Los miembros de Abigor solían ser una máquina de engendrar proyectos paralelos. Hellhound, Heidenreich, Amestigon, Grabesmond y Dargaard son las propuestas que miembros de la agrupación austriaca mantuvieron o mantienen activas, todas ellas por lo general de resultados superiores a los expuestos aquí y en la mayoría de los trabajos anteriores. En su discografía oficial la banda cuenta con diez lanzamientos engendrados en menos de diez años (en el período de 1993 a 2001), pero yo les perdí el rumbo después del cuarto, y “Satanized (A Journey Through Cosmic Infinity)” tampoco incentiva la puesta al día.
La fórmula de salvajismo rústico y sin concesiones que el trío practica concienzudamente ya de por sí resulta poco seductora, y acaso más que nunca en esta entrega. Los teclados se reducen a ocupar el viejo y querido rol de colchón, a diferencia del un tanto más solemne y épico “Supreme Immortal Art” (1998). Las melodías continúan gélidas pero revestidas de un cierto aire “espacial” y psicodélico que remite al nombre de la placa pero no es explorado o aprovechado al máximo, tornándose su incorporación confusa y equívoca. En “Battlestar Abigor” las guitarras arremeten con riffs al estilo de los Metallica primerizos, sorprendiendo positivamente por un instante para luego retornar a la disonancia usual. Y esa es la idea, por supuesto: no desviarse jamás del concepto original. Pero, en lo que a mí respecta, sobrellevar los casi 42 minutos de la placa en repetidas ocasiones me significó un ENORME esfuerzo. Labor que hubiera indudablemente evitado de haber tenido opción.
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