Tuesday, March 22, 2011

DARK TRANQUILLITY “Damage Done” (Century Media, 2002)


La estrategia de Dark Tranquillity fue inteligente. Tras el lanzamiento de “The Mind´s I” (1997), tercer larga duración de los suecos, el death metal melódico de Gotenburgo enfrentaba una encrucijada que colocaba al género entre la popularidad rotunda y el inocultable estancamiento creativo. Los mismos síntomas eran sufridos por In Flames y el resto de las agrupaciones que continuaban milimétricamente sus pasos, pero Dark Tranquillity encontró una cura que revitalizaría al estilo y, al mismo tiempo, marcaría un punto de quiebre en su carrera: “Projector” (1999), un álbum en el que las vocalizaciones calmas y limpias con las que la banda experimentara tímidamente en sus comienzos adquirían un protagonismo inusitado, y la experimentación irrumpía desde diversas áreas con resultados admirables en todas ellas. Oh sorpresa. El metal extremo sueco comenzaba a agotar la paciencia y uno de sus principales exponentes salía exitosamente al rescate. Secuela inesperada: “Haven” (2000), una “vuelta a las raíces” que no obstante retenía numerosas virtudes expuestas inicialmente en “Projector”, si bien Mikael Stanne abandonaba las voces armoniosas casi en su totalidad. Oh sorpresa, parte 2. Muchos comenzaban a extrañar el vértigo adrenalínico de clásicos como “The Gallery” (1995), y DarkTranquillity nuevamente tenía la solución. Un único álbum, editado en el momento oportuno y con los ingredientes necesarios, bastó para vigorizar el sonido del grupo de forma considerable. Todo aquello que viniese a continuación pareciera beneficiarse del efecto, y tal es el caso, una vez más, de “Damage Done”.

Un dato importante: Stanne vocifera de principio a fin, y en esta oportunidad no hay lugar para las excepciones. Sin embargo, el “factor sorpresa” no desempeña aquí un rol principal. La totalidad de las nuevas composiciones continúan básicamente los pasos de “Haven” sin notables vueltas de tuerca, pero la frescura se mantiene intacta tanto en las melodías como en la contundencia, dos elementos que no ocultan secretos para el grupo.

Año tras año el ahora sexteto aparenta concentrarse menos en los riffs y más en los arreglos de teclados y las melodías como sostén de sus creaciones, y el desempeño de Martin Brandstrom en todo aquello que la banda describe como “electrónica” merece ser indefectiblemente resaltado. Desde su incorporación luego de “Projector”, Brandstrom redefinió el sonido de Dark Tranquillity incorporando pasión y delicadeza donde antes sólo había emoción y garra. Las melodías principales de las estupendas “The Treason Wall” o “Format C: For Cortex” son dos claros ejemplos, pero las teclas de Brandstrom construyen asimismo sutiles atmósferas secundarias o interludios de notable belleza clásica en todo momento, incluso en piezas un tanto más convencionales y estructuradas tradicionalmente en base a las guitarras de Niklas Sundin y Martin Henriksson, como la que da nombre al disco.

Dark Tranquillity practica aquí una suerte de death metal melódico sofisticado con mucho de “melódico” y muy poco de “death metal”. Puede que “Damage Done” se trate de un trabajo menor en comparación a sus dos predecesores inmediatos, pero no por ello irrelevante. El nivel de crecimiento demostrado en numerosas áreas impide semejante desvalorización. Todo se reduce a una cuestión de fechas: De haber sido editado antes que “Haven”, esta nueva obra se hubiese distinguido aún más. Probablemente la fórmula vuelva a ser renovada en el próximo larga duración para evitar nuevos estancamientos; aunque ante resultados tan notables como “Damage Done” uno se pregunta si tal proceder es realmente necesario. 

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