Wednesday, August 31, 2011

DORNENREICH “Her Von Welken Nächten” (Prophecy Productions, 2001)



Afirmar que la propuesta de Dornenreich se inscribe dentro del black metal no resulta erróneo, pero existen numerosas otras texturas dentro de “Her Von Welken Nächten” que impiden llevar adelante tal simplificación. Las guitarras irrumpen filosas y la batería es castigada con frecuencia y sin asco, pero la performance del cantante desconoce comparaciones a la hora del lunatismo. Su curioso estilo tiene la particularidad de transitar los suspiros casi imperceptibles y los espasmos de histeria en un mismo intento, y tampoco se priva de las carcajadas grotescas, el alarido estándar, las entonaciones graves o los llantos y gemidos pseudo-teatrales. Sumadas a la inherente tosquedad de la pronunciación de letras escritas exclusivamente en alemán, la atmósfera resultante adquiere aristas por completo bizarras, casi intoxicantes en sus dejos de puro delirio faríngeo, como cuando Tilo Wolf se quiebra en un incontenible espasmo de dolor durante los momentos más dramáticos de Lacrimosa. Por otra parte, la emotividad se traslada también al ámbito instrumental. Numerosas son las instancias calmas que adornan con nostálgicas guitarras acústicas o el sutil llanto de un chelo, a la espera del minuto preciso para una vez más recurrir a la velocidad y tirar el zarpazo negro. Lo interesante reside justamente en atestiguar el continuo coqueteo entre ambos estados de ánimo mientras fluctúan sin rumbo predeterminado en un atípico frenesí de furia despiadada, belleza poética... y total confusión. 

Thursday, August 25, 2011

DIMMU BORGIR “Death Cult Armageddon” (Nuclear Blast, 2003)



Dimmu Borgir atraviesa hoy una encrucijada: continuar expandiendo su propuesta original de a pequeños y precavidos pasos -tal y cual como lo vienen haciendo desde el comienzo- o renovarla por completo y tomar un atajo para finalmente dar el paso más largo de todos. En “Death Cult Armageddon” ya no sorprende la participación de una orquesta completa, por más grande que sea el número de sus integrantes. Ya no sorprenden los contrastes vocales entre los bramidos de Shagrath y la colosal magnificencia de Simen “Vortex” Hestnaes. Ya no sorprenden los blast-beats taladrados ni el doble bombo triggeado de Nick Barker. Ya no sorprenden los toques pesudo-industriales, los ritmos militares ni los arreglos electrónicos. Ya no sorprenden la producción de primer nivel ni la notable mezcla que permite diferenciar a banda y orquesta con exquisito detalle. Ni siquiera sorprende el incongruente y ridículo -desde el punto de vista gramatical- título de tres palabras. Pero, irónicamente, puede que este sexto larga duración represente la obra más dinámica, grandiosa, sólida, dramática, heterogénea y redonda de toda la discografía de los noruegos. Masificar al black metal, pulir y lustrar su  apariencia y su manifestación sonora, y permitir su ingreso a los charts y oídos adolescentes del mundo entero pareció ser tarea fácil. El problema ahora es perdurar.

Sin embargo, que nada sorprenda no implica que “Death Cult Armageddon” no pueda disfrutarse. El “black metal sinfónico” es aquí más sinfónico y ciclópeo que nunca, adquiriendo proporciones panorámicamente cinematográficas en piezas como “Blood Hunger Doctrine”, la sublime "Allehelgens Dod I Helveds Rike", o “Progenies Of The Great Apocalypse”, cuya sección de cuerdas y vientos recuerda a los soundtracks de Basil Poledouris y Danny Elfman, dos referentes constantes del género. En total fueron utilizados unos cincuenta instrumentistas, a diferencia de la orquesta de cámara que grabara “Puritanical Euphoric Misanthropia” (2001), y el cambio se nota en cada instante. Violines, violas, chelos, oboes y trompetas se tornan casi omnipresentes en esta oportunidad, acompañando, texturizando e intensificando gran parte de la totalidad del álbum. La citada "Allehelgens Dod I Helveds Rike" (sí, la banda retomó las letras en noruego) resulta el ejemplo más iluminado en este caso. La musicalidad -literalmente hablando- que “Death Cult Armageddon” encierra, de hecho, es asombrosa. Una vez más el grupo no se limita a una única forma de agresión, permitiendo que riffs thrasheros al estilo ochentas ("Cataclysm Children", “Lepers Among Us”) coexistan junto a proezas operísticas (“Blood Hunger Doctrine”, el surreal y fabuloso comienzo de “Erradication Instincts Defined”), solos de guitarra que confirman la importancia de Galder en la banda (“Unorthodox Manifesto”) o estampidas azabache al mejor estilo de “Enthrone Darkness Triumphant” de 1997 (“For The World To Dictate Our Death”). Black metal o no black metal (determinarlo dependerá de la cantidad de tiempo libre de cada uno), al menos nadie puede tildar a las composiciones de Dimmu Borgir de “ordinarias”.

¿Pero qué sigue después de esto? “Death Cult Armageddon” sintetiza y compila todas las virtudes del grupo de manera incluso más coherente y consistente que “Puritanical Euphoric Misanthropia”, pero la sensación resultante es aquella que indica que el tope ya fue alcanzado y la repetición y el agotamiento están a la vuelta de la esquina. Seis trabajos de estudio consistentemente superiores entre sí (excepto tal vez por el desparejo “Spiritual Black Dimensions” de 1999) provocan esta clase de disyuntivas en la carrera de cualquier artista, y en la mayoría de los casos  encontrar una solución puede convertirse en una tarea utópica. Pero si existe una banda dentro del género que puede lograr semejante proeza, sin dudas es Dimmu Borgir... Y cuando lo hagan, seguramente se ganarán incluso más enemigos. 

Tuesday, August 23, 2011

DIMMU BORGIR “Puritanical Euphoric Misanthropia” (Nuclear Blast, 2001)



Sin vueltas: “Puritanical Euphoric Misanthropia” representa el pico creativo de Dimmu Borgir. La afirmación puede resultar apresurada y su fundamentación subjetiva, pero se trata de una obra que amalgama, con inusitada efectividad, las virtudes esparcidas a lo largo de la discografía previa del grupo sin tropezar con defecto alguno. La furia primigenia de “For All Tid” (1994), el romanticismo melancólico de “Stormblast” (1996), la extremidad hiper-contundente de “Enthrone Darkness Triumphant” (1997), y la magnificencia atmosférica de “Spiritual Black Dimensions” (1999) coexisten aquí a la perfección. Aunque no conforme con tal emprendimiento, el álbum se permite incorporar toda una nueva paleta de colores a un universo cuya oscuridad nunca antes fue tan rica en los matices de sus sombras. La inclusión de una orquesta de cuerdas, empleada con inteligencia durante selectos pasajes, constituye la herramienta fundamental de tal logro, e incluso las maravillosas “Intro” y “Outro”, gloriosas en su dramatismo de proporciones cinematográficas, justifican por sí solas la compra. Prescindiendo de tal exquisito complemento, la banda logra igualmente salir airosa, si bien una vez metamorfoseadas lujuria clásica con violencia misantrópica (la excelente “The Maelstrom Mefisto”, por ejemplo), alcanza alturas inenarrables de pura belleza lúgubre. Lamentablemente, el ex-Borknagar Simen Hestnaes (hoy incorporado como miembro estable) se destaca más en el rol de bajista que gracias a las intervenciones de su prodigiosa garganta, en esta oportunidad increíblemente escasas. Uno no puede evitar pensar qué sería de Dimmu Borgir si Hestnaes tomara la posta como cantante principal, aunque resulta comprensible la preocupación de Shagrath por preservar su protagonismo. No obstante, “Puritanical Euphoric Misanthropia” ofrece también una labor vocal por completo variada. Lo sorprendente del trámite es que, a pesar de su controvertido estatus dentro del “mainstream” del black metal contemporáneo, los noruegos aún mantienen su salvajismo absolutamente intacto, y en mejor forma, de hecho, que en ocasiones previas. Algunas de las descargas conllevan incluso un notorio dejo de influencia thrasher, y la cristalina producción permite apreciar toneladas de sutilezas en principio ocultas detrás del constante intervenir de los teclados. Asimismo, gracias a la incorporación de Galder (de Old Man´s Child) en una de las guitarras y Nick Barker (ex-Cradle Of Filth) como baterista fijo, estamos, de alguna forma, ante otro de los famosos “supergrupos” nórdicos; una suerte de Dimmu Borgir elevado a la décima potencia compositiva e instrumental, e indudablemente la formación más sólida de la banda hasta la fecha. “Kings Of The Carnival Creation” alcanza (y sobra) como muestra del poderío emotivo que se le desborda al sexteto por los cuatro costados, pero “Blessing Upon The Throne Of Tragedy” y “Absolute Sole Right” le siguen de cerca. ¿Puede el black metal conservar su brutalidad nata y, al mismo tiempo, resultar apto para las masas? “Puritanical Euphoric Misanthropia” acaba de demostrarlo. 

Tuesday, August 16, 2011

Entrevista: IN THE WOODS... - Luz Del Día, Día De Oscuridad (parte 3)

(ver post anterior para leer la segunda parte de esta nota)


LA DIVINIDAD DE LA SABIDURIA
- “Omnio” es la obra maestra del grupo, y “299.796 km./s” puede que sea la pieza más hermosa de todas. ¿Cómo surge la idea para esa canción? 
- Jan: La versión original era de hecho muy, muy diferente. La ensayamos un par de veces hasta que nos dimos cuenta de que necesitaba otra clase de atmósfera. Al final, dividimos al tema en dos partes, le cortamos un poco el final, y agregamos un par de melodías y el interludio con las cuerdas clásicas. La canción realmente no dejó de crecer y cambiar durante un período de siete u ocho meses. En ese momento decidí que una letra que había escrito mucho tiempo atrás se adaptaba perfectamente a esta nueva versión. Trataba sobre el despertar de una existencia chata y sin sentido para darse cuenta de que hay mucho más allá afuera de lo que salta a la vista. Algunos dicen que si la luz alcanza una velocidad de 299.796 kilómetros por segundo significa entonces que todo el universo se debe expandir constantemente a la misma velocidad. Esta clase de cosas que pasamos por alto nos hacen dar cuenta de lo insignificante que somos en el plano general del universo. Es una canción muy espiritual, sin dudas. 
- ¿Cuál es exactamente el significado del término “omnio”? 
- Jan: El orígen de ese nombre es bastante extraño. Cuando ensayamos el disco, antes de entrar a grabarlo, usamos algunos secuenciadores y teclados conectados directamente a una computadora. Grabamos esos sonidos en el disco rígido para poder tener un acceso inmediato una vez que estuviésemos adentro del estudio. Pero hubo que darle un nombre a cada archivo, claro, y a mí se me ocurrió “omnio” por alguna razón que nunca pude explicar. Me gustaba cómo sonaba la palabra, era intensa y suave al mismo tiempo, así que la usé sin siquiera tener idea de su significado. Después, a la noche, estaba en mi casa y me puse a buscar en el diccionario y quedé sorprendido ante lo que encontré, porque el significado estaba realmente relacionado con lo que nosotros queríamos transmitir en el disco. Queríamos algo que abarcara a la música y las letras como un “todo”, y “omni” justamente significa “todo” en latín. 
- La canción “Omnio” se divide en tres partes, como era el caso de “In The Woods…” (el tema) en “HEart Of The Ages”. ¿Cuál es el significado de “pre”, “bardo” y “post” en este caso? 
- Jan: “Bardo” es una suerte de “resucitación mental”, así que supongo que es bastante obvio determinar el significado de “pre” y “post” en base a eso. Es un estado en el cual tu “conocimiento anterior” está todavía adentro tuyo, pero toda clase de dolor y sufrimiento desaparecen. Es como el “despertar” de “299.796 km/s” que describía antes, el amanecer de un nuevo día, pero con un toque diferente… 
- La última frase de esa canción reza: “¿es éste el “omnio” que estaba buscando?”. Siempre interpreté esa frase como una expresión de desilusión de tu parte tras una búsqueda interminable que finalmente llega a su fin con resultados desalentadores… 
- Jan: Es el camino de la vida. Un día te decís a vos mismo: “¡lo hice! Encontré la llave de la puerta más importante de todas”. Pero al día siguiente te despertás más vacío que antes. Todo flota, nada es sólido… “¿Qué paso?”, te preguntás a vos mismo. Y al final te das cuenta de que no hay respuesta definitiva, no hay verdades… Esto es la vida, y tenés que aceptarla de esa forma si pretendés seguir en el camino. Es como un océano en el que flotan pedacitos de verdades. Un día estás fascinado por uno de esos pedacitos, y al otro día ya no sirve más, así que empezás a buscar otro… algo distinto. La vida es caos, pero el caos no es algo negativo. Todo es uno. Uno es todo. Tenemos que construir cosas hasta el último ladrillo para después romperlas y permitir que todo se venga abajo. Esto es lo que nos permite desarrollarnos como seres humanos. La guerra personal es el único camino para la comprensión. 
- Tus letras siempre tratan sobre estos tópicos personales y espirituales de forma notoriamente poética y metafórica. Evidentemente, funcionan a modo de terapia personal. ¿Pensás que la música y la poesía pueden ayudar a la hora de hacer la vida más llevadera? 
- Jan: Todo se reduce a la guerra íntima de la que hablaba antes. Uno construye y construye hasta concentrar todas las energías en una misma idea. Pero todo lo bueno se termina y nada es para siempre, como la historia nos demuestra constantemente. Para mí es justamente en el punto de quiebre dónde surge toda esa ola de creatividad que me hace componer y escribir. Es justo en el punto de ebullición. Y claro que es una terapia, una tal vez un poco más estable que el caos personal. La poesía es como una llamada de una dimensión diferente. Hay mucho más en la vida que simplemente la vida que ven nuestros ojos, pero la mayoría perdió el sentido que nos permite ver esas cosas y comunicarnos con ellas. Para mi la poesía es algo necesario para sobrevivir en este mundo material. 
- No obstante, los tópicos tratados en el demo y el álbum debut estaban mayormente relacionados con sentimientos paganos y la naturaleza nórdica, como en el caso de “Tell De Dode”, por ejemplo. Después de eso las letras fueron más “bajadas a tierra”, de alguna forma. Más humanas y reales… 
- Jan: Muy cierto. Pero de todas formas creo que los primeros temas ya demostraban un interés por lo existencial si uno lee entre las líneas. 


SOY TU CARNE
- “Strange In Stereo” fue el álbum durante cuya grabación comenzaron a gestarse los problemas que producirían la disolución del grupo. ¿Por eso suena tan introvertido, tan bizarro, pesimista y enfermizo? 
- Jan: Puede ser. En su momento nunca me detuve a pensarlo, pero hoy es más fácil ver el por qué de las cosas. La distancia te permite eso. Definitivamente fue una representación de cómo las cosas nos iban en aquel entonces. Todo era caos. De hecho, es un milagro que hayamos podido terminar ese disco… 
- Botteri: Componer algo después del éxito de “Omnio” no fue fácil. No queríamos meternos en la típica situación al estilo de “sí, “Omnio” está buenísimo pero el resto de los discos son una porquería”, ¿entendés? Con “Strange In Stereo” queríamos seguir desarrollando nuestra música y al mismo tiempo demostrar que podíamos ir más allá de “Omnio”... Varios miembros del grupo no estaban muy satisfechos con esta nueva dirección, y de hecho fue cuando perdimos a los dos guitarristas. Pero la idea era capturar un sonido melancólico similar al que vos describiste arriba. 
- También es un disco repleto de emociones y sentimientos “contrarios” u “opuestos”: es cálido y frío al mismo tiempo, cínico pero realista, hermoso y opresivo, extremadamente experimental pero sencillamente humilde, retorcido pero honesto… Uno casi podría describirlo como el disco más “humano” que hayan editado, ¿no te parece? 
- Jan: Buen punto. Nunca lo había pensado de esa forma. Pero palabras como “retorcido” o “cínico” ciertamente me resultan familiares. Sin dudas es un álbum frío y oscuro. Por un lado es como una bestia cínica, y por el otro está lleno de atmósferas y sentimientos cálidos y muy personales. Es una mezcla rara pero funciona. Y no me sorprende, porque como te decía estábamos tan hechos bolsa en esa época que fue algo obvio que toda la energía negativa se canalizara en el disco. Podrías decir que de alguna forma estaba “destinado” a sonar tan oscuro y retorcido. 
- El titulo del disco, “Strange In Stereo” (“Extraño En Estéreo”), siempre me resultó fascinante. Si te ponés a pensarlo, las canciones realmente suenan “estereofónicamente extrañas” desde una perspectiva puramente estructural, instrumental y compositiva. ¿Pero cuáles fueron las otras razones que los llevaron a usar ese título? 
- Jan: Casi todos los músicos involucrados en ese disco estaban atravesando un etapa de conflictos personales y mentales en aquella época. Estábamos “alienados estereofónicamente”, de alguna forma. No nos podíamos comunicar el uno con el otro, estábamos paranoicos y recelosos, trabajando cada uno por su cuenta y casi secretamente… Yo compuse casi todas las letras, así que pensé que la mejor forma de sobrellevar todo aquello era reflejarlo en mi manera de escribir. Por eso casi todas las canciones tratan sobre diferentes tipos de pérdidas. En lo que a mi respecta, mi pérdida era una chica con la cual había compartido muchos años de noviazgo. Era una relación que estaba destinada al fracaso desde el comienzo, pero nosotros decidimos seguir adelante de puros cabeza dura que éramos, exprimiendo hasta la última gota de algo que ya no daba para más. Supongo que también podés decir que éramos una pareja de “extraños”… 
- Botteri: Jan siempre tiene ideas brillantes para los títulos… Él es así. Para mí, “Strange In Stereo” fue el título perfecto que describía muy bien las emociones del álbum. 


ANORANDO LAS SEMILLAS DE UNA NUEVA DIMENSION
- ¿En qué proyectos están trabajando actualmente? ¿Qué les depara el futuro a los ex-miembros de In The Woods…? 
- Botteri: Jan está muy ocupado con su nuevo sello, Karmakosmetix Records (ver recuadro), y nosotros grabamos un par de discos solistas pero a nivel muy under. Christopher grabó (y cantó en) tres discos este año: “Dreamer”, “Dawn At Sunlit Garden” y “Age Of Wisdom”, que va a ser editado por PR Records, un sello extremadamente chico que dirige nuestro otro hermano, Richard. Todos estos discos se grabaron sin intenciones comerciales en mente y simplemente se distribuyen de mano en mano entre amigos y conocidos. Hay un par de proyectos más en el horizonte, pero nada seguro todavía... Christian editó también varios trabajos desde la separación de In The Woods…: “Raining Gold”, “Lovekeeper Of My Soul”, “Words Of A Poet” y “Waiting For The Storm”, y también un disco junto a un amigo suyo llamado Johan Hammerich, titulado “Hard Side”. Por último, grabó un disco solista bajo el nombre “X-Botteri”, pero ahora se juntó con Oddvar a:m, Alf T. Leangel (de Green Carnation) y un bajista llamado Hugo Vimme. La banda va a seguir con el nombre X-Botteri y el disco promete ser la gran vuelta del sonido metálico de In The Woods… Y vos, mi querido Esteban, tenés la primicia: el debut se va a llamar “The Only One” y entramos a grabarlo en febrero. Este es el disco que sí nos interesa difundir y esperamos poder “volver” al género de esta forma. Tenemos mucha fe en él. Para más información pueden visitar . El sitio es muy reciente y está en construcción, pero muy pronto todos los datos van a estar disponibles ahí. 
- ¿Cuáles son los mejores recuerdos que In The Woods… dejó en sus memorias? 
- Jan: El instante en el que recibí las primeras copias de prueba de nuestro disco debut. Un sueño de muchos años hecho finalmente realidad. Temblaba tanto que no podía apoyarlo en la mesa… Un día muy, muy feliz. 
- Christopher Botteri: Yo tengo dos. Una es la gira que hicimos con Katatonia en toda Europa. Todo en ese tour fue excelente. Y la segunda fue la anécdota con la policía de la que Jan hablaba antes. Recuerdo que estábamos en su casa medio borrachos y se nos ocurrió que la noche estaba perfecta para salir al bosque y sacarnos unas buenas fotos personales. Nos pintamos las caras con ceniza de mandera quemada y agarramos unas espadas viejas que teníamos por ahí. Salimos al bosque y en el camino nos encontramos una iglesia abandonada que se venía abajo en cualquier momento. Todo en una zona desértica que nadie nunca visita... Pero claro, esa noche fue la excepción. Estábamos todos gritando y jodiendo con las espadas así que alguien debió habernos escuchado a lo lejos y llamaron a la policía. No te imaginás la cara que pusieron cuando nos encontraron colgados de los árboles con las caras pintadas de negro y empuñando las espadas… Enseguida nos metieron adentro y nos acusaron de “satanistas”. 
- Christian Botteri: Para mí fue el primer disco y la sensación que experimenté ni bien lo editamos. Eso ya de por sí fue increíble. Lo recuerdo como un momento mágico. 
- ¿Y cuál es el peor recuerdo de todos? 
- Christian: Haber echado a Bjorn del grupo después de “Omnio”. Eso estuvo mal de nuestra parte. 
- Christopher: Sí. Eso, y la separación misma del grupo. 
- Jan: Para mí lo peor fue todo el problema con Hammerheart Records del que hablamos antes. Pura y sencillamente nos cagaron. 
- De entre toda la discografía del grupo, ¿cuál es la canción favorita de cada uno? 
- Christopher: “299.796 km./s”. 
- Christian: “Empty Room”. 
- Jan: Me gusta mucho la versión en vivo de “I Am Your Flesh”, que se acerca mucho más al resultado que teníamos originalmente en mente. También me gusta “Empty Room”, un tema muy fuera de lugar y psicodélico. “Let There Be More Light” no es muy buena desde un punto de vista técnico, pero es una gran experiencia. Después me gustan algunas cosas de “Strange In Stereo”, pero hoy no puedo sentarme a escucharlas por el sonido de mierda que tiene ese disco… 
- ¿Peor canción? 
- Botteri: “Soundtrax For Cycoz”. Los dos estamos de acuerdo con esa. 
- Jan: Muchas. Pero “Generally More Worried Than Married” y “Child Of Universal Tongue” son de muy mal gusto para mí… 
- In The Woods… fue una banda que tuvo admiradores acérrimos desde el primer día y hoy sin dudas existe todo un culto detrás de los tres discos que editaron a lo largo de su carrera. ¿Qué es, según su punto de vista, lo que hacía tan especial al grupo? 
- Botteri: Supongo que todo se resume a que siempre tocábamos con nuestras almas y teníamos un sonido personal. Sólo tocábamos lo que nos parecía correcto a nosotros. Nunca fuimos de esas bandas que se preguntan “¿qué es lo que nuestros fans quieren escuchar?” ¿Por qué alcanzamos un estatus “de culto”? No lo sé. Eso habría que preguntártelo a vos o al resto de la gente que disfruta de nuestra música. Lo cierto es que nosotros seguiríamos haciendo la nuestra incluso si todo el mundo nos odiara… Pero por supuesto que es hermoso escuchar los comentarios de la gente cuando nos dicen que nuestros discos les cambiaron la vida o nos mandan e-mails. Eso justifica todo el trabajo y los problemas, sin dudas. 
- Jan: Muy cierto. Siempre fuimos honestos con nuestra música. Desde el primer día. Nunca nos subimos a ninguna moda, nunca nos sacamos fotos haciéndonos los malos... Algunas revistas incluso se negaron a entrevistarnos porque no queríamos sacarnos fotos. “Hacemos revistas sobre personas, no sobre los putos bosques”, nos dijeron. ¡Ja! Si nos habremos reído de eso... Y siempre fuimos una alternativa diferente dentro de la escena noruega y creo que mucha gente respetó y se sintió vinculada a eso. 
- ¿Hay alguna posibilidad, por más remota que sea, de que In The Woods… vuelva a existir en el futuro? 
- Jan: No creo. Al menos en lo que a mí respecta, la posibilidad es nula. In The Woods…, hoy por hoy, está muerto y sepultado.

Friday, August 12, 2011

Entrevista: IN THE WOODS... - Luz Del Día, Día De Oscuridad (parte 2)



(ver post anterior para leer la primera parte de esta nota)

CREACIONES DE UNA FIGURA ANTIGUA
- Si no me equivoco, la primera grabación que realizaron fue el demo titulado “Isle Of Man”. Ya desde aquel trabajo resultaba obvio que la intención era expandir el estilo del grupo en lugar de limitarse a las cuatro paredes del black metal de comienzos de los ‘90. Y también tengo entendido que el demo lo grabaron en una casa en lugar de un estudio propiamente dicho, ¿no? 
- Jan: La primera grabación, la primera de todas, fue en realidad un cassette de tres temas sin nombre. Lo grabamos en una portaestudio de cuatro canales Fostex en la sala de ensayo. Y la misma noche que grabamos eso nos arrestaron a todos porque los vecinos nos acusaron de “adorar a Satanás”… y a mí me señalaron como el “líder de la secta”! ¡JA! Después de una noche tras las rejas, y sin tener ninguna evidencia concreta, la policía local se vio forzada a dejarnos ir. Fue algo bastante ridículo, realmente, porque nosotros nunca tuvimos nada que ver con toda esa movida que estaba tan de moda en aquella época, aunque la policía siempre estaba muy atenta y le seguían el rastro a todas las bandas “del lado oscuro”, por decirlo de alguna forma... Nosotros fuimos las inevitables víctimas… Imagináte… Nos la pasábamos corriendo por los bosques durante las noches, gritando y aullando sólo para joder. Esto fue más o menos en 1993. A fines de ese año grabamos el demo “Isle Of Man”, a pesar de que ya habíamos recibido ofertas de sellos para un larga duración. Pero a nosotros nos pareció más correcto grabar primero un verdadero demo y adquirir experiencia adentro de un estudio profesional. Al final lo grabamos en un estudio semi-improvisado adentro de la casa de un conocido cuyos padres habían muerto en un accidente de auto. Te puedo asegurar que tuvimos unas cuantas sesiones extrañas ahí adentro, y después de un par de semanas la cinta maestra estaba lista para la etapa de duplicación. Nunca nos imaginamos que iba a vender más de dos mil copias en menos de un año. 
- ¿Cuál era la lista de temas original de ese demo? Hubo varias re-ediciones en CD a lo largo de los años, y me preguntaba si el formato original se había respetado o no en todos los casos… 
- Jan: El tracklist original del demo era: 1) “The Wings Of My Dreamland”, 2) “Tell De Dode”, 3) “In The Woods…”, 4) “Creations Of An Ancient Shape”, y 5) “Wotan’s Return”… ¡Wow! No puedo creer que todavía me acuerdo de eso. 
- B: Y el tracklist original de nuestro primer ensayo grabado era: 1) “Creations Of An Ancient Shape”, 2) “…And From All Which Was And Will Never Come Again… (Child Of Universal Tongue)”, y 3) “Wotan’s Return”. 
- Y, si no me equivoco, hay dos o más re-ediciones del demo, re-tituladas en todos los casos “A Return To The Isle Of Men”. Al menos yo tengo dos versiones con diferentes artes de tapa y editadas por diferentes sellos… ¿Hay alguna otra? 
- Jan: Todo ese asunto fue un gran error de nuestra parte. Resulta que éramos muy buenos amigos con el tipo que manejaba el sello Hammerheart, llamado Guido. Yo, sobre todo, me amigué enseguida con él porque ambos sentíamos una gran fascinación por las viejas mitologías nórdicas. Guido quería re-editar el demo como primer lanzamiento de su sello, y nosotros pensamos que sería algo positivo y además le estaríamos dando una mano para que difunda un poco sus cosas. Y la demanda había crecido en el mercado europeo cuando la versión original se agotó, así que la oportunidad parecía ser la ideal. Pero como éramos amigos y confiábamos el uno en el otro, no nos pareció necesario firmar un contrato ni nada de eso. Yo sugerí que el viejo y querido “apretón de manos”, como solían hacer nuestros ancestros, sería suficiente. La cuestión es que Hammerheart re-edita finalmente el demo en una nueva versión. En total se imprimen mil copias y todo eso estaba bien. Era lo acordado. Pero a los pocos años me entero de que Guido editó una segunda re-edición sin siquiera avisarnos, así que enseguida me contacto con la gente del sello y los mando a la mierda. Después nos ofrecieron un 50-50 de las ganancias, pero como ya nos habían cagado y ocultado todo en primer lugar, decidimos no rebajarnos y los volvimos a mandar a la mierda. Y hace poco me llegaron rumores de otra re-edición… Lo mejor con esta clase de gente es dejar que se pudran solos… 
- En “Isle Of Man” y “A Return To The Isle Of Men” los tracklists consisten, entre otras cosas, de varias versiones diferentes de temas que ya habían aparecido en el debut de larga duración, como por ejemplo “Wotan’s Return”. ¿Eran las versiones originales y embrionarias de los temas de “HEart Of The Ages”? 
- Jan: Sí, o mejor dicho las versiones de “pre-producción” de varios temas que terminarían en “HEart Of The Ages”. 
- Existe otra canción que también tiene al menos dos variantes: “Child Of Universal Tongue”. Una aparece en “A Return To The Isle Of Men” y otra forma parte del compilado “Three Times Seven On A Pilgrimage”, que a su vez estaba extraída del 7” llamado “Let There Be More Light”. Pero ambas versiones son tan radicalmente diferentes que uno recién se da cuenta de que se trata del mismo tema cuando el riff principal hace su aparición. ¿Cuál es la versión original y por qué decidieron re-grabarla y alterarla tanto? 
- Jan: La primera versión es la que aparece en la re-edición del demo, así que supongo que podés llamarla “original”. Sin embargo, como vos decís, ambas suenan tan diferentes que podrían ser tranquilamente consideradas como dos canciones distintas. Personalmente, yo quería grabar una segunda versión porque la primera no me había convencido en lo absoluto y pensaba que había mucho más potencial en la idea original. Además, parte de la gracia del proyecto “Three Times Seven On A Pilgrimage” era experimentar justamente con viejas canciones y “lados b”, y darles nueva forma. 
- B: En realidad hay tres versiones de ese tema, incluyendo la del primer cassette. Fue una canción que estuvo con nosotros desde el principio hasta el final, y siempre la retocábamos un poco. 
- Después del demo firmaron contrato con Misanthropy Records, uno de los sellos más importantes del underground durante la década del ‘90. Recuerdo que casi todas las ediciones venían presentadas lujosamente, sobre todo las versiones en vinilo. La de “HEart Of The Ages”, por ejemplo, incluía un booklet en tamaño A5 que conservo hasta el día de hoy como una de las joyas de mi colección. ¿Qué pensaban ustedes del sello? ¿Cómo era su relación con Tiziana Stupia (fundadora del sello)? 
- Jan: Tengo que admitir que la primera vez que Tiziana nos ofreció un contrato yo no estaba tan entusiasmado. Ella acababa de abrir el sello y yo honestamente no le tenía mucha fe ni creía que el potencial de una cosa así iba a ser muy grande. Tiziana también nos comentó que estaba negociando la posibilidad de editar varios discos de otro artista noruego en formato CD. Más tarde nos enteramos de que estaba hablando de Burzum... Pero nosotros seguimos buscando otras opciones y hasta recuerdo que un sello europeo se mostró interesado y nos pidió más información. Les enviamos un paquete con el demo y una propuesta seria y profesional. El tiempo pasó y jamás recibimos respuesta, así que al final optamos por Misanthropy. Y dos semanas más tarde de firmar el contrato con Tiziana el otro sello se vuelve a contactar con nosotros diciéndonos que todavía estaban esperando una respuesta. Evidentemente, el paquete que les enviamos se había perdido en el correo. 



EL REGRESO DE WOTAN
- “HEart Of The Ages” es uno de mis discos favoritos de todos los tiempos. Las canciones combinan pasajes atmosféricos, voces épicas, melódicas y enervantes, hermosos interludios entre los tracks más extensos, y una marcada inclinación hacia un enfoque más “progresivo” y complejo del black metal y la música extrema. ¿Qué recuerdan del período compositivo de este álbum? ¿Cuáles eran los objetivos básicos del grupo? 
- B: Queríamos distanciarnos de toda la movida de black metal y hacer algo más progresivo en la vena de Pink Floyd, Bathory o King Crimson. Pero éramos muy jóvenes y realmente no teníamos mucha experiencia. El simple hecho de grabar en un estudio real ya era algo increíble para nosotros. 
- Jan: Recuerdo que en esa época tuvimos muchos problemas para poder encontrar una sala de ensayo como la gente. Siempre era la misma historia: o no nos gustaba el lugar, o nos echaban antes de empezar a ensayar, o nos echaban después de empezar cuando se daban cuenta del tipo de música que estábamos tocando. No obstante, todos nuestros ratos libres eran dedicados a la composición y arreglo de canciones o proposición de ideas. Cada uno trabajaba por su cuenta y le dedicábamos muchas horas a la banda y a la venta del demo. Para cuando finalmente encontramos un buen lugar donde ensayar las canciones ya tenían una forma bastante sólida, y no nos llevó mucho tiempo el terminar de redondear todo. Nuestra intención era muy clara y sabíamos muy bien lo que queríamos: algo progresivo, melódico y épico. Algunos pasajes cambiaron un poco mientras trabajamos en el estudio, pero en general el disco refleja muy bien nuestras ideas originales. 
- Tus voces gritadas en ese disco son increíbles. Muchos solían compararlas con las de Burzum, y la similitud era un tanto curiosa porque en la misma época Varg también estaba editando sus discos a través de Misanthropy. Siempre quise saber si su estilo vocal había representado una influencia en el tuyo. ¿Te gustaba Burzum? 
- Jan: No realmente. Lo que pasó es que en la sala de ensayo no teníamos un sistema de retorno, lo cual significa que yo no podía escucharme a mí mismo mientras cantaba. Todos nuestros ensayos fueron de esta forma. Yo ya sabía que era capaz de emitir unos alaridos bastante jodidos, pero para poder comprobar mi verdadero potencial tenía que esperar a entrar a un estudio real y escucharme a mí mismo después de una grabación. Mi idea de “voces extremas” en esa época era simplemente gritar y gritar y gritar hasta que ya no podía más y la garganta se me salía de la boca. Esto es lo que hace la falta de experiencia! Nunca se me cruzó por la cabeza el hacer varias tomas, por ejemplo. Siempre daba lo máximo de mí mismo en el primer intento. Si después de cada toma me quedaba sin voz, sabía que las cosas habían salido perfectas! Cuando grabamos el demo, por ejemplo, me reventé la garganta gritando. Casi tuve que escupir la laringe. Me acuerdo de la cara de espanto del técnico de grabación, otro indicador de que las cosas marchaban sobre rieles... Quería sonar a mí mismo, y si bien estaba al tanto de las comparaciones con Varg (Vikernes, alias “Burzum”) sabia que no podía hacer nada al respecto más que seguir siendo yo mismo... 
- B: A la mayoría no nos gustaba Burzum... 
- Jan: Para “HEart Of The Ages” le dije al resto del grupo que estaba un poco cansado de las voces gritadas y podridas, y que quería probar con algo más épico, profundo y melódico. Al final tuve que conformarme con un “mitad y mitad”, porque al resto le pareció mejor idea el asunto de la variación vocal entre tema y tema. En ese momento yo estaba en desacuerdo, pero hoy entiendo el punto. El disco hubiese sonado mucho más opaco sin tanta variedad vocal. 
- El disco me encanta en su totalidad, pero “Yearning The Seeds Of A New Dimension” tiene una introducción ominosa y hechizante que sencillamente me hace olvidar de la realidad todas y cada una de las veces que escucho ese tema… 
- Jan: Me acuerdo muy bien de esa grabación. Habían pasado varias semanas desde que la ensayamos por última vez, y desde aquel día no había vuelto a usar mi voz para gritar. Cuando llegó el momento de la grabación no hubo caso. Mi voz no quería cooperar y no podía gritar ni alcanzar ninguna nota. Se me ocurrió que tal vez lo mejor era relajarme y meditar un poco, así que salí del estudio y me puse a descansar en otra habitación. Cuando ya me sentí un poco más libre de tensiones decidimos empezar a grabar, y el resultado fue perfecto. Sólo hicimos una toma, que es la que quedó en el disco. Pero grité tanto que te juro que sentía que mi cabeza literalmente iba a estallar en un millón de pedazos. Nunca jamás sentí un dolor de cabeza tan fuerte, ni antes ni después de eso. Era como si mil martillos me taladraran el cerebro. Me fui del estudio y me puse a caminar por el bosque durante tres horas. Cuando volví y escuché la cinta de la grabación me di cuenta de que ya nunca iba a poder superar eso. O sea que al menos valió la pena tanto dolor… En cuanto a la letra de esa canción, la escribí inspirándome en un poema que le había dedicado a mi novia de aquel entonces. 
- B: Esa canción siempre fue una de nuestras favoritas, junto con “The Divinity Of Wisdom”. De hecho, en el álbum en vivo podés escuchar una nueva versión de “Yearning The Seeds Of A New Dimension” combinada con “The Divinity Of Wisdom” sin tanto black metal. Hoy ya estamos cansados del black metal. Nos encanta como quedaron los riffs en esta nueva versión, y Jan hizo un excelente trabajo. 
- “Wotan’s Return” puede que sea la canción más “black metal” que hayan compuesto, junto con “Tell De Dode”. ¿Tenían originalmente pensado incluir más canciones en este estilo en el álbum debut, y tal vez cuando decidieron seguir por un camino más melódico y experimental decidieron dejarlas de lado? Te lo pregunto porque “HEart Of The Ages” siempre me pareció el producto de una banda atravesando una etapa de transición, por lo que la forma original del disco bien pudo haber sido mucho más “extrema” y “negra”… 
- Jan: No, la verdad es que el disco estaba más o menos “terminado” para cuando entramos a grabarlo, como te decía antes. Pero claro que siempre surgen cosas de último momento que uno nunca tenía planeadas, como por ejemplo la inclusión de la voz femenina. Eso fue en realidad idea del productor, no nuestra. Decidimos seguir su consejo y hacer la prueba. Resulta que el productor conocía a tres hermanas que cantaban en un conservatorio y que podrían participar en el disco sin cobrarnos. Así que las llamamos, vinieron, vieron y vencieron. Después, cuando salimos de gira por primera vez, decidimos reproducir esas voces en vivo y nos contactamos con la novia de un conocido, que resultó ser Synne… El primer disco a nivel general me gusta mucho y estoy conforme con los resultados. Es básicamente un compendio de pasajes épicos, oscuros y progresivos.
- B: Yo recuerdo que en realidad habíamos considerado la idea de eliminar todas las partes de black metal y editar algo mucho más progresivo y épico. Nuestros gustos musicales habían cambiado muchísimo entre el ‘92 y el ‘95. Para serte honesto, yo me arrepiento de no haber eliminado a “Wotan’s Return” del tracklist de ese disco.
- El sonido de la batería en ese disco es sorpresivamente corpulento y robusto, pero sobre todo “real”. Muy pocas grabaciones pueden plasmar de forma tan realista la manera en la que una batería “suena” en vivo y en directo. Esto se puede apreciar de forma aun más evidente en la versión en vinilo del álbum. Irónicamente, los dos trabajos posteriores sufren en mi opinión de una calidad sonora débil y un tanto chata. Especialmente “Strange In Stereo”, que suena muy agudo y sin cuerpo. ¿Cómo compararían a los tres discos desde el punto de vista de la producción? Y una duda: ¿A “HEart Of The Ages” lo grabaron “en vivo en el estudio”? 
- Jan: Parte de ese disco sí fue grabado “en vivo”, hasta cierto punto. Muchas de esas partes también fueron tomas únicas. Creo que la batería se grabó junto con las guitarras, pero no estoy muy seguro. Sí recuerdo la gran diferencia entre ese disco y los otros dos: la banda estuvo junta durante todo el período de grabación, que fueron unas dos semanas en las que prácticamente vivimos todos juntos en el estudio las 24 hrs. Los otros discos se grabaron más cerca de nuestras casas, así que eso pudo haber interferido un poco. Muchas veces cada uno iba por su cuenta al estudio y después se volvía a su casa. No hubo tanta interacción constante entre la banda… Sea como sea, no tenía sentido grabar una segunda parte de “HEart Of The Ages”. Teníamos que seguir moviéndonos hacia adelante porque como banda siempre tuvimos esa necesidad de no estancarnos… Oh, y a propósito: “HEart Of The Ages” es el disco que más copias vendió de toda nuestra discografía… No sé si eso signifique algo o no.
- B: Al parecer las opiniones sobre cuál es nuestro mejor disco están dividas en tres… Lo fascinante es que a todos les gusta mucho un disco pero también los otros dos. En menor medida, claro, pero al menos también los disfrutan. No conozco a nadie que nos haya dicho que no disfruta en lo absoluto de alguno de nuestros discos. Nuestros favoritos personales son “Omnio” y “Three Times Seven On A Pilgrimage”.

(continuará...)

Tuesday, August 09, 2011

Entrevista: IN THE WOODS... - Luz Del Día, Día De Oscuridad (parte 1)

(reportaje publicado originalmente en la revista Maelstrom en 2004)

Algunas bandas son irrepetibles.
Lo importante es darse cuenta de ello antes de que llegue el fin.
Y disfrutarlas al máximo.
In The Woods… es una maravilla noruega que ya no existe,
pero su legado vive hoy más que nunca.
Y si llegaste tarde, valga esta extensa nota a modo de homenaje.
Ellos se lo merecen.


Todos tenemos debilidades. In The Woods... es una de las mías, y entrevistarlos a fondo para tratar de comprender el por qué de su sortilegio, de su fluir etéreo e inclasificable, siempre me significó un designio imperativo. Muchas veces uno utiliza la frase “una banda única” más como muletilla que como reflejo verídico de la realidad, pero en este caso la verdad no se veía exagerada. Teniendo en cuenta las escasas declaraciones que la banda emitió durante sus aún más escasos años de actividad (sin mencionar su negación casi absoluta a ser fotografiados, lo cual explica la escasez de material visual de esta nota), las dudas eran innumerables. Y yo, al menos, siempre quise respuestas. Aclaraciones. Anécdotas. Nombres y fechas. Lista de bandas paralelas (algo que ni ellos mismos supieron compilar fidedignamente). Tal era mi obsesión. O mi amor incondicional. Pero ellos estaban, al fin y al cabo, separados. “liveatthecaledonienhall” proporcionó la excusa necesaria, la chispa furtiva que desencadenó nuevamente el ímpetu de divinidad y conmoción que In The Woods... ofrecía en sus obras. Demorado por casi dos años, este álbum en vivo doble actúa a modo de despedida oficial y comienzo de una nueva era para sus ex-integrantes, cada uno de ellos ocupados en una innumerable ola de nuevos proyectos. 

El siguiente reportaje fue llevado a cabo -y disfrutado de principio a fin- durante un período de más de cuatro meses en el que Jan Transit (voz), los hermanos Christian y Christopher Botteri (guitarra y bajo, respectivamente), y yo intercambiamos un sinfín de e-mails de entre los cuales lógicamente hubo que seleccionar los más relevantes e interesantes (aunque, lo reconozco, la idea de dedicar un número exclusivamente a In The Woods... se cruzó por mi -enferma- cabeza). Las preguntas iban, las respuestas venían, y el diálogo virtual se tornaba cada semana más interesante a medida que todos comenzábamos a “soltarnos” un poco más. Jan, siempre dispuesto a satirizar las cuestiones más serias y atento y cordial como pocos, respondió la mayor parte del cuestionario desde un instituto para enfermos mentales en el que trabaja como guardia todas las noches (“no tengo una PC en mi casa, así que tengo que esperar a ir a trabajar... Es bastante tranquilo... Casi nunca pasa nada y tengo tiempo de revisar los mensajes y conversar con gente como vos”), mientras que ambos Botteri optaron por responder “en estéreo” (y por lo tanto figuran en el texto estrictamente como “Botteri”) y a través de su otro hermano (y manager), Richard, a modo de intermediario, salvo en contados casos (en los que sus nombres son debidamente diferenciados). Esta despersonalización jugó, de alguna forma, en contra de sus declaraciones, por lo que a la hora de economizar espacio las palabras de Jan siempre resultaron priorizadas. Otra inusitada curiosidad resultó ser la inamovible decisión por parte de Botteri y Botteri de “no responder ninguna pregunta relacionada con Green Carnation”. Aparentemente, los hermanos y Tchort, guitarrista y cerebro detrás de esta otra maravilla noruega, no comparten actualmente la mejor de las relaciones. Alguna vez los miembros de In The Woods... atravesaron el mismo inconveniente y la semilla de la discordia resultó vencedora, privándonos finalmente de un sueño hecho realidad del cual, como ocurre con todos los sueños, hubo que despertar...


EPITAFIO
- ¿Por qué fue exactamente que decidieron ponerle punto final a In The Woods…?
- Jan Transit: Todo empezó en el ‘99. Por aquel entonces yo tenía en mente hacer un viaje de varios meses por América Latina, y justo antes de irme habíamos terminado de grabar algunas cosas para “Three Times Seven On A Pilgrimage” (N. del R.: disco que compila los tres 7” editados anteriormente por el grupo, más algunas rarezas). Me acuerdo de que ya en esa época estaba bastante podrido de todo el asunto. Teníamos muchas peleas entre los miembros del grupo y había como una atmósfera de competencia, paranoia y rivalidad constante. Demasiados problemas internos, en otras palabras, y la mayoría de ellos eran producto de la paranoia en lugar de cuestiones reales. Así que le dije al resto que me iba por unos cuantos meses y que si la banda iba a continuar yo probablemente lo iba a pensar dos veces antes de aceptar seguir con ellos. Básicamente no estaba dispuesto a seguir de la misma forma y grabar otro disco de estudio en esas condiciones. El resto entendió mis motivos hasta cierto punto, pero en el fondo se creyeron que simplemente necesitaba un poco de tiempo como para tomarme un descanso antes de ponernos a trabajar en el cuarto álbum todos juntos. Al final acordamos juntarnos nuevamente cuando yo regresara para seguir discutiendo las cosas. Un año más tarde yo ya tenía todo bien claro y mis sentimientos no dejaban lugar para las dudas: Había que separar caminos. Al poco tiempo lo charlé con Christian (Botteri), que era el guitarrista y uno de los “cerebros” del grupo, y por suerte él pensaba lo mismo que yo, así que al fin de cuentas la separación no fue tan difícil… Esto suena raro, pero fue así de simple. Yo estaba insatisfecho y dubitativo, y cuando escuché que Christian se sentía igual fue como una suerte de alivio. Por eso no tenía sentido seguir con el grupo.
- Botteri: Pero todos los rumores y chismes que escuchaste sobre la separación del grupo son falsos. Si bien es cierto que tuvimos muchos conflictos personales e internos, In The Woods… fue un conjunto de gente muy afín. Los músicos que pasaron por el grupo hoy somos como una gran familia de buenos amigos. En mi caso particular, decidí irme por razones personales que no pretendo explicar. Algunos “secretos” tienen que quedar dentro de la familia... Es algo personal, pero nada más. Eso es todo.
- Supongo que es cierto que “todo lo bueno se termina pronto”, pero tengo que confesar que a mí la noticia de la separación me cayó como balde de agua fría. Creo que a todos los seguidores del grupo les pasó lo mismo. Al menos desde afuera daba la sensación de que estaban atravesando una etapa muy fructífera. Recuerdo que tras la salida de “Three Times Seven On A Pilgrimage” ya se hablaba de un cuarto disco de estudio… Evidentemente, lo que se veía de afuera y lo que pasaba realmente adentro eran dos cosas bien distintas…
- Jan: Sí, tal cual. De hecho, para cuando nos separamos de manera definitiva ya teníamos material como para llenar dos discos de estudio. Varios de esos temas realmente eran interesantes y hubiesen elevado el sonido de In The Woods… unos cuantos escalones.
- B: Lo que dice Jan sobre el tener material listo como para dos discos es muy cierto. Por eso quiero volver a aclarar que la separación del grupo no se debió en lo absoluto a falta de ideas ni nada por el estilo. Como vos decías, estábamos atravesando un período musical muy fructífero, hasta que irrumpieron los problemas personales.
- Jan: Pero lo que pasó era inevitable. Un amigo mío dijo una cosa muy cierta e inteligente al respecto: casi ninguna banda consigue re-inventarse después del tercer disco. Uno crea una banda, desarrolla algunas ideas interesantes y graba material original e innovador durante los primeros años. Después de eso todo es repetición y estancamiento… Y yo creo que esa frase es muy cierta.
- B: Jan siempre usa la palabra “paranoia” para explicar la separación del grupo. Desde nuestro punto de vista eso no tuvo nada que ver. Es una pavada. El problema es que ninguno de nosotros nunca se preocupó realmente por el otro en esa época. Si nos hubiésemos ayudado mutuamente un poco más la banda seguiría viva hoy por hoy. Pero eso fue ayer. Ya es hora de seguir adelante y pasar a otra cosa.
- ¿Cómo surge la idea de un álbum en vivo a modo de “despedida”? En su lugar, ¿por qué no editaron ese material nuevo del que hablaban recién?
- Jan: Christian y yo básicamente arribamos a la misma conclusión… Casi podés decir que “concluimos en estéreo”… ¡Ja! La idea siempre fue terminar la cosa con dignidad y de una forma decente. De ahí viene lo de organizar un show final extenso, grandioso y dedicado especialmente a aquella gente que nos siguió a lo largo de todos estos años. Es más, al principio la idea era que el show fuese gratis. No queríamos cobrar entrada porque nos parecía una falta de respeto para con los fans. Pero después bajamos a la realidad y nos dimos cuenta de que organizar un evento con estas características no era barato. Al final terminamos perdiendo plata nosotros…  Otra idea era tocar fuera de Noruega, pero todos nuestros equipos están acá y moverlos hubiese implicado aún más plata. Además, el lugar donde todos vivimos, Kristiansand, está conectado a Europa continental y también al Reino Unido vía ferry, lo que hacía más fácil la llegada de la gente. La grabación del evento la hizo el dueño de los estudios Jailhouse, que es donde grabamos casi todos nuestros discos, y el resultado superó ampliamente nuestras expectativas, así que pensamos que sería una linda forma de despedirnos y al mismo tiempo permitirle disfrutar del show a la gente que no pudo estar ahí.
- Pero la edición del disco se venía anunciando desde hace casi dos años. El show en sí se llevó a cabo el 29 de Diciembre del 2000. ¿Qué fue lo que retrasó todo?
- Jan: Cuando decidimos terminar con el grupo, Christian y yo también estábamos barajando la posibilidad de formar nuestro propio sello discográfico. Yo ya tenía esa idea en mente desde hacia rato, pero por una u otra cosa nunca pude concretar nada. Cuando el tema volvió a surgir el objetivo era abrir una suerte de “canal” a través del cual editar material de todos los ex-In The Woods… y también cosas de otros artistas locales muy buenos que nadie conoce porque nadie se molesta en hacerles un contrato. Yo siempre digo que en Kristiansand hay una escena extraordinaria de músicos realmente muy buenos, pero nadie tiene las bolas como para difundirlos o hacer algo al respecto. Pero mi idea era también llevar esto adelante de manera colectiva, entre todos, como una suerte de organización. Al final, los meses pasaron y yo no veía entusiasmo de parte de nadie. Le pregunté al resto si todavía estaban interesados en la idea y sus respuestas confirmaron mis sospechas: si quería que la cosa se pusiera en marcha iba a tener que hacerme cargo yo mismo sin la ayuda de nadie. Y a esto se le sumó la mezcla y masterización del disco en vivo que ya llevaba meses de haber sido grabado. Y después más problemas de índole personal, problemas con los distribuidores, etc, etc. Todo eso hizo que casi pasaran dos años, pero ahora finalmente el disco está en la calle.
- Hablemos sobre el show en sí. Varios amigos y yo estuvimos a punto de comprar pasajes para Noruega, pero al final la lógica nos jugó en contra. No obstante, tengo entendido que entre el público había gente de toda Europa y América…
- Jan: Si, fue “una noche para el recuerdo”, como suelen decir. Y lo fue de muchas formas diferentes. En total creo que hubo unas 500 personas en el Caledonien Hall y el show duró unas tres horas. Todos en la banda estaban excitadísimos. Había gente de Alemania, Inglaterra, Dinamarca, Francia, Grecia, Australia, Polonia, Perú, Holanda, Estados Unidos… y al parecer todos la pasaron muy bien. Al show lo dividimos en dos partes, con un intervalo de media hora. La primera parte comprendió la mayoría del material viejo y casi todo “Omnio”, y la segunda el resto de “Omnio” más las cosas nuevas y varios temas inéditos y algunas rarezas. La edición en CD del show refleja muy bien todo esto. Cada CD comprende una mitad y sólo tuvimos que sacar unas pocas canciones por una cuestión de espacio. Todos en la banda pensamos que fue el mejor recital que dimos en nuestras vidas. A nivel personal, decir “adiós” fue una mezcla muy rara de emociones. Por un lado estaba feliz de dejar al grupo atrás, y por el otro me resultaba imposible no abrirle la puerta a la melancolía…
- B: Fue un concierto genial. La atmósfera fue increíble y la gente nos recibió muy bien. Fue raro decir adiós, y de hecho varios miembros del grupo no querían que la cosa terminara ahí. Pero no nos metamos en ese tema…




DEJAD QUE SE HAGA LA LUZ
- ¿Por qué optaron por darle al grupo un aura de misterio y ocultar sus verdaderos nombres, o al menos alterarlos constantemente? En todas las pocas sesiones de fotos que realizaron siempre se esmeraron también en disfrazar la “cara” de cada uno de ustedes…
- Jan: Eso es algo que nos propusimos desde el principio. Al fin de cuentas somos músicos y lo importante es nuestra música, no nuestras caras o la forma en la que nos vestimos. Queríamos dejar en claro eso. Todos crecimos escuchando cosas de los ‘80, y nos cansamos de tanta exposición, tanto maquillaje y parafernalia… Estábamos hartos de expresiones como “cool” o “hip” o “urbano” o “glam” o lo que sea. Queríamos algo diferente y no nos interesaban las fotos ni cualquier otra clase de “externalización” gráfica. Tal vez sean nuestros cuerpos lo que interpretan y “materializan” nuestra música, pero aquello que crea y compone todo es sin dudas nuestra mente colectiva. Y es muy difícil representar algo tan abstracto y misterioso con una mera sesión fotográfica.
- ¿Pero cuáles son sus nombres reales? Mi intención no es “arruinar la magia”, sino tratar de comprender “quién es quién” y “quién toca qué”, teniendo en cuenta que en varias oportunidades todos ustedes usaron pseudónimos diferentes y la formación del grupo no fue la misma en cada disco…
- Jan: Ok, ponéte cómodo. Todo empezó en el ‘92. Éramos un quinteto en esa época: Christian Botteri (también conocido como “X-Botteri” o simplemente “Chris”) y Oddvar Moi (“Oddvar a:m”) en guitarras, Anders Kobro (“Kobro”) en batería, Christopher Botteri (“C.M. Botteri”, hermano gemelo de Christian) al bajo, y yo, Jan Kenneth Transeth (“Jan Transit”, “Janki”, Transitjan”, etc.) en voces. Después de la grabación del debut se fue Christian y se nos unió Bjorn Harstad (“Bjorn Berserk”) en guitarras. Más tarde se presentó la oportunidad de dar nuestro primer show en vivo, así que queríamos contar con alguien que pudiera encargarse de las voces femeninas de forma decente y al mismo tiempo pasar a ser un miembro más del grupo. Ahí conocimos a Synne Larsen (“Synne Soprana”), que estuvo con nosotros hasta el final. En 1995 Christian me llama un día a casa y me dice que tuvo una idea para una canción muy épica y extensa, explicándome que la única forma de llevar adelante la idea era si él se unía de nuevo al grupo, al menos temporariamente, como para poder trabajar la canción entre todos. Acordáte de que él se había ido después del primer disco, y si bien la banda estaba componiendo bastante material sin mayores problemas, de alguna forma su ausencia se podía sentir constantemente. Al final nos volvimos a juntar y empezamos a trabajar en la canción, pero una cosa llevó a la otra y en muy poco tiempo ya teníamos la totalidad de “Omnio” (el disco) en nuestras manos. Todo fue compuesto, arreglado y grabado en un año, y la canción de la que te hablaba antes era “Omnio?”, que tiene tres partes y dura casi media hora. El disco salió en el ‘97, y después de algunos shows en Alemania durante el verano, Bjorn decidió irse. Oddvar también sintió que necesitaba un descanso, porque las cosas ya empezaban a ir mal entre nosotros y era mejor alejarse antes de que la situación empeorara. En ese entonces estábamos ensayando en el mismo lugar que otra banda, Drawn, y uno de sus guitarristas, Christer Cederberg (“Cedermountain” o “Chrisand”), nos llamó mucho la atención, y pensamos que él era la única persona que podía reemplazar a Oddvar y Bjorn de manera exitosa. Al final Christer se nos unió antes de comenzar las sesiones de “Strange In Stereo”, y esa formación (Christian y Christer en guitarras, Synne y tu humilde servidor en voces, Anders tras los parches y Christopher al bajo) se mantuvo hasta el final de la banda. Por otra parte, en el 2000 nos invitaron a un festival en Los Angeles, pero Christian y Christopher no quisieron ir, así que el bajo terminó tocándolo un viejo amigo del grupo llamado Stein. A Los Angeles fuimos entonces Stein, Anders, Synne, Oddvar, Christer, Bjorn -que se nos volvió a unir para ese show- y yo. Para el show despedida en el Caledonien Hall volvieron Christian y Christopher, así que sobre el escenario desfilaron un total de nueve personas aquella noche. Todos los miembros del grupo, pasados o presentes, participaron de una u otra forma.
- ¿Jan, cómo surge tu participación en los discos de “Drawn”?
- Jan: Básicamente me lo propusieron ellos y yo acepté. Como te contaba antes, ambas bandas compartíamos sala de ensayo en aquella época y pagábamos los costos a medias. Christer pasó a convertirse en miembro estable nuestro y yo les di una mano a ellos cantando en un par de canciones. Pero nunca fui un miembro estable de Drawn. Lo mismo pasó con Green Carnation. Un día me pidieron que vaya al estudio y cantara unas partes. Fui, lo hice y me volví a casa. Eso fue todo.


- Aclaráme una duda. Muchas fuentes citan a Green Carnation como la banda que “engendró” a In The Woods…, y muchos de los miembros que más tarde formarían In The Woods… tocaron en Green Carnation junto con Tchort, que después se convertiría en bajista de Emperor en reemplazo de Mortiis. Pero el resto de ustedes, menos Tchort, decidieron seguir juntos y formaron In The Woods… ¿Me equivoco? Por favor explicáme un poco todo el asunto… ¿Quién tocó dónde y de qué años estamos hablando?
- Jan: Si mal no recuerdo, Green Carnation se formó en 1989. Anders tocaba la batería, Christian y Tchort las guitarras, Christopher el bajo y un tipo llamado Richard era el vocalista. Tocaban un death metal muy precario, y creo que editaron un demo en el ‘90 o el ‘91 llamado “Hallucinations Of Despair” (N. del R.: planeado para ser re-grabado este año por la actual formación de Green Carnation). Después se separaron, Anders y los gemelos Botteri (Christian y Christopher) se fueron por un lado, Tchort se fue por el suyo, y Richard hizo otro tanto. Al poco tiempo Oddvar y yo nos unimos a los Botteri y a Anders, y juntos formamos In The Woods… al final del ‘92.
- Lo que me sorprendió de todo esto es que nunca antes había escuchado hablar de Green Carnation ni sabía que In The Woods… era una suerte de “continuación” de aquel proyecto. Por supuesto que en los últimos años Green Carnation pasó a convertirse en una de las bandas contemporáneas más interesantes del género, pero me refiero a comienzos de los ‘90, cuando editaron su primer demo. Yo coleccionaba todo tipo de fanzines en aquella época y jamás vi el nombre “Green Carnation” en ningún lado. El de “In The Woods…”, por otra parte, me llamó la atención la primera vez que se cruzó por mi vista, allá por el ‘93…
- Jan: Comprendo lo que decís. En Kristiansand uno de los problemas fundamentales es que todas las bandas se conocen, todos tocan con todos, y todos se confunden constantemente a la hora de identificar los nombres de cada uno. Pero lo peor es que nadie se mueve, nadie se encarga de promover o difundir a las bandas. El caso de ciudades como Oslo o Bergen, por ejemplo, es totalmente diferente. Las bandas de esas zonas siempre fueron muy buenas a la hora de salir de Noruega y darse a conocer. No me sorprende que no hayas escuchado hablar de Green Carnation en esa época. Cuando formamos In The Woods… les dije al resto de los miembros que si no hacíamos las cosas en serio no contaran conmigo. Lo que yo quería era lograr una identidad internacional y no dormirme en los laureles… Y que yo sepa, In The Woods… fue la primera banda de Kristiansand que se dio a conocer fuera de Noruega. Después vinieron muchas más.
- Green Carnation entonces se separa e In The Woods… cobra vida. ¿Cómo recordás aquella época?
- Jan: Oddvar y yo solíamos tocar en una banda llamada Innhalator (“Inhalador”)… aunque ninguno de nosotros tenía síntomas asmáticos… ¡Ja! Las cosas no iban para ningún lado y los dos queríamos hacer algo más osado y extremo. Ya conocía a los gemelos Botteri desde hacía varios años y además jugábamos juntos en el mismo equipo de fútbol, así que nos pusimos en contacto. A Anders lo conocía de haberlo visto varias veces. Todos se conocen con todos en este lugar. Al parecer los cinco estábamos tras los mismos objetivos musicales, así que nos juntamos para varios ensayos como para ver qué salía de todo eso. El resto, como dicen, es historia.
- ¿Exactamente en cuántas bandas estuvieron o están involucrados?
- Jan: Bueno, la lista completa es bastante extensa… Dejáme ver… Naervaer, Stille Oppror, Green Carnation, Drawn, X-Botteri, Christopher Sun, soXpan, Plutho, Transit, Animal Alpha, Carpathian Forest, Java Junkies, Agent Call, Cirkus Gilmour, Black Bone Chapel, Innhalator, y otras que honestamente no recuerdo en estos momentos… Mi primera banda se llamaba Empire, y tenía unos ocho años al momento de formarla.
- Pregunta estúpida: ¿por qué el nombre “In The Woods…” (“En Los Bosques…”)? En la “época black metal” del primer disco tenía de alguna forma sentido, pero de “Omnio” en adelante nunca pude encontrar una conexión entre el estilo que practicaban y aquel nombre…
- Jan: La idea era bautizarnos con un nombre que estuviese abierto a la interpretación de cada uno y que no nos limitara a un género en particular. Un día estaba de visita en la casa de Anders y vi una revista que incluía una nota a Bathory. El título de la nota era “Bathory – Still In The Woods” (“Bathory – Todavía En Los Bosques”). Todos éramos ultra-fanáticos de Bathory, así que ni bien propuse la idea el resto estuvo de acuerdo.
- ¿Y por qué los tres puntos suspensivos al final del nombre?
- Jan: Representan algo que no tiene final, algo que nunca termina o nunca deja de cambiar o crecer. Nuestro propio sello discográfico, Karmakosmetix Records, se iba a llamar originalmente “In The Woods… Records”, pero al final la idea nos pareció un poco tonta. 

(continuará...)

THUNDERSTONE “The Burning” (Nuclear Blast, 2004)



Coincidencia o no, el debut homónimo de este quinteto fue editado durante el polémico -y muy publicitado- descanso discográfico que Stratovarius decidiera emprender antes de resurgir con ambas entregas de “Elements”. Pocas agrupaciones supieron engendrar un mayor regimiento de clones que Stratovarius, pero en el caso de Thunderstone la solidez y entusiasmo prevalecían sobre lo obvio y redundante. “The Burning” continúa careciendo de singularidad alguna, pero supera ampliamente a su predecesor en todos y cada uno de los rubros imaginables (producción, interpretación, elegancia, emotividad, melodías, contundencia, dinámica, garra...) e incorpora al rejunte de clichés, asimismo, una considerable dosis de hard rock en la vena del más contagioso y energizante Masterplan. La confianza y versatilidad adquirida por Pasi Rantanen detrás del micrófono se presenta como la novedad más impactante, y su robusto aunque sedoso registro merece ser vigilado de cerca de aquí en más. La prueba está en la asombrosa “Tin Star Man”, aunque las notas más demandantes de “Drawn To The Flame” lo fuerzan a enfrentar su tope de manera un tanto desfavorecedora. Y el resto ya se lo imaginan: duelos de clavicordio y guitarra, el doble bombo nuestro de cada día, las power ballads benditas, y el puño que no quiere abrirse. Thunderstone utiliza los mismos ingredientes que el 99% de las agrupaciones del género pero consigue manifestar la magia de 1% restante. Todavía quedan esperanzas para el power metal. 

THUNDERSTONE “Thunderstone” (Nuclear Blast, 2002)



Gracias al período momentáneo de inactividad que atravesó Stratovarius allá por comienzos de la década, el subsiguiente ataque de los clones no sorprendió en lo absoluto a nadie. La propuesta de los también finlandeses Thunderstone se asemeja inconfundiblemente a la de la agrupación de Timo y Timo (hoy reducidad a un único Timo), y el vocalista Pasi Rantanen de hecho participó como invitado haciendo coros en “Infinite”, mientras que Tolki aporta el trepidar de sus cuerdas en “Like Father, Like Son” (guiño más que apropiado para la ocasión), uno de los momentos destacados de este álbum debut homónimo. Lo interesante es la forma en la que el grupo combina la pompa y exuberancia del power metal progresivo con elegantes aristas de hard rock, como en el caso de la balada “World´s Cry” o la seductora “Voice In A Dream”, que por momentos incluso recuerdan a Whitesnake. La totalidad del material resulta disfrutable, pegadizo y energizante, ya sea compositiva o instrumentalmente, y como primer paso la obra dista bastante de merecer el olvido absoluto. El problema es que a medida que se suceden las canciones, numerosos nombres vienen a la mente... y ninguno de ellos es el de Thunderstone.

LILITU “The Delores Lesion” (The End Records, 2004)



Primer tema de “The Delores Lesion” (tercer larga duración de Lilitu): “Only The End Of The World Again”. “Tan Sólo El Fin Del Mundo Una Vez Más”. “The Delores Lesion”: tan sólo otro disco más de metal vertiginoso, oscuro, atmosférico y melancólico al estilo del Dark Tranquillity post-“Projector" [(1999), los teclados desempeñan aquí un rol clave], mucho del Gotemburgo contemporáneo, algo de metalcore, más alguna pizca de exponentes menos acelerados como HIM o Placebo. Pero en este caso las composiciones provienen de Georgia, Estados Unidos, y el desmenuzar atento de las múltiples capas de cada tema revela una banda en plena ebullición creativa que, después de todo, merece ser escuchada. Pasión, efusividad, buen gusto, sustancia, delicadeza, arreglos efectivos. Y vértigo para llenar cinco discos distintos, a pesar de que estamos ante un álbum que no supera los 37 minutos. Pero su heterogeneidad apabulla. “Even The Voltures Have Moved On” arranca furiosamente al estilo black metal nórdico, deviene en un riff/melodía de guitarras gemelas que rememora las buenas épocas de In Flames, e incluye un estribillo a voz limpia de esos que hoy tanto se escuchan en el metal norteamericano. Este reblandecimiento ocasional en el rubro de las voces sea acaso el único punto débil del grupo. Pero es el tema que bautiza al álbum el que realmente extasía los sentidos. Al realizar su mejor imitación de Dark Tranquillity (algunas de las inflexiones vocales de Derek Bonner, de hecho, suenan idénticas a las de Mikael Stanne), Lilitu consigue orquestar un prodigio multicolor digno de los momentos más sofisticados y emotivos de los suecos. Imperdible. Y las escuchas repetidas finalmente lo confirman: Lilitu tiene con qué hacerle frente a la competencia europea. Tomen nota. “The Delores Lesion”: Tan sólo otro disco de metal norteamericano al estilo europeo. Pero de los buenos. 

Monday, August 08, 2011

BLACKMORE’S NIGHT “Past Times With Good Company” (SPV / Steamhammer Records, 2003)



Ritchie Blackmore no sólo conoce todos los recónditos de la guitarra habidos y por haber, sino que comprende a la perfección aquello que hace funcionar a un disco en vivo y lo convierte en una pieza de antología cuyo balance y resultado general ameritan que se lo considere de similar manera que a una obra de estudio. “Made In Japan”, de Deep Purple, probablemente sea el disco en vivo definitivo del género, y si bien el estilo emprendido recientemente por El Hombre De Negro difiere en todo sentido a aquel practicado por Purple o Rainbow, los resultados en “Past Times With Good Company”, primer álbum en vivo (doble) de Blackmore´s Night, son igualmente memorables. El disco fue producido por el mismo Blackmore, y gracias a la posibilidad de improvisación y reciprococidad inherentes al formato, su sincero e incontenible amor por la música renacentista y medieval queda aquí expuesto de forma incluso más hermosa y efectiva que en los tres trabajos previos combinados. Podría recurrir a una frase al estilo “el mejor álbum en vivo de los últimos años”, pero incluso de esa forma no estaría haciéndole justicia a esta obra. No obstante, sí puedo afirmar lo siguiente sin titubeo alguno: desde hace ya años que “Past Times With Good Company” suena a mi alrededor (y en su totalidad) al menos 10 veces por semana sin la más ínfima amenaza de aburrimiento, y el sortilegio sonoro en ningún momento faltó a la cita.

Experimentar “Past Times With Good Company” equivale a “estar ahí” junto a la audiencia, delante del grupo, bajo una luna violeta y respirando el mismo aire de cofradía renacentista. Las fotos que ilustran el booklet muestran a un Blackmore acompañado de numerosos músicos invitados, todos vestidos cual juglares, rapsodas o trovadores. La sensación que se obtiene es la de una banda viajera recorriendo los castillos más importantes del viejo continente, llevando su arte a todos aquellos que quieran disfrutar de él. Cada vez que uno presiona “play” da comienzo una noche inolvidable. El efecto de “transportación” es literalmente inmediato e inaudito, desde los primeros segundos de la introducción que conduce a “Shadow Of The Moon” (aquí en una versión de casi 11 minutos) en adelante. El roce de los arcos contra las cuerdas de los violines y los cellos, la solidez de la sección rítmica, el aplaudir y celebrar del público, las omnipresentes panderetas, los encantamientos exhalados por Candice, y los siempre extraordinarios dedos de Blackmore, convierten a “Past Times With Good Company” en una verdadera fuente de inagotable belleza musical en el sentido más puro y básico del término. El maravilloso “Live In Paris And Toronto”, de Loreena McKennitt (con quien Blackmore´s Night comparte más de un ingrediente) podría citarse como uno de los escasos ejemplos que consigue similar milagro.

Instrumentalmente, la obra extasía los sentidos hasta la embriaguez absoluta. Candice Night es un ángel, un serafín celestial que seduce, conforta y alegra el corazón con su voz y personalidad, como lo demuestran las presentaciones antes de cada canción o sus comentarios e intervenciones a lo largo de la placa, tan dulces como divertidos. No extraña en lo absoluto que Blackmore haya perdido interés por Rainbow. Si los colores del Arco Iris no vuelven a brillar es porque el oro ya fue encontrado y continuar la búsqueda resulta una tarea redundante... Y yo no lo culpo en lo absoluto.

Como perlas incuestionables a lo largo de la velada se destacan la misma “Past Times With Good Company” (particularmente las secciones que van de 2:26 a 3:33 y de 4:55 a 5:30), el crescendo pasional y el irrumpir de las gaitas y la batería en la prodigiosa “Fires At Midnight” (originalmente de 3:10 a 3:57 e incluso de forma más emotiva de 4:45 a 5:24) y los posteriores solos entrelazados de violín y guitarra, capaces de ponerme la piel de gallina una y otra vez, o la conmovedora versión de “I Still Remember”, el festín que genera “Under A Violet Moon”, los punteos eléctricos de “16th Century Greensleeves”, y la sorpresiva aparición de “Soldier Of Fortune” en el playlist, único resabio presente del pasado púrpura (¿acaso esperaban “Smoke On The Water” o “Highway Star”?).

El álbum sencillamente constituye un éxito en todas las áreas que conforman la experiencia de una verdadera obra “en vivo”: lista y selección de temas, interacción con el público, nivel de improvisación y variación en las canciones, ejecución, arreglos e instrumentación, sonido, producción general, atmósfera, y, fundamentalmente, magia. Esa magia que incorpora el elemento visual a una obra auditiva y remonta los sentidos a otros tiempos, otros lugares, aromas y situaciones. De eso se trata justamente “Past Times With Good Company”: la recreación de viejas y hermosas épocas pasadas junto a buena compañía... La mejor que se pueda pedir.