¡Volvió la alegría! Cuarto larga duración de Dream Evil, los ladrones más perdonables y carismáticos del metal. Tiembla Hammerfall. Los riffs son los mismos de siempre. Los arreglos ya los escuchaste antes un mínimo de cuatrocientas trillones de veces. La gente de Maiden, Judas y Helloween ya está en tratativas con sus abogados. Dio es “homenajeado” por trigésima vez... ¡Pero el metal es más fuerte!
Reconocélo: te gustan. Y mucho. “Vivo por el metal y muero por el metal. Yo fui hecho para vos. Vos fuiste hecho para mí”, exclama Niklas Isfeldt en “Fire! Battle! In Metal!”. El título de la canción habla por sí mismo. “United” une a todos y cada uno de los estereotipos del género y los transforma en una apoteosis del acero, tan abusado como inoxidable. Si escuchaste cosas como “Evilized” (2003) o “The Book Of Heavy Metal” (2004), escuchaste “United”, pero justamente por eso tenés que escucharlo. Porque ya sabés que vas a adivinar cada estribillo, cada corte y cada cambio de ritmo, cada triunfal melodía y cada palpitante gritito puesto en el séptimo cielo.
Admitílo: el otro día te pusiste enfrente del espejo y te hiciste la cabeza entonando algún himno de esta gente. No importa cuál, porque en definitiva todos son más o menos iguales. Lo importante es que la pasaste genial imaginándote arriba de algún escenario o revoleando tu “guitarra de aire”. Y ahora querés más, y para eso están Fredrik Nordström (entiéndanlo: después de haber producido a todas las benditas bandas de death y black que hayan salido en la última década, él sólo quiere rockear a la antigua... ¿acaso pueden culparlo?) y sus muchachos. Para eso está Dream Evil. Para hacerte dar cuenta de que, al fin y al cabo, el metal puede ser divertido y saludable, qué joder. El amor es ciego, nos explican revolucionariamente los suecos en “Love Is Blind”, y el metal también. Aceptálo. Y vas a ver que tus días van a ser más llevaderos. Alzá tu puño, olvidáte por un rato del funeral doom, el gothic pagano o el black metal renacentista, y viví la vida loca. Ahora y en la hora de la batalla final. ¡Duro metal!
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