Wednesday, March 02, 2011

IN FLAMES “Soundtrack To Your Escape” (Nuclear Blast Records, 2004)


La eterna disyuntiva. Obviedad: Hoy por hoy, In Flames es una banda sumamente popular. Significado: el filo de la espada en este caso es triple. Si cambian “se venden”, si no cambian “se repiten a sí mismos”, y si combinan ambas cosas estarían editando un álbum que “no termina de definirse”. “Soundtrack To Your Escape” se burla despreocupadamente de tales preconceptos a lo largo de doce intensas y perspicaces composiciones. “The Jester Race” (1996) demostró que Iron Maiden podía combinarse con At The Gates y sensibles texturas acústicas, permitiendo obtener un sonido inusitado hasta aquel entonces. “Whoracle” (1997) le dio una nueva capital al mundo de la música pesada: Gotemburgo. “Colony” (1999) constituye el clásico ejemplo del tercer álbum de un grupo que irrumpe con el pie derecho y tiene la obligación de continuar la misma racha: para algunos una obra maestra, para otros una rotunda decepción, y para el resto más de lo mismo. “Clayman” (2000) presentó un In Flames modernizado, tanto sonora como visualmente, en el que las guitarras gemelas y el florecimiento perpetuo de riffs le cedían parte de su protagonismo a lo inorgánico y lo sintetizado. Pero sería “Reroute To Remain” (2002) el que repentinamente haría que el mundo tomase nota: In Flames había crecido más allá de lo que se suponía debía crecer. ¿O el “crecimiento” en realidad no era tal? 

Los cambios nunca se asimilan fácilmente. Ni mucho menos en unas pocas audiciones. Estas cosas llevan su tiempo y la opinión de hoy probablemente no sea la de mañana. “Soundtrack To Your Escape” es un álbum de In Flames camuflado de álbum que no suena a In Flames. Eso es justamente lo fascinante. El primer minuto de “Dead Alone” no da tregua. Las guitarras gatillean, Anders Fridén autoflagela su laringe, y la melodía de 1:39 a 1:56 nos recuerda que ésta es la misma banda que grabó “Whoracle”. El riff de “Like You Better Dead” es infeccioso, parasitario, casi orgásmico. Y su estribillo -tan pegadizo que en la época de “The Jester Race” hubiese constituido la más anatema de las herejías- cuaja como guante blanco en mano negra. “Dial 595-Escape” se convierte en la nueva apología al headbanging con un tempo inexorable e irresistible. Y para dejarnos tranquilos tenemos cosas como “Fr(i)end”, “In Search For I” o “Superhero Of The Computer Age”: dependiendo de tu afinidad por el quinteto, tres piezas tan afiladamente extraordinarias como redundantemente trilladas. Todas y cada una de las canciones que conforman este contradictorio opus, no obstante, fueron refaccionadas (por la producción de Daniel Bergstrand) en mayor o menor medida para denotar el paso del tiempo (y la llegada de nuevas tendencias). Pero debajo del vestuario coetáneo y las rastas fashion de Anders Fridén, encontramos a los mismos inadaptados de siempre. 

El problema es cuando los suecos quieren jugar a ser Korn o abusar de sus flamantes incorporaciones nü-metaleras. Y para muestra basta “The Quiet Place” (oh casualidad, el primer corte de difusión), o el rol de pobrecito angustiado interpretado por Fridén en “My Sweet Shadow”, o los arreglos de teclados y el final de la misma “Dead Alone” (que recuerdan descaradamente a “Got The Life”, de Korn). Por momentos, “Soundtrack To Your Escape” huele a espíritu adolescente desatado exclusivamente para adolescentes (norteamericanos, dentro de lo posible). Pero muchachos... ya estamos grandes. Y la montaña rusa de riffs se descarrila momentáneamente... 

Por lo demás, In Flames se modifica pero la adrenalina continúa intacta. “Soundtrack To Your Escape” constituye un álbum tan enervantemente distinto como inofensivamente similar a todo aquello que ya conocíamos. Cuanto más cambian las cosas, más iguales son. Las rutas son otras pero In Flames permanece en el mismo camino. Que empiece la polémica.

No comments: