Así que me pegué una vuelta, claro (hagan "click" en todas las fotos para agrandarlas)...
Michael Amott (Arch Enemy) se devora a la Maelström.
"Dave Mustaine me dijo en la cara que yo era un gran guitarrista... Me quedé mudo", me comentó.
"Dave Mustaine me dijo en la cara que yo era un gran guitarrista... Me quedé mudo", me comentó.
Sharlee D´Angelo (Arch Enemy) también lee la Maelström e, increíblemente, se acordó de un reportaje que le hice en Argentina varios años atrás, cuando tocó en nuestro país junto a King Diamond.
Martín Mendez (Opeth), orgulloso del resultado obtenido por "Ghost Reveries"
("disco del año" -2005- según nuestro staff)
("disco del año" -2005- según nuestro staff)
Into Eternity (la sorpresa de la noche y una de las bandas contemporáneas más interesantes. Ojo con su reciente "The Scattering Of Ashes", uno de mis serios candidato para "disco del año"). En apenas 25 minutos, la rompieron monumentalmente.
Arch Enemy cumplió con un show sólido, pero sin mucho brillo. Angela, aparentemente, "no se sentía bien". No hubo entrevista con ella, entonces.
Opeth se despachó con su exquisitez habitual, pero el sonido no los ayudó esta vez. Bola de graves. Y en casi 50 minutos apenas tocaron unos 4 temas, claro. Igualmente, un lujo haberlos visto de nuevo... ¡por quinta vez!
Megadeth (o debería decir "Mustaine e Invitados") cerró la fecha con un sonido impecable. Pero la respuesta del público no tuvo ni ni punto de comparación a la que el Colorado y los suyos desatan en Argentina. Cuando sonó "Symphony Of Destruction" (perdida en el medio del set-list y anunciada sin bombos ni platillos), nadie coreó el estribillo ni una mísera vez. Si no me creen, esperen a que salga el DVD del evento (que se grabó justamente esa noche)...
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