“Sheol”, la palabra, significa “infierno”
en hebreo. “Sheol”, el disco de Naglfar, constituye un paraíso de riffs,
melodías y atmósferas de black metal. Si Dissection hoy fuese una banda activa, “Sheol” sería su nuevo álbum. Naglfar
suena como la re-encarnación de Dissection, y “Sheol” es la quintaesencia
de la apoteosis blackmetalera al estilo sueco. Riffs como estos no se escuchan
desde la época del antológico “Storm Of The Light´s Bane” o los días
dorados de las agrupaciones noruegas. El 2002 fue el año de Immortal y su
maravilloso “Sons Of Northern Darkness”, pero el 2003 le pertenece
exclusivamente a Naglfar. Ningún indicio podía encontrarse en “Vittra” y
“Diabolical”, los dos trabajos anteriores del quinteto, que presagiase
semejante estallido de majestuosidad cacofónica. Naglfar no debe confundirse
con los alemanes Nagelfar. Los primeros acaban de editar “Sheol”, los
otros no. Momentos destacados de “Sheol”: todos. Puntos flojos de “Sheol”:
ninguno. Veces que escucho “Sheol” por día: perdí la cuenta. Posibilidad
de que alguien supere este disco en los próximos años: muy pocas. “Sheol”
es un clásico instantáneo del black metal. Naglfar: la banda. “Sheol”:
el álbum. Dictamen: un clásico. ¿Alguna duda?
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