Monday, September 19, 2011

Entrevista: DIMMU BORGIR - Al Sur Del Paraíso

(reportaje originalmente publicado en la revista Grinder, edición argentina, en el marco de la gira de "Puritanical Euphoric Misanthropia" en 2002)

Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma tiene indefectiblemente que ir a la montaña. Circunstancias de la vida que no vienen al caso me llevaron al Gran País Del Norte (me refiero a Estados Unidos, no a Noruega), y la casualidad se encargó de combinar mi estadía con la actual gira norteamericana del grupo. El encuentro se produjo en Fort Lauderdale, a unos 40 km. de Miami. Y ni los 30 grados de calor pudieron hacerle frente 
a la misantropía invernal desatada aquella noche...



Olvídense de las estupendas fotos que pueden verse en el booklet de “Puritanical Euphoric Misanthropia”. Los miembros de Dimmu Borgir, sin maquillaje ni marketing parafernálico a cuestas, no se parecen en nada al horror orgiástico que pretenden plasmar en celuloide. Cuando Shagrath me da la mano no sólo me sorprenden su amabilidad y educación, sino que directamente me resulta imposible reconocerlo. Anteojos de sol a modo de bincha, mochila a medio llenar y con cierre abierto estilo alumno de cuarto año, y una cara de púber quinceañero que de tan inofensiva mete miedo. Menos mal que tanto la mochila, los anteojos y el resto de su vestimenta no transgredían el riguroso negro que la ley señala como obligatorio. De lo contrario, cuando el manager de la banda se encargó de presentarme en sociedad no le hubiera creído ni una sola palabra. Salvo por una colorida colección de tatuajes que recorren la totalidad de sus (pálidos y delgados) brazos, el cantante de la agrupación más popular del black metal contemporáneo pasaba totalmente desapercibido entre las cincuenta o sesenta personas que aguardaban tranquilamente en la boletería para comprar sus entradas. 

“¿Viniste desde Argentina sólo para vernos?”, me pregunta medio sorprendido y medio acostumbrado a hazañas similares. “Sí, claro”, miento yo utilizando los mismos recursos diplomáticos. “Silenoz, este es Esteban. Vino desde Argentina y quiere hacerte una nota”. Me doy vuelta para estrechar manos con el guitarrista y mi primera impresión vuelve a ser de sorpresa. Silenoz había estado a mi lado todo el tiempo y yo ni enterado. “Eeehhhh... Perdón, no te reconocí sin el maquillaje”.... No hay problema, por su puesto. A juzgar por el resto de los presentes, no fui el único... 

- Me sorprendió que para este nuevo álbum no hayan vuelto a trabajar con Peter (Tägtgren) como productor. ¿Cómo se decidieron por Fredrik (Nordström)? 
- Decidimos cambiar de productor básicamente porque Peter no podía obtener el sonido exacto que nosotros buscábamos. Y con esto no quiero decir que antes tuvimos un mal sonido o una mala producción, por que ese no fue el caso. Lo que pasa es que para esta oportunidad simplemente queríamos un sonido mucho más directo y certero. Me refiero al tipo de sonido de discos como “Slaughter Of The Soul”, de At The Gates. Algo bien agresivo... Y ese es un disco que produjo Fredrik. Sabíamos que Peter no iba a poder sacar esa clase de sonido, así que decidimos hacer un cambio y buscar a alguien que sí pudiera hacerlo. 
- En lo que a sonido y producción respecta, yo pienso que “Enthrone Darkness Triumphant” no permite grandes objeciones. Sin embargo, no creo que pueda decirse lo mismo sobre “Spiritual Black Dimensions”... 
- Totalmente. Estoy de acuerdo. El sonido de “Enthrone Darkness Triumphant” es cristalino y poderoso. Podés escuchar y distinguir cada instrumento y cada arreglo. En cambio, el sonido de “Spiritual Black Dimensions” es mucho más caótico... De hecho, ese fue un gran problema. Tuvimos que mezclar el disco unas dos o tres veces hasta lograr un sonido cercano al que estábamos buscando. Y nunca quedamos realmente felices con los resultados... 
- ¿Pero quedaste satisfecho con el nuevo álbum? 
- Sí. Trabajamos muy duro para superarnos, y hasta ahora la gente también pareciera estar muy conforme. 
- ¿Piensan volver a trabajar con una orquesta en el próximo disco? 
- Sí. Fue grandioso tocar junto a músicos clásicos. Dimmu Borgir siempre fue una banda sinfónica, así que sólo era cuestión de tiempo el combinar una orquesta con nuestro sonido tradicional. Para la próxima tal vez grabemos las cuerdas en Moscú o Praga. Ahí tienen orquestas más grandes... 
- Y más baratas... 
- También, pero eso no quita que sean buenas. Tal vez sean mejores, de hecho. 
- ¿Cómo reaccionaban los músicos cada vez que Shagrath abría la boca? 
- En realidad ellos grabaron todas las cuerdas antes, así que nunca pude ver sus reacciones. 
- Una de las canciones que más me sorprendió del nuevo álbum fue “Puritania”, porque incluye elementos un tanto inusuales para el sonido del grupo, como programaciones electrónicas y ese tipo de cosas... ¿La idea era probar algo diferente? 
- Bueno, fue como un experimento. Teníamos unos cuantos riffs que nos sobraban y no sabíamos dónde meterlos, así que compusimos ese tema, que es el más corto del álbum, y combinamos sobras. Y teniendo en cuenta que no planeamos nada, el resultado es considerablemente bueno. Tal vez en el próximo álbum tratemos de hacer algo más en esa misma línea, pero siempre manteniendo las raíces de nuestro sonido intactas. Nunca vamos a dejar de ser una banda de black metal. 
- ¿A qué le atribuirías el hecho de que gran parte de las bandas noruegas del género están actualmente experimentando con sonidos electrónicos? 
- Puede que los músicos escandinavos tengan una mente más abierta. Como músico, no podés seguir usando la misma receta que usabas hace diez años, porque sencillamente se torna aburrida. Mucha gente pareciera no entender este detalle, porque lo consideran desde la perspectiva de un oyente. Y yo entiendo perfectamente su postura, si bien ellos tendrían que hacer el esfuerzo de entendernos a nosotros, los músicos. Si no tratamos de buscar cosas nuevas, sonidos nuevos, nos aburrimos y estancamos. Necesitás un desafío, algo que mantenga tus anhelo y tus expectativas siempre ansiosas... 
- Pero al momento de componer, ¿piensan primero en ustedes o en el público al que va dirigida la canción? 
- En nosotros. Eso viene primero. Siempre. No nos interesa lo que piense el resto. Mientras nos guste a nosotros, no nos importa nadie más. Si a la gente también le gusta, genial. Es como un bonus para nosotros. 
- “Puritanical Euphoric Misanthropia” fue votado como uno de los discos del año en numerosas revistas, y de hecho en Sudamérica recibió críticas excelentes... 
- ¡Genial! Nos encantaría poder tocar para más países de Sudamérica. Tocamos en Colombia para 5000 personas y fue fantástico. En Chile tocamos para 1200. La gente se volvía loca. Es mucho mejor para nosotros tocar en vivo cuando la gente se entusiasma de esa forma. Fue genial. Nos gustaría mucho tocar en Brasil o Argentina... 
- ¿Y cuál fue tu disco del año? 
- El que más estuve escuchando fue “Live Insurrection”, de Halford. Es excelente. Sobre todo el material viejo... 
- ¿Escuchaste el debut de Susperia (la nueva banda de Tjoldav, ex-baterista de Dimmu Borgir)? ¿Qué te pareció? 
- Es genial. Hicimos una gira europea junto a ellos. Compartimos los mismos gustos musicales y tenemos los mismos gustos generales, así que nos llevamos muy bien. 
- Sólo por curiosidad, ¿no sabés si el nombre del grupo lo sacaron de la película “Suspiria”, de Dario Argento? 
- Creo que sí. Pero por razones legales tuvieron que cambiar una vocal, porque ya existía una banda que se llama “Suspiria”.


- ¿Sabés qué fue lo que no me gustó del nuevo álbum? El arte de tapa. Es demasiado similar a los anteriores... 
- Sí, bueno... Mucha gente nos dice que es demasiado infantil... 
- Pareciera que tienen una obsesión con las mujeres desnudas en posiciones de extremo sufrimiento... 
- De hecho, la idea original era mucho más extrema. Pero el sello nos dijo que era demasiado sangrienta, y nos pidieron hacer algo más “light”. Nosotros queríamos que el cuerpo tuviera las extremidades y la cabeza cercenadas. Y como no estamos de acuerdo con la censura, les dijimos que le pongan un envoltorio negro encima de la tapa, pero tampoco hubo caso. Al final, si seguíamos con la pelea el disco no hubiese salido nunca a la calle, así que nos resignamos y cambiamos un poco el dibujo original... 
- ¿Pero a quién se le ocurren esas ideas tan retorcidas? 
- ¿Qué te puedo decir? Nos pareció que se ajustaba bien al título del disco. Queríamos algo desagradable... 
- Por otra parte, las fotos internas del booklet son fantásticas... 
- Sí. Por primera vez pudimos llevar adelante y desarrollar nuestras propias ideas en lo que a fotografía respecta, sin la intervención del sello. Estoy muy feliz sobre todo con las tomas individuales. 
- Mucha gente las comparó con el tipo de fotos que Cradle Of Filth suele utilizar... 
- ¿En serio? 
- Sí, pero igual yo creo que las de ustedes quedaron mejor... 
- Bueno, ¡yo creo lo mismo! (risas) 
- Cambiando de tema, te quería preguntar acerca de la partida de Astennu (ex-guitarrista). Leí varias declaraciones tuyas en las que no hablabas muy favorablemente de él... 
- Es cierto. Después de un tiempo su personalidad cambió totalmente y generó una atmósfera muy negativa dentro de la banda. Como consecuencia tuvimos un par de meses en los que no hicimos absolutamente nada. Así que para seguir adelante tuvimos básicamente que echarlo. No tuvimos otra opción. A nosotros nos interesa gente que esté dedicada y comprometida en un 100% con la banda, y no alguien que al poco tiempo pierda su entusiasmo o sus ganas. Es triste, pero ¿qué podíamos hacer? La vida tiene que continuar. Creo que ahora él se volvió a Australia... 
- ¿Qué me decís de los nuevos miembros? ¿Cómo va todo con Nick y Simen? 
- Genial. Ambos son muy dedicados y trabajamos perfectamente juntos. 
- ¿Nick se mudó a Noruega? 
- No, todavía vive en Inglaterra. Es más barato para él volar a Noruega varias veces por año que quedarse a vivir. 
- ¿Pero cómo se las arreglan para ensayar? 
- Bueno, por lo general viene y se queda en mi casa por dos semanas. Ensayamos, componemos, y se vuelve a Inglaterra por tres semanas, y así sucesivamente.

Horror de horrores: Silenoz sonríe durante el ensayo. Esteban usa "riñonera". 
El black metal pierde misticismo.

- Ahora vayamos un poco al pasado. ¿Qué recuerdos tenés de los primeros días de Dimmu Borgir? Me refiero a cuando tenían unos quince o dieciséis años... 
- (se ríe) Bueno... Creo que nos conocimos en un club o algo así... En un principio éramos Shagrath, Tjoldav y yo. Por unos cuantos meses sólo estuvimos nosotros tres, y tocábamos covers de Mayhem y ese tipo de cosas... Con el tiempo creamos nuestro propio sonido y nos dimos cuenta de que necesitábamos algo más que un bajo, una guitarra y una batería. Decidimos probar con un teclado y así fue cómo entró un amigo que nunca antes había estado en una banda de metal. Pero el resultado fue fabuloso, creo yo, y desde entonces consideramos a los teclados tan importantes como las guitarras. Y así empezó a rodar la bola de nieve... Después entraron otros miembros, y creo que en el ´94 fuimos a un estudio bien berreta y grabamos nuestro primer demo. Les enviamos varias copias a algunos sellos europeos y la cosa empezó a funcionar. Era material muy mediocre en comparación, pero aparentemente gustó. Nos ofrecieron editarlo en vinilo, y como éramos tan jóvenes e inexperimentados estábamos calientes con la idea de editar un disco, así que aceptamos inmediatamente. Pero creo que hicimos bien. Si nos hubiésemos negado hoy tal vez no estaríamos acá. 
- ¿Es cierto que Fenriz (de Dark Throne) les ofreció un contrato cuando ustedes apenas se formaron? 
- Sí, creo que empezó a decir eso hace un tiempo... Lo que pasó fue que él nos conocía y le dimos un cassette con uno de nuestros demos. Lo escuchó y le encantó, porque él es fan del black metal sucio y ”grim”. Nos dijo que quería editarlo... 
- De hecho, “Stormblast” tiene el típico sonido “grim” que tanto gustaba unos años atrás. Es uno de mis discos favoritos del grupo... 
- Sí, a mi también me gusta... Pero lo de Fenriz quedó en la nada. Tenía la idea y las ganas, pero creo que no los medios como para hacerlo... 
- Esta te puede parecer una pregunta ridícula, pero siempre quise saber qué te decía tu familia a los quince años cuando te veían con el maquillaje tradicional del black metal... 
- (risas) Bueno, supongo que no entendían muy bien de qué se trataba todo... 
- “Mamá, Papá... Estoy tocando en una banda de black metal”... 
- ¡Sí! Mi mamá me decía “¿qué estás haciendo? ¿Querés parecerte a esos de Kiss? Al menos tratá de inventar algo nuevo...” (risas) Y yo le decía “no, mamá, vos no entendés...”. En realidad creo que fui bastante afortunado, porque mis padres siempre me apoyaron y ayudaron en todo. No puedo quejarme sobre la forma en la que me criaron, realmente. En esa época ensayábamos en mi sótano y hacíamos un ruido terrible... 
- ¿Tenés alguna anécdota graciosa de esos días? 
- No realmente... Mi abuelo solía tocar la guitarra acústica y a veces me preguntaba si estaba muy alta. “¿Estoy tocando muy fuerte?”, me decía. “¿A eso le llamás muy fuerte? ¡Escuchá esto!”, le decía yo, y conectaba mi guitarra eléctrica a todo lo que daba.... 
- La próxima es una pregunta que suelo hacerle a todos los músicos noruegos. Si bien ustedes nunca estuvieron involucrados en lo más mínimo con la “black metal mafia”, ¿qué era para vos esa “organización”? Te lo pregunto porque casi siempre obtengo una respuesta diferente... 
- Bueno, no sé si era una organización o qué, pero si puedo contarte que eran como cuatro o cinco personas que se juntaron y tenían personalidades un tanto extremas. No sé cuán serios realmente eran o cuán en serio se tomaban sus propias declaraciones, pero después de un tiempo creo que fue bastante obvio que sí empezaron a tomarse demasiado en serio algunas cosas. Cuando se queman iglesias y se mata a la gente la cosa se pone definitivamente seria... No sé si se trató de un juego que se salió de control, pero en esa época el black metal era mucho más “místico”... Hoy el género está muy expuesto... 
- La gente los culpa a ustedes por eso... 
- Sí, pero en realidad no fuimos nosotros los que dimos a conocer el black metal, sino los aspectos extra-musicales. También hay gente que dice que nosotros comercializamos al black metal, y otros que directamente afirman que no somos black metal... Sea como sea, antes las cosas eran diferentes. De eso no hay duda. Salías a la calle maquillado y con pinches en tu ropa y todo el mundo te miraba y se preguntaba qué mierda era eso... Hoy no le llamaría la atención a nadie... Pero supongo que así son las cosas. Todo cambia. 
- Puede parecer extraño, pero, de alguna forma, era más interesante escuchar black metal unos años atrás. Te sentías parte de una elite... 
- ¡Sí! Es cierto. El elemento místico se perdió. Hoy el género se maneja a un nivel más profesional y los músicos se toman las cosas más en serio. 
- Y es curioso, porque nadie puede negar que las bandas de hoy suenan mejor y que los temas están mejor compuestos... pero, y no sé por qué, yo sigo prefiriendo al black metal de antes... 
- Sí, totalmente. De hecho, yo tampoco escucho mucho black metal contemporáneo. Prefiero clásicos como Mayhem, Immortal o Emperor... De lo nuevo, creo que el único disco que vale la pena es el de Thorns... 
- No lo escuché... 
- Deberías, créeme. Ese disco va a marcar un nuevo estándar. Es el primero del grupo, pero ya estaban en todo esto desde hace como diez años. En realidad, la banda está integrada únicamente por Snorre W. Ruch... 
- Leí mucho sobre él. ¿Realmente tuvo una influencia tan grande durante los orígenes del género, como todo el mundo afirma hoy? 
- Sí, porque el demo que grabó (N. Del R.: Silenoz se refiere a “Grymyk”, editado en 1991) causó un gran impacto en mucha gente dentro de la escena... 
- Te lo pregunto porque cinco años atrás nadie siquiera mencionaba al grupo, y hoy de repente todo el mundo anda diciendo “fueron los pioneros, los verdaderos precursores”... ¿Fue tan así? 
- Es cierto que nunca fueron muy conocidos, pero el grupo realmente dejó su marca. Y lo que hacen hoy es muy interesante. 
- Uno de los discos recientes que más me gustó fue “Rebel Extravaganza”, de Satyricon... 
- A mí no tanto. El mejor es el primero. Es el más atmosférico y oscuro. Recuerdo que le dije a Frost (baterista de Satyricon) que el mejor era el primero, y él me contestó que no porque el nuevo era más esto y más lo otro y bla, bla, bla... Aunque supongo que a nosotros nos pasa lo mismo. Mucha gente viene y nos dice que para ellos el mejor álbum de Dimmu Borgir es el primero... 
- Antes mencionaste a Mayhem, Immortal y Emperor. ¿Qué te parecieron sus últimos discos? 
- Pienso que son geniales. Sobre todo el de Immortal... Y el de Mayhem también. Muchos se desilusionaron porque estaban esperando el Mayhem del ´92, pero ya nunca más van a poder escuchar eso... Pero el nuevo álbum es magnífico. Están llevando al género un paso más allá. Es lo que te comentaba antes. La gente nos culpa por comercializar al black metal, pero nosotros simplemente aprovechamos la oportunidad de transformar al estilo en algo mucho más grande en lugar de conformarnos con lo que ya teníamos. De lo contrario, hoy seguiríamos tocando en un sótano... 

Dimmu Borgir modelo 2001 a pleno, antes del ensayo. El tercero desde la derecha es el colado de turno. 


GALDER – Todo Queda Entre Amigos 
Galder siempre fue considerado uno de los guitarristas y compositores más destacados de la escena noruega. Old Man´s Child, su anterior banda que recientemente devino en una suerte de proyecto unipersonal, pasó del estatus de culto al éxito moderado. De ahora en adelante, sin embargo, la situación se torna indudablemente diferente... 
- Después de tantos años tras Old Man´s Child, ¿cómo te sentís formando parte de Dimmu Borgir? 
- Es genial, porque siempre fuimos muy amigos. Con Shagrath fuimos juntos a la escuela. Y el estilo es el mismo. No hay grandes diferencias entre ambas bandas. 
- Pero todavía tenés un contrato por tres discos más con Century Media. ¿No te sentís como con una gran carga sobre tus espaldas debido a eso? 
- Sí, es realmente bastante molesto, porque tenés que cumplir con un plazo sí o sí. Pero Old Man´s Child fue mi vida durante tantos años que no voy a tirar todo por la ventana así nomás... Es cool estar en dos bandas grandes al mismo tiempo. Voy a estar muy ocupado durante los próximos años, de eso no caben dudas... 
- ¿Cómo ves hoy a “Revelation 666”? 
- Hasta ahora es el álbum más vendido de Old Man´s Child. Me gusta. No digo que sea el mejor, pero tiene un buen sonido y ningún error en la grabación. 
- ¿Cómo se compara Old Man´s Child con Dimmu Borgir a nivel ventas? ¿La diferencia es realmente tan grande? 
- Sí, Dimmu Borgir vende mucho más. “Revelation 666” vendió entre 35.000 y 40.000 copias, pero Dimmu vende más de 100.000... Es otra cosa. 
- ¿Vivís de Dimmu Borgir o necesitás tener dos bandas? 
- Vivo de las dos... Me gusta vivir de la música y poder estar junto a mis amigos. No quiero pasarme el resto de mi vida trabajando como plomero... (risas) 
- ¿Cómo recordás los primeros días de Old Man´s Child? 
- ¡Uf! Ya ni me acuerdo... 
- Musicalmente las cosas eran muy diferentes... 
- Sí. No pensábamos en el éxito como hoy. Si vendíamos 5.000 copias éramos felices... Hoy nos tomamos las cosas más en serio. Antes ensayábamos y tomábamos cerveza. Hoy es más como un trabajo... pero igualmente nos divertimos. 


VORTEX – El Coloso Que Vino Del Frío 
Contrariamente al resto de los miembros de Dimmu Borgir, a Simen “Vortex” Hestnaes le resulta imposible no llamar la atención. Sus dos metros de puro salvajismo y desprolijidad escandinavas contrastan, sin embargo, con una personalidad relajada y cordial. “Sacáme las fotos de la cintura para arriba”, me suplica. “Estas bermudas roñosas no son muy black metal que digamos...”. Entre la jungla de pelos y barba que cubren sus expresiones -más los inevitables anteojos de sol- apenas puedo verlo gesticular mientras hablamos cómodamente sentados en un sillón instalado al costado del escenario. Su poderosa voz, no obstante, retumbaba por todo el recinto, e incluso era perfectamente audible mientras el resto de los músicos se ensordecían mutuamente probando sonido... 

Simen Hestnaes, o "ICS Vortex", y la Grinder.

- Honestamente hablando, ¿te fuiste de Borknagar porque podías hacer más plata en Dimmu Borgir, o tu partida se debió en realidad a diferencias musicales? 
- Ninguna de las dos, realmente. Lo que pasó con Borknagar fue que durante las últimas giras se me hacía muy complicado dedicarme a ambas bandas. Tenía shows con las dos, y a veces las fechas se mezclaban. Cuando llegó el momento de grabar “Puritanical Euphoric Misanthropia”, Oystein (Brun, líder de Borknagar) me dio un ultimátum. “O te quedás con nosotros o te vas con ellos”, me dijo. Y como a mí no me gusta que me apuren, decidí irme... 
- ¿Las cosas entre vos y Oystein quedaron mal? 
- No, todavía nos vemos. Pero no hubo otra opción. Fue lo mejor para ambos, porque ahora él puede tener de una buena vez una alineación estable, que es algo que siempre buscó. 
- ¿Qué pensás de Vintersorg, tu reemplazante? 
- Creo que la elección no pudo haber sido mejor. Me gusta mucho su voz, y además es la persona indicada por sus ideas y formas de ver las cosas. Él está metido en las mismas cosas que Oystein, así que todo va a funcionar bien. Y “Cosmic Genesis” me gustó mucho. 
- ¿Y qué me decís de tu predecesor, Garm? 
- Me gusta mucho también. Sobre todo lo que está haciendo en Ulver actualmente. Es un gran compositor. 
- De todas las bandas en las que estuviste, ¿en cuál te sentiste más cómodo? 
- En todas. La música puede ser diferente, pero es similar al mismo tiempo. Me gustó estar en todas. Si no me hubiera sentido cómodo no hubiera formado parte de ninguna. 
- Actualmente sos considerado uno de los mejores cantantes dentro del género... 
- Es cool. Es bueno recibir críticas positivas, por supuesto. Espero seguir recibiéndolas en el futuro. 
- ¿Cuáles son tus cantantes favoritos, sin importar el género? 
- Hhhmmm... Siempre me gustaron mucho Ozzy y Blackie Lawless. También me gustan cosas como lo primero de Iron Maiden con Paul Di´Anno... 
- ¿Alguna vez pensaste en grabar un álbum solista? 
- De hecho, estoy trabajando en eso en estos días. Tengo un montón de material compuesto, y estoy tratando de darle forma. Yo voy a tocar la mayoría de los instrumentos, pero Hellhammer (Arcturus, The Kovenant) me va a ayudar con la batería. Todavía no tengo nombre para el grupo, ni fecha de edición. Es sólo una idea... 
- Hablé con Vintersorg hace unos meses y me comentó que tal vez podrían grabar algo juntos. ¿Pudieron desarrollar esa idea? 
- Sí, lo conocí el año pasado y me dijo que me mandaría algunas letras de su próximo álbum para ver si estaba interesado en cantar como invitado en un par de temas. Yo tenía ganas de hacerlo, pero justo después de eso tuve problemas con mi PC y perdí todas las direcciones de e-mail, así que no pude contactarlo... No lo sé... Tal vez la próxima vez. 
- ¿Cuál fue la primera banda en la que tocaste? Yo te escuché por primera vez en Ved Buens Ende... 
- Eso fue sólo una participación como invitado. Mi primera banda se llamaba Lamented Souls. De hecho, todavía seguimos pero casi no ensayamos. Tenemos mucho material grabado, pero no conseguimos ningún contrato para editarlo. Con Ved Buens Ende toqué en un par de conciertos y eso fue todo. No ensayamos ni compusimos nada nuevo. Después vino Arcturus, y por último Borknagar... Creo que antes de Arcturus también tuve una banda llamada The Void, bastante extraña y que tampoco llegó a nada... 
- ¿Por qué no participaste en el nuevo álbum de Arcturus? 
- Bueno, supongo que Garm prefirió arreglarse solo y no compartir los temas con otro cantante... 


NICK BARKER – De La Cuna A Los Bosques Escarchados 
El ex-baterista de los ingleses Cradle Of Filth se unió originalmente a Dimmu Borgir como un miembro de sesión para llenar el lugar vacante dejado por Tjoldav durante las interminables giras. Las cosas funcionaron mejor de lo previsto, aparentemente... 
- ¿Cuál es tu versión de los hechos con respecto a tu salida de Cradle Of Filth? 
- Simplemente no estaba feliz. Estaba disconforme y muy en desacuerdo con el management y con muchas de las decisiones que se tomaban... y decidí ponerle punto final al asunto. 
- ¿Pudiste escuchar “Midian”? 
- Sí... Lo único que te puedo decir es que se nota que Stuart (ex-guitarrista), Lector (ex-tecladista) y yo ya no estamos más en la banda... 
- ¿Qué te parece Adrian (Erlandsson, nuevo baterista)? 
- Que es bueno para At The Gates y The Haunted... pero no para Cradle Of Filth. 
- ¿Cambian las cosas ahora que formás parte de Dimmu Borgir? 
- Sí, claro. Ahora me siento mucho mejor. 
- ¿No te cansa el viajar a Noruega a cada rato? 
- No. Ensayamos cada tres semanas, más o menos. Y la paso muy bien. Dimmu Borgir es una banda mucho más divertida que Cradle Of Filth... 


con Nick Barker, post-Cradle Of Filth y pre-dieta (en ambos casos). 


Dimmu Borgir (en vivo, 19/02/02, The Culture Room, Ft. Lauderdale, USA) 
DENTRO DEL PANDEMONIO
Por más de que me esforzaba, no podía imaginarme al sexteto noruego arriba de las tablas. Tuve la suerte de presenciar dos shows de Dimmu Borgir en menos de un año, y para alguien que pasó gran parte de la última década maravillándose con las obras de las agrupaciones nórdicas, confrontar finalmente a una de ellas resultó ser una verdadera experiencia (anti)religiosa. Imaginen un bar tradicional de dimensiones modestas, con barra circular en el centro y rincón “Vip”, súbitamente transformado en territorio no-santo. Los presentes apenas superaban las tres centenas, pero una vez apagadas las luces se encargaron de multiplicar la cifra al entregarse por completo en un festín de contacto y abuso físico. Los músicos extranjeros que afirman que los sudamericanos somos el público más fervoroso mienten descaradamente. 

Por sí solo, Simen Hestnaes parecía ocupar la totalidad del reducido escenario blandiendo su descomunal humanidad mientras golpeaba literalmente las cuatro cuerdas (cinco, en su caso) y se acercaba al micrófono para revelar un caudal vocal que ciertamente nada tiene de humano. La gloria emanaba de su boca sin una pizca de esfuerzo... Frente a frente y a cara lavada, Shagrath no puede disimular la felicidad de los últimos años de su adolescencia, pero con pintura de guerra y uniforme cuasi sadomasoquista (pollera de cuero incluida) a cuestas, el vikingo en su interior hizo acto de presencia. Sus gritos sonaban increíblemente reales, como si las cuerdas vocales estuviesen a punto de estallar de un segundo a otro, y sin embargo encontrasen la fuerza para finalmente evitar la afonía. Como guitarristas, Galder y Silenoz reparten talentos según sus preferencias: el primero favorece la técnica y las intrincancias, el segundo el machaque puro y sin complicaciones (una comparación adecuada sería la dupla Samoth e Ihsahn -de Emperor-, respectivamente). Nick Barker debería ganar un premio al baterista más aburrido del género. Sus dotes a la hora de repiquetear parches prácticamente desconocen rivales, pero visualmente es una maza inmóvil de tatuajes y grasa, inmutable tras su arsenal de tambores a los que bastaba sospechosamente con acariciarlos para que desatasen el mismísimo infierno. Y Mustis merece un párrafo aparte. De perfil bajo con o sin maquillaje, demostró un total dominio de las atmósferas y las melodías agazapado entre penumbras que parecían emanar de sus propias teclas. “Puritanical Euphoric Misanthropia” no sería lo mismo sin su participación. 

A la hora de la intro (“Fear And Wonder”) y las secciones grabadas originalmente por la orquesta de cuerdas (los primeros compases de “Hybrid Stigmata”, por ejemplo) recurrió lógicamente a la ayuda de un DAT, pero el apogeo de majestuosidad morbosa de “Kings Of The Carnival Creation” fue pura y exclusivamente su responsabilidad. Salvo por recurrentes inconvenientes técnicos de diversas índoles, la banda demostró un nivel de profesionalidad escénica e instrumental que en nada se compara a la euforia de los días de garage de épocas pasadas. Desafortunadamente, la primera de las dos fechas no incluyó ningún tema del álbum “Stormblast”, y si bien los trabajos posteriores poseen material suficientemente apto como para hacer llevadera la falta de clásicos, no pude evitar sentir una cierta desilusión. La segunda fecha fue diferente. La lista de temas comprendió básicamente los mismos títulos, con leves modificaciones en su orden, pero hacia el final de la noche el grupo sorprendió con la inclusión de dos bellísimas reliquias: “Alt Lys Er Svunnet Hen” (experimentar en carne propia aquella etérea intro de teclados que abre “Stormblast” no es algo que vaya a olvidar fácilmente), y “Raabjorn Speiler Draugheimens Skodde” (del Ep “Godless Savage Garden”). Según palabras del propio Shagrath, ninguna había sido interpretada antes en vivo. 

En total fueron unos 65 minutos de salvajismo, contundencia y melenas revoloteando ininterrumpidamente. Una duración que puede parecer escasa y no obstante en ambos casos alcanzó para satisfacer curiosidad y expectativas al unísono. De disponer de recintos considerablemente mayores, Dimmu Borgir tiene los suficientes recursos estéticos e instrumentales como para jugar en las ligas mayores del género, cualquiera sean sus múltiples ramificaciones. Black metal era el de antes, cierto, pero incluso la oscuridad apta para todo público posee elementos de interés en sus sombras. 


PLAYLIST DIMMU BORGIR, 19/01/02 
“Intro” / “In Death´s Embrace” / “United In Unhallowed Grace” / “Reptile” / “Kings Of Carnival Creation” / “Fear And Wonder” / “Blessings Upon The Throne Of Tyranny” / “IndoctriNation” / “Prudence´s Fall” / “Sympozium” / “The Insight And The Catharsis” / “The Maelstrom Mephisto” / “Alt Lys Er Svunnet Hen” / “Raabjorn Speiler Draugheimens Skodde” / “Mourning Palace”.

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