Criticar el estado actual del power metal resulta tan
trillado y aburrido como el género mismo. No obstante, dentro de aquello que no
es justificadamente considerado como la elite indiscutida (Blind Guardian,
Rhapsody, Helloween, Gamma Ray, etc.) existe una considerable cantidad de
agrupaciones (Dream Evil, Thunderstone, Dragonforce, algunos momentos de
Nocturnal Rites, etc.) que consiguen al menos distinguirse a fuerza de garra y
nada más que garra. La originalidad constituye hoy un ingrediente tan inaudito
y exiguo dentro del estilo que uno suele conformarse simplemente con un puñado
de canciones estructuralmente dinámicas e instrumentalmente sólidas. Pero en “Dust
To Dust”, los franceses Heavenly no sólo desenfundan 70 minutos del más
redundante e insultantemente plagiado power metal, sino que lo hacen de manera
tan inocua y soporífera que ni siquiera consiguen distraer. Este tercer larga
duración simplemente confirma lo que “Coming From The Sky” (2000) y “Sign
Of The Winner” (2001) confirmaban que no hacía falta confirmar: Heavenly
copia... y copia mal. Los requisitos se cumplen al pie de la letra: obra
conceptual dividida en tres capítulos (en este caso inspirada en los vampiros y
sus múltiples encarnaciones), introducción ominosa, letras ingenuamente
irrisorias (y títulos como “Fight For Deliverance”, “Evil” o “Kingdom Come”),
producción a cargo de Sascha Paeth (rubro en el que al menos se perciben
mejorías), clavicordio sintetizado, mucho galope y poco recorrido, y un
cantante (Benjamin Sotto) que anestesia invariablemente los sentidos.
Lamentable. E ideal para alimentar las críticas de los detractores del género
(como si requiriesen de más munición...). Aunque Heavenly podría inscribirse en
toda una nueva -e inferior- categoría. Porque el de ellos es “metal poderoso”
sin poderío alguno.
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