Thursday, June 30, 2011

ULVER “Lyckantropen Themes (Original Soundtrack For The Short Film By Steve Ericsson)” (Jester Records, 2002)


“Lyckantropen Themes” no es un álbum de Ulver propiamente dicho. Si “Perdition City” (2001) representaba, en palabras del propio grupo, “música para un film interior”, los sonidos contenidos en “Lyckantropen Themes” constituyen una suerte de correlato exterior para un cortometraje que realmente existe. La calidez electrónica se traslada del ámbito urbano a los confines ilusorios del celuloide, esa carretera de sueños y fantasías que en manos de Ulver pareciera tornarse aún más amorfa e interminable. Se trata, en esencia, de un soundtrack de 36 minutos íntegramente instrumental compuesto por encargo y siguiendo estrictas reglas de parte del cineasta sueco Steve Ericsson, quien presentó la idea principal de la obra a Garm y cía. y no permitió grandes alteraciones de sus conceptos. El álbum fue grabado en Noruega y Suecia en equipos portátiles y en unos pocos días, y los resultados, una vez más, desconocen comparaciones con el material previo de la banda, “Perdition City” y “Songs From William Blake´s “The Marriage Of Heaven And Hell”” (1998) incluidos.

Acaso las referencias más cercanas sean “Silencing The Singing” y “Silence Teaches You How To Sing”, (ambos de 2001) la dupla de Ep´s experimentales que la banda editara en formato estrictamente limitado tras “Perdition City”, pero incluso esas dos obras poseen elementos y estructuras levemente relacionadas con la ortodoxia que las distancian del minimalismo incondicional y surreal que persigue “Lyckantropen Themes”. Las “canciones” no son tales, sino meros tracks carentes de título alguno moldeados e improvisados a partir de un mismo sonido y una melodía madre a lo largo de la duración total del álbum. Por momentos las variaciones son nulas y el reloj pareciera detenerse mientras los segundos se convierten en un trance hipnótico y letárgico, aunque orgánico e irónicamente tapizado de texturas. Porque Ulver no sería Ulver si las apariencias no engañaran. El lobo se convierte en camaleón y de la nada absoluta puede siempre surgir algo maravilloso. Ulver consigue tal milagro. Lo suyo no es música en el sentido tradicional del término -sencillamente no les interesa tal cosa- sino una alquimia de sonidos -o la ausencia de ellos- en constante gestación que nunca termina de adoptar una forma determinada y en su lugar opta por abstenerse a las pautas de lo impuro y lo indefinido. “Lyckantropen Themes” puede no ser un álbum de Ulver propiamente dicho, pero sólo una entidad como Ulver podría haber engendrado tal cosa. Lo demás es silencio, pero en el caso de Ulver el silencio es dorado. 

Tuesday, June 28, 2011

ULVER “A Quick Fix Of Melancholy Ep” (Jester Records, 2003)


Ulver es un lobo camaleónico que aúlla colores, como una verdadera bestia mitológica de múltiples cabezas, todas ellas individualmente fascinantes. Y a esta altura, lo asombroso es que sigan asombrando sin importar las barreras -que se tornan difusas bajo su dominio-, sin importar los instrumentos, y sin importar el formato de sus lanzamientos, desde soundtracks que redefinen el significado del minimalismo (“Lyckantropen Themes” de 2002) a cuantiosas obras de corta duración, como es el caso de “A Quick Fix Of Melancholy”, un Ep de cuatro canciones que no obstante su duración de apenas unos 25 minutos constituye uno de los lanzamientos más intrigantes, interesantes, estimulantes y escuchables del grupo. Y del año.

Cuatro tracks, cuatro nuevos prodigios. “Little Blue Bird” inquieta, estremece y cobra intensidad sutilmente. Atmósfera pura. Y el regreso triunfal de Garm el cantante en lugar de tan sólo Garm el titeretero sonoro. Las notas de teclado se repiten como el movimiento autómata de un puñal que sube y baja. “Doom Sticks”: un instrumental a mitad de camino entre “Perdition City” (2001), “Lyckantropen Themes” y ninguna otra cosa que Ulver haya grabado antes. Versátil, inestable y amorfo, como siempre. “Vowels”: Un Garm casi irreconocible -término que podría aplicarse tranquilamente a cada álbum de Ulver a la hora de compararlos entre sí- embriaga los sentidos con una performance operística, emocionante y profunda. Acaso su labor más extraordinaria desde los días de “La Masquerade Infernale” (1997) en Arcturus. El aire se torna nuevamente espeso pero los teclados devuelven las esperanzas al emular la poesía de cuerdas clásicas. Y por último “Nattleite”, un remix/re-invención del tema originario de “Kveldssanger” (1996), el excepcional e inigualable álbum acústico editado nueve años atrás y aquí re-bautizado "Eitttlane". Esto es black metal sin el ruido blanco. Oro negro puro. Y una belleza de canción que justifica la compra del Ep por sí misma.

Ulver destruye tabúes para construir nuevas posibilidades y abrir puertas sin miedo de enfrentar lo que está del otro lado. Una valentía con la que todo gran artista debe contar. Ulver cuenta con ella. Y “A Quick Fix Of Melancholy Ep” es tan sólo una más de las tantas demostraciones. La de ellos es música que respira, que se transforma y desarrolla. Música con alma propia. 

Monday, June 27, 2011

ULVER "Perdition City" (Jester / VOW, 2001)


Vida nocturna transformada en música. Música transformada en imágenes. Imágenes transformadas en sensaciones. Palpables, latentes... reales. Y conmovedoras. O aterradoras, dependiendo de la ocasión y/o estado de ánimo. Por supuesto que no sorprende en lo más mínimo que el quinto trabajo de Ulver no posea ni punto de comparación con los cuatro anteriores. Lo que sorprende es que todos sean ensayos sumamente exitosos. Cuando perseguían trolls en los bosques noruegos ni ellos mismos se lo hubieran imaginado, pero puede que diez años en el futuro Ulver sea considerada una verdadera banda “visionaria”... O tal vez no. Christopher “Garm -o como cuernos sea que se haga llamar hoy-“ Rygg es perfectamente consciente de dicha dualidad, y coquetea con ella a toda hora, para nuestro deleite/rechazo. Actualmente su rol es el de artífice (en efecto, la producción, grabación y mezclado corrieron por su cuenta, junto con la de Tore Ylwizaker) y ya no tanto el de intérprete. Su voz casi ni se escucha. Y es una lástima, sin dudas, pero esa era justamente la idea. Estamos hablando de “música para un filme interior”, y consecuentemente resulta lógica la decisión de otorgarle luz verde a la atmósfera pura. Aunque “Nowhere/catasthrophe” -¿la mejor “canción” jamás compuesta por Ulver?- enmienda el detalle y revela toda una nueva faceta de su expresividad vocal. “Perdition City” no es metal ni pretende serlo. En lo absoluto. Pero mucho menos es techno, y definitivamente tu novia no va a poder bailarlo. De hecho, el álbum constituye un producto considerablemente más orgánico que “Themes From William Blake´s “The Marriage Of Heaven And Hell”” (1998). Gran parte de las bases de batería son reales, el piano desempeña un rol fundamental, y un esporádico saxo evoca una calidez de proporciones panorámicas. Jazz fusión, ambient, y experimentación abstracta, “perdidos en momentos” dentro de la Ciudad De La Perdición, como postales audiovisuales de un lugar a mitad de camino entre lo cotidiano y el reino de los sueños. Ruido blanco devenido en melodías negras. Desoladoras, gélidas, alarmantes, patéticas... ¿pero acaso no es ése el estado actual de la humanidad? ¿Evolución? ¿Involución? ¿Existe realmente tal cosa? Ulver es “el lobo que todos llevamos dentro” y las máscaras que disfrazan nuestro exterior, expuestas. Un camaleón sonoro de colores indescriptibles. 

Friday, June 24, 2011

VINTERSORG “Cosmic Genesis” (Napalm Records, 2000)


El génesis de “Cosmic Genesis” surge como consecuencia -directa o indirecta- de la cruza entre el black metal rústico y el folklore tradicional escandinavo. Vintersorg (el músico) conoce de sobra las posibilidades inherentes a dicha combinación, y sin embargo las ideas parecieran no agotársele jamás. Por el contrario, su habilidad reside en redefinir constantemente los límites territoriales del género, extendiéndolos para incorporar elementos ajenos hasta hacerlos parecer propios mediante una maestría formidable que acaso desconozca rivales entre sus compañeros de escena. Y ni hablar de su voz: una vorágine de entonaciones épicas, majestuosas y desgarradoras que se copulan hasta alzarse en sublimes coros de calidoscópica y palpable belleza (por supuesto, el haber sido elegido como nuevo cantante de Borknagar no constituye una arbitrariedad). En “Cosmic Genesis” la melancolía se torna euforia y la euforia nostalgia, lo hermoso se oscurece para volver a brillar una y mil veces, y los gritos de batalla se baten a muerte contra la pasión afinada en un duelo sin fin sobre el lomo de las constelaciones. Como la sección intermedia del tema que da nombre a la placa, o “The Enigmatic Spirit”, una maravilla en forma de balada de proporciones gloriosas. Porque el universo de Vintersorg (la banda) abarca hoy galaxias de diversas magnitudes y esplendores donde conviven guitarras acústicas, órganos, sintetizadores y el metal de ayer junto con la extremidad de hoy. La síntesis que “Till Fjälls” (1998) y “Ödemarkens Son” (1999) efectuaban utilizando casi los mismos elementos adquiere connotaciones sorprendentemente primitivas en comparación, si bien ambos trabajos representan estupendas ofertas al considerarse de manera aislada. Los resultados expuestos aquí, no obstante, superan cualquier intento de presagio, defraudando pura y exclusivamente en la implementación de una batería electrónica que, a decir verdad, ocasiona un daño prácticamente imperceptible. Se trata de una obra colosal que en lugar de canciones tradicionales incluye himnos instantáneamente arrolladores, exquisitos en sus múltiples texturas e influencias. Un cosmos donde los soles salen y se ponen al mismo tiempo, las melodías fluyen por doquier como cometas sin rumbo, y miríadas de estrellas incendian el firmamento en una danza infinita...

Thursday, June 23, 2011

ÁSMEGIN “Hin Vordende Sod Og So” (Napalm Records, 2003)


Noruegos tenían que ser. Descubrir a Ásmegin equivale a experimentar los momentos más brillantes de Vintersorg, Solefald, Ötyg y Storm por primera vez. “Hin Vordende Sod Og So” conmueve, abofetea, inspira, tonifica, sacude y eleva. Y para colmo se trata de un álbum debut, el más sólido, diverso y apasionante que el género haya engendrado en los últimos años. No falta nada y no sobra nada: aires festivos folk y cantos vikingos, estampidas de puro black metal, pasajes enternecedores, aullidos, bramidos, rugidos, hechizos femeninos y odas seráficas, violines, acordeones, flautas, pianos y mellotron, blast-beats más feroces y extremos que los del último trabajo de Mayhem y pasajes de pura divinidad acústica que harían avergonzar a los mismísimos Empyrium... Y tanto más. Todo entrelazado de manera gloriosa. De principio a fin. Incluso después de haber escuchado el disco catorce veces en un mismo día. Y lo digo por experiencia propia.

Ninguno de los nombres de los cinco integrantes del grupo resultará familiar, pero indudablemente este detalle se remediará de manera inmediata una vez que “Hin Vordende Sod Og So” surta su efecto (y créanme que lo va a surtir) en aquellos que hasta ahora no saben lo que se pierden. Asimismo, la placa incluye la participación de una decena de notables instrumentistas invitados (repartiéndose labores que abarcan desde arpas judías a una cítara noruega), entre los que se destaca Lars A. Nedland (de Solefald y Borknagar) a cargo de las voces limpias. Su inconfundible registro y entonación desempeñan un rol fundamental en el fluir de la obra, y si bien por momentos uno tiene la sensación de estar escuchando a Solefald, el diálogo vocal entre sus cuerdas, los gritos/gruñidos de Bjørn Olav Holter (miembro estable) y el toque femenino de Sareeta (de Ram Zet) son impagables. El ataque/acaricie de gargantas y melodías es constante y sumamente dinámico.

“Dinamismo” es justamente uno de los términos clave en este compendio de aciertos. Las canciones se pasan volando y en todo momento se torna palpable un aura de magia y deleite que raramente da tregua. Ejemplos: la hermosísima irrupción del violín en “Bruderov Paa Hagstadtun”, los esperanzadores cantos femeninos de “Huldradans - Hin Gronnkledde” (que recuerda a “Je Fait Une Promese”, acaso la instancia de mayor hermosura expresada por Anathema), la cruza perfecta entre Solefald y Ötyg llevada adelante en “Til Rondefolkets Herskab”, la adrenalina blackmetalera pura de “Varg I Véum” (los blast-beats en este álbum son de no creer) y su estribillo inolvidable, y, fundamentalmente, cada uno de los indescriptibles milisegundos de “Op Af Bisterlitiern”, la maravilla absoluta de un disco maravilloso. Aunque en definitiva todo esto son meras palabras. A veces uno trata de academizar sus pensamientos y redactarlos adecuadamente por una cuestión de formalismos. Pero en este caso voy a ir finalmente al grano para hacerme/hacerles un favor: compren este disco cueste lo que cueste. Y punto. 

Tuesday, June 21, 2011

AZRAEL “Into Shadows, Act II: Through Horned Shadows Glimpse” (Moribund Records, 2004)


Los límites están para ser rotos y volver a trazarse, cada oportunidad un paso más allá de la anterior. Entre los límites actuales de lo excesivo, lo melancólico (en aquella designación del término que refiere al dolor) y lo exasperadamente execrable se encuentra el über-black metal de los norteamericanos Azrael (“Algol” en voces y guitarras, y “Lord Samaiza” en voces, bajo y programación, ambos de Minnesota) El sufrimiento es aquí largo y tendido. No hay grises. Ni siquiera hay negros, de hecho. No existe una palabra en el vocabulario humano (al menos, no en el que yo manejo) para describir adecuadamente esta perpetua y masoquista dialéctica de opresión y agonía. Cuerdas, vientos y guitarras acústicas (todas ellas aparentemente reales, a diferencia de la batería) interrumpen esporádicamente el intencional martirio, mientras que riffs y melodías de evidente origen escandinavo aderezan el neutralismo opaco e indiferente de las estructuras y ritmos, pero un gran porcentaje del álbum sencillamente no da tregua. 7 tracks. 71 minutos. Promedio 12 minutos por track. Las melodías se rigen bajo parámetros discordantes, monolíticos, incomprensibles, reiterativos... como una orgía cacofónica que cercena los oídos y se deleita al ver fluir la sangre. Comparativamente, “Denial”, la primera entrega de la saga “Into Shadows”, se presentaba como un cárdeno resplandor de iluminación desmayada. “Through Horned Shadows Glimpse”, por su parte,  extingue todo indicio de luz. El black metal nunca fue un género apto para todo público, pero incluso sus adeptos encontrarán dificultades a la hora de sobrellevar -un término adecuado, dadas las circunstancias- ambas entregas. Azrael representa el nirvana de lo extremo y el calvario de aquellos que sueñan con pesadillas. “Into Shadows, Act II: Through Horned Shadows Glimpse” las hace realidad. Hacia las sombras, y más allá.

AZRAEL “Into Shadows, Act I: Denial” (Moribund Records, 2003)


Cómo se dan vuelta las cosas. La península escandinava continúa siendo una fuente inagotable de música extrema y oscura, pero la cantidad de lanzamientos que producen efecto duradero alguno o ameritan verdadero interés decrece año a año. En Estados Unidos, por el contrario, el panorama con respecto al black metal se presenta considerablemente más auspicioso. Aquellos que consideren que el “true black metal” tiene que provenir de Noruega jamás aceptarían a agrupaciones como Judas Iscariot, Wind Of The Black Mountain, Leviathan o Shroud Of Despondency, cuyos trabajos más recientes, sin embargo, consiguieron involucrarme de manera más profunda que las últimas andanzas de Dark Throne, por citar un ejemplo lo más icónico posible. Azrael se incorpora a la lista con un debut tan promisorio como ambicioso: una obra doble de entregas separadas titulada “Into Shadows”. Este primer "acto" (“Act I: Denial”) del dúo (“Algol” y “Lord Samaiza”) proveniente de Minnesota explota al máximo los límites del black metal más grim, marchito, lacerante y misantrópico imaginable (las ultra-necro y ultra-noruegas “Holiness Embodiment” y “Unseen Emptiness” constituyen los paradigmas principales del álbum), y al mismo tiempo evidencia un deseo pro-exploración que deriva en extensos pasajes atmosféricos (algunos de los cuales consiguen incluso inquietar genuinamente), cambios de ritmo constantes, y un tratamiento un tanto avant-garde (para los cánones ortodoxos de un sub-género adentro de un sub-génro como lo es el “grim black metal”) de guitarras y bajo. La indiferente frialdad es absoluta e inquebrantable, tan estoica como el desaforo característico del estilo y el rigurosamente pavoroso sonido, aunque la (¿evitable?) batería programada desmerece parte del corolario. Y no obstante, “Into Shadows, Act I: Denial” constituye una obra que requiere de indagación y paciencia. De Burzum a Ved Buens Ende, y de Carpathian Forest a Bethlehelm, las referencias y coordenadas que Azrael entrevera son profusas y disímiles. Una suerte de “grim black metal para pensar”, por más contradictoria que la afirmación resulte.

Wednesday, June 15, 2011

BORKNAGAR “Quintessence” (Century Media, 2000)


Es preocupante la falta de verdaderos buenos discos dentro del black metal propiamente dicho. Durante los últimos años, las propuestas más logradas e interesantes resultaron ser, curiosamente, aquellas que se distanciaban sin pudor alguno de los límites territoriales del género. ¿Ejemplos? Cualquiera de las obras más recientes de gente como Ulver, Arcturus, In The Woods... y, en menor medida debido a sus aún latentes raíces, Emperor. Y con este cuarto larga duración de Borknagar hubiera jurado que la lista se agrandaba... pero me mataron la ilusión de un solo golpe, fulminante y sin vistas de redención. Los noruegos ya antes habían demostrado sus fabulosas virtudes en el antológico “The Olden Domain” (1997, lejos, lo mejor del grupo hasta la fecha) y el un tanto más recatado “The Archaic Course” (1998), por lo que una consagración definitiva en este “Quintessence” no parecía una predicción descabellada.

Grueso error. Nada, total y absolutamente nada, hay en estos 43 minutos que evidencie evolución o, cuanto menos, refinamiento. De hecho, Oystein G. Brun y sus muchachos parecieran haber desperdiciado por completo su oportunidad de terminar de rematarnos con aquella fabulosa mixtura entre el salvajismo nórdico tradicional y las cuidadas melodías épicas que tan bien supieron hilvanar en el pasado. Porque el presente, si bien no se vislumbra desolador, no logra levantar cabeza. “Quintessence” no es ni más ni menos que un álbum más del montón, intrascendente y por momentos incluso insípido, en el que ni siquiera la notable garganta de ICS Vortex (antes conocido como Simen Hestnaes) logra hacernos cambiar de opinión. De hecho, su participación a modo de invitado en “Spiritual Black Dimensions” (1999), de los compatriotas Dimmu Borgir, ofrecía momentos mucho más logrados que opacan sin vueltas a los berrinches despersonalizados de la mayoría de los nuevos temas. Las vigorosas y enardecedoras entonaciones de ayer conmueven hoy solo en contadas ocasiones (“Colossus” y, sobre todo, “The Presence Is Ominous”), siendo generalmente reemplazadas por piezas que, creer o reventar,  denotan un evidente retroceso (algunas incluso logran asemejarse a las del debut homónimo de la banda). Para colmo, el hecho de contar con dos olvidables instrumentales a modo de relleno, empeora aún más las cosas. ¿Y qué pasó con los amagues sinfónicos y setenteros que tanto amenazaban por implementar? No hay caso. Jamás pensé que iba a decir esto, pero, al fin y al cabo, tendré que reconocerlo: un trabajo (¡agh! ¡dolor!) me-dio-cre.

Friday, June 10, 2011

Entrevista: BORKNAGAR - Epicus, Doomicus, Metallicus

 Reportaje a Oystein G. Brun y Vintersorg 
(originalmente publicados en la revista Maelstrom en 2004)

El “supergrupo” noruego
responsable de la moda de los supergrupos
regresa más calidoscópico que nunca con su sexto disco:
“Epic”.
Y el título lo dice todo.
 O tal vez no. 


- “Epic” es un título que uno podría haber asociado con un álbum como “The Olden Domain”. En cambio, este sexto trabajo suena más refinado, progresivo y experimental, como ocurría con “Empiricism”, ¿no te parece? 
- Depende de a quién le preguntes. Tuvimos varias charlas antes de decidirnos por ese título. Para mí, “Epic” es un disco bien “épico”. Todos nuestros discos tienen elementos épicos, a decir verdad. Porque Borknagar es una banda que se formó para crear música épica. Si el disco nuevo tiene más o menos ingredientes que los anteriores realmente no es algo que me preocupe. Cada uno de nuestros discos tiene su propia personalidad y no me gusta compararlos. Pero para mí, el título en este caso se adaptaba muy bien a la forma en la que encaramos las canciones y las letras. Es el título más obvio de nuestra carrera, sin dudas.
- Lo que me gusta de ustedes es el hecho de que la música del grupo es muy difícil de categorizar. El black metal es un elemento muy importante en la mayoría de las composiciones, pero tan sólo un elemento entre muchos otros. ¿Se ponen algún límite a la hora de escribir? 
- Bueno, yo siempre digo que la música “te sale por instinto”. Las canciones simplemente nos salen así, y no tengo idea del por qué del asunto. Supongo que cada tema representa la culminación de una idea. Desde un principio, mi idea fue hacer algo que estuviese más allá de todos los géneros. Tenemos cosas de rock progresivo, pero no somos una banda progresiva. Tenemos cosas de black metal, pero no somos black metal. Para mí, Borknagar trasciende los géneros. Desde un principio que yo no quería hacer black metal, ni death metal, ni heavy metal, ni nada de eso, sino que pretendía crear música que de alguna manera se alejara de todos los estilos para formar su pequeño universo paralelo. Con “Epic” quería “más de todo”, más complejidad, más arreglos, más agresión, etc. Algunos temas en este disco son de los más brutales de nuestra carrera y otros son de los más melódicos y complejos. Para lograr algo así en mi opinión tenés que tener una mente musical abierta. Y, francamente, para mí Borknagar no tiene limitaciones.
- ¿Hay algún tipo de sonido o estilo que nunca incorporarías a un tema del grupo? 
- No, no hay nada que dejaría de incluir en una canción. Por supuesto que no vamos a meter cosas de rap o algo así, pero todas las formas de expresión musical tienen cualidades que para mí son interesantes y válidas.
- En el grupo ahora son cuatro músicos en lugar de seis. ¿Qué pasó con Jens (Ryland, ex–guitarrista) y Tyr (bajista)? 
- Creo que Jens sencillamente se pudrió del negocio de la música. Y también llegó un punto en el cual nos dimos cuenta de que ya no compartíamos los mismos objetivos musicales ni los mismos puntos de vista. A él le gustaba más salir a tocar en vivo todo el tiempo, y yo soy más de quedarme en mi casa y grabar un disco en un estudio. Creo que esta separación fue beneficiaria para ambos. Tyr (nombre real: Jan Erik Torgersen) tuvo varios problemas personales y no pudo estar presente durante la grabación del disco. De hecho, tuvimos que posponer la grabación durante unos seis meses como para darle algo de tiempo, pero no hubo caso... Así que tuvimos que separar caminos, porque al disco había que grabarlo de una forma u otra y ya no podíamos seguir esperando.
- Lars (Nedland, tecladista) pareciera haber traído parte de la complejidad bizarra y sinfónica de Solefald, su otra banda, al sonido actual de Borknagar, ¿no te parece? Creo que su participación es una de las que más se destaca, junto con la de Asgeir (Mickelson, baterista)... 
- Sí, muchos me comentaron eso. Curiosamente, Lars sólo compuso una canción en este disco: el instrumental “The Weight Of Wind”, aunque su personalidad se puede sentir en todos los temas. A veces usa riffs que yo compongo en la guitarra y los adapta a sus teclados. Igualmente, Borknagar y Solefald son dos bandas totalmente distintas.
- ¿Cuál de todas las alineaciones del grupo te parece que fue la más sólida? 
- La de ahora, lejos. La química entre todos nosotros, ya sea a nivel musical como personal, es realmente genial.
- Ok, sabía que me ibas a decir eso. Entonces, ¿cuál dirías que fue la segunda alineación más sólida? 
- Hhhhmmmm... Bueno, la verdad es que tengo muy buenos recuerdos de la época en la que en el grupo sólo estábamos Jens, Vortex y yo. Fue justo antes de grabar “Quintessence”. Nos la pasábamos de joda...


- Vintersorg hace ya varios años que está en el grupo. ¿Cómo te sentís al respecto tras haber grabado dos discos junto a él? ¿Pensás que habrá un tercero? Te lo pregunto porque hasta ahora Borknagar siempre pareciera grabar un máximo de dos discos con cada vocalista... 
- Buen punto. Es gracioso, pero eso es una coincidencia, ni más ni menos. Toda la gente siempre especula sobre eso. Se convirtió en una tradición, ¿no? A no ser que Vintersorg me esté ocultando algo muy importante (se ríe), te puedo asegurar que ya estamos listos para grabar un tercer disco con él en las voces. Ya tenemos un montón de temas nuevos totalmente listos e incluso estamos trabajando en nuevas partes vocales.
- ¿Tan rápido? ¿Es porque les sobró material de “Epic” o de “Empiricism”? El tema “Future Reminiscence”, de hecho, me recordó un poco a “The Genuine Pulse” de “Empiricism”... 
- Ese tema fue uno de los primeros que compusimos para el nuevo disco. Y, justamente, casi todo el disco lo compusimos inmediatamente después de terminar “Empiricism”. La letra de “Future Reminiscence” es en realidad una continuación del tema “Ruins Of The Future” de “Quintessence”. A veces me gusta desenterrar viejas ideas y volver a mirarlas con nuevos ojos.
- ¿Y cómo describirías esas ideas? Los mensajes del grupo siempre tuvieron un cierto aire críptico, y el vocabulario de las letras es bastante complejo... 
- Todas nuestras letras tratan sobre la naturaleza y la filosofía. No somos una banda política ni estamos interesados en predicar nada. No hay un mensaje.
- Pero siempre vuelven a los mismos tópicos: el cosmos, el conflicto entre ciencia y naturaleza, etc... 
- Es algo natural para mí. Por lo general escribo sobre las cosas que leo, y me gustan mucho autores como Stephen Hawking, por ejemplo. Me la paso viendo el Discovery Channel y esa clase de documentales sobre el espacio y la ciencia...
- La gacetilla de prensa de Century Media reza que la música de Borknagar “representa la interconexión entre el medio ambiente, la tecnología y el conocimiento”. ¿Estás de acuerdo con esa frase?¿Ustedes tienen algún tipo de control sobre lo que el sello escribe? 
- En los tres primeros discos yo siempre traté de mantener las cosas controladas y supervisaba todos los aspectos del grupo, desde las fotos de prensa hasta la publicidad. Pero hoy la verdad es que decidí tomar un rol más pasivo y olvidarme de todo ese asunto. Para mí es muy interesante observar cómo la gente interpreta y absorbe a la música de diferentes formas. Así que dejo que los fans, los sellos y los periodistas escriban y piensen lo que quieran. Cuando el sello nos pregunta qué pueden escribir en la gacetilla de prensa de un disco, yo les digo que pongan lo que a ellos se les cante. Ya no me interesa.
- Esta clase de música suele asociarse a la rebeldía adolescente, y tengo entendido que hace poco te convertiste en padre. Ahora que sos más grande y tenés más experiencia, ¿todavía ves a la música extrema de la misma forma que lo hacías cuando empezaste con Borknagar? 
- Sí, definitivamente. Un montón de cosas cambiaron desde que tenía 19 y decidí formar este grupo, pero el principio, la necesidad primaria, y el deseo de seguir haciendo esto son los mismos. Eso no cambió en lo absoluto. Una de las razones por las cuales pasaron más de tres años entre “Epic” y “Empiricism” fue justamente el hecho de que quise dedicarle más tiempo a mi familia y a mi hijo. Decidí tomarme un descanso y disfrutar un poco de la vida... Pero yo nunca estuve metido en esto por una cuestión de rebeldía. Nunca me interesó asustar a las viejas ni oponerme a la sociedad, ni nada de todas esas cosas. Hago esto porque sencillamente es una gran forma de satisfacerme a mí mismo desde un punto de vista musical y creativo. Nada más, ni nada menos.
- ¿Cuán importante fue la participación de Garm en los primeros días del grupo? Algunas personas suelen atribuirle el estilo básico de Borknagar a él... 
- De hecho, el primer disco ya estaba casi terminado para cuando Garm se nos unió. Por supuesto que su estilo vocal y sus ideas afectaron a las canciones, pero la mayoría de los parámetros ya habían sido fijados, para ser totalmente honesto. Pero me siento muy agradecido de haber podido contar con él porque de alguna forma fue la persona que me ayudó a afilar y pulir el sonido del grupo, y también la parte visual y literaria... Garm también fue uno de los primeros vocalistas del género en alternar voces gritadas con las voces “épicas”. Los dos primeros discos fueron un período fundamental en la carrera de Borknagar...
- ...y en cierta forma inauguraron toda esta moda de “supergrupos” noruegos que se mantiene hasta el día de hoy. 
- La verdad es que al principio el hecho de estar en una banda con gente de Ulver o Gorgoroth o Enslaved nos ayudó mucho. Me acuerdo de que no podíamos conseguir ningún contrato con ningún sello, y de repente se nos unió Garm y nuestro bajista de aquella época llamó a Malicious Records y les dijo “nuestro cantante es Garm de Ulver y Arcturus, nuestro tecladista toca en Enslaved, etc.”, y la gente del sello dijo “ok, ¿cuánta plata quieren? Ya se la mandamos...”. Todo eso nos ayudó un montón. Hoy, no obstante, creo que merecemos ser considerados una verdadera banda. Después de un tiempo me cansé de todo ese asunto de los “black metal super-stars”. Hoy somos una banda y punto.
- ¿Pensás que alguna vez van a retomar el estilo más crudo y agresivo de los dos primeros discos? Mucha gente los sigue citando como sus favoritos... 
- El día que me repita musicalmente va a ser el día en el que voy a tener que dedicarme a otra cosa. Para mí lo más importantes es progresar, y no grabar “The Olden Domain, parte 2”. Pero de todas formas siempre trato de incorporar las bases del sonido original del grupo a cada nueva canción que compongo. Todos nuestros discos son diferentes pero al mismo tiempo siguen la misma línea. Los paralelismos entre todos ellos se mantienen hasta el día de hoy, pero ya no saltan a la vista tan fácilmente. Cada nuevo disco demanda más trabajo, más atención. Esa es la gran diferencia. Pero seguimos sonando a Borknagar.

Los Dominios Antiguos: 
Borknagar Disco X Disco Según Oystein G. Brun 

“Borknagar”: “Lo grabamos en los estudio Grieghallen en Bergen, mi pueblo natal, a mediados del ´95, pero recién lo terminamos a comienzos del ´96. No teníamos ningún contrato discográfico, así que desde un punto de vista financiero nos tuvimos que hacer cargo de todo nosotros mismos. En un momento las cosas se complicaron porque yo ya no tenía más plata para pagar el estudio, así que me puse muy contento cuando finalmente hicimos un trato con el sello alemán Malicious Records y ellos pagaron el resto del disco. Pero en esa época tampoco teníamos cantante, y de hecho ya estaba pensando en grabar las voces yo mismo. Y de repente recibo una llamada de Garm, diciéndome que estaba interesado en escuchar algunas de las canciones. Le mandé varios tapes con las grabaciones del estudio y al poco tiempo me volvió a llamar y me dijo que le gustaría unirse al grupo. Eso facilitó el contrato discográfico. Recuerdo que Garm me dijo que algunas partes le habían volado la cabeza, como la sección intermedia de “Dauden”, por ejemplo. Eso no me lo voy a olvidar nunca... El disco salió finalmente hacia mediados del ´96 y la respuesta del público fue enorme. Alguien me dijo que de hecho fuimos la primera banda de black metal entrevistada por la revista alemana Rock Hard. El disco de alguna forma pareció haber sido bastante importante y relevante dentro del género, algo que jamás me hubiese imaginado...” 
“The Olden Domain”: “El primer disco que grabamos para Century Media, esta vez en los estudios Woodhouse de Alemania. Recuerdo que vivimos por semanas en un departamento mugriento que estaba arriba de un boliche en el que pasaban a Rammstein las 24 horas del día. Aunque la verdad es que la pasamos muy bien durante esa grabación... Una noche, Garm se me acercó y me explicó que ya estaba harto y podrido de este tipo de música, y que en realidad estaba interesado en hacer otras cosas. Yo respeté su decisión, y en cierta forma era algo que ya me veía venir. Así que nos fuimos a un bar a tomar un trago, o dos, o tres... bueno, nos emborrachamos mal, en realidad, y nos cagamos de risa toda la noche hablando del metal. Tengo muy buenos recuerdos de esa noche... El disco salió en el ´97 y no paramos de dar reportajes. La cosa había crecido muchísimo...” 
“The Archaic Course”: “Nuestro álbum más atmosférico. Justo antes del momento en el que se suponía que teníamos que entrar a grabar el disco nos echaron de nuestra sala de ensayo en Bergen. Así que tuvimos que juntar toda nuestra mierda, meterla en mi diminuto VW Golf, y enfilar para la casa de mis viejos, donde solía ensayar con Molested, mi banda anterior. La cosa no fue tan dura, al final, y terminamos viajando de nuevo a Alemania para grabar el tercer disco. También participamos en el festival Wacken de aquel año... Simen era el nuevo cantante, y recuerdo que estaba tan pero tan borracho después del Wacken que los representantes de Century Media amenazaron con enviarlo de vuelta a Noruega...” 
“Quintessence”: “A esa altura ya habíamos reemplazado a un par de miembros. Mudamos nuestra sala de ensayo a Oslo, pero yo era el único que seguía viviendo en Bergen. Esta vez decidimos ir a Suecia y grabar en los estudios Abyss. Recuerdo que en esa zona no había nada. Sólo el estudio y un par de casas medio espantosas. Todos vivimos en una casa bien grande que Peter (Tägtgren, dueño del estudio) había comprado para alojar a las bandas que pasaran por el estudio. Simen, como buen chef que es, se la pasó cocinando unos exquisitos platos. Durante un mes lo único que hicimos fue grabar, comer y jugar al Playstation...” 
“Empiricism”: “Simen se tuvo que ir porque se la pasaba de gira junto a Dimmu Borgir y ya no tenía tiempo para el grupo. Quedamos contentos con los resultados de “Quintessence”, pero las canciones de “Empiricism” demandaban un estudio diferente y más tiempo. Al final optamos por Fagerborg Studios en Oslo, y por primera vez desde el primer álbum tuvimos más de un mes para poder grabar todo. Vintersorg se unió al grupo y la verdad es que todos la pasamos muy bien. No tengo malos recuerdos de ninguno de nuestros discos.” 


3 Colosos De Proporciones Épicas 
Seis discos, tres cantantes diferentes. Borknagar, de hecho, constituye la única banda dentro de la música extrema por la que hayan pasado tres de los vocalistas más destacados y carismáticos del género: Garm (Ulver, ex-Arcturus, etc.), Simen “Vortex” Hestnaes (Arcturus, Dimmu Borgir), y Andreas “Vintersorg” Hedlund (Vintersorg, Havayoth, Cronian, Otyg, etc.), todos poseedores de un estilo sumamente personal, imposible de imitar o igualar. Comparar a los tres resulta una tarea engañosa y carente de sentido. Pero de todas formas Oystein hace el esfuerzo... 



Garm: 
Pro: “Tiene un extraordinario sentido de la calidad”
Contra: “A veces se hacía difícil trabajar con él porque tenía opiniones muy fuertes que nadie podía cambiar. Tiene mucho caracter.”


Simen Hestnaes: 
Pro: “Tiene una voz única y una habilidad melódica increíble” 
Contra: “A veces le costaba mantener la concentración y el enfoque...”


Vintersorg: 
Pro: “Uno de los músicos más creativos y enfocados con los que trabajé en mi vida. Siempre tiene ideas y está dispuesto a escuchar las opiniones del resto.”
Contra: “Hhhmmm... ¡Cuando está borracho habla hasta por los codos!”

Thursday, June 09, 2011

BORKNAGAR “Epic” (Century Media Records, 2004)


No se confundan. “Épico” no es precisamente el adjetivo que uno utilizaría para describir a “Epic” [ese término sería más apropiado para distinguir las virtudes del apoteótico “The Olden Domain” (1997)], pero este sexto larga duración de Borknagar ofrece tal majestuosidad en su rango de texturas estilísticas y el caudal armónico de su instrumentación, que el ahora cuarteto se desenvuelve en acaso toda una nueva acepción del vocablo. Lo verdaderamente “épico” de “Epic” se percibe en el torrente de sus aspiraciones. Borknagar y el black metal siempre estuvieron ceñidamente conectados, pero la propuesta de este “súpergrupo” noruego (que originalmente incluyó a miembros -pasados y presentes- de Ulver, Arcturus, Gorgoroth, Immortal, Enslaved y Dimmu Borgir, entre otros, y hoy se conforma por integrantes de Spiral Architect, Solefald y Vintersorg, siempre liderados por Oystein G. Brun) trasciende lo negro y desafía la monotonía actual de las vertientes extremas con un calidoscopio de melodías y arreglos sumamente heterogéneos. Vintersorg sencillamente desconoce contendientes y en cada álbum expande aún más sus posibilidades. El estribillo de la memorable “Traveller”, por ejemplo, ametralla con gritos, rugidos y entonaciones melódicas que colisionan en una plática que extasía los oídos, permitiéndoles visualizar impensados paisajes, mientras que los coros y los chillidos de “Resonance”, “Cyclus” y la hermosa “The Wonder” nos recuerdan que estamos escuchando al mismo artista responsable de los célebres “Ödemarkens Son” (1999) y “Till Fjälls” (1998). Garm personificaba la gloria, Simen Hestnaes irradiaba distinción, pero Vintersorg se apodera por completo de las canciones y se presenta como el primer cantante de Borknagar sin pretensiones de opacar al resto de los músicos. Los patrones rítmicos de Asgeir Mickelson (acaso la incorporación más destacable en esta siempre cambiante entidad) obedecen y exceden los criterios de lo progresivo, lo folklórico, lo sinfónico (ingrediente acentuado por los teclados de Lars A. Nedland, otro formidable eslabón), y lo jazzero. Excéntricos pero fascinantemente coherentes, sus golpes recorren platillos, bombos y redoblante en un constante ballet de hazañas percusivas. Con dos miembros menos que de costumbre (Jens Ryland y Tyr ya no son de la partida) y uno de ellos haciendo doble trabajo (Mickelson también se encarga del bajo en esta oportunidad), Borknagar suena hoy como una banda propiamente dicha, sólida, desprejuiciada y valiente. 

“Epic” constituye la continuación lógica de “Empiricism” (2001) pero, al mismo tiempo, desarrolla conceptos similares de una forma un tanto más densa, expansiva y orgánica. Los blast-beats cobran velocidad sin previo aviso, una y otra vez, pero momentos más tarde suelen derivar en interludios que detienen la efervescencia de adrenalina y, en algunas instancias, perjudican la consistencia de las canciones. Los instrumentales (una constante en la discografía del grupo que sólo consiguió sobresalir en el debut homónimo de 1996) contribuyen al sutil debilitamiento y agregan minutos a un trabajo cuyo fluir se hubiera beneficiado con su ausencia. “Future Reminiscence” abre la placa y se ubica a la altura de “The Genuine Pulse” (de “Empiricism”) o “The Age Of Oden” (de “The Olden Domain”) como nuevo clásico instantáneo, aunque su reiterado desacelerar disminuye levemente el estallido de entusiasmo. “Epic” pareciera querer demostrar que en Borknagar no existe lugar para lo predecible, pero la alternativa de complejidad laberíntica puede tornarse un arma de doble filo. Estamos, sin duda alguna, ante la obra más demandante e instrumentalmente excepcional del grupo (inflexiones vocales incluidas), aunque probablemente no la que amerite un mayor número de escuchas repetidas (otro galardón que le corresponde a “The Olden Domain”, acaso una placa que la banda nunca podrá igualar en materia de dramatismo eufórico). No obstante, “Epic” supera ampliamente al anémico “Quintessence” (2000) y, si bien su duración es un tanto más extensa, podría ubicarse al mismo nivel que “The Archaic Course” (1998). Y eso, hay que aclararlo, es decir bastante. Porque “épicos” o no, Borknagar continúa editando proezas. 

Wednesday, June 08, 2011

Entrevista: BORKNAGAR - Progresivos & Agresivos

Reportajes a Oystein G. Brun y Vintersorg 
(originalmente publicados en la revista Grinder en 2001)

Oystein G. Brun, Vintersorg, y McDonalds. Black metal feliz. 

Tiempo atrás los “supergrupos” noruegos 
eran moneda corriente dentro de la escena extrema mundial. 
Y Borknagar era uno de ellos. 
Pero hoy finalmente le hacen verdadero honor al término... 

Borknagar modelo 2001 es mucho más que la suma de sus partes. “Empiricism”, su quinto larga duración hasta la fecha, presenta al vocalista más conmovedor (Vintersorg, tan excepcional como siempre) y al bajista más virtuoso (Tyr, aquel que solía acompañar a Emperor durante sus giras) que hayan pasado por las filas del grupo; y, como ocurría en “Quintessence”, al único baterista nórdico capaz de competir con Hellhammer en materia de malabarismos, velocidad y contundencia (Asgeir Mickelson, de Spiral Architect), y un tecladista que, si bien no en la misma liga, compensa la falta de pirotecnia con eficaz simpleza (Lars A. Nedland, el “Lazare” de Solefald). Oystein G. Brun continúa llevando las riendas junto al también guitarrista Jens F. Ryland, pero en esta oportunidad ambos son eclipsados por el talento colectivo de sus compañeros de alineación. Y juntos son dinamita. Vintersorg puede no poseer la versatilidad de Simen Hestnaes (hoy en Dimmu Borgir) o la laringitis aguda de Garm en sus épocas licántropicas, pero pone la piel de gallina, te sirve la gloria en bandeja de platino, e invoca lágrimas y adrenalina por igual. Definitivamente es el candidato justo. “The Olden Domain” continúa poseyendo mi voto como el trabajo más intenso de la historia de la banda, pero “Empiricism” es una recarga de energía que vislumbra un futuro aún más brillante. “The Genuine Pulse” compite en la categoría de “clásico instantáneo” junto a maravillas previas como “Vintervredets Sjedesagn”, “The Winterway”, “The Dawn Of The End” o “The Presence Is Ominous”. Se trata sin dudas de la obra más emotiva, técnicamente compleja y acaso la más lograda en lo que a diversidad compositiva e instrumental respecta; una quimera de melodías prodigiosas y coros antológicos que desconocen tregua alguna, enmarañándose en tu sistema nervioso hasta sentar raíces y negarse a mirar hacia atrás... 

- En “Empiricism”, Borknagar pareciera ser una banda completamente nueva... 
- El objetivo principal de este álbum fue el tratar de componer las canciones más diversas y variadas posibles. Quisimos trabajar con mayor detalle los contrastes entre las partes extremas y las partes hermosas y melódicas. Como músico, no me interesa crear canciones que sólo conduzcan a un único camino, sino que considero mucho más interesante el tratar de progresar, variar las estructuras y desarrollar una música más profunda... 
- ¿Quedaste satisfecho con el disco? 
- Definitivamente. Pienso que es un gran álbum. Tiene grandes canciones y una gran producción y calidad sonora. Todos en la banda estamos muy satisfechos. Es el álbum mejor producido que grabamos hasta la fecha. Trabajamos por dos meses en el estudio, a diferencia de los discos anteriores, para los cuales sólo trabajamos unas tres o cuatro semanas. Para esta oportunidad no hubo apurones ni apresuramientos... Todo salió como tenía que salir, y también pudimos incorporar nuevos instrumentos, como un órgano Hammond y un Piano de cola. Además, yo vivo en Bergen, Vintersorg vive en Suecia y el resto vive en Oslo, así que no tenemos muchas oportunidades de ensayar al mes. Por eso decidí grabar un demo con la pre-producción de los temas y se lo envié al resto de los miembros. Todos aportaron sus ideas a través del teléfono, y eventualmente nos juntamos y terminamos de darle forma al material. El proceso es bastante agotador y extraño, pero funciona... 
- ¿Qué fue exactamente lo que te hizo elegir a Vintersorg para el puesto de nuevo cantante? 
- Bueno, él no sólo es un excelente cantante, sino también un gran músico que puede tocar una enorme variedad de instrumentos. Es un placer poder trabajar con él. Ya éramos amigos desde hace bastante tiempo, y nos mantuvimos siempre en contacto porque compartimos muchos intereses y gustos. De hecho, incluso pensamos en hacer algo juntos alguna vez, como un proyecto paralelo... Pero en realidad Vintersorg no fue mi primera opción para el puesto de cantante en Borknagar. Cuando nuestro anterior cantante (N. Del R.: Simen Hestnaes) se fue del grupo, invitamos a Vintersorg a que se venga a nuestra sala de ensayo tan solo para divertirnos un rato y al mismo tiempo probar las canciones viejas con su voz... No hubo ningún compromiso ni nada que se le parezca. Pero el resultado fue tan bueno que nos pareció obvio que él era el candidato justo. Y desde ese momento no paramos de trabajar y las cosas no pudieron haber sido mejores. Fue una decisión lógica. 
- ¿Cómo lo compararías a Vintersorg con Garm (primer cantante del grupo) y Simen? 
- Los tres son grandes vocalistas. Pero Vintersorg está mucho más compenetrado con las letras y la música, es mucho más dedicado al grupo y se toma las cosas más en serio. Y también tiene un talento muy especial a la hora de componer líneas y melodías vocales realmente extraordinarias. No quiero hablar mal de los anteriores miembros del grupo, pero sí puedo decirte que ésta es la mejor alineación que tuvimos hasta la fecha... 
- Es decir que Vintersorg está más comprometido con todos los aspectos compositivos de la banda, a diferencia de Garm, por ejemplo. Tengo entendido que su participación era bastante limitada... 
- Sí, de alguna forma lo era. Garm compuso muchas letras, pero las componía sin un real sentimiento. No estaba muy comprometido con lo que escribía, sino que lo escribía por escribir algo, ¿entendés? No estaba realmente motivado, sino que lo hacía por diversión. Vintersorg es más dedicado y se toma esto en serio porque lo siente como algo serio para él. 
- Pareciera que cada cantante de Borknagar permanece en la banda únicamente por dos discos. ¿Pensás que Vintersorg va a ser la excepción? 
- Sí, creo que sí. Vintersorg y yo somos muy buenos amigos. Me sorprendería realmente muchísimo si algo pasara entre nosotros o entre el resto del grupo, porque honestamente somos un gran equipo y nos llevamos todos muy bien. No hay conflictos, y de hecho ya empezamos a componer nuevo material... 


- En el pasado la prensa siempre definió a Borknagar como un “supergrupo”. No obstante, mi opinión personal es que éste es el primer álbum que realmente amerita semejante rótulo. Me refiero a que hoy la banda no sólo incluye a Vintersorg como nuevo cantante, sino también a Tyr como nuevo bajista, además de Asgeir en batería y Lars en teclados. Estos dos últimos ya habían participado en “Quintessence”, pero es en este nuevo trabajo dónde todos realmente se destacan. Sinceramente quedé muy sorprendido con la calidad instrumental del álbum. Me pareció excelente... 
- Gracias. Es cierto que todos son grandes músicos. Asgeir, por ejemplo, es grandioso. No exagero cuando digo que debe ser uno de los mejores bateristas de toda noruega. Puede tocar lo que sea: música progresiva, jazz, metal... de todo. Y lo mismo pienso sobre Tyr. La sección rítmica de este nuevo álbum es brillante. Lars también es un genio, y aporta muchas ideas interesantes. 
- ¿Cuál es tu opinión sobre bandas como Solefald o Spiral Architect, cuyo sonido es considerablemente más experimental? 
- Si bien no son lo mío, pienso que la música de ambas bandas es grandiosa. No es algo que escuche todos los días, te repito, pero su calidad es lógicamente innegable. 
- Una característica de Borknagar es la inclusión de un tema instrumental en cada álbum, y en el primero de hecho hay numerosos interludios similares. ¿Piensan continuar esta suerte de “marca registrada” en el futuro? 
- Sí, claro. Pienso que es positivo el tener una canción que te permita un pequeño descanso entre tantos temas rápidos y agresivos. Es un breve respiro que creo contribuye a la variedad y la progresión sobre la que hablaba antes. 
- ¿Qué representa el título “Empiricism”? 
- Existe una creencia filosófica antigua que afirma que todo aquello que una persona conoce parte de la utilización de sus cinco sentidos: vista, olfato, tacto, audición y degustación. Nosotros quisimos tratar de experimentar con otros sentidos y transmitir esa perspectiva al oyente. Es como un sexto o incluso un séptimo sentido que tratamos de incentivar con nuestras canciones... 
- ¿Cómo surge la idea de crear Borknagar? Sé que antes solías tocar en una banda de death metal... 
- Es cierto. Era una banda de death metal brutal y muy agresivo. Con el paso del tiempo sentí la necesidad de crear un tipo de música diferente y más atmosférica. Siempre fui un gran admirador de bandas como Pink Floyd, que poseen un sonido más profundo, más emotivo. Así que fue una decisión simple. Hice algunas llamadas telefónicas y el grupo se formó con Garm, Infernus de Gorgoroth, e Ivan de Enslaved. El primer álbum fue un experimento. Quería ver hasta dónde podía llegar, y el resultado superó mis expectativas. No me esperaba estar dónde estoy hoy, pero estoy contento de que así haya sido... 
- Tengo un recuerdo muy grato del álbum debut del grupo. La considero una excelente obra para su época, sumamente variada y extremadamente agresiva... ¿Cuál es tu opinión actual del disco? 
- Me gusta mucho su atmósfera. Como vos decís, es un gran disco para su época, aunque hoy por supuesto hay montones de cosas que hubiera hecho de forma diferente, y de hecho hay varios errores que quedaron grabados en el disco. Pero me gusta. Me gustan todos nuestros discos. Y todavía tocamos algunos temas del debut en nuestros conciertos. 
- Mi álbum favorito de toda la discografía del grupo es “The Olden Domain”. Pienso que posee un sentimiento épico y grandilocuente que nunca pudieron volver a repetir... 
- Bueno, la idea justamente es no repetirnos. Trato de progresar y componer un álbum distinto en cada oportunidad. Ese es uno de los problemas principales de la gran mayoría de las bandas actuales: ¡todos los discos suenan muy parecidos! Yo, por ejemplo, nunca trataría de superar lo que hicimos para “The Olden Domain”, así como tampoco trataría de superar lo que hicimos para “The Archaic Course”... Trato de progresar de álbum a álbum y evitar repetir las mismas fórmulas... 
- ¿Cómo describirías la progresión entre el primer y el último álbum? 
- Hoy somos mejores músicos y personas más maduras. En la época del primer disco yo tenía como 19 años y hoy ya tengo 26. Veo las cosas desde otro punto de vista. Pero la esencia musical del grupo, si bien atravesó una gran progresión, se mantiene intacta, y esto es algo que puede percibirse en todos nuestros discos. Es nuestro sello particular, el cual tratamos de expandir y llevar por nuevas direcciones en cada álbum... Algo así como el “sonido Borknagar”. Está siempre ahí... del primero al último disco. 

Borknagar modelo 2010

Un Destello En El Cielo Nórdico (Mini-Entrevista a Vintersorg) 
Detrás de Ötyg, Havayoth, y ahora también de Borknagar, se encuentra un mismo cantante cuyo apodo artístico coincide con el de su agrupación principal: Vintersorg. Aunque su verdadero nombre es Andreas Hedlund, y a pesar del reciente vínculo entablado con los noruegos liderados por Brun, su país de orígen es Suecia. Las mixturas entre el encanto rústico del folklore escandinavo y la apología apocalíptica del black metal constituyen su especialidad, pero hoy las dimensiones melódicas de su talento se extienden por territorios que abarcan múltiples estilos e influencias. Traducido literalmente, "Vintersorg" significa "pena de invierno", pero tras la edición del sublime "Cosmic Genesis" y su notable trabajo en “Empiricism”, en mi diccionario personal es indudablemente un sinónimo de "gloria"... 


- ¿Cómo se siente el formar parte de Borknagar? 
- Estoy muy emocionado. Borknagar es una de mis bandas favoritas de todos los tiempos, incluso desde el primer disco que editaron. Un año atrás intercambié varios e-mails con Oystein, y luego de eso lo conocí durante un viaje a Noruega y nos hicimos amigos. Cuando Simen se fue del grupo acorde con Oystein para ir a Oslo y juntarme con la banda. No fue una audición o una prueba, sino más bien un ensayo entre amigos. ¡Y a los pocos días Oystein me llama y me dice que ya formo parte del grupo! Fue muy emocionante. Mi intención no es copiar a Simen o a Garm, sino ser yo mismo y crear mi propio estilo dentro del grupo... 
- ¿Y cuál es tu opinión de Garm y Simen? 
- Cuando era más chico, Garm era mi cantante favorito dentro del ámbito extremo. Me enloquecían los discos de Ulver y los dos primeros de Borknagar. Incluso me gusta mucho su voz en el material más reciente de Ulver. Y Simen es sencillamente increíble. Un vocalista extraordinario. Pienso que en “Quintessence”, el último disco de Borknagar, su voz estaba muy bien, pero en “The Archaic Course” era espectacular. Simen es genial. Lo conocí hace poco y también te puedo decir que es una gran persona... 
- ¿Cómo tenés pensado cantar los temas viejos durante los shows? 
- Bueno, por ahora no los estamos ensayando mucho, porque yo vivo a 1500 km. del resto del grupo. Pero los voy a cantar tal y cual cómo están en los discos. Pienso que eso es lo que debería hacer, porque a la gente le gusta escuchar los temas cómo fueron originalmente compuestos. 
- ¿Pensás mudarte a Oslo, o vas a seguir viviendo en Suecia? 
- No, voy a seguir viviendo acá en Suecia. Sólo ensayamos antes de cada álbum y antes de una gira. Nos juntamos con una semana de anticipación para eso. Pero no voy a mudarme por ahora. 
- Con Vintersorg, Ötyg y ahora Borknagar, ¿te queda tiempo para dormir? 
- ¡Y no te olvides de Havayoth! (risas) Por eso me gustaría que los días tuvieran cincuenta horas en vez de veinticuatro. Este año voy a estar plenamente ocupado con mis cuatro bandas. Incluso puede que hagamos shows con Borknagar y Vintersorg juntos... 

BORKNAGAR “Empiricism” (Century Media, 2001)


Borknagar modelo 2001 es mucho más que la suma de sus partes. “Empiricism” presenta al vocalista más conmovedor (Vintersorg, tan excepcional como siempre) y al bajista más virtuoso (Tyr, aquel que solía acompañar a Emperor durante sus giras) que hayan pasado por las filas del grupo, y, como ocurría en “Quintessence” (2000), al único baterista nórdico capaz de competir con Hellhammer en materia de malabarismos, velocidad y contundencia (Asgeir Mickelson, de Spiral Architect), y un tecladista que, si bien no en la misma liga, compensa la falta de pirotecnia con eficaz simpleza (Lars A. Nedland, el “Lazare” de Solefald). Oystein G. Brun continúa llevando las riendas junto al también guitarrista Jens F. Ryland, pero en esta oportunidad ambos son eclipsados por el talento colectivo de sus compañeros de alineación. Juntos, a falta de una expresión más académica, la rompen. Y en mil pedazos. Vintersorg puede no poseer la versatilidad de Simen Hestnaes o la laringitis aguda de Garm en sus épocas licántropicas, pero pone la piel de gallina, te sirve la gloria en bandeja de platino, e invoca lágrimas y adrenalina por igual. Definitivamente es el candidato justo. “The Olden Domain” (1997) continúa poseyendo mi voto como el trabajo más intenso de la historia de la banda, pero “Empiricism” es una recarga de energías con pilas de esas que andan, y andan, y andan... La placa más emotiva, técnicamente compleja y acaso la más lograda en lo que a diversidad compositiva e instrumental respecta. “The Genuine Pulse” compite en la categoría de “clásico instantáneo” junto a maravillas previas como “Vintervredets Sjedesagn” (o algo así), “The Winterway”, “The Dawn Of The End” y “The Presence Is Ominous”. Y creo que sale ganando. TODA la placa, de hecho, es una quimera de melodías prodigiosas y coros antológicos que desconocen tregua alguna (salvo por el innecesario instrumental de turno, “Matter & Motion”), enmarañándose en tu sistema nervioso hasta sentar raíces y negarse a mirar hacia atrás. Borknagar comenzó como uno más de los “supergrupos” noruegos, pero aquí, a más de cinco años de su debut, finalmente le hace honor al término. 

Friday, June 03, 2011

IMMORTAL “Sons Of Northern Darkness” (Nuclear Blast, 2002)


Como uno de los pilares indiscutibles dentro del black metal nórdico, Immortal alcanzó su sitial de honor al batir récords de velocidad en el hiper-desenfrenado “Battles In The North” (1995). No obstante, el mérito se limitaba sencillamente a ese único ingrediente, y el resto de la discografía del grupo de alguna forma fue desarrollándose a la sombra de una obra cuyo estatus de clásico acaso no sea justamente merecido. Por el contrario, el honor debería otorgársele a este “Sons Of Northern Darkness”, séptimo larga duración y verdadero pico creativo del trío hasta la fecha. Curiosamente, las nuevas composiciones presentan un notorio descenso en el velocímetro que permite apreciar con mayor detenimiento el monumental alud de riffs, inmensamente notables en su efectividad. El desenfreno sigue presente y los blast-beats irrumpen con frecuencia (la primitiva “Demonium” es uno de los ejemplos más evidentes), pero las canciones fluyen en esta oportunidad con aire triunfal y épico, generando atmósferas sumamente memorables -como la sección intermedia de “Tyrants” o el inicio de “Antarctica”-, a diferencia de lo que ocurría en el anémico “Damned In Black” (2000) o el furioso pero insustancial “Blizzard Beasts” (1997). El equilibrio entre la frialdad melódica tradicional del grupo y la majestuosidad desbordada de piezas como la formidable “In My Kingdom Cold” constituye un categórico éxito. El ímpetu exacerbado del tema que bautiza a la placa contrasta con el medio tiempo constante -e inconfundiblemente noruego- de “Within The Dark Mind”, y todas las cualidades anteriormente descriptas se combinan para el cierre de lujo en la antológica “Beyond The North Waves”. Ni siquiera un mísero segundo del álbum es dejado a merced de la intrascendencia, y cada nueva escucha confirma aún más las numerosas virtudes y permite arribar a la única conclusión posible: “Sons Of Northern Darkness” es un rotundo clásico instantáneo tanto del black metal como del metal extremo en su totalidad. 

Wednesday, June 01, 2011

BLAZE “As Live As It Gets” (SPV / Steamhammer Records, 2003)


Excepto que te llames Bruce Dickinson, ser un ex-Iron Maiden puede convertirse en una maldición que probablemente te acompañe por el resto de tus días. El bueno de Blaze Bayley no sabía dónde se estaba metiendo cuando aceptó el puesto de cantante en una de las agrupaciones más emblemáticas de la historia de la música pesada, y el período que comprende los años en los que “The X Factor” y “Virtual XI” fueron editados es hoy casi unánimemente considerado como el más mediocre y olvidable de toda la historia discográfica de la Doncella. Encontrar responsables y echar culpas escapa al propósito de este texto, aunque justo resulta reconocer que las limitaciones vocales de Bayley fueron tan sólo uno de los numerosos inconvenientes. Tras su predecible despedida y el posterior regreso de Dickinson, el ex-Wolfsbane decidió emular a cientos de predecesores dentro y fuera del género (incluido Paul Di´Anno) al emprender el inevitable camino hacia la perdición: una carrera solista.

“As Live As It Gets” constituye el primer registro en vivo de esta etapa, luego de dos lanzamientos dignos aunque nada memorables (“Sillicon Messiah” y “Tenth Dimension”). El álbum incluye piezas de ambas obras (destacándose “Stare At The Sun”, “Identity”, “Kill And Destroy” y “Ghost In The Machine”), un souvenir de la época de Wolfsbane (“Steel”), los forzosos resabios de los años maideanos, e incluso un cover de “Dazed And Confused”, de Led Zeppelin. La elección de temas en lo que a Maiden respecta consiste comprensiblemente en material co-compuesto por Bayley (“Two Worlds Collide” y “Futureal”), aunque sorprende de alguna forma la presencia de “Sign Of The Cross” (100% Steve Harris) y sobre todo “Virus”, una rareza disponible únicamente en el Ep del mismo nombre y en el compilado “Best Of The Beast”, co-compuesta por Harris, Dave Murray, Janick Gers y Bayley.

El mero hecho de lanzar a la venta un álbum en vivo -y para colmo doble- tras tan sólo dos trabajos de estudio que ciertamente no pasarán al recuerdo resulta por sí mismo un acto cuestionable; pero lo cierto es que “As Live As It Gets” presenta a un Blaze Bayley distinto, lejos ya de las presiones de antaño y las expectativas por superar lo insuperable, permitiendo contemplar y evaluar al cantante desde una nueva perspectiva, acaso más favorable y justa. Instrumentalmente, Blaze (la banda) no posee fisuras ni tampoco brillo propio: simplemente hacen lo suyo de manera correcta y no llaman atención para sí mismos (aunque las guitarras gemelas y los ritmos de batería se diferencian de aquellos interpretados por Gers, Murray y Nicko McBrain, agregando un interesante nuevo color a “Sign Of The Cross” y “Virus”). Hacer a un lado -al menos momentáneamente- el hecho de que Bayley haya alguna vez formado parte de Iron Maiden conduce a apreciar sus composiciones como lo que realmente son: heavy metal sencillo, robusto, dinámico, y por sobre todo disfrutable, vocalizado por un frontman de registro opaco, restringido y sin alas, aunque personal y orgulloso. Bruce Dickinson hay uno sólo, Iron Maiden es parte de un pasado que nunca regresará, los días de fama quedaron atrás, y la carrera solista de Blaze nunca llegará a mayores. ¿Por qué perder tiempo entonces debatiendo estas cuestiones? Blaze Bayley no es un cantante virtuoso. Esa es la idea. Y en ningún momento la intención fue demostrar lo contrario.