Esta belleza adorna hoy una de las paredes de mi casa. Desde que vi por primera vez “Conan The Barbarian”, hace ya más de 20 años, que soñé con sostener en mis manos una réplica de la espada que el famoso cimerio empuñara al comienzo de la película de John Milius. Y ahí está. Tamaño real, acero español (o eso garantizaba el envoltorio), e inscripta con la leyenda “suffer no evil ye who wield this in the name of Crom”.
Como dijera el padre de Conan al comienzo de aquella historia:
“…for no one - no one in this world can you trust. Not men, not women, not beasts. But this… [Points to sword] This you can trust.”
Estoy chocho.
No comments:
Post a Comment