Tuesday, August 09, 2011

Entrevista: IN THE WOODS... - Luz Del Día, Día De Oscuridad (parte 1)

(reportaje publicado originalmente en la revista Maelstrom en 2004)

Algunas bandas son irrepetibles.
Lo importante es darse cuenta de ello antes de que llegue el fin.
Y disfrutarlas al máximo.
In The Woods… es una maravilla noruega que ya no existe,
pero su legado vive hoy más que nunca.
Y si llegaste tarde, valga esta extensa nota a modo de homenaje.
Ellos se lo merecen.


Todos tenemos debilidades. In The Woods... es una de las mías, y entrevistarlos a fondo para tratar de comprender el por qué de su sortilegio, de su fluir etéreo e inclasificable, siempre me significó un designio imperativo. Muchas veces uno utiliza la frase “una banda única” más como muletilla que como reflejo verídico de la realidad, pero en este caso la verdad no se veía exagerada. Teniendo en cuenta las escasas declaraciones que la banda emitió durante sus aún más escasos años de actividad (sin mencionar su negación casi absoluta a ser fotografiados, lo cual explica la escasez de material visual de esta nota), las dudas eran innumerables. Y yo, al menos, siempre quise respuestas. Aclaraciones. Anécdotas. Nombres y fechas. Lista de bandas paralelas (algo que ni ellos mismos supieron compilar fidedignamente). Tal era mi obsesión. O mi amor incondicional. Pero ellos estaban, al fin y al cabo, separados. “liveatthecaledonienhall” proporcionó la excusa necesaria, la chispa furtiva que desencadenó nuevamente el ímpetu de divinidad y conmoción que In The Woods... ofrecía en sus obras. Demorado por casi dos años, este álbum en vivo doble actúa a modo de despedida oficial y comienzo de una nueva era para sus ex-integrantes, cada uno de ellos ocupados en una innumerable ola de nuevos proyectos. 

El siguiente reportaje fue llevado a cabo -y disfrutado de principio a fin- durante un período de más de cuatro meses en el que Jan Transit (voz), los hermanos Christian y Christopher Botteri (guitarra y bajo, respectivamente), y yo intercambiamos un sinfín de e-mails de entre los cuales lógicamente hubo que seleccionar los más relevantes e interesantes (aunque, lo reconozco, la idea de dedicar un número exclusivamente a In The Woods... se cruzó por mi -enferma- cabeza). Las preguntas iban, las respuestas venían, y el diálogo virtual se tornaba cada semana más interesante a medida que todos comenzábamos a “soltarnos” un poco más. Jan, siempre dispuesto a satirizar las cuestiones más serias y atento y cordial como pocos, respondió la mayor parte del cuestionario desde un instituto para enfermos mentales en el que trabaja como guardia todas las noches (“no tengo una PC en mi casa, así que tengo que esperar a ir a trabajar... Es bastante tranquilo... Casi nunca pasa nada y tengo tiempo de revisar los mensajes y conversar con gente como vos”), mientras que ambos Botteri optaron por responder “en estéreo” (y por lo tanto figuran en el texto estrictamente como “Botteri”) y a través de su otro hermano (y manager), Richard, a modo de intermediario, salvo en contados casos (en los que sus nombres son debidamente diferenciados). Esta despersonalización jugó, de alguna forma, en contra de sus declaraciones, por lo que a la hora de economizar espacio las palabras de Jan siempre resultaron priorizadas. Otra inusitada curiosidad resultó ser la inamovible decisión por parte de Botteri y Botteri de “no responder ninguna pregunta relacionada con Green Carnation”. Aparentemente, los hermanos y Tchort, guitarrista y cerebro detrás de esta otra maravilla noruega, no comparten actualmente la mejor de las relaciones. Alguna vez los miembros de In The Woods... atravesaron el mismo inconveniente y la semilla de la discordia resultó vencedora, privándonos finalmente de un sueño hecho realidad del cual, como ocurre con todos los sueños, hubo que despertar...


EPITAFIO
- ¿Por qué fue exactamente que decidieron ponerle punto final a In The Woods…?
- Jan Transit: Todo empezó en el ‘99. Por aquel entonces yo tenía en mente hacer un viaje de varios meses por América Latina, y justo antes de irme habíamos terminado de grabar algunas cosas para “Three Times Seven On A Pilgrimage” (N. del R.: disco que compila los tres 7” editados anteriormente por el grupo, más algunas rarezas). Me acuerdo de que ya en esa época estaba bastante podrido de todo el asunto. Teníamos muchas peleas entre los miembros del grupo y había como una atmósfera de competencia, paranoia y rivalidad constante. Demasiados problemas internos, en otras palabras, y la mayoría de ellos eran producto de la paranoia en lugar de cuestiones reales. Así que le dije al resto que me iba por unos cuantos meses y que si la banda iba a continuar yo probablemente lo iba a pensar dos veces antes de aceptar seguir con ellos. Básicamente no estaba dispuesto a seguir de la misma forma y grabar otro disco de estudio en esas condiciones. El resto entendió mis motivos hasta cierto punto, pero en el fondo se creyeron que simplemente necesitaba un poco de tiempo como para tomarme un descanso antes de ponernos a trabajar en el cuarto álbum todos juntos. Al final acordamos juntarnos nuevamente cuando yo regresara para seguir discutiendo las cosas. Un año más tarde yo ya tenía todo bien claro y mis sentimientos no dejaban lugar para las dudas: Había que separar caminos. Al poco tiempo lo charlé con Christian (Botteri), que era el guitarrista y uno de los “cerebros” del grupo, y por suerte él pensaba lo mismo que yo, así que al fin de cuentas la separación no fue tan difícil… Esto suena raro, pero fue así de simple. Yo estaba insatisfecho y dubitativo, y cuando escuché que Christian se sentía igual fue como una suerte de alivio. Por eso no tenía sentido seguir con el grupo.
- Botteri: Pero todos los rumores y chismes que escuchaste sobre la separación del grupo son falsos. Si bien es cierto que tuvimos muchos conflictos personales e internos, In The Woods… fue un conjunto de gente muy afín. Los músicos que pasaron por el grupo hoy somos como una gran familia de buenos amigos. En mi caso particular, decidí irme por razones personales que no pretendo explicar. Algunos “secretos” tienen que quedar dentro de la familia... Es algo personal, pero nada más. Eso es todo.
- Supongo que es cierto que “todo lo bueno se termina pronto”, pero tengo que confesar que a mí la noticia de la separación me cayó como balde de agua fría. Creo que a todos los seguidores del grupo les pasó lo mismo. Al menos desde afuera daba la sensación de que estaban atravesando una etapa muy fructífera. Recuerdo que tras la salida de “Three Times Seven On A Pilgrimage” ya se hablaba de un cuarto disco de estudio… Evidentemente, lo que se veía de afuera y lo que pasaba realmente adentro eran dos cosas bien distintas…
- Jan: Sí, tal cual. De hecho, para cuando nos separamos de manera definitiva ya teníamos material como para llenar dos discos de estudio. Varios de esos temas realmente eran interesantes y hubiesen elevado el sonido de In The Woods… unos cuantos escalones.
- B: Lo que dice Jan sobre el tener material listo como para dos discos es muy cierto. Por eso quiero volver a aclarar que la separación del grupo no se debió en lo absoluto a falta de ideas ni nada por el estilo. Como vos decías, estábamos atravesando un período musical muy fructífero, hasta que irrumpieron los problemas personales.
- Jan: Pero lo que pasó era inevitable. Un amigo mío dijo una cosa muy cierta e inteligente al respecto: casi ninguna banda consigue re-inventarse después del tercer disco. Uno crea una banda, desarrolla algunas ideas interesantes y graba material original e innovador durante los primeros años. Después de eso todo es repetición y estancamiento… Y yo creo que esa frase es muy cierta.
- B: Jan siempre usa la palabra “paranoia” para explicar la separación del grupo. Desde nuestro punto de vista eso no tuvo nada que ver. Es una pavada. El problema es que ninguno de nosotros nunca se preocupó realmente por el otro en esa época. Si nos hubiésemos ayudado mutuamente un poco más la banda seguiría viva hoy por hoy. Pero eso fue ayer. Ya es hora de seguir adelante y pasar a otra cosa.
- ¿Cómo surge la idea de un álbum en vivo a modo de “despedida”? En su lugar, ¿por qué no editaron ese material nuevo del que hablaban recién?
- Jan: Christian y yo básicamente arribamos a la misma conclusión… Casi podés decir que “concluimos en estéreo”… ¡Ja! La idea siempre fue terminar la cosa con dignidad y de una forma decente. De ahí viene lo de organizar un show final extenso, grandioso y dedicado especialmente a aquella gente que nos siguió a lo largo de todos estos años. Es más, al principio la idea era que el show fuese gratis. No queríamos cobrar entrada porque nos parecía una falta de respeto para con los fans. Pero después bajamos a la realidad y nos dimos cuenta de que organizar un evento con estas características no era barato. Al final terminamos perdiendo plata nosotros…  Otra idea era tocar fuera de Noruega, pero todos nuestros equipos están acá y moverlos hubiese implicado aún más plata. Además, el lugar donde todos vivimos, Kristiansand, está conectado a Europa continental y también al Reino Unido vía ferry, lo que hacía más fácil la llegada de la gente. La grabación del evento la hizo el dueño de los estudios Jailhouse, que es donde grabamos casi todos nuestros discos, y el resultado superó ampliamente nuestras expectativas, así que pensamos que sería una linda forma de despedirnos y al mismo tiempo permitirle disfrutar del show a la gente que no pudo estar ahí.
- Pero la edición del disco se venía anunciando desde hace casi dos años. El show en sí se llevó a cabo el 29 de Diciembre del 2000. ¿Qué fue lo que retrasó todo?
- Jan: Cuando decidimos terminar con el grupo, Christian y yo también estábamos barajando la posibilidad de formar nuestro propio sello discográfico. Yo ya tenía esa idea en mente desde hacia rato, pero por una u otra cosa nunca pude concretar nada. Cuando el tema volvió a surgir el objetivo era abrir una suerte de “canal” a través del cual editar material de todos los ex-In The Woods… y también cosas de otros artistas locales muy buenos que nadie conoce porque nadie se molesta en hacerles un contrato. Yo siempre digo que en Kristiansand hay una escena extraordinaria de músicos realmente muy buenos, pero nadie tiene las bolas como para difundirlos o hacer algo al respecto. Pero mi idea era también llevar esto adelante de manera colectiva, entre todos, como una suerte de organización. Al final, los meses pasaron y yo no veía entusiasmo de parte de nadie. Le pregunté al resto si todavía estaban interesados en la idea y sus respuestas confirmaron mis sospechas: si quería que la cosa se pusiera en marcha iba a tener que hacerme cargo yo mismo sin la ayuda de nadie. Y a esto se le sumó la mezcla y masterización del disco en vivo que ya llevaba meses de haber sido grabado. Y después más problemas de índole personal, problemas con los distribuidores, etc, etc. Todo eso hizo que casi pasaran dos años, pero ahora finalmente el disco está en la calle.
- Hablemos sobre el show en sí. Varios amigos y yo estuvimos a punto de comprar pasajes para Noruega, pero al final la lógica nos jugó en contra. No obstante, tengo entendido que entre el público había gente de toda Europa y América…
- Jan: Si, fue “una noche para el recuerdo”, como suelen decir. Y lo fue de muchas formas diferentes. En total creo que hubo unas 500 personas en el Caledonien Hall y el show duró unas tres horas. Todos en la banda estaban excitadísimos. Había gente de Alemania, Inglaterra, Dinamarca, Francia, Grecia, Australia, Polonia, Perú, Holanda, Estados Unidos… y al parecer todos la pasaron muy bien. Al show lo dividimos en dos partes, con un intervalo de media hora. La primera parte comprendió la mayoría del material viejo y casi todo “Omnio”, y la segunda el resto de “Omnio” más las cosas nuevas y varios temas inéditos y algunas rarezas. La edición en CD del show refleja muy bien todo esto. Cada CD comprende una mitad y sólo tuvimos que sacar unas pocas canciones por una cuestión de espacio. Todos en la banda pensamos que fue el mejor recital que dimos en nuestras vidas. A nivel personal, decir “adiós” fue una mezcla muy rara de emociones. Por un lado estaba feliz de dejar al grupo atrás, y por el otro me resultaba imposible no abrirle la puerta a la melancolía…
- B: Fue un concierto genial. La atmósfera fue increíble y la gente nos recibió muy bien. Fue raro decir adiós, y de hecho varios miembros del grupo no querían que la cosa terminara ahí. Pero no nos metamos en ese tema…




DEJAD QUE SE HAGA LA LUZ
- ¿Por qué optaron por darle al grupo un aura de misterio y ocultar sus verdaderos nombres, o al menos alterarlos constantemente? En todas las pocas sesiones de fotos que realizaron siempre se esmeraron también en disfrazar la “cara” de cada uno de ustedes…
- Jan: Eso es algo que nos propusimos desde el principio. Al fin de cuentas somos músicos y lo importante es nuestra música, no nuestras caras o la forma en la que nos vestimos. Queríamos dejar en claro eso. Todos crecimos escuchando cosas de los ‘80, y nos cansamos de tanta exposición, tanto maquillaje y parafernalia… Estábamos hartos de expresiones como “cool” o “hip” o “urbano” o “glam” o lo que sea. Queríamos algo diferente y no nos interesaban las fotos ni cualquier otra clase de “externalización” gráfica. Tal vez sean nuestros cuerpos lo que interpretan y “materializan” nuestra música, pero aquello que crea y compone todo es sin dudas nuestra mente colectiva. Y es muy difícil representar algo tan abstracto y misterioso con una mera sesión fotográfica.
- ¿Pero cuáles son sus nombres reales? Mi intención no es “arruinar la magia”, sino tratar de comprender “quién es quién” y “quién toca qué”, teniendo en cuenta que en varias oportunidades todos ustedes usaron pseudónimos diferentes y la formación del grupo no fue la misma en cada disco…
- Jan: Ok, ponéte cómodo. Todo empezó en el ‘92. Éramos un quinteto en esa época: Christian Botteri (también conocido como “X-Botteri” o simplemente “Chris”) y Oddvar Moi (“Oddvar a:m”) en guitarras, Anders Kobro (“Kobro”) en batería, Christopher Botteri (“C.M. Botteri”, hermano gemelo de Christian) al bajo, y yo, Jan Kenneth Transeth (“Jan Transit”, “Janki”, Transitjan”, etc.) en voces. Después de la grabación del debut se fue Christian y se nos unió Bjorn Harstad (“Bjorn Berserk”) en guitarras. Más tarde se presentó la oportunidad de dar nuestro primer show en vivo, así que queríamos contar con alguien que pudiera encargarse de las voces femeninas de forma decente y al mismo tiempo pasar a ser un miembro más del grupo. Ahí conocimos a Synne Larsen (“Synne Soprana”), que estuvo con nosotros hasta el final. En 1995 Christian me llama un día a casa y me dice que tuvo una idea para una canción muy épica y extensa, explicándome que la única forma de llevar adelante la idea era si él se unía de nuevo al grupo, al menos temporariamente, como para poder trabajar la canción entre todos. Acordáte de que él se había ido después del primer disco, y si bien la banda estaba componiendo bastante material sin mayores problemas, de alguna forma su ausencia se podía sentir constantemente. Al final nos volvimos a juntar y empezamos a trabajar en la canción, pero una cosa llevó a la otra y en muy poco tiempo ya teníamos la totalidad de “Omnio” (el disco) en nuestras manos. Todo fue compuesto, arreglado y grabado en un año, y la canción de la que te hablaba antes era “Omnio?”, que tiene tres partes y dura casi media hora. El disco salió en el ‘97, y después de algunos shows en Alemania durante el verano, Bjorn decidió irse. Oddvar también sintió que necesitaba un descanso, porque las cosas ya empezaban a ir mal entre nosotros y era mejor alejarse antes de que la situación empeorara. En ese entonces estábamos ensayando en el mismo lugar que otra banda, Drawn, y uno de sus guitarristas, Christer Cederberg (“Cedermountain” o “Chrisand”), nos llamó mucho la atención, y pensamos que él era la única persona que podía reemplazar a Oddvar y Bjorn de manera exitosa. Al final Christer se nos unió antes de comenzar las sesiones de “Strange In Stereo”, y esa formación (Christian y Christer en guitarras, Synne y tu humilde servidor en voces, Anders tras los parches y Christopher al bajo) se mantuvo hasta el final de la banda. Por otra parte, en el 2000 nos invitaron a un festival en Los Angeles, pero Christian y Christopher no quisieron ir, así que el bajo terminó tocándolo un viejo amigo del grupo llamado Stein. A Los Angeles fuimos entonces Stein, Anders, Synne, Oddvar, Christer, Bjorn -que se nos volvió a unir para ese show- y yo. Para el show despedida en el Caledonien Hall volvieron Christian y Christopher, así que sobre el escenario desfilaron un total de nueve personas aquella noche. Todos los miembros del grupo, pasados o presentes, participaron de una u otra forma.
- ¿Jan, cómo surge tu participación en los discos de “Drawn”?
- Jan: Básicamente me lo propusieron ellos y yo acepté. Como te contaba antes, ambas bandas compartíamos sala de ensayo en aquella época y pagábamos los costos a medias. Christer pasó a convertirse en miembro estable nuestro y yo les di una mano a ellos cantando en un par de canciones. Pero nunca fui un miembro estable de Drawn. Lo mismo pasó con Green Carnation. Un día me pidieron que vaya al estudio y cantara unas partes. Fui, lo hice y me volví a casa. Eso fue todo.


- Aclaráme una duda. Muchas fuentes citan a Green Carnation como la banda que “engendró” a In The Woods…, y muchos de los miembros que más tarde formarían In The Woods… tocaron en Green Carnation junto con Tchort, que después se convertiría en bajista de Emperor en reemplazo de Mortiis. Pero el resto de ustedes, menos Tchort, decidieron seguir juntos y formaron In The Woods… ¿Me equivoco? Por favor explicáme un poco todo el asunto… ¿Quién tocó dónde y de qué años estamos hablando?
- Jan: Si mal no recuerdo, Green Carnation se formó en 1989. Anders tocaba la batería, Christian y Tchort las guitarras, Christopher el bajo y un tipo llamado Richard era el vocalista. Tocaban un death metal muy precario, y creo que editaron un demo en el ‘90 o el ‘91 llamado “Hallucinations Of Despair” (N. del R.: planeado para ser re-grabado este año por la actual formación de Green Carnation). Después se separaron, Anders y los gemelos Botteri (Christian y Christopher) se fueron por un lado, Tchort se fue por el suyo, y Richard hizo otro tanto. Al poco tiempo Oddvar y yo nos unimos a los Botteri y a Anders, y juntos formamos In The Woods… al final del ‘92.
- Lo que me sorprendió de todo esto es que nunca antes había escuchado hablar de Green Carnation ni sabía que In The Woods… era una suerte de “continuación” de aquel proyecto. Por supuesto que en los últimos años Green Carnation pasó a convertirse en una de las bandas contemporáneas más interesantes del género, pero me refiero a comienzos de los ‘90, cuando editaron su primer demo. Yo coleccionaba todo tipo de fanzines en aquella época y jamás vi el nombre “Green Carnation” en ningún lado. El de “In The Woods…”, por otra parte, me llamó la atención la primera vez que se cruzó por mi vista, allá por el ‘93…
- Jan: Comprendo lo que decís. En Kristiansand uno de los problemas fundamentales es que todas las bandas se conocen, todos tocan con todos, y todos se confunden constantemente a la hora de identificar los nombres de cada uno. Pero lo peor es que nadie se mueve, nadie se encarga de promover o difundir a las bandas. El caso de ciudades como Oslo o Bergen, por ejemplo, es totalmente diferente. Las bandas de esas zonas siempre fueron muy buenas a la hora de salir de Noruega y darse a conocer. No me sorprende que no hayas escuchado hablar de Green Carnation en esa época. Cuando formamos In The Woods… les dije al resto de los miembros que si no hacíamos las cosas en serio no contaran conmigo. Lo que yo quería era lograr una identidad internacional y no dormirme en los laureles… Y que yo sepa, In The Woods… fue la primera banda de Kristiansand que se dio a conocer fuera de Noruega. Después vinieron muchas más.
- Green Carnation entonces se separa e In The Woods… cobra vida. ¿Cómo recordás aquella época?
- Jan: Oddvar y yo solíamos tocar en una banda llamada Innhalator (“Inhalador”)… aunque ninguno de nosotros tenía síntomas asmáticos… ¡Ja! Las cosas no iban para ningún lado y los dos queríamos hacer algo más osado y extremo. Ya conocía a los gemelos Botteri desde hacía varios años y además jugábamos juntos en el mismo equipo de fútbol, así que nos pusimos en contacto. A Anders lo conocía de haberlo visto varias veces. Todos se conocen con todos en este lugar. Al parecer los cinco estábamos tras los mismos objetivos musicales, así que nos juntamos para varios ensayos como para ver qué salía de todo eso. El resto, como dicen, es historia.
- ¿Exactamente en cuántas bandas estuvieron o están involucrados?
- Jan: Bueno, la lista completa es bastante extensa… Dejáme ver… Naervaer, Stille Oppror, Green Carnation, Drawn, X-Botteri, Christopher Sun, soXpan, Plutho, Transit, Animal Alpha, Carpathian Forest, Java Junkies, Agent Call, Cirkus Gilmour, Black Bone Chapel, Innhalator, y otras que honestamente no recuerdo en estos momentos… Mi primera banda se llamaba Empire, y tenía unos ocho años al momento de formarla.
- Pregunta estúpida: ¿por qué el nombre “In The Woods…” (“En Los Bosques…”)? En la “época black metal” del primer disco tenía de alguna forma sentido, pero de “Omnio” en adelante nunca pude encontrar una conexión entre el estilo que practicaban y aquel nombre…
- Jan: La idea era bautizarnos con un nombre que estuviese abierto a la interpretación de cada uno y que no nos limitara a un género en particular. Un día estaba de visita en la casa de Anders y vi una revista que incluía una nota a Bathory. El título de la nota era “Bathory – Still In The Woods” (“Bathory – Todavía En Los Bosques”). Todos éramos ultra-fanáticos de Bathory, así que ni bien propuse la idea el resto estuvo de acuerdo.
- ¿Y por qué los tres puntos suspensivos al final del nombre?
- Jan: Representan algo que no tiene final, algo que nunca termina o nunca deja de cambiar o crecer. Nuestro propio sello discográfico, Karmakosmetix Records, se iba a llamar originalmente “In The Woods… Records”, pero al final la idea nos pareció un poco tonta. 

(continuará...)

1 comment:

Anonymous said...

Mil gracias por esta nota Esteban, te pasaste, un abrazo