Thursday, September 29, 2011

DREAMS OF SANITY “The Game” (HOS, 2000)



El pasado demostró que obras de la literatura clásica supieron cobrar fulgurosa nueva vida en las manos de estos austriacos. Sin embargo, el quinteto arremete hoy, contra todo pronóstico (hubiera jurado que “El Paraíso Perdido” era el próximo nombre en la lista), con un concepto de su propia autoría, y los resultados, si bien levemente menos pirotécnicos en su derroche de pompa y circunstancia, vuelven a ser estupendos. Acaso nunca antes la sutileza y la energía supieron ser tan bien amalgamadas por el grupo como en este “The Game”, que sorprende, al mismo tiempo, por lo emotivo (“Window To The Sky”) y contundente (“The Creature That You Came To See”) de sus composiciones. El sonido tradicional de Dreams Of Sanity  continúa tan puro como la más conservadora de las garantías, pero la garganta de Sandra Schleret consigue desenvolverse más cómoda que nunca, la producción mejoró considerablemente, y las ideas están expuestas de forma más concisa, obviando en la mayoría de los casos la redundancia perceptible en las entregas anteriores para permitirle a las melodías hacer lo suyo sin muchas complicaciones. Puede que se trate del álbum más accesible que la banda haya editado, pero a la vuelta de la esquina están los estupendos teclados de Frederic Heil para recordarnos que la intrínseca complejidad de la música clásica es su arma predilecta dentro de un arsenal cuanto menos admirable. A tirar el dado, colocar las fichas en su lugar y jugar el juego de “The Game”, entonces, que la diversión está asegurada.

Tuesday, September 27, 2011

NAGLFAR “Sheol” (Century Media, 2003)



“Sheol”, la palabra, significa “infierno” en hebreo. “Sheol”, el disco de Naglfar, constituye un paraíso de riffs, melodías y atmósferas de black metal. Si Dissection hoy fuese una banda activa, “Sheol” sería su nuevo álbum. Naglfar suena como la re-encarnación de Dissection, y “Sheol” es la quintaesencia de la apoteosis blackmetalera al estilo sueco. Riffs como estos no se escuchan desde la época del antológico “Storm Of The Light´s Bane” o los días dorados de las agrupaciones noruegas. El 2002 fue el año de Immortal y su maravilloso “Sons Of Northern Darkness”, pero el 2003 le pertenece exclusivamente a Naglfar. Ningún indicio podía encontrarse en “Vittra” y “Diabolical”, los dos trabajos anteriores del quinteto, que presagiase semejante estallido de majestuosidad cacofónica. Naglfar no debe confundirse con los alemanes Nagelfar. Los primeros acaban de editar “Sheol”, los otros no. Momentos destacados de “Sheol”: todos. Puntos flojos de “Sheol”: ninguno. Veces que escucho “Sheol” por día: perdí la cuenta. Posibilidad de que alguien supere este disco en los próximos años: muy pocas. “Sheol” es un clásico instantáneo del black metal. Naglfar: la banda. “Sheol”: el álbum. Dictamen: un clásico. ¿Alguna duda?

...AND OCEANS "The Symmetry Of I, The Circle Of O" (Season Of Mist, 1999)


Más finlandeses, más black metal saturado de teclados pseudo-pretensiosos, y más desconocedores de todo tipo de vocablos que comiencen con las letras "origi" y terminen con "nalidad".  Pero si "The Dynamic Gallery Of Thoughts", el debut de 1998, sólo había producido bostezos, a no desesperar: "The Symmetry Of..." al menos se coloca un par de escalones más arriba a nivel entretenimiento y calidad tanto instrumental como compositiva... pero eso es todo. Lástima que mi copia promocional no incluye las letras, porque a juzgar por títulos como "I Wish I Was Pregnant" ("Desearía Estar Embarazado") o "Âcid Sex And Marble Teeth-Youphoria" (muy complicado de traducir en estas pocas líneas), la cosa aparentaría ser bastante interesante.... o bastante ridícula. Disponible también en versión digi-pack limitado doble, con un Cd extra presentando "la faceta más dark e industrial del grupo", que afortunadamente no tuve ocasión de escuchar.   

Monday, September 26, 2011

HYPOCRISY “Catch 22” (Nuclear Blast, 2002)



“Catch 22” está destinado a causar controversia. “Me rehúso a ser destruido”, afirma a gritos Peter Tägtgren (cantante, guitarrista y líder) en “Destroyed”, y uno podría interpretar su desahogo de bronca como una determinación a impedir el estancamiento creativo, el auto plagio y la repetición de fórmulas anteriormente exitosas. Pero si abrir los horizontes implica componer canciones intencionalmente accesibles, pegadizas, y de consumo rápido, entonces no cuenten con mi voto. Hypocrisy pareciera ser una banda completamente distinta en canciones como “Turn The Page”, “Edge Of Madness” o “Hatred”, todas ellas construidas en base a ritmos y riffs entrecortados,  sucios y de neto corte “moderno”. La garganta de Tägtgren atraviesa una considerable cantidad de filtros, distorsiones, cámaras y efectos similares antes de llegar a destino, y una vez allí  todo aquello que lo caracterizaba anteriormente es dejado de lado en favor de un mayor impacto sonoro, tan despersonalizado como inocuo en estos tiempos de extremidad apta para todo público. Irónicamente, las letras resultan por completo inteligibles como consecuencia, produciendo de esta forma una conexión emotiva más inmediata; pero el precio pagado es demasiado alto. Prefiero escuchar al Hypocrisy oscuramente atmosférico de “The Fourth Dimension” o “Abducted” y no entender una mísera consonante en lugar de descubrir que Tägtgren está enojado con medio mundo, cuando en realidad debería sentirse agradecido por haber generado una fortuna en torno a su grupo y el estudio de grabación que éste le permitió construir y más tarde popularizar. El estallido inicial de “Another Dead End (For Another Dead Man)”, la rabiosa “Don´t Judge Me” y “A Public Puppet” retienen, de alguna forma, aquel violento y rústico encanto de antaño, si bien el virus de la accesibilidad consigue también propagarse entre las texturas de sus descargas. El filo de las guitarras seduce, los teclados adquieren un rol fundamental en varias instancias, y se torna arduo -más de lo que debiera- resistirse al groove que la obra destila. Pero bastan unos escasos segundos luego de finalizado el álbum para concluir que su única virtud reside en la variedad -no calidad- del material. Contrariamente a las conclusiones de muchos, no obstante, “Catch 22” está a varios pasos de distancia del tan debatido “nü metal”, aunque el tramo podría acortarse considerablemente en futuras entregas. Sea como sea, el daño está hecho. 

Monday, September 19, 2011

Entrevista: DIMMU BORGIR - Al Sur Del Paraíso

(reportaje originalmente publicado en la revista Grinder, edición argentina, en el marco de la gira de "Puritanical Euphoric Misanthropia" en 2002)

Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma tiene indefectiblemente que ir a la montaña. Circunstancias de la vida que no vienen al caso me llevaron al Gran País Del Norte (me refiero a Estados Unidos, no a Noruega), y la casualidad se encargó de combinar mi estadía con la actual gira norteamericana del grupo. El encuentro se produjo en Fort Lauderdale, a unos 40 km. de Miami. Y ni los 30 grados de calor pudieron hacerle frente 
a la misantropía invernal desatada aquella noche...



Olvídense de las estupendas fotos que pueden verse en el booklet de “Puritanical Euphoric Misanthropia”. Los miembros de Dimmu Borgir, sin maquillaje ni marketing parafernálico a cuestas, no se parecen en nada al horror orgiástico que pretenden plasmar en celuloide. Cuando Shagrath me da la mano no sólo me sorprenden su amabilidad y educación, sino que directamente me resulta imposible reconocerlo. Anteojos de sol a modo de bincha, mochila a medio llenar y con cierre abierto estilo alumno de cuarto año, y una cara de púber quinceañero que de tan inofensiva mete miedo. Menos mal que tanto la mochila, los anteojos y el resto de su vestimenta no transgredían el riguroso negro que la ley señala como obligatorio. De lo contrario, cuando el manager de la banda se encargó de presentarme en sociedad no le hubiera creído ni una sola palabra. Salvo por una colorida colección de tatuajes que recorren la totalidad de sus (pálidos y delgados) brazos, el cantante de la agrupación más popular del black metal contemporáneo pasaba totalmente desapercibido entre las cincuenta o sesenta personas que aguardaban tranquilamente en la boletería para comprar sus entradas. 

“¿Viniste desde Argentina sólo para vernos?”, me pregunta medio sorprendido y medio acostumbrado a hazañas similares. “Sí, claro”, miento yo utilizando los mismos recursos diplomáticos. “Silenoz, este es Esteban. Vino desde Argentina y quiere hacerte una nota”. Me doy vuelta para estrechar manos con el guitarrista y mi primera impresión vuelve a ser de sorpresa. Silenoz había estado a mi lado todo el tiempo y yo ni enterado. “Eeehhhh... Perdón, no te reconocí sin el maquillaje”.... No hay problema, por su puesto. A juzgar por el resto de los presentes, no fui el único... 

- Me sorprendió que para este nuevo álbum no hayan vuelto a trabajar con Peter (Tägtgren) como productor. ¿Cómo se decidieron por Fredrik (Nordström)? 
- Decidimos cambiar de productor básicamente porque Peter no podía obtener el sonido exacto que nosotros buscábamos. Y con esto no quiero decir que antes tuvimos un mal sonido o una mala producción, por que ese no fue el caso. Lo que pasa es que para esta oportunidad simplemente queríamos un sonido mucho más directo y certero. Me refiero al tipo de sonido de discos como “Slaughter Of The Soul”, de At The Gates. Algo bien agresivo... Y ese es un disco que produjo Fredrik. Sabíamos que Peter no iba a poder sacar esa clase de sonido, así que decidimos hacer un cambio y buscar a alguien que sí pudiera hacerlo. 
- En lo que a sonido y producción respecta, yo pienso que “Enthrone Darkness Triumphant” no permite grandes objeciones. Sin embargo, no creo que pueda decirse lo mismo sobre “Spiritual Black Dimensions”... 
- Totalmente. Estoy de acuerdo. El sonido de “Enthrone Darkness Triumphant” es cristalino y poderoso. Podés escuchar y distinguir cada instrumento y cada arreglo. En cambio, el sonido de “Spiritual Black Dimensions” es mucho más caótico... De hecho, ese fue un gran problema. Tuvimos que mezclar el disco unas dos o tres veces hasta lograr un sonido cercano al que estábamos buscando. Y nunca quedamos realmente felices con los resultados... 
- ¿Pero quedaste satisfecho con el nuevo álbum? 
- Sí. Trabajamos muy duro para superarnos, y hasta ahora la gente también pareciera estar muy conforme. 
- ¿Piensan volver a trabajar con una orquesta en el próximo disco? 
- Sí. Fue grandioso tocar junto a músicos clásicos. Dimmu Borgir siempre fue una banda sinfónica, así que sólo era cuestión de tiempo el combinar una orquesta con nuestro sonido tradicional. Para la próxima tal vez grabemos las cuerdas en Moscú o Praga. Ahí tienen orquestas más grandes... 
- Y más baratas... 
- También, pero eso no quita que sean buenas. Tal vez sean mejores, de hecho. 
- ¿Cómo reaccionaban los músicos cada vez que Shagrath abría la boca? 
- En realidad ellos grabaron todas las cuerdas antes, así que nunca pude ver sus reacciones. 
- Una de las canciones que más me sorprendió del nuevo álbum fue “Puritania”, porque incluye elementos un tanto inusuales para el sonido del grupo, como programaciones electrónicas y ese tipo de cosas... ¿La idea era probar algo diferente? 
- Bueno, fue como un experimento. Teníamos unos cuantos riffs que nos sobraban y no sabíamos dónde meterlos, así que compusimos ese tema, que es el más corto del álbum, y combinamos sobras. Y teniendo en cuenta que no planeamos nada, el resultado es considerablemente bueno. Tal vez en el próximo álbum tratemos de hacer algo más en esa misma línea, pero siempre manteniendo las raíces de nuestro sonido intactas. Nunca vamos a dejar de ser una banda de black metal. 
- ¿A qué le atribuirías el hecho de que gran parte de las bandas noruegas del género están actualmente experimentando con sonidos electrónicos? 
- Puede que los músicos escandinavos tengan una mente más abierta. Como músico, no podés seguir usando la misma receta que usabas hace diez años, porque sencillamente se torna aburrida. Mucha gente pareciera no entender este detalle, porque lo consideran desde la perspectiva de un oyente. Y yo entiendo perfectamente su postura, si bien ellos tendrían que hacer el esfuerzo de entendernos a nosotros, los músicos. Si no tratamos de buscar cosas nuevas, sonidos nuevos, nos aburrimos y estancamos. Necesitás un desafío, algo que mantenga tus anhelo y tus expectativas siempre ansiosas... 
- Pero al momento de componer, ¿piensan primero en ustedes o en el público al que va dirigida la canción? 
- En nosotros. Eso viene primero. Siempre. No nos interesa lo que piense el resto. Mientras nos guste a nosotros, no nos importa nadie más. Si a la gente también le gusta, genial. Es como un bonus para nosotros. 
- “Puritanical Euphoric Misanthropia” fue votado como uno de los discos del año en numerosas revistas, y de hecho en Sudamérica recibió críticas excelentes... 
- ¡Genial! Nos encantaría poder tocar para más países de Sudamérica. Tocamos en Colombia para 5000 personas y fue fantástico. En Chile tocamos para 1200. La gente se volvía loca. Es mucho mejor para nosotros tocar en vivo cuando la gente se entusiasma de esa forma. Fue genial. Nos gustaría mucho tocar en Brasil o Argentina... 
- ¿Y cuál fue tu disco del año? 
- El que más estuve escuchando fue “Live Insurrection”, de Halford. Es excelente. Sobre todo el material viejo... 
- ¿Escuchaste el debut de Susperia (la nueva banda de Tjoldav, ex-baterista de Dimmu Borgir)? ¿Qué te pareció? 
- Es genial. Hicimos una gira europea junto a ellos. Compartimos los mismos gustos musicales y tenemos los mismos gustos generales, así que nos llevamos muy bien. 
- Sólo por curiosidad, ¿no sabés si el nombre del grupo lo sacaron de la película “Suspiria”, de Dario Argento? 
- Creo que sí. Pero por razones legales tuvieron que cambiar una vocal, porque ya existía una banda que se llama “Suspiria”.


- ¿Sabés qué fue lo que no me gustó del nuevo álbum? El arte de tapa. Es demasiado similar a los anteriores... 
- Sí, bueno... Mucha gente nos dice que es demasiado infantil... 
- Pareciera que tienen una obsesión con las mujeres desnudas en posiciones de extremo sufrimiento... 
- De hecho, la idea original era mucho más extrema. Pero el sello nos dijo que era demasiado sangrienta, y nos pidieron hacer algo más “light”. Nosotros queríamos que el cuerpo tuviera las extremidades y la cabeza cercenadas. Y como no estamos de acuerdo con la censura, les dijimos que le pongan un envoltorio negro encima de la tapa, pero tampoco hubo caso. Al final, si seguíamos con la pelea el disco no hubiese salido nunca a la calle, así que nos resignamos y cambiamos un poco el dibujo original... 
- ¿Pero a quién se le ocurren esas ideas tan retorcidas? 
- ¿Qué te puedo decir? Nos pareció que se ajustaba bien al título del disco. Queríamos algo desagradable... 
- Por otra parte, las fotos internas del booklet son fantásticas... 
- Sí. Por primera vez pudimos llevar adelante y desarrollar nuestras propias ideas en lo que a fotografía respecta, sin la intervención del sello. Estoy muy feliz sobre todo con las tomas individuales. 
- Mucha gente las comparó con el tipo de fotos que Cradle Of Filth suele utilizar... 
- ¿En serio? 
- Sí, pero igual yo creo que las de ustedes quedaron mejor... 
- Bueno, ¡yo creo lo mismo! (risas) 
- Cambiando de tema, te quería preguntar acerca de la partida de Astennu (ex-guitarrista). Leí varias declaraciones tuyas en las que no hablabas muy favorablemente de él... 
- Es cierto. Después de un tiempo su personalidad cambió totalmente y generó una atmósfera muy negativa dentro de la banda. Como consecuencia tuvimos un par de meses en los que no hicimos absolutamente nada. Así que para seguir adelante tuvimos básicamente que echarlo. No tuvimos otra opción. A nosotros nos interesa gente que esté dedicada y comprometida en un 100% con la banda, y no alguien que al poco tiempo pierda su entusiasmo o sus ganas. Es triste, pero ¿qué podíamos hacer? La vida tiene que continuar. Creo que ahora él se volvió a Australia... 
- ¿Qué me decís de los nuevos miembros? ¿Cómo va todo con Nick y Simen? 
- Genial. Ambos son muy dedicados y trabajamos perfectamente juntos. 
- ¿Nick se mudó a Noruega? 
- No, todavía vive en Inglaterra. Es más barato para él volar a Noruega varias veces por año que quedarse a vivir. 
- ¿Pero cómo se las arreglan para ensayar? 
- Bueno, por lo general viene y se queda en mi casa por dos semanas. Ensayamos, componemos, y se vuelve a Inglaterra por tres semanas, y así sucesivamente.

Horror de horrores: Silenoz sonríe durante el ensayo. Esteban usa "riñonera". 
El black metal pierde misticismo.

- Ahora vayamos un poco al pasado. ¿Qué recuerdos tenés de los primeros días de Dimmu Borgir? Me refiero a cuando tenían unos quince o dieciséis años... 
- (se ríe) Bueno... Creo que nos conocimos en un club o algo así... En un principio éramos Shagrath, Tjoldav y yo. Por unos cuantos meses sólo estuvimos nosotros tres, y tocábamos covers de Mayhem y ese tipo de cosas... Con el tiempo creamos nuestro propio sonido y nos dimos cuenta de que necesitábamos algo más que un bajo, una guitarra y una batería. Decidimos probar con un teclado y así fue cómo entró un amigo que nunca antes había estado en una banda de metal. Pero el resultado fue fabuloso, creo yo, y desde entonces consideramos a los teclados tan importantes como las guitarras. Y así empezó a rodar la bola de nieve... Después entraron otros miembros, y creo que en el ´94 fuimos a un estudio bien berreta y grabamos nuestro primer demo. Les enviamos varias copias a algunos sellos europeos y la cosa empezó a funcionar. Era material muy mediocre en comparación, pero aparentemente gustó. Nos ofrecieron editarlo en vinilo, y como éramos tan jóvenes e inexperimentados estábamos calientes con la idea de editar un disco, así que aceptamos inmediatamente. Pero creo que hicimos bien. Si nos hubiésemos negado hoy tal vez no estaríamos acá. 
- ¿Es cierto que Fenriz (de Dark Throne) les ofreció un contrato cuando ustedes apenas se formaron? 
- Sí, creo que empezó a decir eso hace un tiempo... Lo que pasó fue que él nos conocía y le dimos un cassette con uno de nuestros demos. Lo escuchó y le encantó, porque él es fan del black metal sucio y ”grim”. Nos dijo que quería editarlo... 
- De hecho, “Stormblast” tiene el típico sonido “grim” que tanto gustaba unos años atrás. Es uno de mis discos favoritos del grupo... 
- Sí, a mi también me gusta... Pero lo de Fenriz quedó en la nada. Tenía la idea y las ganas, pero creo que no los medios como para hacerlo... 
- Esta te puede parecer una pregunta ridícula, pero siempre quise saber qué te decía tu familia a los quince años cuando te veían con el maquillaje tradicional del black metal... 
- (risas) Bueno, supongo que no entendían muy bien de qué se trataba todo... 
- “Mamá, Papá... Estoy tocando en una banda de black metal”... 
- ¡Sí! Mi mamá me decía “¿qué estás haciendo? ¿Querés parecerte a esos de Kiss? Al menos tratá de inventar algo nuevo...” (risas) Y yo le decía “no, mamá, vos no entendés...”. En realidad creo que fui bastante afortunado, porque mis padres siempre me apoyaron y ayudaron en todo. No puedo quejarme sobre la forma en la que me criaron, realmente. En esa época ensayábamos en mi sótano y hacíamos un ruido terrible... 
- ¿Tenés alguna anécdota graciosa de esos días? 
- No realmente... Mi abuelo solía tocar la guitarra acústica y a veces me preguntaba si estaba muy alta. “¿Estoy tocando muy fuerte?”, me decía. “¿A eso le llamás muy fuerte? ¡Escuchá esto!”, le decía yo, y conectaba mi guitarra eléctrica a todo lo que daba.... 
- La próxima es una pregunta que suelo hacerle a todos los músicos noruegos. Si bien ustedes nunca estuvieron involucrados en lo más mínimo con la “black metal mafia”, ¿qué era para vos esa “organización”? Te lo pregunto porque casi siempre obtengo una respuesta diferente... 
- Bueno, no sé si era una organización o qué, pero si puedo contarte que eran como cuatro o cinco personas que se juntaron y tenían personalidades un tanto extremas. No sé cuán serios realmente eran o cuán en serio se tomaban sus propias declaraciones, pero después de un tiempo creo que fue bastante obvio que sí empezaron a tomarse demasiado en serio algunas cosas. Cuando se queman iglesias y se mata a la gente la cosa se pone definitivamente seria... No sé si se trató de un juego que se salió de control, pero en esa época el black metal era mucho más “místico”... Hoy el género está muy expuesto... 
- La gente los culpa a ustedes por eso... 
- Sí, pero en realidad no fuimos nosotros los que dimos a conocer el black metal, sino los aspectos extra-musicales. También hay gente que dice que nosotros comercializamos al black metal, y otros que directamente afirman que no somos black metal... Sea como sea, antes las cosas eran diferentes. De eso no hay duda. Salías a la calle maquillado y con pinches en tu ropa y todo el mundo te miraba y se preguntaba qué mierda era eso... Hoy no le llamaría la atención a nadie... Pero supongo que así son las cosas. Todo cambia. 
- Puede parecer extraño, pero, de alguna forma, era más interesante escuchar black metal unos años atrás. Te sentías parte de una elite... 
- ¡Sí! Es cierto. El elemento místico se perdió. Hoy el género se maneja a un nivel más profesional y los músicos se toman las cosas más en serio. 
- Y es curioso, porque nadie puede negar que las bandas de hoy suenan mejor y que los temas están mejor compuestos... pero, y no sé por qué, yo sigo prefiriendo al black metal de antes... 
- Sí, totalmente. De hecho, yo tampoco escucho mucho black metal contemporáneo. Prefiero clásicos como Mayhem, Immortal o Emperor... De lo nuevo, creo que el único disco que vale la pena es el de Thorns... 
- No lo escuché... 
- Deberías, créeme. Ese disco va a marcar un nuevo estándar. Es el primero del grupo, pero ya estaban en todo esto desde hace como diez años. En realidad, la banda está integrada únicamente por Snorre W. Ruch... 
- Leí mucho sobre él. ¿Realmente tuvo una influencia tan grande durante los orígenes del género, como todo el mundo afirma hoy? 
- Sí, porque el demo que grabó (N. Del R.: Silenoz se refiere a “Grymyk”, editado en 1991) causó un gran impacto en mucha gente dentro de la escena... 
- Te lo pregunto porque cinco años atrás nadie siquiera mencionaba al grupo, y hoy de repente todo el mundo anda diciendo “fueron los pioneros, los verdaderos precursores”... ¿Fue tan así? 
- Es cierto que nunca fueron muy conocidos, pero el grupo realmente dejó su marca. Y lo que hacen hoy es muy interesante. 
- Uno de los discos recientes que más me gustó fue “Rebel Extravaganza”, de Satyricon... 
- A mí no tanto. El mejor es el primero. Es el más atmosférico y oscuro. Recuerdo que le dije a Frost (baterista de Satyricon) que el mejor era el primero, y él me contestó que no porque el nuevo era más esto y más lo otro y bla, bla, bla... Aunque supongo que a nosotros nos pasa lo mismo. Mucha gente viene y nos dice que para ellos el mejor álbum de Dimmu Borgir es el primero... 
- Antes mencionaste a Mayhem, Immortal y Emperor. ¿Qué te parecieron sus últimos discos? 
- Pienso que son geniales. Sobre todo el de Immortal... Y el de Mayhem también. Muchos se desilusionaron porque estaban esperando el Mayhem del ´92, pero ya nunca más van a poder escuchar eso... Pero el nuevo álbum es magnífico. Están llevando al género un paso más allá. Es lo que te comentaba antes. La gente nos culpa por comercializar al black metal, pero nosotros simplemente aprovechamos la oportunidad de transformar al estilo en algo mucho más grande en lugar de conformarnos con lo que ya teníamos. De lo contrario, hoy seguiríamos tocando en un sótano... 

Dimmu Borgir modelo 2001 a pleno, antes del ensayo. El tercero desde la derecha es el colado de turno. 


GALDER – Todo Queda Entre Amigos 
Galder siempre fue considerado uno de los guitarristas y compositores más destacados de la escena noruega. Old Man´s Child, su anterior banda que recientemente devino en una suerte de proyecto unipersonal, pasó del estatus de culto al éxito moderado. De ahora en adelante, sin embargo, la situación se torna indudablemente diferente... 
- Después de tantos años tras Old Man´s Child, ¿cómo te sentís formando parte de Dimmu Borgir? 
- Es genial, porque siempre fuimos muy amigos. Con Shagrath fuimos juntos a la escuela. Y el estilo es el mismo. No hay grandes diferencias entre ambas bandas. 
- Pero todavía tenés un contrato por tres discos más con Century Media. ¿No te sentís como con una gran carga sobre tus espaldas debido a eso? 
- Sí, es realmente bastante molesto, porque tenés que cumplir con un plazo sí o sí. Pero Old Man´s Child fue mi vida durante tantos años que no voy a tirar todo por la ventana así nomás... Es cool estar en dos bandas grandes al mismo tiempo. Voy a estar muy ocupado durante los próximos años, de eso no caben dudas... 
- ¿Cómo ves hoy a “Revelation 666”? 
- Hasta ahora es el álbum más vendido de Old Man´s Child. Me gusta. No digo que sea el mejor, pero tiene un buen sonido y ningún error en la grabación. 
- ¿Cómo se compara Old Man´s Child con Dimmu Borgir a nivel ventas? ¿La diferencia es realmente tan grande? 
- Sí, Dimmu Borgir vende mucho más. “Revelation 666” vendió entre 35.000 y 40.000 copias, pero Dimmu vende más de 100.000... Es otra cosa. 
- ¿Vivís de Dimmu Borgir o necesitás tener dos bandas? 
- Vivo de las dos... Me gusta vivir de la música y poder estar junto a mis amigos. No quiero pasarme el resto de mi vida trabajando como plomero... (risas) 
- ¿Cómo recordás los primeros días de Old Man´s Child? 
- ¡Uf! Ya ni me acuerdo... 
- Musicalmente las cosas eran muy diferentes... 
- Sí. No pensábamos en el éxito como hoy. Si vendíamos 5.000 copias éramos felices... Hoy nos tomamos las cosas más en serio. Antes ensayábamos y tomábamos cerveza. Hoy es más como un trabajo... pero igualmente nos divertimos. 


VORTEX – El Coloso Que Vino Del Frío 
Contrariamente al resto de los miembros de Dimmu Borgir, a Simen “Vortex” Hestnaes le resulta imposible no llamar la atención. Sus dos metros de puro salvajismo y desprolijidad escandinavas contrastan, sin embargo, con una personalidad relajada y cordial. “Sacáme las fotos de la cintura para arriba”, me suplica. “Estas bermudas roñosas no son muy black metal que digamos...”. Entre la jungla de pelos y barba que cubren sus expresiones -más los inevitables anteojos de sol- apenas puedo verlo gesticular mientras hablamos cómodamente sentados en un sillón instalado al costado del escenario. Su poderosa voz, no obstante, retumbaba por todo el recinto, e incluso era perfectamente audible mientras el resto de los músicos se ensordecían mutuamente probando sonido... 

Simen Hestnaes, o "ICS Vortex", y la Grinder.

- Honestamente hablando, ¿te fuiste de Borknagar porque podías hacer más plata en Dimmu Borgir, o tu partida se debió en realidad a diferencias musicales? 
- Ninguna de las dos, realmente. Lo que pasó con Borknagar fue que durante las últimas giras se me hacía muy complicado dedicarme a ambas bandas. Tenía shows con las dos, y a veces las fechas se mezclaban. Cuando llegó el momento de grabar “Puritanical Euphoric Misanthropia”, Oystein (Brun, líder de Borknagar) me dio un ultimátum. “O te quedás con nosotros o te vas con ellos”, me dijo. Y como a mí no me gusta que me apuren, decidí irme... 
- ¿Las cosas entre vos y Oystein quedaron mal? 
- No, todavía nos vemos. Pero no hubo otra opción. Fue lo mejor para ambos, porque ahora él puede tener de una buena vez una alineación estable, que es algo que siempre buscó. 
- ¿Qué pensás de Vintersorg, tu reemplazante? 
- Creo que la elección no pudo haber sido mejor. Me gusta mucho su voz, y además es la persona indicada por sus ideas y formas de ver las cosas. Él está metido en las mismas cosas que Oystein, así que todo va a funcionar bien. Y “Cosmic Genesis” me gustó mucho. 
- ¿Y qué me decís de tu predecesor, Garm? 
- Me gusta mucho también. Sobre todo lo que está haciendo en Ulver actualmente. Es un gran compositor. 
- De todas las bandas en las que estuviste, ¿en cuál te sentiste más cómodo? 
- En todas. La música puede ser diferente, pero es similar al mismo tiempo. Me gustó estar en todas. Si no me hubiera sentido cómodo no hubiera formado parte de ninguna. 
- Actualmente sos considerado uno de los mejores cantantes dentro del género... 
- Es cool. Es bueno recibir críticas positivas, por supuesto. Espero seguir recibiéndolas en el futuro. 
- ¿Cuáles son tus cantantes favoritos, sin importar el género? 
- Hhhmmm... Siempre me gustaron mucho Ozzy y Blackie Lawless. También me gustan cosas como lo primero de Iron Maiden con Paul Di´Anno... 
- ¿Alguna vez pensaste en grabar un álbum solista? 
- De hecho, estoy trabajando en eso en estos días. Tengo un montón de material compuesto, y estoy tratando de darle forma. Yo voy a tocar la mayoría de los instrumentos, pero Hellhammer (Arcturus, The Kovenant) me va a ayudar con la batería. Todavía no tengo nombre para el grupo, ni fecha de edición. Es sólo una idea... 
- Hablé con Vintersorg hace unos meses y me comentó que tal vez podrían grabar algo juntos. ¿Pudieron desarrollar esa idea? 
- Sí, lo conocí el año pasado y me dijo que me mandaría algunas letras de su próximo álbum para ver si estaba interesado en cantar como invitado en un par de temas. Yo tenía ganas de hacerlo, pero justo después de eso tuve problemas con mi PC y perdí todas las direcciones de e-mail, así que no pude contactarlo... No lo sé... Tal vez la próxima vez. 
- ¿Cuál fue la primera banda en la que tocaste? Yo te escuché por primera vez en Ved Buens Ende... 
- Eso fue sólo una participación como invitado. Mi primera banda se llamaba Lamented Souls. De hecho, todavía seguimos pero casi no ensayamos. Tenemos mucho material grabado, pero no conseguimos ningún contrato para editarlo. Con Ved Buens Ende toqué en un par de conciertos y eso fue todo. No ensayamos ni compusimos nada nuevo. Después vino Arcturus, y por último Borknagar... Creo que antes de Arcturus también tuve una banda llamada The Void, bastante extraña y que tampoco llegó a nada... 
- ¿Por qué no participaste en el nuevo álbum de Arcturus? 
- Bueno, supongo que Garm prefirió arreglarse solo y no compartir los temas con otro cantante... 


NICK BARKER – De La Cuna A Los Bosques Escarchados 
El ex-baterista de los ingleses Cradle Of Filth se unió originalmente a Dimmu Borgir como un miembro de sesión para llenar el lugar vacante dejado por Tjoldav durante las interminables giras. Las cosas funcionaron mejor de lo previsto, aparentemente... 
- ¿Cuál es tu versión de los hechos con respecto a tu salida de Cradle Of Filth? 
- Simplemente no estaba feliz. Estaba disconforme y muy en desacuerdo con el management y con muchas de las decisiones que se tomaban... y decidí ponerle punto final al asunto. 
- ¿Pudiste escuchar “Midian”? 
- Sí... Lo único que te puedo decir es que se nota que Stuart (ex-guitarrista), Lector (ex-tecladista) y yo ya no estamos más en la banda... 
- ¿Qué te parece Adrian (Erlandsson, nuevo baterista)? 
- Que es bueno para At The Gates y The Haunted... pero no para Cradle Of Filth. 
- ¿Cambian las cosas ahora que formás parte de Dimmu Borgir? 
- Sí, claro. Ahora me siento mucho mejor. 
- ¿No te cansa el viajar a Noruega a cada rato? 
- No. Ensayamos cada tres semanas, más o menos. Y la paso muy bien. Dimmu Borgir es una banda mucho más divertida que Cradle Of Filth... 


con Nick Barker, post-Cradle Of Filth y pre-dieta (en ambos casos). 


Dimmu Borgir (en vivo, 19/02/02, The Culture Room, Ft. Lauderdale, USA) 
DENTRO DEL PANDEMONIO
Por más de que me esforzaba, no podía imaginarme al sexteto noruego arriba de las tablas. Tuve la suerte de presenciar dos shows de Dimmu Borgir en menos de un año, y para alguien que pasó gran parte de la última década maravillándose con las obras de las agrupaciones nórdicas, confrontar finalmente a una de ellas resultó ser una verdadera experiencia (anti)religiosa. Imaginen un bar tradicional de dimensiones modestas, con barra circular en el centro y rincón “Vip”, súbitamente transformado en territorio no-santo. Los presentes apenas superaban las tres centenas, pero una vez apagadas las luces se encargaron de multiplicar la cifra al entregarse por completo en un festín de contacto y abuso físico. Los músicos extranjeros que afirman que los sudamericanos somos el público más fervoroso mienten descaradamente. 

Por sí solo, Simen Hestnaes parecía ocupar la totalidad del reducido escenario blandiendo su descomunal humanidad mientras golpeaba literalmente las cuatro cuerdas (cinco, en su caso) y se acercaba al micrófono para revelar un caudal vocal que ciertamente nada tiene de humano. La gloria emanaba de su boca sin una pizca de esfuerzo... Frente a frente y a cara lavada, Shagrath no puede disimular la felicidad de los últimos años de su adolescencia, pero con pintura de guerra y uniforme cuasi sadomasoquista (pollera de cuero incluida) a cuestas, el vikingo en su interior hizo acto de presencia. Sus gritos sonaban increíblemente reales, como si las cuerdas vocales estuviesen a punto de estallar de un segundo a otro, y sin embargo encontrasen la fuerza para finalmente evitar la afonía. Como guitarristas, Galder y Silenoz reparten talentos según sus preferencias: el primero favorece la técnica y las intrincancias, el segundo el machaque puro y sin complicaciones (una comparación adecuada sería la dupla Samoth e Ihsahn -de Emperor-, respectivamente). Nick Barker debería ganar un premio al baterista más aburrido del género. Sus dotes a la hora de repiquetear parches prácticamente desconocen rivales, pero visualmente es una maza inmóvil de tatuajes y grasa, inmutable tras su arsenal de tambores a los que bastaba sospechosamente con acariciarlos para que desatasen el mismísimo infierno. Y Mustis merece un párrafo aparte. De perfil bajo con o sin maquillaje, demostró un total dominio de las atmósferas y las melodías agazapado entre penumbras que parecían emanar de sus propias teclas. “Puritanical Euphoric Misanthropia” no sería lo mismo sin su participación. 

A la hora de la intro (“Fear And Wonder”) y las secciones grabadas originalmente por la orquesta de cuerdas (los primeros compases de “Hybrid Stigmata”, por ejemplo) recurrió lógicamente a la ayuda de un DAT, pero el apogeo de majestuosidad morbosa de “Kings Of The Carnival Creation” fue pura y exclusivamente su responsabilidad. Salvo por recurrentes inconvenientes técnicos de diversas índoles, la banda demostró un nivel de profesionalidad escénica e instrumental que en nada se compara a la euforia de los días de garage de épocas pasadas. Desafortunadamente, la primera de las dos fechas no incluyó ningún tema del álbum “Stormblast”, y si bien los trabajos posteriores poseen material suficientemente apto como para hacer llevadera la falta de clásicos, no pude evitar sentir una cierta desilusión. La segunda fecha fue diferente. La lista de temas comprendió básicamente los mismos títulos, con leves modificaciones en su orden, pero hacia el final de la noche el grupo sorprendió con la inclusión de dos bellísimas reliquias: “Alt Lys Er Svunnet Hen” (experimentar en carne propia aquella etérea intro de teclados que abre “Stormblast” no es algo que vaya a olvidar fácilmente), y “Raabjorn Speiler Draugheimens Skodde” (del Ep “Godless Savage Garden”). Según palabras del propio Shagrath, ninguna había sido interpretada antes en vivo. 

En total fueron unos 65 minutos de salvajismo, contundencia y melenas revoloteando ininterrumpidamente. Una duración que puede parecer escasa y no obstante en ambos casos alcanzó para satisfacer curiosidad y expectativas al unísono. De disponer de recintos considerablemente mayores, Dimmu Borgir tiene los suficientes recursos estéticos e instrumentales como para jugar en las ligas mayores del género, cualquiera sean sus múltiples ramificaciones. Black metal era el de antes, cierto, pero incluso la oscuridad apta para todo público posee elementos de interés en sus sombras. 


PLAYLIST DIMMU BORGIR, 19/01/02 
“Intro” / “In Death´s Embrace” / “United In Unhallowed Grace” / “Reptile” / “Kings Of Carnival Creation” / “Fear And Wonder” / “Blessings Upon The Throne Of Tyranny” / “IndoctriNation” / “Prudence´s Fall” / “Sympozium” / “The Insight And The Catharsis” / “The Maelstrom Mephisto” / “Alt Lys Er Svunnet Hen” / “Raabjorn Speiler Draugheimens Skodde” / “Mourning Palace”.

Friday, September 16, 2011

TIDFALL “Circular Supremacy” (Nocturnal Art Productions, 2000)




Dentro del “black metal cósmico”, la de Tidfall resulta una de las ofertas más interesantes. Por supuesto, el nombre de Limbonic Art no tarda en hacer su irrupción, pero la particularidad de este quinteto noruego es la efectiva mixtura que obtienen entre las descargas sumamente extremas y la ya habitual majestuosidad y grandilocuencia "intergalácticas" del género. Si bien las ideas no representan novedad alguna, “Circular Supremacy” te hace creer lo contrario. La producción es de primer nivel, logrando un sonido increíblemente robusto y dinámico que por momentos supera incluso a las obras más recientes de Dimmu Borgir, banda con la cual, dicho sea de paso, comparten también más de una similitud. Tal es el grado de despilfarre sinfónico de las melodías, que piezas como “In The Eyes Of Death”, “Allured By Grief” o “Reflections” surten su magia desde el primer acercamiento. Acaso se trate más de una agrupación de black metal en el sentido tradicional del término, camuflada bajo toneladas de teclados y la mencionada excelencia técnica de la grabación, pero lo cierto es que pocos lanzamientos recientes consiguen impactar de forma tan positiva. 

Thursday, September 15, 2011

SIRIUS “Spectral Transition – Dimension Sirius” (Nocturnal Art Productions, 2001)


Nocturnal Art Productions es al metal extremo lo que H. P. Lovecraft fue a la literatura universal. Adentrarse en la “dimensión de Sirius” prácticamente equivale a tomar un curso de cartografía estelar y trasladarlo a un pentagrama hasta producir una suerte de metamorfosis cósmico/musical. El sello propiedad de Samoth (guitarrista de Emperor) de alguna forma resultó la cuna de agrupaciones con propuestas similares (Tidfall, Odium, y, fundamentalmente, Limbonic Art), que, coincidencia o no, desarrollaron un estilo en el que el black metal ultra-técnico es combinado con intrincadas capas sinfónicas que le otorgan al resultado final un sabor marcadamente onírico. La atmósfera no es generada aquí por la rusticidad de guitarras y baterías indescifrables en su orgiástico frenesí y producción intencionalmente pésima, sino por una intensa labor de teclados que parecieran dibujar constantemente paisajes imaginarios de indescifrable belleza, y un sonido tan cristalino como contundente. Los tracks se suceden y uno se va topando con “campos magnéticos desolados”, “líneas de tiempo paradójicas”, “quantums dimensionales”, y demás experiencias astrales cuyo realismo se torna, por momentos, sorprendentemente tangible. Este segundo ofrecimiento de Sirius, no obstante, permite descubrir, como el título mismo indica, toda una nueva dimensión dentro del “black metal cósmico”. La ya habitual majestuosidad surrealista fue notoriamente violentada, el vértigo llevado al límite, y la oscuridad incluso más ennegrecida. Consecuencia: una aproximación menos grandilocuente y más brutal a la fórmula de antaño. Sirius suena hoy más a Zyklon (curiosamente, la otra agrupación de Samoth) que a Limbonic Art; y si bien se percibe una evolución que abarca todos los rubros, la falta de personalidad vuelve a jugarles en contra. Es más, varios miembros de Zyklon aparecen a modo de invitados especiales, tornado las similitudes obvias y la despersonalización aún más peligrosa. De hecho, una de las instancias más logradas del álbum es el fantástico cover de “The Majesty Of The Nightsky” (de Emperor, verdaderos pioneros en materia de horrores galácticos), aunque todas las piezas poseen su cuota de interés al escrutinarse adecuadamente las múltiples aristas de furia, velocidad, y más furia. Igualmente, tanta brutalidad es justificable. Después de todo, para que salgan las estrellas primero tiene que caer la noche.

SIRIUS “Aeons Of Magick” (Nocturnal Art Productions, 2000)



Desde la irrupción de Limbonic Art dentro del ámbito del black metal podría afirmarse el nacimiento y posterior proliferación de todo un nuevo sub-estilo al que, en lo personal, denomino como “black metal cósmico”. Sirius es una de las nuevas ofertas dentro de un catálogo cada día más amplio en el que también se destaca Tidfall, y lo curioso del asunto es que las tres bandas mencionadas pertenecen al sello Nocturnal Art Productions (propiedad de Samoth, guitarrista de Emperor), por lo que tampoco sería erróneo hablar de “el sonido de Nocturnal Art”. Como sea, los conocedores ya saben a que atenerse: extensas composiciones repletas de teclados majestuosos al estilo Emperor (acaso los verdaderos precursores en materia de oscuridad cósmica, especialmente durante la época de “In The Nightside Eclipse”) e influenciados por la música clásica, letras basadas en las profundidades espaciales, constelaciones estelares y demás fenómenos galácticos, y una extraña y omnipresente sensación que francamente lo hace sentir a uno parte de un universo totalmente alienígena. Incluso las tapas de todos los discos poseen una estrecha relación (la de Tidfall, en especial, recuerda inmediatamente a la de “Passage” de Samael, otro álbum que, si bien no vinculado con el black metal, trataba cuestiones similares). El problema entre tanto clima onírico y tantas letras pseudo-filosóficas es que, como era de esperarse, todas las propuestas terminan por sonar iguales. Y si bien “Aeons Of Magick” posee su personal encanto, siempre resulta aconsejable remitirse al brillo de la fuente original sin preocuparse por la baja resolución de las fotocopias. 

Wednesday, September 14, 2011

CATACOMBS “In The Depths Of R’Lyeh” (Moribund Records, 2006)



...lo que siguió a esta visión casi de ensueño fue lo más increíble de todo. ¿Cómo describir lo que escuché y pedir luego que se me crea? Contenidos en este disco brillante y de compactas dimensiones se encuentran los sonidos de los mismísimos Profundos. Naturalmente, ninguno de los registros en su interior narra más que una fracción de un relato tan colosal como arcano, e indudablemente no-euclidiano. Las reglas básicas de la geometría sonora parecieran no poder aplicarse a este críptico espécimen. Muchos serán probablemente los que lo tilden de inhumano. En él, el tiempo transcurre monótono, al igual que los ritmos y las melodías. Nunca jamás cambian. Nunca. Pero crecen, reptan, se expanden, generan colores innombrables, susurran en la oscuridad y te acechan desde las sombras. Siempre. Eones atrás, dichas manifestaciones ciclópeas y repugnantes eran conocidas como “funeral doom”. O al menos eso dicen. Ia, Ia, Ia Cthulhu F'tagn!”, reza inexplicablemente una de ellas. No me pareció extraño, en lo absoluto, que esta curiosa y espesa disonancia ejerciera sobre mí la más grande de las atracciones, desde el primer momento y hasta el último segundo, aunque no entendiese su significado real y cósmico sino hasta mucho más tarde. Igualmente inexplicable era el imperioso hechizo de las cavernosos exclamaciones de un tal Xathagorra Mlandroth, supuesto responsable del conjuro. Me veo obligado a reconocerlo porque los hombres de ciencia se han negado a seguir mi consejo cuando exclamé que, de ser testigo de dichas secreciones audiovisuales, incluso la muerte puede morir. Mi horror y mi ansiedad se han ido relajando, no obstante. Las profundidades claman mi nombre. El horror me resulta excepcionalmente familiar. Ya no temo a las regiones submarinas. Un futuro prodigioso me aguarda en los abismos, aquellos que nunca cambian. Nunca. Y allí, en compañía de los Profundos, viviré eternamente en un mundo de oscura maravilla. En las profundidades de la mágica y gloriosa R´Lyeh, donde Cthulhu yace muerto. Pero soñando. Por siempre. Ph’glui mglw’nafh Cthulhu R’lyeh wgh’nagl fhtagn!

Esteban Medaglia (con una pequeña ayuda de mis amigos H.P.L. y A.D.)

Tuesday, September 13, 2011

RHAPSODY “Rain Of A Thousand Flames” (NEMS, 2001)



Amo y odio a Rhapsody al mismo tiempo. Los amo porque, guste o no, los tipos inventaron un nuevo sub-estilo que desconoce rivales. Los amo porque convierten los excesos en gloria, lo ridículo en divertido, y lo majestuoso en ultra-archi-requete-recontra-majestuoso. Los amo porque hoy en día parecen encargados de seguridad de un boliche cumbianchero, pero ellos se miran al espejo y creen ver guerreros inmortales (¡hay que admirar semejante auto-estima!). Y los amo porque sencillamente se toman todo este asunto de los calabozos y dragones en serio. 

Pero los odio porque una vez encontrada la fórmula de su éxito no pararon de explotarla hasta el hartazgo en lugar de buscar nuevas fórmulas. Los odio porque, por momentos, se convirtieron en una parodia de ellos mismos. Como ocurre con “Rain Of A Thousand Flames”, un Mini-Cd de 42 minutos íntegramente compuesto por material inédito que no aparecerá en futuras entregas. “Queen Of The Dark Horizons” está estructurada a partir del tema principal del filme “Phenomena” de Dario Argento, compuesto originalmente por el ex-Goblin Claudio Simonetti. Y definitivamente los amo por esta elección, porque también amo a Argento y a Simonetti, y nadie más que Rhapsody podría hacerle tanta justicia a semejante maravilla. Ahora bien, la canción pareciera ser, en realidad, una suerte de cover del cover (¿se entiende?) que Daemonia (la nueva agrupación de Simonetti) realizara para su álbum “Dario Argento Tribute”, sólo que salpimentado con los usuales excesos de grandilocuencia y alargado hasta una duración que roza los 14 minutos. Todo parecería indicar que el mismo Simonetti haya participado como invitado especial para esta nueva variante (lo que no sería extraño, conociendo el amor que Turilli y Staropoli también sienten por Argento y los Goblin), pero lo cierto es que el interior del booklet no indica tal colaboración ni menciona la correspondiente autoría de Simonetti. En otras palabras, se trata de un terrible afano, porque incluso el solo de guitarra y la gran mayoría de los arreglos y cortes son idénticos a los de la versión de Daemonia. Y los odio por eso. 

El problema con este álbum, justamente, es que todo se siente, de alguna forma, como un rejunte de melodías, estructuras y arreglos ya escuchados antes, incluyendo los diez minutos de “The Wizard´s Last Rhymes” (compuesta en base a la Sinfonía Número 9 de Dvorák). Del material restante, el tema que bautiza la placa es una continuación directa (léase “lo mismo de antes”) de las cabalgatas triunfales presentes en “Dawn Of Victory” de 2000 (“Holy Thunderforce” sería la comparación lógica), “Deadly Omen” funciona simplemente a modo de introducción del mencionado “Queen Of The Dark Horizons”, “Elnor´s Magic Valley” es un simpático pero inofensivo interludio medieval, y el resto, una vez más, no ofrece grandes novedades en lo absoluto. Rhapsody sorprendió con “Legendary Tales” en 1997 y terminó de separar las mandíbulas de sus respectivos cráneos con el soberbio “Symphony Of Enchanted Lands” al año siguiente, pero desde entonces se limita a auto-plagiarse. Y, les repito, odio eso. Aunque claro, existe un argumento a favor del grupo que explica tales resultados: todas las obras mencionadas, incluido este “Mini-Cd”, dan forma a una misma historia que concluirá teóricamente en el próximo trabajo de larga duración, y por ende resulta comprensible toparse una y otra vez con los mismos ingredientes, al estilo de un leit-motiv en una banda de sonido cinematográfica convencional... O les estoy justificando la falta de ideas sin razón alguna y sufriendo por un problema ridículo e inexistente como un tremendo idiota... 

Y odio quedar como un idiota.

Esteban Medaglia (quien a lo largo de todo el comentario no utilizó ni una sola vez la palabra “épico”)

EM SINFONÍA “Intimate Portrait” (HammerHeart Records, 2000)


Todos los ingredientes de “Intimate Portrait” lo confunden como un álbum perteneciente a otra época. Una en la cual las voces femeninas representaban la excepción y no la regla, los contrapuntos guturales invocaban profundidades abismales, casi subsónicas, en lugar de elevarse en alaridos punzantes, y las melodías y estructuras compositivas aún transmitían una ingenuidad que no obstante ocasionaba momentos de pura, simple y conmovedora magia. En efecto, este debut de larga duración (únicamente precedido por el Mini-Cd “In Mourning´s Symphony”) irradia una atmósfera que se respiraba frecuentemente a comienzos de los '90, y hoy se encuentra, de alguna forma, contaminada. Las referencias, por lo tanto, son múltiples y reconfortantes, detonando constantemente recuerdos de otros tiempos -mejores o peores, según se los vea- hasta producir un verdadero festín de melancolía de doble vía: una la generada por la propia música, y la otra aquella que nuestra memoria responde instintivamente. 

Paradise Lost y “Shades Of God”, Celestial Season y “Solar Lovers” (si bien el violín no es aquí un elemento predominante), Anathema y “Serenades”, The Gathering y “Always...”, y Theatre Of Tragedy y “Velvet Darkness They Fear” (¡ni siquiera se privaron de los samplers con frases de Vincent Price!), vienen a la mente a medida que los temas se suceden. En otras palabras, “Intimate Portrait” basa su existencia en la mismísima época dorada del doom metal, una época que derivaría en muchos de los géneros y sub-géneros hoy predominantes. Incluso la precaria producción funciona como un detalle más -intencional o no- de este fantástico compendio de virtudes pasadas. Y en lo que a calidad sonora respecta, sorprende la decisión de haber masterizado el álbum utilizando el proceso HDCD (“High Definition CD”, un método que le otorga al producto final una mayor fidelidad), cuando este tipo de lujos le son concedidos a bandas del tamaño de Megadeth (en “Cryptic Writings”, por ejemplo) y sus consecuentes presupuestos de cinco cifras. Las ventajas que dicha técnica pudo otorgar no son perceptibles merced a las evidentes limitaciones de la grabación original, haciendo de la mera idea de llevar adelante tal excentricidad una ridiculez. Por otra parte, la inclusión de un estupendo cover de “Revelations”, de Iron Maiden, es un aderezo tan inusual como bienvenido. Aunque puede que el encontrar las similitudes anteriormente mencionadas sea un delirio exclusivamente mío... prueba irrefutable de que me estoy poniendo viejo.

MANTICORA “Darkness With Tales To Tell” (Scarlet, 2000)



No dejen que el título los confunda. Las historias que “Darkness With Tales To Tell” (“Oscuridad Con Cuentos Para Contar”) encierra no involucran tiniebla alguna, sino míticos dragones, inmortales espadas, valientes guerreros y la mar en coche del power metal contemporáneo a la italiana con las inevitables aristas alemanas... si bien curiosamente el grupo proviene de Dinamarca. Todos los rubros instrumentales están, como siempre, cubiertos con admirable solvencia, pero la monótona y opaca voz de Lars F. Larsen representa el eslabón débil de una cadena ya de por sí resquebrajada debido a su enfrentamiento -y constante derrota- con la originalidad. Diversas secciones traslucen, no obstante, un dejo de negra melancolía que atrae momentáneamente la atención (la balada “The Puzzle” o “Felice”, por ejemplo), pero el resto del álbum es puro galope rimbombante al lomo de la Gloria Eterna en Algún Lugar Lejano Del Más Allá. Resultado: más cuentos de un libro que ya tiene demasiadas páginas.

DIVISION ALPHA “Fazium One” (Holy Records, 2000)



Esto no es lo mío. “Un asombroso álbum de cyber-metal. El software psicogenético  de la información sensorial (¿?). Una nueva clase de banda; mitad humana, mitad máquina”. ¡Qué sarta de pavadas, por favor! Bien sabido es que las gacetillas de prensa nunca pueden estar más lejos de la verdad, pero con ésta sinceramente no pude evitar sentir vergüenza ajena. Se las hago corta, porque el disco realmente no vale el espacio: Primero y principal, División Alpha no tiene nada de nuevo. Rammstein, Nine Inch Nails y Ministry, entre otros, ya recorrieron el mismo camino antes... si bien nunca se trató de un camino al que personalmente sintiera ganas de adherirme. Segundo y último: de asombroso, el álbum no tiene absolutamente nada. Les repito, ésto no es lo mío. Una cosa es la música electrónica inteligente y estructurada en base a melodías que revisten un buen gusto admirable (caso Ulver), pero esta porquería es peor que lo último de The Kovenant... Sin lugar a dudas, tu disquería tiene mejores cosas para ofrecer.

Monday, September 12, 2011

HEAVEN SHALL BURN “Antigone” (Century Media, 2004)


El lanzamiento más arrollador que haya escuchado recientemente de death metal melódico al estilo sueco proviene de Alemania. Heaven Shall Burn es una maquinaria de engranajes perfectamente lubricados que expele riffs y melodías enloquecedoramente memorables. Una tras otra tras otra tras otra tras otra tras otra y tras otra. La rigurosa aunque sugestiva intro (estructurada en base a samplers de chelos y violines) le da paso a “The Weapon They Fear”, que embiste con un riff blackmetalero (originalmente de 0:46 a 0:49) de esos que te ponen la piel de gallina. A más de dos meses de venir escuchando este tema, todavía no me lo puedo sacar de la cabeza. At The Gates sería el punto de partida básico, pero el quinteto llega a su destino con identidad propia y la frente bien alta. Las influencias del hardcore/metalcore más escrupuloso constituyen a su vez un ingrediente importante (fundamentalmente en las exclamaciones de Marcus Bischoff y sus letras políticamente incorrectas y contestatarias), mientras que varios de los blast-beats quitan el aliento al mejor estilo escandinavo, como puede comprobarse en la espectacular “The Only Thruth” (por primera vez de 0:44 a 0:55, más su posterior corte y redoble de doble bombo). 

Pero hay que reiterarlo: Heaven Shall Burn no depende de sus influencias sino que se apodera de ellas, las moldea a su antojo y te tira una avalancha de temazos por la cabeza. “Antigone” constituye su tercer larga duración, y a pesar de no haber escuchado a sus antecesores (incluyendo un par de split LP´s) todo me lleva a señalar que ninguno de ellos debería superar al mastodóntico reguero de adrenalina de piezas como “Voice Of The Voiceless” (otro momento inolvidable), “Numbing The Pain”, la melancólica “Tree Of Freedom”, o “To Harvest The Storm” (impagables los gritos eufóricos de Bischoff, que más tarde devienen en estribillo melódico). “Antigone” sencillamente se ríe en la cara de cosas como In Flames, Soilwork y todo el resto. A carcajada limpia. El éxtasis del death metal melódico no conoce agonía alguna de la mano de Heaven Shall Burn. Im-pre-sio-nan-te.

PARAGON OF BEAUTY “Seraphine… Far Gone Gleam” (Prophecy, 2000)


…y cuando pensabas que tal vez la vida no era tan negra (tal vez, solo tal vez), a estos alemanes no se les ocurrió mejor idea que matarte las ilusiones sin la más mínima dosis de anestesia. El anterior álbum, “The Spring” (1998), ya había puesto en evidencia el potencial del grupo a la hora de las melodías ultra-depresivas, la poesía sobrecargada y las atmósferas desoladoras, pero “Seraphine... Far Gone Gleam” lo supera tranquilamente en todas las áreas (producción incluida), logrando incluso asemejarse a los estupendos Empyrium en varios pasajes (la acústica “After Dark Vapours Have Opressed Our Plains” recuerda especialmente a “Where At Night The Wood Grouse Plays”), y al mismo tiempo sorprendiendo con un encantador cover de “The Company”, de Fish. Y si bien estamos hablando de un trabajo que apenas sobrepasa la media hora (se trata, en efecto, de un Mini-Cd un tanto extenso), acaso aquel viejo axioma que reza que “lo bueno, si breve, dos veces bueno” tenía razón. Un pequeño y conmovedor compendio de amores no-correspondidos, pasiones insostenibles y sueños frustrados, capaz de ahondar en lo más profundo del hueco de tu alma y sentar raíces de las cuales tal vez nunca puedas llegar a desprenderte... 

CADAVERIA “The Shadow´s Madame” (Scarlet Records, 2002)


Cadaveria es la versión italiana de Vivian Black, una broma de mal gusto que utiliza a la música extrema como excusa para disfrazar al patetismo de “maldad”. La ex-cantante de Opera IX no sólo aparece semi-desnuda en la tapa de un disco titulado “La Madame De Las Sombras”, sino que también pretende manifestar su “oscura” personalidad utilizando como parte de su indumentaria... ¡a las garras de Freddy Krueger! (que seguramente compró en una tienda de cotillón cinco minutos antes de la sesión fotográfica). Compositiva e instrumentalmente, este debut no amerita grandes quejas, y el grupo incluso incluye a dos miembros de Necrodeth. La gama de estilos utilizada es heterogénea, desde atmósferas doom hasta riffs y arreglos característicos del black metal. El problema son las voces, por momentos calmas y melódicas, pero casi en su totalidad gritadas. Písenle la cola a una perra en celo y tienen una idea aproximada de aquello que sale de la garganta de Cadaveria, un berrinche desafinado y perpetuo que se torna intolerable al tercer tema... y esto viniendo de un amante de las vocalizaciones al estilo de Dani Filth. Y les soy honesto: ni siquiera pude terminar de escuchar el disco...

BEHIND THE CURTAIN "Till Birth Do Us Part" (Sensory, 1999)


Melancólico y sutilmente intrincado, el debut de estos daneses pasea sus melodías por el sendero del metal progresivo, pero no se priva de explorar algunos recovecos un tanto más experimentales que de costumbre. Los detractores del género no obtendrán otra cosa más que sueño de piezas como "I Lost My Sense Of Passion" y sus casi 10 minutos, pero aquellos que disfruten de los rebuscamientos característicos de gente como Psychotic Waltz (y los infaltables Dream Theater, claro) tal vez encuentren material de interés. 

Friday, September 09, 2011

PECCATUM “Lost In Reverie” (Mnemosyne Productions, 2004)


Peccatum: un dúo de amantes en procreación constante. Y lo engendrado confunde. Desorienta. “Lost In Reverie”, tercer larga duración de este talentoso matrimonio noruego (Ihriel & Ihsahn, este último cerebro detrás de Emperor), presenta un título que hace juego con su contenido: ambiguo, sugerente, incorpóreo... “Reverie” se podría traducir de múltiples formas, incluyendo “ensueño”, “encantamiento”, “arrebatamiento”, o “fantasía”. El álbum “se pierde en...” todas las acepciones del término al unísono, conformando una obra híbrida y desprejuiciada, incluso para los bizarros estándares que el grupo sentara en “Strangling From Within” (1999) y “Amor Fati” (2001). Al igual que los resultados, los ingredientes de “Lost In Reverie”  son acentuadamente mixtos: desde la autonomía rítmica del jazz al caos descarrilado del black metal (“Parasite My Heart” y “Black Star” parecieran haber provenido de “Prometheus, The Discipline Of Fire And Demise” -2001-, último álbum de Emperor), y desde las superficies seductoras y brillantes de la electrónica post-Ulver a lo asfixiante y angustioso del ambient más dogmático. Todo es elástico y maleable en las manos de Peccatum, el miedo a hacer el ridículo no existe (Ihsahn expone despreocupadamente sus límites como vocalista en los coros de “In The Bodiless Heart” o la sección intermedia de “Black Star”, mientras que Ihriel gimotea, suspira, aúlla, suplica y recita, según la ocasión) y de lo irritante a lo sublime hay meros segundos de distancia. Pero “todo es triste, deliciosamente triste, y el mundo se apega a la pena”, como reza “Desolate Ever After”, o como sugiere la hermosa melodía de piano de “The Banks Of This River Is Night”. Porque si bien las emociones son numerosas y multiformes, la protagonista pareciera ser la melancolía, románticamente trágica y serena, como adelanta el arte de tapa.

Peccatum no es una banda fácil de digerir ni mucho menos de comprender. Analizando las letras o descifrando la estructura de las canciones uno experimenta la sensación de que el ingrediente clave del asunto está faltando y la solución reside exclusivamente en el seno familiar del grupo, como si la idea fuese justamente presentar al rompecabeza pero quedarse con un puñado de importantes piezas en el bolsillo. Y por eso “Lost In Reverie” fascina y desconcierta. La percusión (mayormente real) a cargo de Knut Aalefjaer (que ya había participado junto a Ihriel en el debut de su proyecto Star Of Ash) dota al álbum de similares características: su estilo jazzero y espontáneo confunde a los oídos mientras el delicado fluir de las sensaciones los seduce aún más. El eslabón débil es la artificialidad un tanto anémica del sonido, sobre todo el de las guitarras y algunas intervenciones de lo que parecieran ser los mismos sintetizadores utilizados en los dos últimos trabajos de Emperor, pero al fin y al cabo en las latitudes disyuntivas de Peccatum lo convencional nunca fue bienvenido. La idea era “perderse”. Y sin dudas lo lograron. Encontrar la salida no tiene importancia. 

Thursday, September 08, 2011

PECCATUM “Amor Fati” (Candlelight, 2000)


“One Play, No Script”, reza el título del tema que abre la placa. “Una Obra, Ningún Guión”. Porque la de Peccatum es una propuesta estocástica, completamente impredecible y de estructura no-lineal, evidentemente más próxima en su planteamiento a un divague cinematográfico que a una construcción musical ortodoxa. Ihsahn, Ihriel y Lord PZ se le atreven constantemente a la experimentación pura, sin intenciones de discriminar cuanto género se les cruce por el camino, y sin embargo la exhuberancia resultante consigue hacer gala de una solidez impensada. Del metal extremo a la música clásica y de la epidemia electrónica a un delirio amorfo de turno, “Amor Fati” hace escalas en todas las estaciones. Casi resulta increíble que el black metal nórdico haya derivado en esta suerte de bizarra yuxtaposición que amenaza con desconocer límites. Pero más sorprendente aún es el abismo que separa al debut “Strangling From Within” (1999) de esta camaleónica maravilla. Salvo por la testaruda obsesión que el líder de Emperor continúa demostrando por las baterías programadas, puede que estemos ante uno de los frutos más inteligentes y logrados dentro de la actual escena noruega. Ambiental (“The Watchers Mass, part 1”), desgarrador (“Rise, Ye Humans”), hermoso (“Murder”), o la combinación de todos ellos, “Amor Fati” es un carrusel audiovisual cuyo argumento se escribe a medida que se disfruta.

Wednesday, September 07, 2011

HAGGARD “Awaking The Centuries” (Drakkar, 2000)


El anterior y primer álbum de estos alemanes, “And Thou Shalt Trust... The Seer” (1997), pasó a la historia como uno de los emprendimientos más osados y llamativos dentro del género. Y no solo por la particular combinación de música clásica, doom y death metal, si no por los medios utilizados para lograr tales fines: algo más de una veintena de músicos. En el caso de este “Awaking The Centuries”, la experiencia se repite, y los violines, violoncellos, cuernos franceses, harpas, flautas y oboes, sin mencionar a los 9 miembros del Moscow Radio Choir,  resuenan una vez más por doquier, embelleciendo las violentas descargas con las cuales la sección “tradicional” del grupo (es decir, voz cavernosa, bajo, guitarras y batería) arremete entre cada interludio clásico (a los cuales se le suman una breve intro y un prólogo compuestos originalmente por Rachmaninov). Por supuesto, el factor sorpresa ya no es el mismo, y de hecho las posibilidades creativas inherentes a la combinación de semejante cantidad de instrumentos y voces, como ocurría anteriormente, no fueron aprovechadas al máximo. No obstante, “Awaking The Centuries” posee un gancho tan inesperado como  irresistible. Todas las virtudes expuestas en el pasado parecieran haber sido resaltadas considerablemente, bastando solo unos segundos de la magnífica “Heavenly Damnation” para confirmarlo. Asimismo, persisten los excesos guturales que la garganta de Asis Nasseri regurgita entre tanta euforia celestial, pero curiosamente constituyen uno de los atributos que mayor energía y dinamismo le aportan a la propuesta del grupo, contrarrestando efectivamente las incursiones de una soprano que hace lo suyo con pasional perfección. Para colmo, estamos ante un álbum conceptual basado en la vida de Nostradamus, tópico que si bien ya fue tratado antes en numerosas ocasiones, consigue terminar de “redondear” la atmósfera de misticismo medieval que la placa destila en sus escasos pero definitivamente satisfactorios 37 minutos. Una obra singular, sin dudas, pero después de tanto elogio, no hace falta ser vidente para predecir una segura recomendación.

Tuesday, September 06, 2011

FATES WARNING “Disconnected” (2000)


Bronca. Éso es lo que deben sentir los integrantes de Fates Warning. Y no es para menos. 17 años en la lucha dentro del metal propiamente dicho, y más tarde el progresivo, y jamás un álbum flácido ni intentos de facilitar la accesibilidad de su propuesta, tan conceptualmente interesante como técnicamente compleja. No obstante, el público y la prensa suelen devolverles el favor dándoles la espalda... o crucificándolos a la sombra de San Dream Theater, nuestro Señor. Pero, sorprendentemente, ellos se las arreglan para seguir editando buenos discos, y “Disconnected” tal vez sea el más logrado de la última camada. Como ocurría en “A Pleasant Shade Of Gray” (1997), tanto Joey Vera (Armored Saint) como Kevin Moore (ex Dream Theater) acompañan en carácter de invitados a Mateos, Alder y Zonder, aunque en esta oportunidad la cohesión instrumental entre el quinteto goza de una mayor solidez que se traduce en riffs, melodías y efectos sonoros instantáneamente disfrutables. Incluso los 16 minutos de “Still Remains” transcurren  sin el menor de los cabeceos, presentándose como una pieza exquisitamente delicada, cuasi-atmósferica por momentos, pero indiscutiblemente memorable en su rol de broche de oro. Las bases  programadas de “Pieces Of Me”, por otra parte, hubieran causado mayor beneficio de haberse obviado; si bien las certeras “One” y “So” suplen el desliz airosamente. Aunque acaso la latente oscuridad de la obra, camuflada con sutileza entre líneas tan ricas a la hora del desmenuce, merezca mayor responsabilidad en lo que a mi fascinación respecta. Porque, irónicamente, nunca un álbum de Fates Warning logró conectarme tanto.

Friday, September 02, 2011

KATATONIA “Brave Yester Days” (Century Media, 2004)



Los tiempos cambian, la adolescencia queda atrás, los primitivos rugidos devienen en suaves exclamaciones de desesperanza y confusión espiritual, y las barreras estilísticas son finalmente ignoradas. Del death metal melancólico a la añoranza pura, frágil y sincera. El primero extremo y real en apariencia, la segunda teoréticamente blanca y accesible. Pero la verdad es otra, y la oscuridad del alma puede presentarse bajo diferentes colores sin que esto implique que alguno de ellos sea más o menos deshonesto que otro. Katatonia constituye un compendio de exquisitas contradicciones, algunas crudas y toscas (las primeras) y otras finas y sofisticadas [desde el controversial “Discouraged Ones” (1998) en adelante]. Y en tales discrepancias radica aquello que convierte a esta importante e influyente agrupación sueca en una entidad viva, sensible y fascinante.

“Brave Yester Days” honra y revaloriza el ayer de Katatonia bajo el formato de un compilado doble en versión digi-pack. Ambas placas cubren el período que abarca desde 1992 a 1998, permitiendo claramente atestiguar las considerables (drásticas, para algunos) diferencias estilísticas durante el transcurso de los años, desde el sufrimiento barroco a las innumerables variaciones sobre el mismo riff hipnótico. El primer disco (73:21) incluye el demo “Jhva Elohim Meth” (1992, cuya rusticidad recuerda a los primeros trabajos de Tiamat) en su totalidad, dos tracks [“Gateways Of Bereavement” y “Velvet Thorns (Of Drynwhyl)”] extraídos del clásico debut “Dance Of December Souls” (1993), los dos tracks (“Black Erotica” y “Love Of The Swan”) que el grupo grabara para el compilado “WAR Compilation, Volume One” (1995), y el Mini-CD “For Funerals To Come” (1994). El segundo disco (57:03) incluye dos tracks de “Brave Murder Day” (1997, “Murder” y “Rainroom”, en los que participa Mikael Akerfeldt de Opeth como vocalista invitado), más los Mini-CD´s “Sounds Of Decay” (1997, también con Akerfeldt) y “Saw You Drown” (1998), ambos registrados en los legendarios Sunlight Studios.

El lanzamiento posee como principal objetivo al público estadounidense (país en el cual los discos arriba mencionados nunca fueron editados ni distribuidos), pero los coleccionistas probablemente se vean tentados por el precio de álbum simple y la oportunidad de recolectar estas rarezas de la primera etapa del grupo bajo un único y lujoso envoltorio (que hace juego con el arte de tapa de “Brave Murder Day”).