Thursday, July 21, 2011

DAEMONIA “Dario Argento Tribute” (Sony Music, 2000)


Claudio Simonetti.

¡¿Quién?!, se preguntarán ustedes. ¡Más respeto, che! Hoy probablemente pocos lo recuerden (fuera de los cinéfilos amantes del cine de culto), pero, durante la década del ´70, Simonetti se desempeñó como tecladista y principal compositor de la agrupación italiana Goblin, famosa por haber grabado clásicas bandas de sonido para filmes del director italiano Dario Argento. Sin embargo, antes del cambio de nombre solicitado por el mismo director, el grupo se hacía llamar Cherry Five y practicaba una interesante cruza experimental entre el rock progresivo y sinfónico. Hoy, varias separaciones, reuniones, y una fructífera carrera solista de por medio, Simonetti se da el lujo de hacer gala de sus verdaderas influencias al encarar, casi treinta años después, una nueva y flamante banda a la que bautizó Daemonia. Y la mejor forma de iniciar la etapa sería, por supuesto, editando una obra que funcione al mismo tiempo como debut y álbum tributo. El resultado es este descomunal “Dario Argento Tribute”, en el que Simonetti homenajea su colaboración con el brillante realizador cinematográfico y, al mismo tiempo, ofrece sus interpretaciones de varias otras piezas de los filmes del “maestro de lo macabro” en las que no estuvo originalmente involucrado. Ningún clásico quedó, por lo tanto, fuera de la ceremonia: los temas principales de “Suspiria”, “Profondo Rosso”, “Tenebre”, “Opera” y “Phenomena” son todos de la partida, al igual que composiciones ajenas a los Goblin como “La Síndrome Di Stendhal” y “Sospiri E Sospiri” (ambos del maestro de maestros, Ennio Morricone), o “Mater Tenebrarum” e “Inferno” (de Keith Emerson), entre otras sorpresas (igualmente, llama la atención la ausencia de “L´Uccello Dalle Piume Di Cristallo”). Las nuevas versiones transitan desde el homenaje a la reinvención total, obteniendo en ambos casos resultados formidables; superiores, en ocasiones, a los mismísimos originales. Los infinitos colores que encierra la paleta de la oscuridad quedan expuestos con sublime refinamiento en un banquete tan conmovedor como incomparable cuyo vuelo alcanza alturas inenarrables durante las instancias en las que se suma un conjunto de cuerdas y su consecuente delicadez clásica. Simonetti baña al álbum de una pasión simultáneamente reconfortante y melancólica, contrastada con inteligencia por el inocultable bagaje metalero del resto de los músicos, quiénes no se privan de solos de guitarra o el repiqueteo de doble bombo. Ideal para disfrutar hasta el hartazgo si la cinefilia -especialmente la bizarra- es uno de tus defectos incorregibles. 

Wednesday, July 20, 2011

ARCTURUS “The Sham Mirrors” (Jester Records / Ad Astra Enterprises, 2002)


No existe tal cosa como un álbum de Arcturus sencillo de describir. Siempre imaginé al sonido del grupo como un bufón que se burla de tus expectativas y las lleva de paseo por territorio pedregoso para luego traerlas de regreso sumamente confundidas. El recorrido produce vértigo y no debería recomendarse a aquellos fácilmente impresionables, pero la recompensa es sin dudas fascinante. Porque tampoco existe tal cosa como dos álbumes de Arcturus que se parezcan entre sí. “Aspera Hiems Sinfonia” (1995) instaló el término “súpergrupo noruego” en boca de medio mundo, y nadie podía argumentar que el resultado no era justamente “súper”. Como una orquesta desenfrenada y delicada al mismo tiempo, la obra lograba una conjunción exquisita de black metal épico, música clásica y metal progresivo, sustentada por una atmósfera que todo lo convertía en invierno. Aún recuerdo a mi mandíbula rebotando por el suelo cinco minutos luego de escuchar maravillas como “Du Nordavind” por primera vez. Pero nada, absolutamente nada podría prepararme para lo que vendría a continuación. “La Masquerade Infernale” (1997) desafiaba fronteras estilísticas y cordura mental, se reía ante la insignificancia de sus competidores, y nos hacía la vida imposible a los periodistas que se suponía debíamos tratar de explicar de qué cuernos se trataba el asunto. Del black metal sólo quedaban algunas esporádicas descargas (el comienzo de la extraordinaria “Alone”, por ejemplo), el metal progresivo nunca antes había logrado ser tan literalmente progresivo, el invierno se transformaba en inviernoveranoprimaveraotoño, e instrumentos clásicos de cuerdas y programaciones electrónicas se entrelazaban al festín descabellado hasta obtener una sílfide sonora, tan deslumbrante como caótica.

Por lo tanto, sabía que debía esperar lo inesperado cuando “The Sham Mirrors” finalmente fue editado, luego de más de dos años de grabaciones interrumpidas y amenazas de separación. Según declaraciones recientes, este tercer trabajo de larga duración (sin contar a “Disguised Masters” de 1999, un compilado de re-mixes, rarezas y versiones inéditas) constituye, efectivamente, el último opus de Arcturus (Nota: como todo sabemos, el grupo editaría un álbum más en 2005). Y sin embargo la tristeza no me invade, porque de alguna forma la obra es un manifiesto rotundo de un conjunto de artistas al límite de sus capacidades y entregando lo mejor de sí mismos segundo a segundo, del primero al último.

Los nombres de los involucrados lo dicen todo. La formación continúa siendo casi la misma que grabara “La Masquerade Infernale”: Garm -aquí “Trickster G. Rex”- (Ulver, ex-Borknagar) en “voces de fantasmas y monos, y manipulación general”, Hellhammer (Mayhem, Winds, The Kovenant, etc...) en “baterías y llamaradas”, Sverd (ex-Kovenant) en “teclas en fuga”, y Knut M. Valle (Ulver) como “cabalgador de guitarras” (Carl August Tidemann, quien grabara todas las guitarras en “Aspera Hiems Sinfonia y algunos solos en “La Masquerade Infernale”, ya no es de la partida). El puesto de bajista -o “conductor de guitarras bajas”- lo ocupa en esta ocasión Dag F. Gravem. Asimismo, Mathias Eick se encarga de los instrumentos de viento en tres de las siete canciones, y a modo de invitado de lujo, como ocurría con Simen Hestnaes en “La Masquerade Infernale”, Ihsahn (ex-Emperor y hoy solista) se encarga de las “voces que escupen” en “Radical Cut”; como su nombre lo indica, un radical cambio en la rutina experimental que caracteriza el presente del grupo, y lo más cercano al black metal ortodoxo que hayan grabado desde el álbum debut.

Pero el resto del material, nuevamente, es cualquier cosa menos “ortodoxo”. Garm es uno de los cantantes más estupendos pero técnicamente limitados de toda la escena escandinava, y en piezas como “Kinetic” o “Nightmare Heaven” sus fronteras laríngeas quedan expuestas sin descaro alguno. Alcanzar los tonos más altos por momentos pareciera ser una tarea inútil, y son precisamente estas imperfecciones las que transforman a su registro en algo inmensurablemente único y personal. Su estilo aquí se asemeja considerablemente al que utiliza hoy en Ulver, pero la aclaración “voces de fantasmas y monos” que figura en el booklet no es de ninguna forma arbitraria. Los patrones rítmicos de Hellhammer acaso se manifiestan un tanto menos pirotécnicos que de costumbre, priorizando el trabajo en hi-hat en lugar de redoblante y bombos, si bien durante “Collapse Generation” y la citada “Radical Cut” su asombrosa labor en las áreas de contundencia y velocidad es expuesta sin anestesia. “Radical Cut”, en particular, es un torbellino devastadoramente brillante, un frenesí orgiástico que literalmente produce escalofríos y eleva el alma hasta la dimensión desconocida de nuestro propio interior. Ihsahn emplea el mismo tipo de alaridos que utilizaba en Emperor pero musicalmente la canción es Arcturus puro... si es que existe tal cosa. 

La introducción en piano clásico de “Star Crossed” y la sección intermedia de la siempre cambiante “For To End Yet Again” ponen en evidencia al tal vez mayor responsable del “sonido Arcturus” y su paleta de colores infinitos: Steinar “Sverd” Johnsen. Digámoslo de esta forma: podría incluso imaginar a Arcturus sin la participación de Hellhammer o Garm -no sería lo mismo, por supuesto, pero podría funcionar (nota: luego de "Sideshow Symphonies", hoy no estoy tan seguro)-, pero jamás, bajo ninguna circunstancia sería posible la existencia del grupo sin Sverd tras sus inenarrables, maravillosas teclas. La guitarra de Valle se entrelaza a la perfección en la estrafalaria mezcla, y sus solos alcanzan alturas excelsas de buen gusto e intrincada prestidigitación. El único resabio electrónico que entabla una conexión entre esta obra y el cuasi-bailable “Disguised Masters” lo representa el interludio de “Nigtmare Heaven”, pero en esta oportunidad las programaciones benefician a lo incorpóreo de la atmósfera en lugar de travestirla.

“The Sham Mirrors” de alguna forma constituye la obra más “accesible” de Arcturus. Y esta es una cualidad envidiable, puesto que los temas atrapan al oyente de inmediato. Las múltiples escuchas revelan sus correspondientes tesoros escondidos, claro está, pero el impacto inicial es tan extraordinario que el resultado es un verdadero clásico instantáneo. Es cierto: Arcturus viene anunciando su disolución incluso desde luego del primer álbum; pero si esta es realmente una despida, no pudo haber sido más gloriosa.  

Tuesday, July 12, 2011

Entrevista: ULVER - Santa Sangre

(reportaje originalmente publicado en 2005 en la revista Maelstrom)

 ¡Arrodíllense ante su Sagrada Eminencia, el Papa Kris Rygg I!



Los Sumos Pontífices de lo inclasificable
perpetúan sus bufonadas en “Blood Inside”.
Y una vez más, nada vuelve a ser lo mismo.

 “¿De qué se trata, de qué se trata?”, pregunta una y otra vez el estribillo de “It Is Not Sound” (“No Es Sonido”). ¿De qué se trata Ulver? De nada y de todo. De licántropos locos y melómanos bufones. De ruido blanco y metal negro. Uno nunca termina de comprender a Ulver, sus perpetuas metamorfosis, su verdadero propósito (¿y si nos están tomando el pelo a todos?), o el por qué de su refulgente e inexplicable magnetismo, pero de alguna forma la banda se lleva en la sangre. Y sobre la sangre trata (o pareciera tratar) “Blood Inside”, último engendro amorfo de estos vanguardistas y ególatras noruegos tras el monumental y aclamado “Perdition City” (ver nota en #1 para mucho más datos sobre aquel disco y toda la historia de Ulver), y acaso su obra más pomposa, exótica y pretenciosa. ¿Y de qué se trata? Ni ellos mismos parecieran saberlo. Lo único seguro es que no es Sonido. Es simplemente Ulver.  “Definitivamente es un disco pretencioso. No tiene nada de malo admitir esto”, reconoce Kris “Garm” Rygg, titiritero de profesión y músico aficionado, con su tradicional tono solemne y constantemente irónico. “De alguna forma queríamos lograr algo así desde un principio. Es un disco más abierto y no tan hermético como “Perdition City”, y creo que también tiene un cierto aspecto lírico y operístico”.

-  Lo fascinante es que el disco es totalmente experimental y atípico, pero incluso así suena coherente. Es mucho más bombástico y exótico que “Perdition City”, que era más bien minimalista y atmosférico, y más cálido que “Themes From William Blake’s The Marriage Of Heaven And Hell”...
- Sí, es más orgánico, mucho más que los otros, sobre todo desde un punto de vista rítmico e instrumental. Si bien seguimos usando elementos electrónicos, esta vez queríamos lograr algo más tradicional y trabajar fundamentalmente con los instrumentos de siempre: voz, guitarra, bajo y batería, pero siempre en un contexto de experimentación...

Experimentación. De eso se trata Ulver. La canción “In The Red” incluye pasajes que parecieran haber salido de una banda de jazz o swing de los años ´30 o ´40, mientras que “It Is Not Sound” presenta un solo de teclado basado en una melodía de Bach pero interpretado al estilo de Rick Wakeman y todo el movimiento de rock sinfónico de los ´70. Todo adquiere lógica en el ilógico universo de Ulver y en manos de Rygg, victorioso sobreviviente del auge y caída del black metal noruego que hoy se rehúsa a pertenecer a ninguna escena y al mismo tiempo incorpora elementos de todas ellas. Lo de Ulver está más allá de cualquier confín y la meta es simplemente mezclar los ingredientes de siempre de una forma nunca antes ideada. “Las cosas pasan. A veces para bien y otras para mal”, continúa Rygg. “Nosotros probamos un montón de cosas y las mezclamos, y a veces funcionan y a veces no.”

- Según tu experiencia, ¿funcionan en la mayoría o en la minoría de los casos?
- La mayoría de las veces no funcionan. Por eso tardamos tanto en editar un disco. Por eso pasaron cinco años entre “Perdition City” y “Blood Inside”. Si fuera algo más fácil sacaríamos un disco nuevo todos los meses. Nos la pasamos encerrados en el estudio, probando cosas, arreglando cosas, descartando cosas... De “Blood Inside” creo que tenemos, fácil, unas diez horas de música que quedó afuera del disco.
- Lo de ustedes es siempre “prueba y error”...
- Sí, pero ojo que con esto no quiero decir que “Blood Inside” sea un éxito rotundo.
- ¿O sea que no estás totalmente satisfecho con los resultados?
- Nunca estoy completamente satisfecho. Siempre soy muy ambivalente y cuidadoso en ese sentido. Este disco me dio un montón de dolores de cabeza y de estómago. Cuando lo terminamos pensé que me iba a volver loco porque no me gustaba para nada. Esto me suele pasar. No estaba seguro de los resultados. Pero sí estoy contento con el hecho de que, más allá de cualquier cosa, este disco suena original y no se compara con nada de lo que se puede encontrar en el mercado hoy en día... al menos, con nada que yo conozca.
- La verdad es que a mí “Perdition City” me sigue pareciendo un disco superior a “Blood Inside”, aunque claro que ya llevo varios años escuchando aquel disco y a este último todavía lo tengo que terminar de digerir. ¿Cuál es tu favorito, honestamente hablando?
- Es difícil decir. Creo que la comparación habría que hacerla una vez que editemos otro disco, porque de esa forma uno ya puede afirmar que escuchó bien tanto a “Perdition City” como a “Blood Inside”. Por otro lado, no creo que tenga sentido grabar la segunda parte de “Perdition City”. Al menos no lo hubiese tenido para nosotros, y estoy seguro de que alguien, en alguna parte, ya grabó algo similar. Nosotros siempre necesitamos mutar, cambiar... siempre hay algo nuevo que nos presiona para que vayamos para ese lado, y en definitiva cada disco nuevo es tan sólo eso: otro disco. Nos quedan muchos más por editar aún. De eso estoy seguro. Y mi ideal es siempre grabar la mayor cantidad de música posible y tratar de editar esa música. Digo “tratar” porque con mi actitud y mi auto-crítica siempre se me hace difícil el permitirme a mí mismo editar algo que haya grabado. Hubo casos de discos enteros que descartamos porque no nos satisfacían... Pero mi ambición a largo plazo, mi meta, es poder sentarme de acá a muchos años frente a una “mesa de operaciones” e inspeccionar minuciosamente a toda nuestra discografía, que espero que para ese entonces sea vasta. Para mí hoy estamos haciendo cosas importantes y espero que el tiempo me dé la razón. Sonará pretencioso pero realmente creo que estamos “erigiendo” algo importante con esta banda. De acá a unos veinte o treinta años me veo a mí mismo haciendo algo así, poniendo en contexto cada una de nuestras obras... 
- ... y acordándote de la época en la que cada una fue concebida.
- Sí. Cada disco es una ventana hacia el pasado, pero al mismo tiempo cada uno fue concebido con una mirada hacia el futuro. Y creo que “Blood Inside” no es un disco que esté totalmente desprovisto de al menos “ecos” o rastros de lo que hicimos en el pasado. Seguimos siendo la misma banda, pero con nuevos ingredientes.


- Lo que destaca a Ulver del resto es que ustedes nunca “pertenecieron” del todo a ninguna escena, incluso durante la “etapa black metal” del grupo...
- Eso tuvo mucho que ver con nuestro cambio, el hecho de no pertenecer a ningún lado. Siempre solemos hacer lo atípico. La gente se piensa que nos alejamos intencionalmente del black metal, y tal vez así fue, pero creo que más que nada estas cosas pasan porque uno sencillamente agarra las cosas que le interesan y deja al resto de lado. Nosotros agarramos el ingrediente oscuro del black metal, dejamos el resto de lado, y seguimos nuestro camino partiendo desde esa base. El black metal puede ser cualquier cosa que vos quieras que sea. No tenés que sonar como Mayhem o Darkthrone para ser black metal. Lo importante es ser individualista, pensar por vos mismo. Lo demás no importa. Los que pierden tiempo debatiendo qué tipo de música es esto o aquello, o qué es “verdadero” o falso, son pendejos de 18 años que no tienen idea de nada.
- ¿Seguís sin escuchar nada de metal?
- En realidad hace poco volví a escuchar algo. Supongo que es por una cuestión de nostalgia. Después de “Perdition City”, en el 2000, el metal era algo bastante reciente en nuestras carreras. Hoy ya pasaron cinco años desde ese disco y como diez años desde que dejamos de hacer metal, y uno se pone más nostálgico y se acuerda de las cosas buenas del pasado. Pero en realidad hoy escucho de todo, incluido algo de metal.
- El título original de este nuevo disco iba a ser “Utopian Enterprises”. ¿Por qué lo cambiaron?
- Ese título lo habíamos anunciado tras la salida de “Perdition City”. Siempre nos gustó mucho, pero parte de una plataforma ideológica distinta. Pertenece a otra época. Cuando empezamos a componer lo que hoy es “Blood Inside” nos dimos cuenta que el concepto ya no se ajustaba, pero de todas formas seguíamos con la idea de usarlo en algunas canciones. Pero después el resto del disco lo compusimos prácticamente todo al mismo tiempo, de forma muy rápida. Fue un disco que nos salió de adentro. Y después de eso el título “Utopian Enterprises” básicamente quedó fuera de la ecuación.


- Me sorprendieron las letras de este disco, sobre todo la de “For The Love Of God”, que tiene expresiones como “fucking Heaven to kingdom come” (un juego de palabras que podría traducirse como “cogiéndose al Paraíso hasta los cielos”)...
- La mayoría de la gente no entiende esa canción. Le buscan un significado que no existe. En realidad es una canción que habla sobre coger. Es sobre sexo. Algo básico. El otro día un periodista me preguntaba si tenía una connotación política...
- ¿Y de dónde sacaste la inspiración para escribir eso?
- (se ríe) No sé. Es algo que está siempre ahí, en el rincón, o en el fondo del armario. Siempre está presente.
- ¿Pensás que nuestras mentes se rigen constantemente, aunque de forma inconsciente, por ese pensamiento?
- En la mayoría de los casos creo que sí. Es el ímpetu que nos gobierna. La lucha por buscar el placer sexual. Sobre todo en los hombres.
- Es gracioso que me digas todo esto. Nunca me hubiese imaginado que ése era el tema de la canción. Yo pensaba que hablaba sobre la religión...
- Bueno, es que habla sobre algo religioso. Se podría poner en esos términos, también. El sexo podría ser algo religioso. Es todo una cuestión de semántica. De hecho pensamos meter frases como “montando la Torre De Babel”, pero eso ya hubiese sido muy explícito o muy fácil de interpretar.
- Coincidentemente, el concepto de “Perdition City” podría ser interpretado como la caída de una “Babilonia moderna”...
- Más bien un paralelismo entre nuestra Babilonia moderna y la Babilonia bíblica.
- Es decir que de una u otra forma ustedes siempre vuelven a tocar el mismo tema: la religión.
- Supongo. Es algo que implica ideales altos. Ideales que probablemente nunca se puedan alcanzar. Como la torre de Babel, que fue construida lo más alta posible para poder estar más cerca de Dios y para que él pueda escucharnos. Pero como ya sabemos esa idea no dio resultado y falló miserablemente. Esa es la historia, de alguna forma, detrás de “Blood Inside”. Es nuestro intento fallido de comunicarnos con Dios. Fallido y ridículo. Porque nuestra música es justamente ridícula a veces. Y muy burlesca.
- Yo siempre te vi a vos más como un “manipulador” que un “músico”. Algo así como la versión musical de David Lynch. El “bufón” que engaña o manipula a su audiencia y la lleva por territorio inhóspito...
- Muchas gracias. Lo tomo como un gran cumplido porque Lynch (N. Del R.: director de filmes tales como “Blue Velvet”, “Mulholland Drive”, “Lost Highway”, “Twin Peaks: Fire Walk With Me” o “Eraserhead”) es un artista que admiro muchísimo. Creo que lo que tenemos en común con él son los “cabos sueltos” que hay en nuestra música, y las referencias ocultas, que mucha gente nunca detecta.
- En “Blood Inside” trabajaron junto a Ronan Chris Murphy (legendario productor de bandas como Yes, Peter Gabriel o King Crimson). ¿Cómo se conocieron?
- En realidad él se contactó conmigo, hace ya varios años. Me mandó un mail diciéndome que era un gran admirador de nuestra música y que si alguna vez necesitábamos ayuda que no dudemos en llamarlo. Así que lo llamamos para este disco, porque pensamos que el material se prestaba a ser evaluado por un par de orejas ajenas al grupo. Fue una experiencia de trabajo muy positiva. Nosotros fuimos los productores del disco, pero él aportó ideas y supervisó un poco de esto y de aquello. Roman es un verdadero profesional y se adaptó a nuestro estilo enseguida. Me gustaría poder volver a trabajar con él en el futuro.
- En este disco también volviste a cantar de forma prominente, a diferencia de los que ocurría en “Perdition City”. Es bueno tenerte de vuelta como cantante y no sólo como manipulador detrás de las teclas y los discos rígidos. ¿Fue por alguna razón en particular?
- No, simplemente porque esta vez teníamos letras que queríamos compartir y alguien tenía que cantarlas. Después de “Perdition City” editamos varios Ep´s casi 100% instrumentales y algunos soundtracks (ver discografía), y después de eso atravesamos una etapa muy confusa en la que no estábamos seguros si debíamos volver a usar voces o no. A veces uno trata de explicar lo que no se puede explicar con el sonido de la voz y con las letras, y la música por sí misma alcanza para transmitir un mensaje. En este nuevo disco, en cambio, estuvimos inspirados por diferentes fuentes literarias y quisimos tratar diferentes temas en las letras, pero todos los autores en los que nos basamos también escriben acerca de cosas atípicas...
- ¿Qué autores y qué tipo de cosas?
- (hace una pausa que se extiende por varios segundos, tratando inútilmente de encontrar las palabras) Es difícil, no sé cómo explicarlo. Gente como Joseph Guglielmi, Edmond Jabes o Emmanuel Hocquard, que escriben sobre escribir, básicamente, y hablan de sentimientos que no se pueden explicar...
- Más o menos como la música de Ulver...
- Exacto. Y de ahí la conexión.
- ¿Piensan seguir editando más Ep´s y soundtracks?
- Sí, de hecho vamos a sacar un nuevo Ep muy pronto que compila cosas de los soundtracks que hicimos. Pensamos sacar algo así como una edición especial con todos los temas y fragmentos que quedaron afuera de las versiones finales. Creo que mucha de esa música es importante que sea editada. Creo que en total tenemos comos dos horas de música que vale la pena sacar a la luz.
- ¿Y en qué quedó la versión clásica e instrumental de “Nattens Madrigal” (obra que finalizaría de manera triunfal la “trilogía” black metal del grupo, y verdadero clásico del género) que habían anunciado varios años atrás?
- Eso es algo en lo que venimos trabajando desde hace rato. Es casi un proyecto secreto. No tenemos ninguna fecha estipulada como para sacarlo. Pero está ahí. Esperando, creciendo, escondiéndose...
- Ulver hoy en día es básicamente un sinónimo de experimentación y cambio. ¿Alguna vez te pusiste a escuchar uno de tus discos y te dijiste a vos mismo “¡wow! ¡eso sí que es raro!”? ¿Te pasó que alguna vez escuchaste algo tuyo y llegaste a la conclusión de que habías ido demasiado lejos en materia de experimentación?
- No, por lo general no. Eso sí, el otro día estaba escuchando “Svidd Neger”, que es uno de los soundtracks que hicimos, y me dije “esta es buena música”... No creo que uno pueda ir “demasiado lejos” en lo que a la música respecta. No creo que las fronteras nunca puedan ser cruzadas. Creo que uno debería cruzarlas y probar con cosas nuevas y locas. La locura no es mala...
- Salvo cuando te disfrazás del Papa, supongo... ¿Eso a lo mejor sí es ir muy lejos?
(carcajadas) Es que yo soy un profeta... De hecho mandé una solicitud al Vaticano para poder ser considerado como uno de los candidatos para reemplazar a Juan Pablo II... pero me la negaron. (se ríe)
- ¿Pero las fotos se las sacaron antes o después de la muerte de Juan Pablo II?
- Antes. Fue una coincidencia. La idea se relaciona con el mito babilónico del que hablábamos antes y con la megalomanía que desarrollan las figuras religiosas importantes. “Viva la megalomanía”, como dice una de las publicidades del disco. De eso se trata Ulver. Esto lo usamos también como el concepto visual del video clip de “It Is Not Sound”, que el disco incluye en formato CD-Rom. En el clip nosotros erigimos la Torre De Babel para poder hablar con Dios, y por supuesto fallamos.
- Ese clip me dejó impactado. Visualmente es de primer nivel. Y me encantó que hayan usado influencias de Dante y las pinturas de Gustav Doré basadas en el “Paraíso Perdido”...
- Y de hecho el director del clip era un gran amante de Doré. Esto me hace acordar de algo gracioso, porque el otro día hice una nota con una periodista mujer y le mencioné el nombre de Doré, y ella entendió cualquier cosa, creo, porque después leí la nota publicada ¡y lo menciona como un miembro del grupo! Supongo que también habrá sacado su nombre de la gacetilla de prensa, en la que lo mencionamos y le agradecemos irónicamente como uno de los diseñadores visuales del concepto...
- Increíble. Se habrá pensado que todavía estaba vivo...
- No pude evitar reírme mucho cuando leí eso, francamente.
- En el booklet del CD también vi que le agradecés a tus dos hijos, Leon y Astra. ¿Qué se siente convertirse en padre tras haber sido una figura clave del auge del black metal?
- Es muy saludable. Es fantástico. Al menos, muchas personas cercanas a mí me dijeron lo mucho que había cambiado después de que ellos nacieran. Nada de drogas, nada de rock ´n roll. El ser padre me permite manejar mucho mejor mis enfermedades. Ahora, mi parte enferma sólo se manifiesta en mi música...


Década De Decadencia 

A modo de celebración de su décimo aniversario, Ulver organizó en 2003 la compilación de un álbum tributo titulado “1993-2003: First Decade In The Machines” en el que participaron numerosas agrupaciones totalmente ajenas al metal (Fennesz, Stars Of The Lid, Third Eye Foundation, Merzbow, etc.) versionando y remixando diversos temas de los noruegos. El resultado fue tan bizarro y los “covers” tan irreconocibles, que aquella obra fue irremediablemente seleccionada como la “Innombrable” de nuestro cuarto número. Todo un dudoso honor, sin dudas. Pero Rygg no está de acuerdo. “Para mí los remixes o los covers tienen que ser distintos a los originales, de lo contrario no tiene sentido hacerlos”, se defiende. “El mejor remix es aquel que cobra vida propia. Comprendo que a mucha gente el disco de remixes le haya parecido un insulto o una blasfemia, pero es nuestra forma de hacer de Ulver algo más “sociable”. Es como un acuerdo entre dos artistas, un apretón de manos entre músicos.”

Friday, July 08, 2011

Entrevista: ULVER - El Matrimonio Del Lobo & La Máquina

"Si las puertas de la percepción fueran limpiadas,
todo aparecería ante el hombre tal como es... infinito."
William Blake.

(reportaje originalmente publicado en la revista Epopeya en 2000)


Un CD conceptual doble basado en su totalidad en "El Matrimonio Del Cielo Y El Infierno" de William Blake y estrechamente vinculado con géneros como el trip-hop, el tecno, el ambient y demás programaciones electrónicas, no es precisamente lo que uno esperaría de los ex-blackmetaleros noruegos. Al principio, todo parece una broma de mal gusto. Poco más adelante, los insultos en voz alta y a diestra y siniestra son inevitables. Pero algo así como 10 audiciones más tarde... magia.  Pura, inexplicable y conmovedora MAGIA.


De Lobos Y Folklore
"Necesitábamos probar algo nuevo" explica Garm, cantante, compositor y principal artífice del nuevo rumbo del grupo. "Honestamente hablando, creo que todos en la banda estábamos un poco cansados de la onda folk, el black metal, y todas esas cosas. Estuvimos obsesionados con ellas en el pasado, y por ése motivo editamos lo que hoy denominamos "La Trilogía", es decir nuestros tres primeros discos, que, combinados, conforman una sola historia", continúa, refiriéndose a "Bergtatt", "Kveldssanger" y "Nattens Madrigal", sus tres anteriores placas. "Aquellos trabajos representaban un retrato del costado más oscuro del folklore noruego. Cada uno de los discos enfocaba el mismo concepto desde un ángulo en particular. "Bergtatt : Et Eeventyr I 5 Capitler" ("Hechizado Por Las Montañas : Relatos Folklóricos En 5 Capítulos") combinaba el intenso ímpetu encapsulado en el simbolismo de nuestras tradiciones con los aspectos más románticos y atmosféricos. "Kveldssanger" ("Canciones Crepusculares"), por su parte, cultivaba el aspecto más místico y emocional, y por eso decidimos interpretarlo de forma íntegramente acústica. "Nattens Madrigal : Aatte Hymne Til Ulven I Manden " ("La Madriguera Nocturna : Ocho Himnos Inspirados En El Lobo Que Todos Llevamos Dentro"), por último, simbolizaba el lado más extremo, salvaje y licantrópico de la naturaleza y de nosotros mismos. De ahí que su sonido sea tan sucio y crudo. Es el álbum que más se vinculaba con la idea detrás de nuestro nombre (N. Del R.: Ulver, en noruego, significa "Lobos")" "Themes From William Blake´s The Marriage Of Heaven And Hell", en cambio, va en una dirección decididamente diferente. Nada hay en su más de 90 minutos que recuerde, ni siquiera por una fracción de segundo, a las salvajes descargas de antaño. Las vocalizaciones de Garm se pasean por los senderos de lo melódico, lo susurrado y lo recitado, pero nunca amenazan con deformarse en un alarido. Las guitarras y los riffs son prácticamente inexistentes. Las bases de batería están programadas. Los teclados y sintetizadores, por lo tanto, son los instrumentos predominantes. Pero, ¿qué fue lo que incentivó semejante cambio? "No lo sé. No creo que el metal y sus diferentes derivados hayan sido realmente lo que yo estaba buscando. Algo faltaba. A través de la música pesada pude encontrar el incentivo como para indagar en diferentes territorios en busca de atmósferas que pudieran profundizar aún más la esencia de lo que estaba tratando de comunicar. Así fue cómo descubrí a gente como Coil, Dead Can Dance o Diamanda Galás" ¿Y el black metal? ¿Acaso todo el palabrerío anterior tiene como única intención el convencernos de que lo pasado, pisado? No sé porque, pero algo en todo este asunto me recuerda a los Metallica renegando de sus orígenes y su posterior afinidad hacia los sonidos más "accesibles". "En primer lugar",  se ataja Garm, "el black metal resultó interesante solo unos 2 o 3 años. A partir de ahí, y en lo que a mí respecta, el género le cedió su lugar a miles de caretas, nenes pintarrajeados y un montón de idiotas más que solo se limitaban a crear mediocridad. Ya estaba todo dicho. Y lo que nosotros tuvimos para decir al respecto, lo dijimos en nuestros tres primeros discos. Ahora es el turno de movernos hacia adelante." Y de hecho se movieron, aunque a más de uno la expresión "hacia atrás" le parecerá más adecuada. Sin embargo, "Themes From..." no puede ser considerado, bajo ninguna circunstancia, como un álbum "accesible". Después de todo, nada hay de accesible en una placa doble que transcribe de principio a fin el texto de la obra más admirada y, a su vez, repudiada, del controvertido poeta y pintor inglés. "Sin dudas, este nuevo trabajo resultó ser nuestro proyecto más ambicioso hasta la fecha" prosigue el cantante. "En vez de seguir llorando sobre leche derramada, decidimos embarcarnos en un nuevo proyecto. En un principio, la idea era componer una nueva trilogía en la cual cada capítulo estaría basada en poetas y autores a los cuales nosotros admiramos. Con el tiempo, sin embargo, nos dimos cuenta que eso sería limitarnos y planificar de antemano el futuro, por lo que optamos en descartar de lleno la idea y concentrarnos en un solo disco por vez." ¿Y por qué exactamente William Blake y su "Matrimonio Entre El Cielo Y El Infierno"? "Bueno, Blake nos legó una obra tan inmensa y tan maravillosa que resultaba imposible pasarla por alto. En esencia, él era un verdadero conocedor de la Biblia y un alquimista. La Biblia era para él una especie de mapa mitico-psicológico que abarcaba las posibilidades (y también los peligros) a las que nos enfrentamos día a día. Al igual que los satanistas contemporáneos, Blake creía en una síntesis entre Dios y el Hombre, y cualquier noción de creación proveniente del exterior estaba decididamente fuera de lugar. Él creía en la colisión creativa entre los arquetipos opuestos. Cuanto más los estudiaba, más borroso era el limite entre Dios y Satán, el Bien y el Mal. Yo personalmente lo interpreto como un pensador "hereje", porque constantemente se empeñaba en resaltar la importancia de la oposición. También lo definiría como un "optimista post-apocalíptico", porque él creía que el Apocalipsis era similar al Génesis, en cuanto a que algo positivo debería de emerger de entre el caos. Y éste tipo de razonamientos van de la mano con las ideas satanistas."




De Lobos Y Computadoras
"Themes From..." fue un disco controvertido inclusive desde sus comienzos. Es sabido que Century Media, el famoso y mundialmente reconocido sello discográfico que anteriormente había editado "Nattens Madrigal", rechazó  la idea y las grabaciones originales de la obra ni bien se enteraron de cómo venía la mano. Los Ulver se encontraron, de un día para el otro, sin contrato, sin sello, y sin posibilidad de editar su cuarto trabajo. ¿Qué hacer, entonces? Crear una editora propia, por supuesto. "La idea de formar nuestra propia compañía y nuestro propio estudio surgió luego de una infinidad de peleas, discusiones y encontronazos que tuvimos con diferentes sellos. Estabamos realmente cansados de toda esa mierda, y al final decidimos que no teníamos porqué tocar lo que unos imbéciles querían que toquemos. Nos decidimos a seguir nuestras propias reglas." Fue así como surgió Jester Records, que hoy en día posee en su modesto catálogo los nuevos trabajos de bandas como When, Esperanza y el disco de remixes de Arcturus (en dónde también participa Garm). "Pensamos que estamos invirtiendo en nuestro propio futuro.  Después de todo, ahora podemos hacer lo que queremos, sin intermediarios, y a su vez alquilar el estudio y abrir las puertas del sello a gente con talento y con algo que decir. De esta forma podemos financiar todos los gastos, e inclusive vivir de las ganancias. Aún vendiendo miles de discos menos que antes, cuando estábamos en Century Media, la situación es más gratificante." La grabación del álbum, entonces, se llevó a cabo en colaboración con Jester Records y los estudios Beep-Jam, propiedad del programador Tore Ylwizaker, también miembro de la banda (que se completa con Haavard Jorgensen en guitarras, Knut Magne Valle también en las programaciones y en las labores técnicas, Hugh Mingay en bajo y Erik Lancelot en batería). "Nunca ensayamos en el sentido tradicional de la palabra", comenta Garm al respecto. "Simplemente íbamos grabando las ideas que surgían en el estudio y de a poco le dimos forma a los temas. Tuvimos todo el tiempo del mundo, y lo fascinante de la tecnología y las computadoras es que podés hacer y deshacer las cosas cómo y cuándo querés." Lo del drástico cambio musical tiene entonces explicación. Ahora bien, ¿cómo se justifican las "llamativas" (por decirlo de alguna forma) nuevas fotos de la banda que ilustran tanto el último CD como el material de prensa más reciente? Me refiero a una serie de imágenes en dónde se puede ver a los miembros del grupo vestidos de riguroso traje y posando al mejor estilo "Beverly Hills : 90210" al lado de un impresionante Corvette. Ciertamente no es el tipo de fotografías que se podían esperar de gente que antes se empeñaba a toda costa en ocultar sus rostros entre la espesura de algún oscuro bosque o nevada llanura nórdica... "Bueno, sí... es un poco raro. Lo que pasó fue que estuvimos tanto tiempo compenetrados con todo el tema del folklore, las montañas y los trolls, que llegó un punto en el cuál decidimos dejar todo aquello atrás y comenzar, de una buena vez, a divertirnos. Entonces resulta que fuimos a una gran fiesta de esas bien "fashion" que se hacen en Oslo, y durante el transcurso de la noche nos pusimos a discutir acerca del black metal y sus verdaderas implicancias. Llegamos a la conclusión que el black metal era un género para conformistas depresivos y que lo nuestro era otra cosa. Queríamos empezar a divertirnos realmente, así que nos fuimos de la fiesta una vez terminada y acordamos robarnos un buen auto. Estábamos todos tan drogados que nos llevamos un Corvette y nos fuimos de joda por ahí, a modo de celebración de nuestra recién encontrada "libertad". Fue ahí cuándo nos sacamos las fotos. ¡¡Lo gracioso del asunto (N. Del. R.: que, de hecho, es tan gracioso que parece una sanata atroz) es que todo esto lo hicimos ni bien acabábamos de editar nuestro álbum más salvaje y pesado, que era "Nattens Madrigal!."

Polémicas fotos, impensados cambios de estilo, controvertidas declaraciones... Ulver definitivamente no es una banda del montón; y a "Themes From William Blake´s The Marriage Of Heaven And Hell" sin dudas puede adjudicársele la misma descripción. Solo el tiempo dirá que extraña obra engendrarán en el futuro. Pero por ahora, hay material de sobra como para mantener más que ocupados a nuestros oídos. "Estoy muy conforme con los resultados de esta nueva placa", concluye Garm. "La única desventaja de trabajar con tus propios equipos y tener todo el tiempo del mundo, es que llega un momento en el que tenés que decirte a vos mismo "basta". Teníamos horas y horas de música almacenadas en los discos rígidos. Con las nuevas tecnologías pudimos sentarnos delante de las computadoras y dejar que nuestra imaginación se encargue del resto. Y de eso se trata todo, en definitiva. En el no tener compromisos con nada ni con nadie, si no en hacer lo que uno quiere y siente, sin necesidad de dar explicaciones. No nos interesa el consentimiento de nadie."