Seamos honestos: Arch Enemy jamás hubiera recibido la atención que hoy no deja de recibir de no haber sido por Angela Gossow, su intimidador porte, sus masculinos rugidos y, sobre todo, su femenina figura (no será Cristina Scabbia, claro, pero el encanto viene en todos los tamaños y colores). Las tres primeras placas de la banda (“Black Earth” de 1996, “Stigmata” de 1998 y “Burning Bridges” de 1999, cantadas por el ex-Carnage Johan Liiva) constituyen notables epítomes de puro death metal adrenalínico, pero con “Wages Of Sin” en 2001 y la incorporación de Gossow a modo de vocalista (y las inevitables y numerosas sesiones fotográficas que hasta el día de hoy adornan las tapas de las publicaciones más “prestigiosas” del género) los suecos iniciarían una segunda etapa y abrirían unas cuantas nuevas puertas. Por supuesto, Michael Amott (ex Carcass y Carnage, y hoy también en Spiritual Beggars) es el verdadero cerebro de todo el asunto y su nombre sin dudas alcanza y sobra para atraer el interés de aquellos verdaderamente interesados, pero las fórmulas no fallan y ya se sabe que una cara bonita puede hacer milagros. Algo que nunca viene mal.
Lo cierto es que “Anthems Of Rebellion” demuestra que Arch Enemy se merece la popularidad de la cual hoy goza. “Wages Of Sin” se siente como una mera carta de presentación, y en lugar de continuar tratando de aparentar lo que no es (un hombre), Angela suena al mismo tiempo más “mujeril” (por decirlo de alguna forma), cruel, áspera, y despiadada que antes (de hecho, la palabra que tenía en mente era “bruja”), y por ende mucho más personal. Los riffs, ritmos, melodías, y solos (prestar atención a las guitarras gemelas de “Saint And Sinners” e “Instinct”) son de acción extraordinariamente instantánea (no podía esperarse otra cosa del compositor de “Heartwork”), y de alguna forma el título del álbum (“Himnos De Rebelión”) resume perfectamente el espíritu y la estructura de cada una de las trece canciones, sobre todo en el caso de la ultra-infecciosa “We Will Rise” y su irresistible estribillo que obliga, efectivamente, a levantar brazos y cerrar puños. “Comercial” sería una buena descripción del nuevo sonido del grupo (y de hecho existen varias versiones del CD, incluso una en formato DVD-Audio con mezcla en 5.1 canales), pero ahorrémonos los malentendidos. Arch Enemy se desenvuelve hoy magníficamente a fuerza de puro serrucheo de riffs y tempos generalmente más densos, lentos y viciosos, como ocurre en “Saint And Sinners”, “Dead Eyes See No Future”, “End Of The Line” y “Leader Of The Rats”, todas instancias destacadas de la placa. La agresión ya no fluye al estilo “montaña rusa”, sino que más bien se asemeja a una enfermedad que te carcome y devasta lenta pero inexorablemente...
...tal vez un tanto demasiado lentamente, ya que la duración total del disco pudo haber sido acortada en favor de un producto más macizo y eficaz. Temas como “Despicable Heroes” y “Exist To Exit”, por ejemplo, bien pudieron obviarse, aunque el balance general satisface sin inconvenientes. El cambio de frontman a frontwoman pareciera haber sido para mejor, y resulta evidente que todos en Arch Enemy saben muy bien lo que están haciendo... y no me refiero exclusivamente a lo musical.
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