) nos concentramos en lograr eso. Y lo logramos, y
estamos orgullosos.
- Satyricon fue siempre una banda
“adelantada a su época”, lo cual significa que primero te van a criticar y más
adelante te van a reconocer. ¿Estás consciente de este efecto que tienen sobre
la gente que los sigue?
- (se ríe)
Lo que decís es tan cierto... Sí, estoy consciente de eso, y estoy también acostumbrado
a eso. Y una parte de mí está enojada porque la gente nos sigue criticando,
porque a esta altura ya deberían saber qué clase de banda somos, ¿no? O sea, ya
deberían saber que hacemos lo que queremos y no seguimos a nadie... Por otra
parte, aprecio el hecho de que la gente se atreva a retractarse. Eso hay que
valorarlo también. El otro día Frost me explicaba lo entendible que esto era, y
cómo la gente suele ser tomada por sorpresa con cada uno de nuestros discos. Me
decía cómo generalmente uno atraviesa un estado de “shock”, y después recién
puede sentarse a pensar en lo que escuchó, para finalmente valorarlo por lo que
realmente es.
- A este disco lo están editando a
través de Nuclear Blast y Roadrunner, dos de los sellos independientes más
grandes del mundo. ¿Lo consideran un álbum clave para Satyricon desde el punto
de vista de ventas y llegada al público? Es decir, el disco que tiene el
potencial de “hacer o deshacer” a Satyricon...
- No sé si
tenemos que “hacer o deshacer” nada. Como te decía, nuestro objetivo principal
es tratar de grabar la música que nos gustaría escuchar a nosotros mismos. Y
eso es lo que hicimos. Y si tenemos la oportunidad de editar esa música a
través de sellos grandes, bueno, entonces aprovechamos esa oportunidad y
promocionamos el disco en cuestión hasta el hartazgo. Y lo que pasa, pasa... Y
ojo que con esto no quiero decir que no nos importa lo que pueda llegar a
pasar. No. Somos dos tipos bien ambiciosos y trabajamos duro para lograr lo que
logramos. El objetivo es hacer siempre el mejor disco que nos sea posible. Y es
bueno y saludable tener esa clase de objetivo. De lo contrario, terminás
haciendo algo que no es honesto para con tu corazón. ¿Y cuál es el punto del
black metal sino ése?
- La producción de “Now, Diabolical” es
de primer nivel, sobre todo en lo que respecta a la batería. ¿No pensás que al
tener un sonido tan nítido y limpio se pierde gran parte de la esencia de lo
que la música extrema debería ser?
- No
realmente. Yo creo que cada tipo de producción tiene sus pro y sus contras. Una
producción de garage funciona bien en algunos discos y no tan bien en otros.
Por ejemplo, no me imagino a un disco como “Master Of
Puppets” con la producción
de “A Blaze In The Northern Sky”. Las canciones del primer disco no
sonarían tan poderosas si no tuvieran una producción poderosa y sólida, y las
canciones del segundo disco sonarían totalmente “mal” si tuvieran una
producción sólida, porque son canciones frías y “malvadas”, y necesitan
tener una producción acorde... Esto lo charlamos muchas veces con Frost.
Siempre le digo que no hay una fórmula mágica a la hora de producir un disco.
No existe tal cosa. Todo depende del tipo de canción y del tipo de banda.
- En este caso las canciones son también
notoriamente repetitivas y directas. Los tempos casi no varían...
- Creo que
tienen una “presencia física” muy definida, muy evidente, y que no se parece a
nada que hayamos hecho antes. Es una forma distinta de “llegar al oyente”. Y no
queríamos ocultar eso entre decenas de capas de efectos, sino que queríamos una
producción que resaltara esa cualidad, que la pusiera en evidencia aún más. Al hacer
esto soy consciente de que tal vez relegamos el aspecto más “filoso” de las
guitarras, o el estilo “crudo” de la batería, pero en definitiva uno siempre
tiene que hacer concesiones y poner las cosas en la balanza. En este disco
optamos por un sonido cristalino porque pensamos que ese aspecto de las
canciones era el que había que destacar. Y cada disco es distinto.
- ¿Cómo se conocieron vos y Frost, y por
qué decidieron permanecer como dúo?
- Nos
conocimos en el ’92, creo. Antes de eso Satyricon era una típica banda de
garage, buscando un baterista. El primer baterista fue Carl Michael Eide (Ulver,
Ved Buens Ende, etc). En un principio en realidad le habíamos ofrecido el
puesto a Faust, que recién se había unido a Emperor y no quería estar en dos
bandas al mismo tiempo. Pero fue él quien nos recomendó a Frost, que era un
amigo suyo de la infancia. Lo llamamos, ensayamos, y la cosa salió un poco
desprolija, pero era obvio que Frost tenía potencial... Por un tiempo tuvimos
miembros que entraban y salían, como Nocturno Culto (de Dark Throne, quien
participó como guitarrista en “Nemesis Divina” bajo el apodo de “Kveldulv”) y Samoth (de Emperor y Zyklon, que
participó en “The Shadowthrone”). Pero en la época de “Rebel
Extravaganza” decidimos
permanecer como dúo y usar músicos de sesión para las giras. O sea, ¿qué es
mejor? ¿Hacer lo que sentimos que beneficiaría más a nuestra música, o tratar
de tener una alineación en el sentido tradicional porque eso es algo que se
espera de una “banda”? Frost y yo nos conocemos muy bien, trabajamos bien
juntos y nos alimentamos mutuamente de ideas. Nuestras fuerzas definen lo que
Satyricon es.
Batallas En El Norte
- ¿Te ves haciendo un disco de black
metal a la antigua? Tal vez bajo otro nombre que no sea el de “Satyricon”...
- Eso es algo que Snorre (líder de Thorns y amigo de Satyr) y yo
venimos conversando desde hace rato. Creo que tarde o temprano vamos a terminar
haciendo algo así, sí. Pero si lo hacemos probablemente no va a tener nada que
ver con el estilo de los ´90, porque esa época fue muy progresiva, como
decíamos antes. Y si vamos a hacer algo “old school” queremos hacer algo que
sea bien malvado y siniestro, y no atmosférico y progresivo, ¿entendés? La idea
sería hacer algo bien sucio, bien feo. Todas estas bandas que se la dan de “old
school”... ¡ni siquiera suenan “old school”! Suenan forzadas. Así que con
Snorre nos dijimos “hagamos algo como la gente un día, y mostrémosle a estos
pibes lo que es el verdadero black metal “old school!”.
- ¿Pensás que las cosas estaban siendo
tomadas demasiado en serio dentro del black metal noruego de los ´90, y acaso
por eso ustedes decidieron tomar un poco de distancia de todo ese asunto?
- Bueno, al contrario, en realidad creo que las cosas en el black metal
no estaban siendo tomadas lo suficientemente en serio. Mucha gente se
metió en este tema porque pensaron que tocando metal iban a poder “socializar”
con otras personas de manera más fácil. Y para mí esta música no tiene nada que
ver con “hacer amigos”, con ganar minas, o con esas estúpidas páginas al estilo
de “My Space”, ¿entendés? Para mí esto tiene que ver con el amor hacia la
música. Por eso hago lo que hago. Porque amo esta música. Lo demás nunca fue
una motivación. Unos años atrás el black metal empezó a cambiar... Hacia fines
de los ’90 las cosas eran distintas, habían demasiadas bandas y demasiados
tipos pintados como osos pandas (carcajadas). El black metal se había
vuelto, de cierta forma... gay.
- Pero ustedes también se pintaban. Sin
ir más lejos, para la sesión de fotos de “Nemesis Divina” usaron toda la
parafernalia de las espadas, el trono, el maquillaje de guerra...
- Sí, pero eso tuvo un propósito en aquel momento. Surtió su efecto. Era
algo nuevo y provocaba una reacción en la gente que después ya no era la misma.
Una cosa era hacerlo en 1993 o 1996, pero no ya en 1999. Muchas bandas
empezaron tocando black metal y después salieron a decir que “el black metal ya
no es lo de antes” o “el black metal está transmitiendo el mensaje equivocado”,
o lo que sea, y después terminaron tocando death o thrash... Para mí eso no
tiene sentido. Si realmente amás al black metal y tenés una banda black, ¿por
qué no evolucionar eso? ¿Por qué no desarrollarlo sin olvidar tus raíces? En
Satyricon comprendemos muy bien lo que es el black metal, lo que significa. Un
disco como “Now, Diabolical” es black metal según Satyricon versión
2006. Es lo que yo quería hacer y escuchar hoy y, al menos para mí, un paso
adelante para el género en su versión actual. Hoy la mayoría de la música
llamada “underground” es en realidad una porquería y no tiene nada que ver con
el verdadero espíritu de lo “under”, porque en realidad son banditas sin
ninguna idea que les permita llegar a vender la suficiente cantidad de discos
como para destacarse. Esto suena muy arrogante de mi parte, ya sé, pero es la
pura verdad. Mucha gente dice que
nosotros no somos black metal. ¡Por supuesto que somos black metal! En nuestra
música podés escuchar claramente los orígenes del género y las influencias de
bandas como Venom, Bathory y Celtic Frost. La cosa es simple: el black metal
puede ser “grande” y “popular” y seguir siendo black metal. Y en nuestro caso
la idea es simplemente hacer música oscura y “filosa” con un trasfondo de
expresión metalero.
- ¿Qué pensás de toda la nueva movida de
bandas de black metal norteamericanas, como Xasthur y Leviathan?
- No escuché a muchas de esas bandas. Pero recuerdo a
una banda como ABSU, por ejemplo, cuando ni bien salían... Los primeros discos
de esa banda me gustan mucho. En cuanto a lo demás, hasta ahora no escuché a
ninguna banda de black americano que me transmitiera algo especial o que me
vuele la cabeza. Esto no implica que tal banda no exista, porque probablemente
sí esté ahí afuera y yo bien puedo no conocerla, pero hasta ahora no escuché
nada que cumpla con esas cualidades... Para mí, para lograr que el black metal
estadounidense crezca y sea realmente relevante, debería haber una mayor
interactividad entre esa escena y la europea. Ambas escenas deberían vincularse
más. Acordáte de que cuando Estados Unidos exportó a bandas como Slayer,
Metallica o Morbid Angel, por ejemplo, en Europa surgieron montones de cosas
interesantes en base a todo eso. Ahora creo que está pasando lo opuesto.
Un Nuevo Enemigo
- Como dueño de tu propio sello
discográfico (Moonfog Productions), y como alguien que viene en este
asunto desde hace una década y media, ¿qué pensás que debería cambiar en la
industria de la música under para que sea más saludable?
- Las ventas
digitales, en lugar de las ventas tradicionales de discos, generarían más
dinero y harían a la escena un lugar más saludable y redituable. En cuanto a lo
demás... hacer plata en este tema es casi imposible. Yo vengo llevando adelante
mi sello desde hace ya muchos años, como vos decís, y siempre tengo que
escuchar cada gilada... Muy pocos discos hoy en día realmente generan plata. Es
casi imposible encontrar una banda decente, permitirles grabar el disco que
ellos quieren, y no el que la compañía discográfica quiere que graben, meter a
esa banda en un buen estudio, con un buen ingeniero, y promocionar el producto
final. Hoy hay demasiadas bandas y demasiados sellos, y a la larga nadie gana.
Si un disco hoy vende cien mil copias en todo el mundo, es considerado un gran
éxito. Pero de esas cien mil copias probablemente te paguen sólo sesenta mil.
Entonces, ¿cómo hacés para agarrar esa plata y al mismo tiempo separar lo
suficiente como para tu próximo proyecto? No alcanza. Por eso, en Moonfog nunca
nos interesó realmente hacer plata porque conocemos la realidad de este
mercado. Toda la plata que ganamos la volvemos a invertir en bandas o la usamos
para pagar los salarios de los pocos empleados que tenemos. Lo que sí nos
interesa es ser un sello relevante, que esté a la vanguardia, que sea importante
y que ofrezca calidad. Por eso no editamos tantas cosas, y por eso la gente se
refiere a nuestras bandas como “el sonido Moonfog”... Con respecto a lo que
decía de las ventas digitales, hoy en día tenemos un servicio como el de
iTunes, de donde uno puede bajar música de Internet de manera legal, pagando un
precio pre-establecido por cada canción o cada disco. Pero el sistema es
totalmente injusto para cosas como Satyricon. La gente que lleva adelante ese
sitio no está interesada en bandas como nosotros o cosas black, porque somos
muy chicos para ellos. Incluso nos dijeron que si queríamos ver a nuestras
bandas disponibles en iTunes, tendríamos que garantizarles que los discos
serían exclusivos para ellos. O sea, ¡no podríamos venderlos como CD´s tradicionales!
Es una locura. Esto es lo que el fan típico de esta música desconoce,
toda la parafernalia que hay detrás y la forma en la que el engranaje de esta
industria trabaja. Todo es muy, muy difícil hoy por hoy.
- Lo triste es que de acá a algunos años
la gente sólo va proveerse de música de esa forma: a través de Internet. Toda
la experiencia de ir a un negocio especializado y revolver las bateas en busca
de algún disco va a ser algo del pasado, y eso es realmente triste...
- Me acuerdo
cuando solía vivir en una península en las afueras de Oslo. Para poder ir a la
ciudad tenía que tomarme un ferry y el viaje era de media hora, ida y vuelta. O
sea que para poder visitar una disquería y comprar discos de este estilo... era
toda una experiencia. Me tomaba el micro hasta el ferry, después el ferry por
media hora, y después otro micro hasta la disquería. Una vez ahí, nunca sabías
con qué te podías encontrar... Siempre me compraba algo en vinilo, y el viaje
de vuelta me la pasaba media hora en el ferry admirando la tapa del disco que
había comprado, o leyendo las letras y todo eso... Después, ni bien llegaba a
mi casa, ponía inmediatamente a sonar el disco, y lo escuchaba una y otra vez
durante un mes, hasta que tenía oportunidad de volver a la disquería en Oslo...
¡Era una experiencia fantástica! Hoy los pibes se conectan y ya está... Bajan
todo así nomás. Es triste, como vos decís, porque hace que la gente aprecie a
la música desde otra perspectiva, y además ya no la valoran de la misma forma.
Es todo mucho más superficial. Raramente leen las letras o se interesan por el
resto de lo que un disco solía incluir...
- Con
respecto a lo que decías antes sobre el tema de las ventas, me parece
algo muy refrescante ver cómo gente dentro del black metal hoy por hoy admite
que la idea es vivir de la música que uno hace, lo cual es totalmente
lógico y natural. Antes, si uno mencionaba algo así en un género como éste,
enseguida te tildaban de “sacrílego”...
- Entiendo lo
que querés decir, pero dejáme aclarar una cosa: si hacer plata fuera nuestra única
motivación, estaríamos tocando otro tipo de música. Lamentablemente todavía
tenemos que hacer otras cosas. Frost, por ejemplo, es un ingeniero de sistemas.
Es un muy buen trabajo, con un muy buen sueldo. Yo recibo ofertas dentro de la
industria todo el tiempo, porque la gente dentro de este medio me conoce y sabe
bien cómo soy... Pero con Satyricon hacemos mucha menos plata de la que
haríamos en un trabajo totalmente ordinario. El tema es que eso a nosotros no
nos interesa. No somos la clase de personas que viven sus vidas de esa forma.
Tenemos otras prioridades y amamos lo que hacemos. Por supuesto que a veces nos
preguntamos “¿para qué mierda estamos haciendo esto? ¡Ya no tiene sentido!”,
pero también hay otros momentos en los que disfrutamos muchísimo este asunto...
Lo que muchas veces la gente no pareciera entender es que esto es, para
nosotros, una “profesión”, es decir un trabajo, y no un hobby. Y como tal
debería ser remunerado. Eso es algo lógico, ¿no? Esto es lo que hacemos full-time, y no
cuando salimos del colegio o cuando no estamos boludeando en el pub de la
esquina... Yo ya vengo en este tema desde hace rato... Los que dicen que el
black metal no debería ser redituable, o que las tapas de los discos tienen que
ser únicamente blanco y negro, o que no se deberían vender más de mil copias de
tu disco, o que no se supone que salgas de gira por el mundo, o todas esas
idioteces... bueno, para empezar, esa gente es en su mayoría bien joven. Deben
tener unos 20 o 22 años. Ok, si tenemos en cuenta que todo este asunto del
black metal explotó allá por el ´92 y el ´93, bueno... entonces estos pibes
tenían unos 8 años en esos días. ¿Qué mierda saben? Se creen que porque leyeron
“Lords Of Chaos”, que es un libro lleno de mierda y de mentiras, saben de lo
que están hablando. Pero no saben nada. Hacen falta más tipos como Euronymus (controversial
ex líder de Mayhem, asesinado por Varg Vikernes de Burzum), que fue uno de
los verdaderos pioneros en el género y hoy es una suerte de icono cultural
dentro del black metal. Euronymus siempre decía que odiaba toda la ideología
punk y hardcore dentro del black, el hecho de que “no se supone que hagas esto
ni lo otro” o “no se supone que seas compensado por tu arte”. Siempre lo decía
exageradamente, pero esa era su forma de hacerse entender. Es gracioso como hoy
la clase de gente que justamente Euronymus odiaba anda diciendo cosas como “¡a
la mierda con Emperor! ¡Aguante Carpathian Forest!” (risas) El problema con
el black metal es que hay demasiados nenes escuchándolo...
Tiempos Oscuros & Medievales
Uno de los desprendimientos más interesantes surgidos de Satyricon fue
el álbum “Fjelltronen”, editado en 1995 por Satyr bajo el nombre de
Wongraven e interpretado íntegramente en guitarras acústicas, piano, percusión
y sintetizadores. La obra podría ser definida como música “ambiental y
medieval”, aunque ningún otro álbum dentro del estilo puede realmente
comparársele.
“Ese proyecto surgió en el medio
de la etapa “medieval” de Satyricon. Tenía tantas ideas similares dando vueltas
en mi cabeza que tuve que crear un desprendimiento que fuera netamente medieval
y ya sin el ingrediente black”, explica Satyr. “La idea era básicamente
sacar toda esa música de adentro mío. Pero si lo hubiera hecho en Satyricon, la
banda se hubiese convertido en algo folk y ambiental. Como amante de la música
y como compositor, grabar el disco de Wongraven fue algo necesario. Por eso usé
ese nombre. Wongraven es mi apellido real (N. del R.: el nombre real de
Satyr es Sigurd Wongraven). Y al usar esa palabra para bautizar al proyecto
estaba diciendo que este soy yo, y esta música es lo que yo soy en realidad. Y
de hacer un segundo disco, las posibilidades serían ilimitadas. No
necesariamente debería ser un disco de música medieval o folk, sino de
cualquier cosa que me interese profundamente al momento de componer, o que me
represente en un momento determinado de mi vida. No creo que nunca pase algo
así, pero si en un momento me interesa la música tecno, en teoría podría grabar
un disco tecno y editarlo bajo el nombre de Wongraven, ¿entendés? Puede ser
cualquier cosa. No obstante, todo lo que tengo para decir musicalmente lo estoy
diciendo en Satyricon, así que por el momento no tengo planes de editar un segundo
álbum...”.
- ¿Cómo fue que se te ocurrió usar al
medioevo como concepto para la primera etapa de Satyricon y para Wongraven?
- Es la música que llevo adentro. Es algo que me sale
solo. No lo puedo explicar de otra forma. A diferencia de lo que pasó con Storm (proyecto de música folk
tradicional noruega en versión metalera cuyo único álbum, “Nordavind”,
fue grabado en 1995 por Satyr junto a Fenriz de Dark Throne y Kari Rueslatten
de The Third And The Mortal), Wongraven fue algo que tenía que
hacer. Storm, en cambio, fue una idea. Hay una diferencia ahí. Una cosa
es una necesidad, algo que te sale solo y vivía dentro de mí, y otra cosa es
una idea, algo que planeas anticipadamente porque pensás que puede llegar a ser
interesante.
El Origen Del Icono “S”
“Honestamente,
el nombre “Satyricon” no tiene un único significado. Es más, ni yo mismo sé
concretamente qué significa”, confiesa Satyr cuando le pregunto algo que me
venía carcomiendo la imaginación desde el momento que escuché “Dark Medieval Times” por primera vez, allá por 1993. “Podés pasarte horas buscando el
significado de nuestro nombre en Internet y te puedo asegurar que no lo vas a
encontrar”, prosigue el noruego. “La palabra “satyricon” tiene muchas
fuentes. La más importante sería el texto de Petronio (autor romano, quien
escribiera “El Satiricón” en el siglo I. La obra relata las peripecias
de tres amigos por el sur de Italia que sobreviven en base a engaños y
artimañas), que yo ni siquiera leí. Después tenés la película de Fellini,
que ví una vez hace ya muchos años, y de la cual me enteré como un año después
de haber formado la banda. La idea surgió originalmente en la época en la que
teníamos otro guitarrista, antes de grabar nuestro primer demo. Un día Frost,
él y yo nos pusimos a hablar de mitología griega, porque yo justo en esa época
estaba leyendo una serie de libros larguísimos sobre el tema. Ahí descubrí a
estas criaturas llamadas “satyrs” (“sátiros”), que eran mitad hombre y mitad
bestias, con patas de carnero, como una suerte de demonios de la naturaleza que
eran temidos y admirados a la vez, porque eran sumamente brutales y al mismo
tiempo muy talentosos desde el punto de vista musical. Entonces pensamos en
ponerle “Satyr” a la banda, pero después alguien mencionó la palabra “icon”
(“icono”), y se nos ocurrió combinar ambas cosas, es decir “Satyricon”, que
podría interpretarse como el ver a los sátiros como íconos... Y te repito que
mucho después nos enteramos de la película, y hasta el día de hoy desconozco la
intención de Fellini o la idea detrás de ese título.”
Los
Dominios De Satyr - Satyricon,
Disco X Disco
“Dark Medieval Times”: “Eramos jóvenes, estábamos hambrientos y no teníamos
experiencia alguna. Para bien o para mal, la ansiedad adolescente típica que
atravesábamos en esa época se nota mucho en el disco. Podés escuchar claramente
que como músicos y artistas éramos “vírgenes”. Lo bueno es la frescura que eso
conlleva, y que se nota mucho en esas canciones, y lo malo es que en muchos
casos tratamos de apretar más de lo que podíamos abarcar en esa época, y eso
también se nota mucho. No sabíamos cómo lidiar con los ingredientes de cada
canción. Desde mi perspectiva actual no creo que sea un gran disco, pero
reconozco que tiene un encanto y una onda muy especial.”
“The Shadowthrone”: “Como banda,
estábamos mucho más ensamblados, e instrumentalmente es un álbum muy superior
al anterior. La producción estaba más controlada y ya era profesional. Y las
letras tienen sus altibajos, aunque son muy atípicas. Musicalmente, es un disco
de grandes riffs en lugar tal vez de grandes canciones. Aunque acá tenés el
tema “Dominios Of Satyricon”, que hoy se convirtió en un clásico. Lo tocamos
siempre y es el tema que mejor funciona en vivo. Mañana damos un show en un
festival alemán y por supuesto lo vamos a tocar.”
“Nemesis Divina”: “Un punto clave en la historia del black metal y uno
de nuestros mejores discos a nivel ventas. Tiene unos riffs excelentes, es muy
superior a los dos anteriores, y suena bien incluso para los estándares de hoy.
En los medios bien under recibió críticas espectaculares, pero en las
revistas más grandes no lo apreciaron mucho. Es un disco muy popular, y junto
con el último fue el único que la gente disfrutó inmediatamente. Esas canciones
le gustaron de entrada a todo el mundo, sobre todo “Mother North”, claro, que
es algo así como el “himno” del black metal. Para mí, como compositor, no hay
nada más importante que haber escrito una canción así. Es lo que “Angel Of
Death” fue para el death metal o “Master Of Puppets” fue para el thrash. No
importa lo que pase de acá en más, al menos me queda la tranquilidad y el honor
de haber contribuido a la historia de la música pesada con esa canción. Pero
una de mis canciones favoritas de toda nuestra discografía es “The Dawn Of A
New Age”, el primer track. Lo único que no me gusta es el hecho de que
le falta un poco más de graves a la producción en general, un poco más de
“solidez” en el bajo y los bombos, pero eso en gran parte fue intencional y
obedeció a nuestra ideología de aquella época sobre cómo el black debería
sonar.”
“Rebel Extravaganza”: “Las letras de este disco son de las mejores que
escribí en mi vida. A nivel composiciones pudo haber ido un poco más lejos, y
en muchos casos las canciones tienen demasiadas partes, demasiados cambios, y
eso a la larga creo que no fue muy bueno. Hoy prefiero canciones más sólidas.
Lo que tiene este disco es que es muy dinámico, algo que no suele pasar en el
black o el death metal. Yo soy muy partidario de esta cualidad. Creo que es
algo fundamental en una canción. Por ejemplo, “Filthgrinder” es sumamente
dinámica y explosiva. El disco en general es muy frío, oscuro y, además, muy
contestatario. Esto último tiene que ver con el hecho de que al momento de
editarse el disco, el black metal se estaba convirtiendo en el mismo chiste que
es el gothic metal hoy. Todo el mundo usaba colchones de teclados y se vestía
como vampiros... El black metal había pasado de ser crudo y feroz a ser algo
sinfónico e inofensivo. La idea era ir en contra de eso. Por eso Frost y yo
aparecemos como aparecemos en la tapa de ese disco: extremadamente furiosos,
con mucho odio y llenos de misantropía. Así era como realmente nos sentíamos en
esa época.”
“Volcano”: “Cuando escucho este disco escucho a una banda que se encontró a sí
misma. Es la continuación lógica de todo lo anterior. Todo en el disco, desde
las letras, las canciones, la tapa, etc... todo te da una impresión de algo
monumental, algo gigante, y sin embargo algo que también es simple y redondo,
oscuro y preciso. No es un disco pomposo, a pesar de sonar contemporáneo. Es
pura oscuridad, pero oscuridad real. En la tapa tenés una serpiente y
nada más. Una idea clara y precisa. Oscuridad real, y no oscuridad de fantasía.
La serpiente no está volando por los aires ni hay un guerrero matándola...
Desde el punto de vista de la producción, para mí el disco tiene el sonido
perfecto para el black metal. Creo que fue el primer disco del género que suena
de esta forma. Nunca me gustó el sonido necro y crudo, y acá finalmente pudimos
lograr algo que sonara de forma autoritaria pero con onda, sin sonar
excesivamente retocado. Creo que logramos un buen balance entre la frialdad
oscura del black y la solidez de una banda thrash. Musicalmente, demuestra una vez
más que Satyricon es una banda muy versátil. Hay canciones largas y complejas
pero también algo como “Fuel For Hatred”, que es bien “in your face”. Y todo
suena coherente, todo fluye. Estoy muy orgulloso de ese disco.”