Friday, September 09, 2011

PECCATUM “Lost In Reverie” (Mnemosyne Productions, 2004)


Peccatum: un dúo de amantes en procreación constante. Y lo engendrado confunde. Desorienta. “Lost In Reverie”, tercer larga duración de este talentoso matrimonio noruego (Ihriel & Ihsahn, este último cerebro detrás de Emperor), presenta un título que hace juego con su contenido: ambiguo, sugerente, incorpóreo... “Reverie” se podría traducir de múltiples formas, incluyendo “ensueño”, “encantamiento”, “arrebatamiento”, o “fantasía”. El álbum “se pierde en...” todas las acepciones del término al unísono, conformando una obra híbrida y desprejuiciada, incluso para los bizarros estándares que el grupo sentara en “Strangling From Within” (1999) y “Amor Fati” (2001). Al igual que los resultados, los ingredientes de “Lost In Reverie”  son acentuadamente mixtos: desde la autonomía rítmica del jazz al caos descarrilado del black metal (“Parasite My Heart” y “Black Star” parecieran haber provenido de “Prometheus, The Discipline Of Fire And Demise” -2001-, último álbum de Emperor), y desde las superficies seductoras y brillantes de la electrónica post-Ulver a lo asfixiante y angustioso del ambient más dogmático. Todo es elástico y maleable en las manos de Peccatum, el miedo a hacer el ridículo no existe (Ihsahn expone despreocupadamente sus límites como vocalista en los coros de “In The Bodiless Heart” o la sección intermedia de “Black Star”, mientras que Ihriel gimotea, suspira, aúlla, suplica y recita, según la ocasión) y de lo irritante a lo sublime hay meros segundos de distancia. Pero “todo es triste, deliciosamente triste, y el mundo se apega a la pena”, como reza “Desolate Ever After”, o como sugiere la hermosa melodía de piano de “The Banks Of This River Is Night”. Porque si bien las emociones son numerosas y multiformes, la protagonista pareciera ser la melancolía, románticamente trágica y serena, como adelanta el arte de tapa.

Peccatum no es una banda fácil de digerir ni mucho menos de comprender. Analizando las letras o descifrando la estructura de las canciones uno experimenta la sensación de que el ingrediente clave del asunto está faltando y la solución reside exclusivamente en el seno familiar del grupo, como si la idea fuese justamente presentar al rompecabeza pero quedarse con un puñado de importantes piezas en el bolsillo. Y por eso “Lost In Reverie” fascina y desconcierta. La percusión (mayormente real) a cargo de Knut Aalefjaer (que ya había participado junto a Ihriel en el debut de su proyecto Star Of Ash) dota al álbum de similares características: su estilo jazzero y espontáneo confunde a los oídos mientras el delicado fluir de las sensaciones los seduce aún más. El eslabón débil es la artificialidad un tanto anémica del sonido, sobre todo el de las guitarras y algunas intervenciones de lo que parecieran ser los mismos sintetizadores utilizados en los dos últimos trabajos de Emperor, pero al fin y al cabo en las latitudes disyuntivas de Peccatum lo convencional nunca fue bienvenido. La idea era “perderse”. Y sin dudas lo lograron. Encontrar la salida no tiene importancia. 

No comments: