Ernesto resultó ser un huracán sólo por un breve período de tiempo. En su paso por Cuba se debilitó lo suficiente como para convertirse en una mera tormenta tropical, y para cuando finalmente pasó por sobre nuestros techos sólo trajo lluvia y vientos moderados. Nada que no se vea todas las benditas tardes de verano acá en Florida.
Una falsa alarma, entonces. Pero seguro ya vendrán tiempos peores.
No comments:
Post a Comment