Momento ideal para ponerme un poco al día con el material que recibí últimamente.
El Lunes llegó a mi buzón, de parte de la siempre generosa gente de Nuclear Blast, el DVD “Used & Abused, In Live We Trust”, de In Flames. Y hoy estuve pegándole una ojeada.
Los suecos son una de esas bandas a las cuales les fui perdiendo el interés a medida que su sonido se iba tornando más y más pegajoso en cada álbum. “Soundtrack To Your Escape” (ver comentario en Maelström número 5) es un disco que me gusta, pero hasta cierto punto. Detrás de todos los coqueteos “modernos” y más allá de los amagues por convertirse en la versión gotemburguense de Korn, In Flames posee un sonido personal y característico, pero es justamente en este último trabajo de estudio (el próximo se espera para dentro de unos pocos meses) donde el quinteto relegó parte de su encanto en favor de una producción mucho más coetánea y una propuesta acaso demasiado pegadiza y, como dicen acá, radio-friendly. En otras palabras, yo soy de los que se quedan toda la vida con cosas como “Whoracle” o “The Jester Race”, pero de todas formas sigo disfrutando a la banda, aunque ya no con el mismo entusiasmo o interés.
“Used & Abused, In Live We Trust” consta de dos DVD´s, uno con material en vivo y otro con video-clips, cosas al estilo “detrás de escena” y tres temas registrados durante una prueba de sonido. A este segundo disco apenas le pegué una mirada por arriba.
Los shows del primer disco son dos: uno en el antológico Hammersmith de Londres (sí, ése que inmortalizara Iron Maiden más de veinte años atrás, e incluso acá Anders Friden se da el gusto de gritar “scream for me”), y el segundo titulado “Live At Sticky Fingers”, mientras que dos temas de la gira de “Soundtrack To Your Escape” presentados en un tercer segmento redondean el paquete. En total, el primer DVD dura unas dos horas y media.
Lo primero que llama la atención es la repetición de estructuras. Ya todos sabemos que In Flames es una banda que básicamente se dedica a interpretar tres o cuatro canciones con diferentes intensidades y leves variaciones de las mismas melodías una y otra vez, pero al ser desenvueltas una atrás de la otra, y casi sin pausa, el detalle salta aún más a los oídos, sobre todo cuando varios de los temas se repiten constantemente entre los tres segmentos. Por momentos, confieso que agradecí el tener un control remoto a mi lado que me diera la opción de apretar “siguiente”.
El segundo detalle es que durante el show principal del DVD, “Live At Sticky Fingers”, el audio está considerablemente fuera de sincronismo con la pista de video, al menos en mi copia (Zona 0, NTSC). Por ejemplo, se lo puede ver a Friden soltando el micrófono o alejándolo de su cara al mismo tiempo que su voz continúa escuchándose. La calidad de imagen, por su parte, pretende emular un look cinematográfico, pero el resultado francamente no es bueno. Hacia el final del show apenas se pueden divisar a los músicos entre las manchas de colores. Y curiosamente es en este show, que dura una hora y media, en el cual la banda se desenvuelve sobre un escenario diminuto. Los otros shows, que acá figuran cortados, hubiesen ofrecido una alternativa más interesante desde el punto de vista visual. Así como están las cosas, a los 25 minutos uno francamente se aburre de ver siempre las mismas tomas.
Otro detalle: “Live At Sticky Fingers” se divide a su vez en dos partes. En la primera los suecos interpretan “Soundtrack To Your Escape” entero (¿hacía falta?), y en la segunda se despachan con cosas más viejas, incluidas joyitas como “Moonshield”, “Jotun” o “Colony”. Esta segunda mitad sí que la vi toda entera.
El booklet está bastante lindo, también, e incluye todas las letras y un breve texto introductorio de parte de Friden. Y hablando del cantante, sorprende el contraste de su performance entre los diferentes shows. Por momentos es una máquina infalible y hace que las canciones suenen idénticas a las versiones originales, pero a veces desafina olímpicamente y pierde fuerzas de forma inmediata. Serán esos saltitos ridículos que pega siempre en “Only For The Week”... Vaya uno a saber. Pero algo definitivamente no termina de cerrar en la parte sonora. Podría jurar que alguien metió mano para arreglar unos cuantos detalles y, sobre todo, ocultar otros...
Sea como sea, si sos fana del grupo, el DVD vale la pena.
Ahora a ver el segundo disco... mientras me dure la luz y los vientos sigan bajos.
No comments:
Post a Comment