Wednesday, October 26, 2011

GREEN CARNATION “Light Of Day, Day Of Darkness” (Prophecy Productions, 2002)



Pocas veces escuché imágenes tan hermosas. Porque “Light Of Day, Day Of Darkness” no es un álbum ordinario, sino una suerte de filme sonoro que despliega sucesiones de paisajes y sentimientos más vinculados a lo cinemático que a lo netamente auditivo. Y la intención es clara incluso en el formato elegido para presentar la obra: un único track de sesenta minutos, sin sub-divisiones ni atajos para acceder con mayor facilidad a algún momento determinado de la placa. Se trata de un todo indisoluble con sus correspondientes “principio, nudo y desenlace”, un fluir progresivo y sumamente natural de melodías que poco a poco adquieren peso y significado dentro de la historia, como personajes cuya importancia en el argumento nos es revelada a medida que la trama avanza y los hilos van siendo atados. Y sólo al final, una hora más tarde, somos testigos atónitos de la memorable criatura que acaba de cobrar forma ante nuestras narices sin que siquiera nos hayamos percatado de su gestación. Imposible utilizar el botón de fast forward, a no ser que la idea sea no tener idea. 

“Light Of Day, Day Of Darkness” (“Luz Del Día, Día De La Oscuridad”) requiere de todo un ritual previo para ser disfrutado correctamente: luces apagadas, sillón cómodo, control remoto fuera de alcance, corazón abierto... y el coraje para ingresar a un territorio inhóspito: aquel ubicado dentro del alma; tan cerca que raramente lo visitamos...

El grupo es responsabilidad del noruego Tchort, ex-bajista de Emperor (luego de la partida de Mortiis) que aquí se desempeña como guitarrista y actualmente también divide su agenda entre Blood Red Throne y Carpathian Forest. Lo acompañan numerosos músicos invitados e integrantes que podríamos considerar como fijos, si bien la formación actual difiere de aquella que grabara el magnífico debut, “Journey Through The End Of The Night”. Los hermanos Christian y Christopher Botteri (de los tristemente disueltos In The Woods...) ya no son de la partida, y justamente allí reside la mayor diferencia entre este trabajo y su predecesor. “Light Of Day, Day Of Darkness” fue compuesto e ideado pura y exclusivamente por Tchort, y las reminiscencias a In The Woods..., tan protagónicas en el álbum debut, hoy le ceden el paso a un sonido más ambiental y etéreo, casi-psicodélico por momentos. La cornucopia resultante posee tanto de Pink Floyd y Candlemass como de insólita originalidad, una conjugación única que suena fresca y gratificante en todo momento. Los también ex-In The Woods... Jan Transit (aquí “Jan Kenneth T.”) y Synne Soprana vuelven a participar como invitados, el primero cantando las estrofas iniciales -más un breve pasaje hacia el nudo de la obra- y la segunda el interludio. La tan publicitada (y explotada) participación previa de Vibeke Stene (de Tristania), en cambio, no se repite, aparentemente por problemas contractuales. Y a diferencia de “Journey Through The End Of The Night”, en donde Transit alternaba voces con Geir Sollied, este segundo ofrecimiento cuenta con un cantante llamado Kjetil Nordhus como principal vocalista. Su registro, en ocasiones intencionalmente “sintetizado”, sorprende de forma negativa durante las primeras escuchas, pero poco a poco descubre su particular encanto hasta convencernos por completo de su aptitud para el puesto. Un coro de niños, un coro estándar, sitar, Hammond B3, esporádicas voces gritadas a cargo de Roger Rasmussen, cuerdas, y otros instrumentos clásicos completan la diversa y exquisita gama sonora de la obra.

Panorámica en su abanico de colores y épica en su excelsitud, la cohesión que “Light Of Day, Day Of Darkness” produce entre sí y el oyente es admirable. Pink Floyd viene a la mente de inmediato, pero el esplendor comienza a ramificarse por recovecos inenarrables mientras los balbuceos alegres de un niño (¿el hijo de Tchort?) y la inconfundible pasión de la garganta de Transit se conjugan  hasta que la obra propiamente dicha da comienzo (00:00 a 03:40). Las guitarras de Tchorth y Bjorn H. irrumpen en un estallido de gloria hasta alcanzar el climax (el primero de los numerosos a lo largo del transcurso de la historia) en un apoteótico frenesí (5:22 a 5:48), acaso el único resabio del black metal como género y de In The Woods... como banda presente en la placa. La excelente calidad de la producción permite diferenciar cada instrumento con suma nitidez a medida que las texturas se entrelazan y la complejidad hace su aparición. Green Carnation excita los sentidos como pocas bandas en la actualidad, los acaricia y rasguña al unísono, desafiándolos y reconfortándolos, como el bellísimo cambio de ritmo y corte de teclados tras la segunda pronunciación del título del álbum (15:25 a 16:20), uno de mis momentos favoritos dentro de sesenta minutos de momentos favoritos.

La ambición es un arma de doble filo, y “Light Of Day, Day Of Darkness” ciertamente es una obra ambiciosa. Pero todo en ella resulta un éxito. Desde el primer albor del día hasta la caída de las sombras. Aunque aquí tales diferencias no se aplican. Porque, en ambos casos, el fulgor es infinito.

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