Tres semanas de vacaciones en Argentina me vinieron más que bien. Lo primero es la familia, como bien dicen por ahí, y yo hacía exactamente un año que no veía a la mía. Nada como la comida casera de tu vieja, el abrazo de tu viejo, hermano, abuelos y tíos, la cotidianeidad de tus amigos, y el dormir en tu propia cama (uno podrá independizarse todo lo que quiera e incluso irse del país, pero la cama de “tu cuarto” sigue siendo TU cama).
No obstante, y esto me pasa siempre que vuelvo, hice de todo menos descansar. Entre mi recauchute físico anual (léase: visitar todo tipo de doctores y especialistas médicos para chequeos de rutina que acá me cobrarían dos ojos de la cara y tal vez hasta me hipotecarían un testículo), las visitas a familiares, los trámites inmigratorios, las reuniones con los chicos de la revista, y las obligatorias maratones nocturnas de DVD´s, lo que menos me sobró fue el tiempo. Y no me quejo para nada, ojo, porque para eso uno viaja de regreso, ¿no? Lástima que no pude haberme tomado una semanita extra para dedicarme a vacacionar de en serio y sin hacer absolutamente NADA. Ni tiempo para actualizar este blog tuve. Y no me pregunten por el número 13 de la revista. Bien, gracias. Por ahí andan varios reportajes esperando para ser desgrabados. Y la pila de discos para comentar comienza a encorvarse, amenazando con desmantelarse justo encima de mi cara. Y les juro que se sigue ensanchando delante de mis ojos en este preciso momento.
Ya de regreso en Florida, el maldito verano me persigue. En Buenos Aires el calor al menos es esperable en esta época, como la naturaleza manda, pero de acá me fui justo el único día en el que aparentemente hizo frío y ahora llego justo para cuando el invierno empieza a terminar y el termómetro marca los 28 todas las tardes. Piedad, por favor, que el aire acondicionado hace ruido y me tapa la nariz.
Y después, el horror. MAS discos esperándome en el buzón, que despotricaba por la sobredosis de calorías al que lo sometí en mi ausencia. Veamos:
el nuevo de EVERGREY (canciones demasiado cortas... falta emotividad)
IRON FIRE, “Revenge” (power metal muy, muy varonil)
el nuevo de SUMMONING
el nuevo de ABORYM (a primera oída arrasador)
el nuevo de AMORPHIS (decepcionante por ahora... ¿tanto amague con “volver a las raíces” para editar esto?)
TYR, “Eric The Red” (sin escuchar aún)
el nuevo de WITCHERY (sin escuchar aún)
el nuevo en vivo de AGNOSTIC FRONT, con su respectivo DVD (sin escuchar/ver aún)
el nuevo DVD de THE GATHERING (bueno, ustedes los ven en vivo, así que a mí al menos déjenme conformarme con esto)
el nuevo de VANDEN PLAS (pinta interesante, basado en “El Conde de Montecristo”)
ONE MAN ARMY & THE UNDEAD QUARTET, “21st Century Killing Machine” (sin escuchar aún)
DAGOBA, “What Hell Is About” (sin escuchar aún)
TWELFTH GATE, “Threshold Of Revelation” (sin escuchar aún)
el Nuevo de CATHEDRAL (¡doom on!)
el nuevo de FEAR OF ETERNITY (más Goblin Metal)
AVA INFERI, “Burdens” (sin escuchar aún)
FURIA, “Kheros” (sin escuchar aún)
el de HEAD CONTROL SYSTEM (nueva banda de Garm... muy, muy rockero, y muy, muy bueno)
HELLVETO, “(un título en polaco o algo así)” (sin escuchar aún)
CRONIAN, el nuevo proyecto de Vintersorg junto a Oystein de BORKNAGAR (que por ahora suena exactamente igual a VINTERSORG y BORKNAGAR)
el nuevo de GOREFEST (sin escuchar aún)
... y alguna que otra cosa. Piedad para mis dedos y el teclado de mi PC.
Sí, ya sé lo que piensan. “¿Este HDP se queja por recibir tanto disquito de arriba?”. No me quejo, faltaría más, pero créanme que eso de añorar tanto disco regalado se vuelve viejo más rápido de lo que ustedes pueden llegar a creer cuando los días sólo tienen 24 horas y las fechas de cierre no perdonan porque las pone uno mismo y, al fin y al cabo, hay que dar el ejemplo, ¿no?
Y además, vamos a ser honestos... De toda esa lista que acabo de mencionarles, lo poco que escuché no me dijo gran cosa. Ahí hay bandas ya consagradas y sin embargo cuanto más discos salen editados, menos cosas me convencen. Más calidad y menos cantidad, por favor, que así nadie da abasto y el gusto por este asunto se pierde más rápido que un blast beat.
¿Y eso? Me tocan el timbre.
Es el cartero.
(no me odien).
Un día como hoy, allá por 1937, el alma de H. P. Lovecraft abandonaba esta realidad para ingresar al reino de la inmemorial Kadath, donde seguramente sus pesadillas se habrán transformado finalmente en hermosos, ciclópeos e inenarrables sueños...
