El website de estos italianos nos da la
bienvenida con una animación sumamente didáctica en la que explican la forma correcta
de cortarse las venas con una hoja de afeitar. “Somos la lepra sobre la
carne corrupta de la juventud de hoy”, exclaman en la contratapa de “Love´s
Burial Ground” (“El Lugar De Entierro Del Amor”), su tercer larga duración.
“Oscuridad En Estéreo Desde 1999”, reza por su parte el interior del booklet,
del lado opuesto a la tapa original del disco que, por supuesto, fue censurada
y sólo puede admirarse una vez adquirido el producto. Y el resto se deduce
fácilmente: “obras maestras de negatividad y agonía”. Doom metal interpretado
en versión black. O black metal en cámara lenta, babeando misantropía y
aborrecimiento en lugar de escupirla toda al mismo tiempo en un único blast-beat.
Sea como sea, el sonido es negro. Negrísimo. Y perturbador. La obra se estructura
en base a seis composiciones anti-optimismo de extensa duración, más tres
interludios ambient/industriales (titulados “Malus Vivendi”) a cargo de Mr.
Nordvargr (del grupo MZ412), repeliendo luz y esperanzas por igual y combinando
la lobreguez de exponentes tan dispares como Darkthrone [el riff principal de
“Kill Life” recuerda a la época de “Transylvanian Hunger” (1994)], Thergothon (por momentos, los segundos entre
cada golpe de bombo se tornan interminables) o los primeros Katatonia (escuchen
la parte final de “Alone”, por ejemplo). Una “tumba olvidada” en la que el
grupo sepulta desgracias y odio. “Me lastimo a mí mismo / buscando una
salida / en mis ojos ves / el horror de estar vivo / la vida es dolor ”,
rezan en la citada “Kill Life”, o “Matar La Vida”. El mensaje es claro. Doom
metal sin un ápice de poesía. Black metal que va en serio. Tragedias sin
teatro. O, mejor dicho, un teatro vacío, sucio y frío en el cual Forgotten Tomb
proyecta sus miserias en un telón negro, ante ojos ciegos... y para los oídos
de nadie.
Wednesday, November 30, 2011
Tuesday, November 29, 2011
ARCANA “Le Serpent Rouge” (Projekt / Displeased Records, 2005)
Del ocaso occidental al misticismo oriental. De lo
gótico y barroco a lo ambiental y desolado. De los teclados y sintetizadores a
la percusión étnica y pseudo-ritual. Y apenas un sólo indicio de voces o coros.
El giro estilístico emprendido por Arcana no sólo resulta tan dramático como
inesperado, sino que obliga categóricamente a olvidarnos de todo aquello que
precedió a este quinto álbum de larga duración. Adiós catedrales románticamente
decadentes, bienvenidos desiertos del medio oriente. Uno incluso siente la
arena entre los dedos de los pies, la vislumbra dibujando extrañas figuras en
el nebuloso y espectral horizonte, y la respira en el mismísimo aire. Desde sus
comienzos con el monumental y fastuoso “Dark Age Of Reason” (1996),
Arcana fue siempre comparada a los incomparables Dead Can Dance, pero el
proyecto del sueco Peter Bjärgö nunca antes se aproximó tanto al de Lisa Gerrad
y Brendan Perry como en este “Le Serpent Rouge”. Al distanciarse por
completo del Arcana de ayer, Bjärgö consigue hoy realmente sonar como su
máximo ideal musical.
“Le Serpent Rouge” es la respuesta de Arcana a “The
Serpent´s Egg” (1988) de Dead Can Dance. Arena, magia, belleza, éxtasis,
añoranza, evocación, contemplación... y la danza de la serpiente. El trance
extra-sensorial es orquestado de manera exclusiva a través de instrumentos
sumamente atípicos, incluso para Arcana, como el timbal egipcio, el “duduk
armenio”, la “cabasa”, el tamborín o la “dulcinea”. Obras pasadas como “Cantar
De Procella” (1997) o “The Last Embrace” (2000) sencillamente no
poseen punto de comparación alguno con las vistas ciclópeas conjuradas por esta
Serpiente Roja, sensual e hipnótica.
Ida Bengtsson, antigua vocalista del ayer
dúo, ya no forma parte del emprendimiento, y en esta oportunidad Bjärgö (voces,
samples, arreglos y programación) es acompañado por su esposa Cecilia (coros),
Stefan Eriksson (percusión y coros) y Ann-Marie Thim (coros). Los cuatro
hilvanan paisajes estoicamente sugestivos, de sutiles crescendos que
abren verdaderas puertas de percepción cual tesoros escondidos entre una
aparente monotonía rítmico-melódica que espantará a gran parte de aquellos no
familiarizados con el estilo; y acaso también a los que esperaban algo similar
a la primera etapa de Arcana. El nombre sigue siendo el mismo, pero el
propósito es aquí otro. Las voces ocupan un plano netamente secundario,
casi sepultadas a la distancia para nunca más ser perturbadas. “Le Serpent
Rouge” ignora despreocupadamente cualquier tipo de expectativas,
constituyendo una obra de texturas inmemoriales y paisajes inexpresables. Los
muertos bailan al compás del ritual de la Serpiente, y Arcana finalmente se nos
presenta majestuosamente arcana.
Wednesday, November 16, 2011
OLD MAN´s CHILD “In Defiance Of Existence” (Century Media, 2003)
Hay que decir
las cosas como realmente son: Old Man´s Child me aburre. Siempre lo hizo, sin
dudas lo hace hoy en día, y a este paso siempre lo seguirá haciendo. “In
Defiance Of Existence” es el álbum más logrado del proyecto semi-autónomo
de Thomas Rune “Galder” Andersen desde “The
Pagan Prosperity” (1997), y sin embargo los resultados siguen aburriéndome. Y
mucho. Sabido es que Old Man´s Child continúa existiendo meramente por razones
contractuales desde que Galder se incorporara a Dimmu Borgir como guitarrista
de forma definitiva, e “In Defiance Of Existence” es el primero de varios trabajos pendientes que deben ser entregados a Century Media durante los
próximos años. Cuando Galder disponía del tiempo necesario para dedicarse exclusivamente
a Old Man´s Child los resultados eran mediocres en el mejor de los casos.
Imaginen cómo son las cosas hoy en día. La agenda está llena y las ideas
escasean aún más. Cruzen al Dimmu Borgir de “Enthrone Darkness Triumphant” (1997) y “Spiritual Black Dimensions” (1999) con “The Pagan Prosperity” y
obtienen “In Defiance Of Existence”. En otras palabras: Dimmu Borgir en
versión sonámbula y funcionando con respirador artificial, Nick Barker a modo
de baterista invitado incluido. Mucho colchón de teclado que se pincha para
volver a inflarse una y otra vez, mucho riff inofensivo con olor a sobras de “Puritanical
Euphoric Misanthropia” (2001), y mucho afano a “The Mourning Palace” distribuido a
lo largo de 9 agotadoras canciones de puro black metal al estilo “o compongo
algo o me como un juicio”. Uno o dos pasos adelante con respecto a los
irremediablemente soporíferos “Ill-Natured Spiritual Invasión” (1998) y “Revelation
666 - The Curse Of Damnation” (2000), pero eso no es decir mucho. No es decir
nada, de hecho.
Wednesday, November 02, 2011
VIRGIN STEELE “Hymns To Victory” / “The Book Of Burning” (Noise Records / Sanctuary Music, 2002)
Suposición:
Manowar no existe. En
tal caso, Virgin Steele es una gran banda cuyo sonido de aires memorables y
notable porte melódico consigue resaltar por sobre sus competidores con suma
facilidad. El fuerte del grupo nunca fue el doble bombo perpetuo o la
sobredosis de alegría descafeinada, sino una propuesta notoriamente más galana
que bebe de las aguas de la literatura y la historia clásica en busca de inspiración,
refinada en sus ataques de furia épica, incluso teatral y enfática por
momentos, y siempre distinguida por el buen gusto, maleabilidad y poderío vocal
de David DeFeis. Realidad: Manowar sí existe, y Virgin Steele, en
la gran mayoría de sus composiciones, suena indefectiblemente a Manowar
(pruebas irrefutables: “Rain Of Fire”, “Children Of The Storm”, “Kingdom Of The
Fearless (The Destruction Of Troy)”, “The Redeemer”, “Invictus”, etc, etc...). Aclaración:
Ambas bandas provienen de Estados Unidos y comenzaron sus respectivas carreras
prácticamente al mismo tiempo. Duda: ¿exceso de influencias o mera
jugada del destino? Pregunta: ¿podrá Virgin Steele escaparle alguna vez
a la sombra de Manowar y alcanzar un mayor reconocimiento en base a sus propias
virtudes? Respuesta: Tarea improbable, francamente.
Para celebrar los veinte años de trayectoria dentro
del género, el grupo decidió editar dos placas que básicamente podrían ser
descriptas como de “grandes éxitos”, aunque un tanto particulares. “The Book
Of Burning” contiene 16 temas, 8 inéditos y 8 nuevas versiones de
material previamente disponible. “Hymns To Victory” contiene 13
canciones, dos de ellas inéditas y el resto versiones re-mezcladas,
re-masterizadas o acústicas de material clásico. Estos compilados evidencian en
gran parte la considerable variedad estilística que Virgin Steele maneja
exitosamente, y si bien un alto porcentaje del material recuerda demasiado a
las estructuras tanto musicales como retóricas empleadas usualmente por Joey
DeMaio y Eric Adams, resulta injusto no reconocer que, en efecto, Virgin Steele
merece mayor deferencia.
Todas las nuevas versiones del material previamente
editado fueron re-grabadas por la formación actual del grupo, y tanto la
calidad sonora como la producción y mezcla, consecuentemente, se beneficiaron
de gran forma. La nueva variante de “A Symphony Of Steele” (aquí subtitulada
como “Mezcla De Batalla”) suena incluso más a Manowar que la versión
original, y si a alguien le quedaba alguna duda -por más ínfima que fuese-
sobre si DeFeis y cía. alguna vez escucharon “Kings Of Metal” con sumo
detenimiento, he aquí la comprobación definitiva. A su vez, el estilo vocal que
DeFeis emplea en piezas como “I Am The One” difiere considerablemente del que
utilizara en la grabación original, predominando en esta oportunidad los tonos
altos y, por momentos, casi chillones y al estilo de Rob Halford. El resto de
la puesta al día depara sorpresas similares, y los temas inéditos ofrecen un
abanico estilístico que pareciera abarcar todas las décadas por las que el
grupo atravesó. “Hellfire Woman” y “The Final Days”, por ejemplo, destilan una
atmósfera ochentera, mientras que otras composiciones huelen a resabios
de la época de “Invictus” (1998) o ambos volúmenes de “The House Of Atreus” (1999 / 2000).
Todas ellas, no obstante, se dejan disfrutar con creces, salvo por la kissera
-y, por ende, vomitiva- “Saturday Night” (¿acaso se trató de una broma interna?
Que alguien venga y me explique la gracia, porque todavía me estoy retorciendo
del asco...).
Afirmación: Como primer acercamiento a Virgin Steele, no existe
mejor prefacio que estos compilados heterogéneos y sobrecargados (nueva
pregunta: ¿no se cansa DeFeis de editar discos dobles?). Efecto secundario:
Más vale ingerir de a dosis controladas, sin importar el grado de fanatismo
para con el grupo, o se corre el riesgo de atragantarse con alguna espada. Dilema:
Si por momentos incluso me cuesta trabajo tomarme en serio a los mismísimo
Manowar, ¿puedo tomarme en serio a Virgin Steele? Conclusión idiota:
¿Acaso estoy logrando algo con tanto cuestionamiento y tanta observación? Respuesta
final: evidentemente no. Remate: Una vez más, el acero triunfa por
sobre la carne.
Tuesday, November 01, 2011
NILE “Black Seeds Of Vengeance” (Relapse, 2000)
Así como en
Europa el black metal goza de una envidiable salud, los norteamericanos aún
prefieren al viejo y querido death metal a la hora de revolear sus melenas. Sin
embargo, pocos fueron los intentos por continuar desarrollando aquello que
pilares como Deicide, Cannibal Corpse o Napalm Death cimentaron a comienzos de
los ´90. Entre las sutilezas y complejidades aristocráticas del antiguo
continente y la bestialidad casi gratuita del gran país del norte existe -y
nunca mejor dicho- todo un océano por cruzar... Aunque no es el caso de Nile.
Oriundos de Greenville, este cuarteto se las ingenió para infligirle nueva vida
al “metal muerto” incorporando a sus descargas una peculiar dosis de melodías étnicas
egipcias (interpretadas con instrumentos reales autóctonos), combinadas con una
sorprendente y densa atmósfera que por momentos alcanza un misticismo que roza
lo cinematográfico. Incluso las letras incorporan plenamente el concepto, por
lo que no es extraño toparse con títulos como “Invocation Of The Gate Of
Aat-Ankh-es-en-Amenti” o “Libations Unto The Shades Who Lurk In The Shadows Of
The Temple Of Anhur”. El resultado es una propuesta que, si bien subordinada a
los parámetros convencionales del death metal, cobra vuelo propio en las
instancias en las que el grupo apela a su poco convencional arsenal de
influencias orientales. Acaso el factor sorpresa que tan efectivamente
funcionaba en el debut “Amongst The Catacombs Of Nephren-Ka” ya no lo
haga demasiado en “Black
Seeds Of Vengeance”, en el que la balanza pareciera preferir inclinarse más
hacia las raíces del género en vez de explotar en mayor profundidad la
singularidad que la banda posee. No obstante, a la hora de nuevas ideas dentro del
death metal contemporáneo, no existe mejor opción.
Monday, October 31, 2011
SKYCLAD “Folkemon” (Nuclear Blast, 2000)
Cuanto más
descollantes las letras de Martin Walkyier, más falta de sorpresas hay en la música de
Skyclad. “Folkemon” te roba la respiración de entrada con la enérgica
“The Great Brain Robbery”, pero sólo en contadas instancias produce emociones
similares a medida que los minutos siguen su curso. Si de comparaciones
recientes hablamos, ubicaría al décimo trabajo de los ingleses un par de
escalones por encima de “Vintage Whine” (1999), y otro tanto por debajo de “The
Answer Machine?” (1997) o “Irrational Anthems” (1996). Mientras que estos
últimos ofrecían más de un ejemplo memorable, “Folkemon” distribuye sus
virtudes a lo largo de diferentes momentos aislados. El riff inicial de “Think
Back And Lie Of England” promete la euforia pero termina conformándose con el
entretenimiento. “Crux Of The Message” y “The Disenchanted Forest” contienen
pasajes de una belleza casi atmosférica, aunque entrelazados en una estructura
de heavy metal por completo ortodoxa. Los estribillos de “The Antibody Politic”
y “When God Logs-Off” compiten por el primer puesto en materia de gloria
inmediata, perdiendo en el último segundo con la melancolía desbordada de “You
Lost My Memory”, acaso la verdadera destacada. De cierta forma, se percibe una
garra adrenalínica que transforma a la placa en una de las más pesadas del
grupo, sacrificando en el camino gran parte de las cuotas emotivas de antaño en
favor de un sonido más directo y certero. Sobra fuerza y bronca para tirar para
el techo, al fin y al cabo, en oposición a la idea de un festín folk
confusamente presagiado por el mismísimo título. Y mientras tanto, el verdadero
álbum definitivo de Skyclad sigue haciéndose desear...
Friday, October 28, 2011
FLEURETY “Department Of Apocalyptic Affairs” (Supernal Music, 2000)
“Department Of
Apocalyptic Affairs” desafía calificaciones. Resulta increíble que la movida "blackmetalera" nórdica
de unos pocos años atrás se haya deformado en esta bizarra yuxtaposición de
estructuras y estilos, tan fascinante en sus posibilidades como desconcertante
para los oídos no pervertidos. Y la sorpresa se acentúa considerablemente si
recordamos que “Min Tid Skal Komme”, el anterior álbum de estos
noruegos, se adentraba musical y literariamente en territorios por completo
diferentes. Ni lo más reciente de Ulver consigue, por momentos, equiparar el
grado de lunatismo compositivo que Alexander Nordgaren (guitarras) y Svein Egil
Hatlevik (sintetizadores, batería y voces), únicos miembros originales y
estables, implementan sin resquemores. Fragancias electrónicas se aparean con
riffs de black metal excitados por coloridas contorsiones industriales,
mientras una base de acid-jazz sostiene inusuales melodías de saxofón y
atmósferas que se pasean por los dominios del doom, el tecno (y, en el caso de
“Exterminators”, ¡las bandas de sonido de los video juegos!), y vaya uno a
saber qué otros géneros. Para colmo, siguiendo la sana costumbre noruega,
estamos ante una obra en la que participaron, a modo de invitados especiales,
prácticamente todas las luminarias de la movida. Tal es así que a lo largo de
las canciones nos vamos topando con gente como Hellhammer (Arcturus, Mayhem,
The Kovenant), Carl Michael (Ved Buens Ende, Dodheimsgard), Einar Sjurso
(Beyond Dawn), Garm (Arcturus, Ulver), Knut M. Valle (Ulver), Maniac
(Mayhem), Carl August Tideman (Arcturus,
Tritonus), y Vilde (Magenta), entre muchos otros. Incluso la presentación
gráfica del álbum pone de manifiesto el grado de originalidad del dúo, al
presentar un booklet principal cuyas 4 carillas (todas ellas con diferentes
ilustraciones) pueden oficiar de tapas. Dicho booklet encierra, al mismo
tiempo, una suerte de contenedor estilo “carpeta” (llamada
“reportes”) que a su vez contiene 8 hojas individuales (una por cada letra de
las canciones) y dos fotografías tipo “polaroid” en las que se pueden apreciar
a los miembros de la banda sentados en un inodoro mientras leen una revista
pornográfica. “Vanguardistas” o no, lo cierto es que el resultado es sumamente
interesante, si bien el evidente (y respetable) afán de “sonar distintos” en
algunas instancias lo obliga a uno a rascarse la cabeza, provocando más
confusión que satisfacciones.
DRAWN "A New World?" (Prophecy Productions, 1999)
Muchos ubicaron a "Strange In Stereo", el tercer larga duración de los
noruegos In The Woods..., algunos escalones por debajo del antológico "Omnio". Personalmente, no
tuve que sobrellevar tal decepción, y de hecho considero al citado álbum como
uno de los mejores trabajos editados en 1999. Pero si tu caso no es el mismo,
acá tenés la mejor solución. "A New
World?", el debut de los también noruegos Drawn, transpira, a lo largo
y ancho de su duración, todos y cada uno de aquellos maravillosos ingredientes
que hicieron de "Omnio"
una placa para el recuerdo eterno. Si los 15 minutos de "299.796
km./s" nunca se te hicieron largos, retorcéte de placer con los 10
de "Rivawella Form". Si "I Am Your Flesh" hizo que tu
corazón implosione de tristeza, andá preparando el pañuelo antes de
experimentar "Would Have Had". Porque si bien se podría alegar a modo
de reproche las evidentes similitudes entre ambas agrupaciones y sus
correspondientes temas, hay que reconocer que la vorágine orgásmica que
proporciona esta descomunal obra está más allá de cualquier tipo de objeción. Y
es más, hasta el mismo Jan Transit (cantante de ITW...) nos deleita con sus
pasionales entonaciones en carácter de invitado de lujo. El resultado es un
escalofrío constante que te recorre el alma como un torbellino que desconoce el
significado de la piedad a la hora de proporcionar descargas de una belleza
que, creéme, pocas veces vás a tener la suerte de confrontar. Ya veremos a lo largo
de este año cuál de los dos contrincantes se lleva las palmas, pero por ahora, "A New World?" es el mejor
álbum de In The Woods... no grabado por In The Woods...
Thursday, October 27, 2011
CHILDREN OF BODOM “Follow The Reaper” (Nuclear Blast, 2000)
(Primer
bostezo) Temo que Children Of Bodom me aburre olímpicamente. (Segundo bostezo)
Si quisiera escuchar una combinación de Stratovarius e In Flames, escucharía “Visions”
y “The Jester Race” seguidos. (Tercer bostezo) Pero no al mismo
tiempo. (Cuarto bostezo) Aunque puede que ustedes opinen lo contrario. En ese
caso, es muy probable que los fans de Stratovarius huyan despavoridos gracias a
la faringitis aguda de Alexi Laiho, y los de In Flames vomiten de asco entre
tanto duelo de teclados y guitarra. (Primer cabeceo) Resulta increíblemente
injusto que propuestas de estas características atraigan por igual la atención
del público y la prensa, reciban un apoyo publicitario considerable, y se
beneficien de una calidad sonora sin concesiones. Conozco decenas de bandas realmente
merecedoras de semejante tratamiento. (Segundo Cabeceo y quinto bostezo) Aunque
es perfectamente comprensible. Lección número 1 del Manual Para Dueños De
Sellos Discográficos: Dale al público lo que el público quiere escuchar. ¿Y qué
quiere escuchar el público? Aparentemente, la misma fórmula harto-probada de
siempre, con algún que otro ingrediente cambiado de lugar o brindado en
cantidades alteradas. (Tercer cabeceo) Con “Follow The Reaper”, la
receta termina por empalagar. (Último bostezo antes de sucumbir) ¿Originales?
¿Inventivos? ¿Demoledores? Debo estar perdiéndome algo.
Esteban
Medaglia (quedándose dormido).
Wednesday, October 26, 2011
Goblin Vinyl Jewels
(Este tópico lo inicié varios días atrás en inglés, básicamente por una razón bien sencilla: atraer una mayor cantidad de lectores y "expandir" el alcance del blog. Para aquellos que frecuentan este sitio y no hablan inglés, bien valga una breve presentación del tema:)
Una de las razones por las cuales decidí "volver" al fomato analógico al que los audiofilos nos referimos sencilla y cariñosamente como "vinilo" es debido al amor incondicional que le tengo a las bandas de sonido de películas "de culto". Me refiero, concretamente, a los trabajos de compositores italianos tales como Bruno Nicolai, Riz Ortolani, Stelvio Cipriani, Piero Piccioni, Goblin, Fabio Frizzi, Luis Bacalov, Piero Umiliani y, sobre todo, Ennio Morricone, una verdadera "leyenda viva" dentro del rubro que sigue componiendo maravillas con más de 80 pirulos en su curriculum. Lo suyo, pura y sencillamente, es incomparable.
Recientemente me puse a escarbar en recovecos de los más inusuales, y, arqueología cinéfila de por medio, encontré unas cuantas joyitas de lo más raras dentro del género. Todas en vinilo. Casi todas versiones originales, algunas con ya 40 años (!) o más a cuestas. Unas pocas de estas ediciones incluso estaban todavía selladas, 100% nuevas. Increíble pero real. Pero lo más increíble es que las conseguí por precios irrisorios (la más cara me costó 10 dólares), mientras que en Amazon ninguna baja de los 70 verdes y algunas demandan cifras de 3 dígitos.
A modo de homenaje hacia estos grandes compositores, hoy en muchos casos olvidados, y como para documentar lo divertido del asunto, se me ocurrió iniciar este tópico. La idea es expandirlo a medida que los descubrimientos se incrementen y la colección crezca.
Abajo van a encontrar varias maravillas de Morricone. Sigo ahora con tres clásicos soundtracks de Goblin...
"Dawn Of The Dead", original US release
"Suspiria" Dagored Italian re-release
"Deep Red" Dagored Italian re-release
Back cover of Dagored's "Deep Red" re-release
GREEN CARNATION “Light Of Day, Day Of Darkness” (Prophecy Productions, 2002)
Pocas veces escuché imágenes tan hermosas. Porque “Light
Of Day, Day Of Darkness” no es un álbum ordinario, sino una suerte de filme
sonoro que despliega sucesiones de paisajes y sentimientos más vinculados a lo
cinemático que a lo netamente auditivo. Y la intención es clara incluso en el
formato elegido para presentar la obra: un único track de sesenta
minutos, sin sub-divisiones ni atajos para acceder con mayor facilidad a algún
momento determinado de la placa. Se trata de un todo indisoluble con sus
correspondientes “principio, nudo y desenlace”, un fluir progresivo y sumamente
natural de melodías que poco a poco adquieren peso y significado dentro de la
historia, como personajes cuya importancia en el argumento nos es revelada a
medida que la trama avanza y los hilos van siendo atados. Y sólo al final, una
hora más tarde, somos testigos atónitos de la memorable criatura que acaba de
cobrar forma ante nuestras narices sin que siquiera nos hayamos percatado de su
gestación. Imposible utilizar el botón de fast forward, a no ser que la
idea sea no tener idea.
“Light Of Day, Day Of Darkness” (“Luz Del
Día, Día De La Oscuridad”) requiere de todo un ritual previo para ser
disfrutado correctamente: luces apagadas, sillón cómodo, control remoto fuera
de alcance, corazón abierto... y el coraje para ingresar a un territorio
inhóspito: aquel ubicado dentro del alma; tan cerca que raramente lo
visitamos...
El grupo es responsabilidad del noruego Tchort,
ex-bajista de Emperor (luego de la partida de Mortiis) que aquí se desempeña
como guitarrista y actualmente también divide su agenda entre Blood Red Throne
y Carpathian Forest. Lo acompañan numerosos músicos invitados e integrantes que
podríamos considerar como fijos, si bien la formación actual difiere de aquella
que grabara el magnífico debut, “Journey Through The End Of The Night”.
Los hermanos Christian y Christopher Botteri (de los tristemente disueltos In
The Woods...) ya no son de la partida, y justamente allí reside la mayor
diferencia entre este trabajo y su predecesor. “Light Of Day, Day Of
Darkness” fue compuesto e ideado pura y exclusivamente por Tchort, y las
reminiscencias a In The Woods..., tan protagónicas en el álbum debut, hoy le
ceden el paso a un sonido más ambiental y etéreo, casi-psicodélico por
momentos. La cornucopia resultante posee tanto de Pink Floyd y Candlemass como
de insólita originalidad, una conjugación única que suena fresca y gratificante
en todo momento. Los también ex-In The Woods... Jan Transit (aquí “Jan Kenneth
T.”) y Synne Soprana vuelven a participar como invitados, el primero cantando
las estrofas iniciales -más un breve pasaje hacia el nudo de la obra- y la
segunda el interludio. La tan publicitada (y explotada) participación previa de
Vibeke Stene (de Tristania), en cambio, no se repite, aparentemente por
problemas contractuales. Y a diferencia de “Journey Through The End
Of The Night”, en donde Transit alternaba voces con Geir Sollied, este
segundo ofrecimiento cuenta con un cantante llamado Kjetil Nordhus como
principal vocalista. Su registro, en ocasiones intencionalmente “sintetizado”,
sorprende de forma negativa durante las primeras escuchas, pero poco a poco
descubre su particular encanto hasta convencernos por completo de su aptitud
para el puesto. Un coro de niños, un coro estándar, sitar, Hammond B3,
esporádicas voces gritadas a cargo de Roger Rasmussen, cuerdas, y otros
instrumentos clásicos completan la diversa y exquisita gama sonora de la obra.
Panorámica en su abanico de colores y épica en su
excelsitud, la cohesión que “Light Of Day, Day Of Darkness”
produce entre sí y el oyente es admirable. Pink Floyd viene a la mente de
inmediato, pero el esplendor comienza a ramificarse por recovecos inenarrables
mientras los balbuceos alegres de un niño (¿el hijo de Tchort?) y la
inconfundible pasión de la garganta de Transit se conjugan hasta que la obra propiamente dicha da
comienzo (00:00 a 03:40). Las guitarras de Tchorth y Bjorn H. irrumpen en un
estallido de gloria hasta alcanzar el climax (el primero de los
numerosos a lo largo del transcurso de la historia) en un apoteótico frenesí
(5:22 a 5:48), acaso el único resabio del black metal como género y de In The
Woods... como banda presente en la placa. La excelente calidad de la producción
permite diferenciar cada instrumento con suma nitidez a medida que las texturas
se entrelazan y la complejidad hace su aparición. Green Carnation excita los
sentidos como pocas bandas en la actualidad, los acaricia y rasguña al unísono,
desafiándolos y reconfortándolos, como el bellísimo cambio de ritmo y corte de
teclados tras la segunda pronunciación del título del álbum (15:25 a 16:20),
uno de mis momentos favoritos dentro de sesenta minutos de momentos favoritos.
La ambición es un arma de doble filo, y “Light Of
Day, Day Of Darkness” ciertamente es una obra ambiciosa. Pero todo en ella
resulta un éxito. Desde el primer albor del día hasta la caída de las sombras.
Aunque aquí tales diferencias no se aplican. Porque, en ambos casos, el fulgor
es infinito.
Tuesday, October 25, 2011
GREEN CARNATION “Journey To The End Of The Night” (Prophecy, 2000)
La triste
noticia de la separación de In The Woods... no podía salirse con la suya. Una
injusticia más en un mundo que se alimenta de las injusticias no hace
diferencia alguna, pero acaso los milagros realmente existan. Si obras como “Journey
To The End Of The Night” consiguen ser engendradas, y sus soñadas melodías
esparcidas entre los mortales, entonces puede que una fuerza superior,
inmensamente generosa, nos observe desde un panteón tan improbable como mágico.
Aunque ni el mayor de los deseos pudo siquiera atreverse a presagiar la
divinidad de los resultados expuestos en este debut. Green Carnation
representa, de alguna forma, la continuación ideal de In The Woods... Tanto los
hermanos Chris y Christopher Botteri (guitarras y bajo, respectivamente) y
Synne Soprana (voz), todos ellos ex In The Woods..., forman parte de una
alineación que completan el guitarrista Tchort (ex Emperor), Alf Tore Rasmussen
en batería, Vibeke Stene (Tristania) en voz, y Leif en violines, mientras que
Geir Sollied, Atle Dorum y Linn Solaas también se reparten voces en diferentes
temas. Incluso el mismísimo Jan Transit (cantante de In The Woods...) aparece a
modo de invitado, eclipsando con su tono etéreo la ya de por sí surreal
atmósfera de una placa para la antología. La psicodelia emotivamente delirante
de "Omnio" y la densas capas oníricas de "Strange In
Stereo" se entrelazan en una orgía para los sentidos que comprende un
viaje aún más revelador que aquel que el título sugiere. Imposible encontrar
los adjetivos exactos. Se trata de un resplandor dentro de una tormenta cuya
vorágine es un calidoscopio de escalofríos y sensaciones impensadas. Los 17
minutos de “Under Eternal Stars”, majestad suprema en un reino de cristalina
lujuria, inspira panoramas que sólo los aventureros dispuestos a subirse al
lomo de una melodía sin fin sabrán disfrutar. Y el resto de las piezas, las
excepcionales, exuberantes y radiantes piezas, invitan a nuestros oídos a hazañas
semejantes. Imposible, por lo tanto, resistirse. In The Woods… puede haberse
separado, pero gracias a Green Carnation, su legado continúa más vivo que
nunca. Repito: sólo una fuerza angelical puede ser culpada por este milagro.
Nuestras súplicas fueron planteadas a los cielos... Y los cielos escucharon.
Monday, October 24, 2011
More Rare Soundtrack Vinyl Finds...
"Exorcist II: The Heretic" original Warner Bros. US pressing.
"Guns For San Sebastian" original MGM US pressing. This one was still sealed!
"sounds great in STEREO"!
"The Sicilian Clan" original US US pressing.
One of my all-time favorites: "The Big Gundown". Original 1968 US pressing.
Sunday, October 23, 2011
My Cult Soundtracks Vinyl Discoveries
I am an avid soundtrack collector, specially when it comes to obscure, cult and rare Italian 60's and 70's composers such as Bruno Nicolai, Riz Ortolani, Stelvio Cipriani, Piero Piccioni, Goblin, Fabio Frizzi, Luis Bacalov, Piero Umiliani, and many, many others. Ennio Morricone, no longer a "rare" name but a living legend in his own right, is one of my biggest and frequent obsessions. One can simply never have enough Morricone. More "mainstream" composers such as John Williams, John Barry, Basil Poledouris, Danny Elfman and Jerry Goldsmith also figure prominently in my collection.
One of the main reasons why I got back into vinyl was precisely because I thought it'd be fun to hunt-down some of these recordings and find the original pressings. Little did I know that I would soon start finding them for incredibly low prices and in the most unexpected of places. Some of them in mint condition, some irreparably damaged and/or badly scratched, some even still unopened! The pile is now getting bigger, and the load on my Ikea shelf heavier by the week. Yesterday was a particularly rewarding day. I found lots of Morricone original pressings (some of them Italian) at my local Specs, and grabbed all of them without hesitation. I thought it'd be fun to document my "adventures" here, with some visual evidence. Let's start with some Ennio jewels. I'll be adding more images as the collection grows...
"A Fistful Of Dollars", original 1967 RCA pressing.
Both "A Fistful Of Dollars" + "For A Few Dollars More". US RCA 1976 re-release.
"Une Pistola Per Ringo" + "Il Ritorno Di Ringo", original Italian pressing. Year unknown.
"My Name Is Nobody", 1979 Cereberus Records pressing.
"Quemada", 1970 United Artists US release
"La Storia Vera Della Signora Dalle Camelie", Italian pressing. Year unknown.
"Revolver", 2000 Dagored Italian re-release.
Thursday, October 20, 2011
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