Wednesday, March 28, 2012

NATTEFROST “Terrorist (Nekronaut, Part 1)” (Season Of Mist, 2005)



Nattefrost: ¿misionero del “verdadero” black metal, o ridícula parodia de un género lamentablemente venido a menos? En la tapa de la versión censurada de “Terrorist (Nekronaut, Part 1)”, podemos ver a Nattefrost (antes conocido como “Lord Nosferatu”) refregándose el cuerpo con sus propios excrementos. O al menos eso es lo que se dice que está haciendo.  Y eso es lo que vende. Pan, circo, corpse-paint, un poco de ruido variando siempre el mismo riff, una actitud kult, un buen agente de prensa capaz de idear semejante barbaridad, y voila... un nuevo clásico del true black metal. Como si acaso existiera tal cosa. El black metal en su versión siglo XXI perdió por desgracia gran parte de su “misticismo”, principal propulsor de su popularidad unos quince años atrás, y la culpa puede atribuírsele justamente a obras como “Terrorist (Nekronaut, Part 1)” y “artistas” como Nattefrost. 

El líder de Carpathian Forest (que además cuenta con numerosas otras bandas paralelas, como World Destroyer, Hatepulse, Bloodline y Grima) redefine en el segundo trabajo de su proyecto personal homónimo el significado de lo primitivo, lo barbárico, lo pútrido, lo salvaje... y lo estúpido. Todas las canciones del álbum ofrecen una sencillez estructural irrisoria que roza los límites del punk, y la mayoría difícilmente haya sido compuesta en más de tres minutos, incluyendo una suerte de bizarro interludio en el que podemos escuchar a Nattefrost, en todo su maligno esplendor, “vaciando su vejiga”. Y títulos como “Pre-Teen Deathfuck”, “Eine Kleine Arschmuzick” (“Una Pequeña Música Del Culo” en alemán, jugando con el nombre de “Eine Kleine Nachtmusik” de Mozart), “Catapultam Urinam Philosophiam” o “Black Metal Suicide” echan más leña a la injuria. “Terrorist (Nekronaut, Part 1)”: ¿el capricho pueril de un delirante haciéndonos perder el tiempo, o black metal con todas las letras como no se escuchaba desde la época en la que Euronymus estaba vivo? Instancias como “Goat Worship” nos llevan fugazmente a inclinarnos por lo segundo, pero el mismísimo título de la obra nos devuelve a la realidad. 

Si el debut “Blood And Vomit” (2003) mantenía viva la llama del más extremo y old-school metal negro, porque al menos parecía tomarse en serio a sí mismo, “Terrorist (Nekronaut, Part 1)” (que incluye la participación de miembros de Aura Noir, Taake y Enslaved, todos proyectos de un nivel inmensamente superior) termina invariablemente por denigrar el honor. El black metal está para mucho más que esto, y lo irónico es que Nattefrost lo sabe muy bien. Y sino, escuchen Carpathian Forest. Nattefrost, en cambio, pareciera regocijarse (escatológicamente, por momentos) en este caricaturesco gaudeamus sólo apto para necronautas. Y nadie en su sano juicio debería seguirle el jueguito. O acaso el único propósito del disco (y del proyecto) sea el desafiar a la anatema mayor del black metal, aquella que cualquier oyente acérrimo del género repele instintivamente: la diversión.