Thursday, September 15, 2011

SIRIUS “Spectral Transition – Dimension Sirius” (Nocturnal Art Productions, 2001)


Nocturnal Art Productions es al metal extremo lo que H. P. Lovecraft fue a la literatura universal. Adentrarse en la “dimensión de Sirius” prácticamente equivale a tomar un curso de cartografía estelar y trasladarlo a un pentagrama hasta producir una suerte de metamorfosis cósmico/musical. El sello propiedad de Samoth (guitarrista de Emperor) de alguna forma resultó la cuna de agrupaciones con propuestas similares (Tidfall, Odium, y, fundamentalmente, Limbonic Art), que, coincidencia o no, desarrollaron un estilo en el que el black metal ultra-técnico es combinado con intrincadas capas sinfónicas que le otorgan al resultado final un sabor marcadamente onírico. La atmósfera no es generada aquí por la rusticidad de guitarras y baterías indescifrables en su orgiástico frenesí y producción intencionalmente pésima, sino por una intensa labor de teclados que parecieran dibujar constantemente paisajes imaginarios de indescifrable belleza, y un sonido tan cristalino como contundente. Los tracks se suceden y uno se va topando con “campos magnéticos desolados”, “líneas de tiempo paradójicas”, “quantums dimensionales”, y demás experiencias astrales cuyo realismo se torna, por momentos, sorprendentemente tangible. Este segundo ofrecimiento de Sirius, no obstante, permite descubrir, como el título mismo indica, toda una nueva dimensión dentro del “black metal cósmico”. La ya habitual majestuosidad surrealista fue notoriamente violentada, el vértigo llevado al límite, y la oscuridad incluso más ennegrecida. Consecuencia: una aproximación menos grandilocuente y más brutal a la fórmula de antaño. Sirius suena hoy más a Zyklon (curiosamente, la otra agrupación de Samoth) que a Limbonic Art; y si bien se percibe una evolución que abarca todos los rubros, la falta de personalidad vuelve a jugarles en contra. Es más, varios miembros de Zyklon aparecen a modo de invitados especiales, tornado las similitudes obvias y la despersonalización aún más peligrosa. De hecho, una de las instancias más logradas del álbum es el fantástico cover de “The Majesty Of The Nightsky” (de Emperor, verdaderos pioneros en materia de horrores galácticos), aunque todas las piezas poseen su cuota de interés al escrutinarse adecuadamente las múltiples aristas de furia, velocidad, y más furia. Igualmente, tanta brutalidad es justificable. Después de todo, para que salgan las estrellas primero tiene que caer la noche.

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