(Primer
bostezo) Temo que Children Of Bodom me aburre olímpicamente. (Segundo bostezo)
Si quisiera escuchar una combinación de Stratovarius e In Flames, escucharía “Visions”
y “The Jester Race” seguidos. (Tercer bostezo) Pero no al mismo
tiempo. (Cuarto bostezo) Aunque puede que ustedes opinen lo contrario. En ese
caso, es muy probable que los fans de Stratovarius huyan despavoridos gracias a
la faringitis aguda de Alexi Laiho, y los de In Flames vomiten de asco entre
tanto duelo de teclados y guitarra. (Primer cabeceo) Resulta increíblemente
injusto que propuestas de estas características atraigan por igual la atención
del público y la prensa, reciban un apoyo publicitario considerable, y se
beneficien de una calidad sonora sin concesiones. Conozco decenas de bandas realmente
merecedoras de semejante tratamiento. (Segundo Cabeceo y quinto bostezo) Aunque
es perfectamente comprensible. Lección número 1 del Manual Para Dueños De
Sellos Discográficos: Dale al público lo que el público quiere escuchar. ¿Y qué
quiere escuchar el público? Aparentemente, la misma fórmula harto-probada de
siempre, con algún que otro ingrediente cambiado de lugar o brindado en
cantidades alteradas. (Tercer cabeceo) Con “Follow The Reaper”, la
receta termina por empalagar. (Último bostezo antes de sucumbir) ¿Originales?
¿Inventivos? ¿Demoledores? Debo estar perdiéndome algo.
Esteban
Medaglia (quedándose dormido).
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