Tuesday, September 13, 2011

EM SINFONÍA “Intimate Portrait” (HammerHeart Records, 2000)


Todos los ingredientes de “Intimate Portrait” lo confunden como un álbum perteneciente a otra época. Una en la cual las voces femeninas representaban la excepción y no la regla, los contrapuntos guturales invocaban profundidades abismales, casi subsónicas, en lugar de elevarse en alaridos punzantes, y las melodías y estructuras compositivas aún transmitían una ingenuidad que no obstante ocasionaba momentos de pura, simple y conmovedora magia. En efecto, este debut de larga duración (únicamente precedido por el Mini-Cd “In Mourning´s Symphony”) irradia una atmósfera que se respiraba frecuentemente a comienzos de los '90, y hoy se encuentra, de alguna forma, contaminada. Las referencias, por lo tanto, son múltiples y reconfortantes, detonando constantemente recuerdos de otros tiempos -mejores o peores, según se los vea- hasta producir un verdadero festín de melancolía de doble vía: una la generada por la propia música, y la otra aquella que nuestra memoria responde instintivamente. 

Paradise Lost y “Shades Of God”, Celestial Season y “Solar Lovers” (si bien el violín no es aquí un elemento predominante), Anathema y “Serenades”, The Gathering y “Always...”, y Theatre Of Tragedy y “Velvet Darkness They Fear” (¡ni siquiera se privaron de los samplers con frases de Vincent Price!), vienen a la mente a medida que los temas se suceden. En otras palabras, “Intimate Portrait” basa su existencia en la mismísima época dorada del doom metal, una época que derivaría en muchos de los géneros y sub-géneros hoy predominantes. Incluso la precaria producción funciona como un detalle más -intencional o no- de este fantástico compendio de virtudes pasadas. Y en lo que a calidad sonora respecta, sorprende la decisión de haber masterizado el álbum utilizando el proceso HDCD (“High Definition CD”, un método que le otorga al producto final una mayor fidelidad), cuando este tipo de lujos le son concedidos a bandas del tamaño de Megadeth (en “Cryptic Writings”, por ejemplo) y sus consecuentes presupuestos de cinco cifras. Las ventajas que dicha técnica pudo otorgar no son perceptibles merced a las evidentes limitaciones de la grabación original, haciendo de la mera idea de llevar adelante tal excentricidad una ridiculez. Por otra parte, la inclusión de un estupendo cover de “Revelations”, de Iron Maiden, es un aderezo tan inusual como bienvenido. Aunque puede que el encontrar las similitudes anteriormente mencionadas sea un delirio exclusivamente mío... prueba irrefutable de que me estoy poniendo viejo.

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