Monday, March 13, 2006

Metal Muerto

El pasado 23 de Febrero, Deicide desató el Infierno sobre la Tierra en Buenos Aires... o algo así.

El show justo coincidió con mi estadía en Argentina, así que por supuesto aproveché para pegarme una vuelta por El Teatro, aunque a decir verdad mi intención era más que nada reencontrarme con amigos (viejos y nuevos) y colegas en lugar de comprobar bien de cerca cuán desgastada estaba la cruz invertida en la frente de Glen Benton. Y, para qué los voy a engañar, el death metal hoy en día raramente me mueve un pelo, en especial aquel que se limita al derrocheo descontralado de riffs y blast beats. Ya estoy viejo para tanto bochinche, pero sin embargo el black metal cada día me gusta más. Será que me quedo toda la vida con la melodía antes que el ritmo, más allá de la velocidad aplicada a cualquiera de los dos casos. Sobre gustos no hay nada escrito, dijo Esteban degustando a Ennio Morricone tras una sesión de black metal finlandés.

¿Y el show? Desganado, rutinario, predecible, de sonido pastoso (¿fue mi imaginación, o las bandas soportes sonaron mejor?)... Benton y los suyos sencillamente no tenían ganas de estar ahí. El que no lo haya notado probablemente haya asistido a tres shows en toda su vida. De hecho, aquel recordado show que los norteamericanos dieran junto a Cannibal Corpse y Ratos De Porao (¡y Escabios! ¿se acuerdan?) unos 10 años atrás, en el marco del "Roadrunner Festival", me había parecido considerablemente más sólido, si bien es cierto que Benton y sus Chicos Del Bajomundo raramente demuestran emoción alguna sobre las tablas. En esta oportunidad, no obstante, Deicide salió a cumplir y cobrar, y no mucho más. Tal vez la cosa haya repuntado hacia la mitad del show (ojalá haya sido así, y en ese caso retiraría gustoso todo lo antedicho), pero les voy a confesar una cosa:

me fui al quinto tema.


(como siempre, gracias a Martín Darksoul por las espectaculares fotos... Más Deicide en Argentina en el próximo número de Maelstrom).

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